La trampa de la multipropiedad: engatusados con champ¨¢n y atrapados de por vida con un trozo de apartamento
La venta del uso de semanas en viviendas vacacionales fue un bum hace 20 a?os. Miles de afectados tratan sin ¨¦xito de desvincularse y recuperar su dinero
La tela de ara?a de la multipropiedad sol¨ªa comenzar con una invitaci¨®n a un hotel. El destinatario hab¨ªa sido agraciado con un regalo. La ofrenda era cierta, puesto que los asistentes sal¨ªan con un televisor debajo del brazo, pero tambi¨¦n con un contrato de compra de un apartamento en r¨¦gimen de multipropiedad y, en muchos casos, con un pr¨¦stamo firmado que se preparaba en cuesti¨®n de minutos. ¡°Eran reuniones de cuatro o cinco horas con champ¨¢n. No les dejaban reflexionar¡±, dice Juan Madrigal-Bormass, abogado de la Asociaci¨®n Espa?ola de Afectados por la Multipropiedad (Ascoe) y uno de los letrados que m¨¢s sabe de la modalidad inmobiliaria de tiempo compartido, con m¨¢s de 300 sentencias a sus espaldas y 70 pleitos abiertos actualmente. Estas presentaciones, sumamente agresivas, fueron el origen de un bucle de dif¨ªcil salida.
La multipropiedad fue un bum en la d¨¦cada de los ochenta y noventa del siglo pasado, pero es despu¨¦s cuando alcanza cotas m¨¢ximas. ¡°Los a?os de mayores ventas fueron entre 2002 y 2008. Los bancos empezaron a financiar estas compras tras la regulaci¨®n del sector en 1998. Se puso de moda y, para poder vender, se financiaba de forma autom¨¢tica¡±, dice el abogado.
Aunque no hay datos oficiales, Ascoe calcula que en torno a 1,5 millones de personas en Europa compraron tiempo compartido ¡ªno se puede considerar que todos sean afectados¡ª. Espa?a acumulaba unos 100.000 socios en 2010. ¡°Ha sido el pa¨ªs de Europa en el que m¨¢s complejos de multipropiedad ha habido, en torno a un 26% del total¡±, afirma Francisco Claros, consejero delegado de Reclamalia, despacho de abogados. Solo en Canarias el mercado generaba en aquella ¨¦poca unos 220 millones de euros al a?o y empleaba a unas 10.000 personas, seg¨²n el entonces Patronato de Turismo de Gran Canaria. ¡°Las islas ten¨ªan 150 complejos de multipropiedad de los 345 que hab¨ªa en el pa¨ªs¡±, a?ade Claros, que define la situaci¨®n como ¡°una lucha que dura d¨¦cadas entre Goliat y David¡±.
En un principio, el modelo era atractivo tanto para los promotores ¡ªque tras la crisis inmobiliaria de 1992 destinaron urbanizaciones completas a esta f¨®rmula para comercializar los apartamentos que no se vend¨ªan¡ª como para los consumidores, que ve¨ªan una manera accesible de tener un apartamento en la playa. El coste medio que pagaba cada familia rondaba los 15.000 euros de media, aunque algunas desembolsaron hasta 50.000 en complejos de lujo ¡ªlos que entraron en este mercado antes de la entrada en vigor del euro, en 1999, hac¨ªan frente a entre 300.000 y 700.000 pesetas¡ª. Ogisaka Garden, Parque Denia, Bah¨ªa Azul, Calahonda Campanario, Hotel & Spa Pe?¨ªscola Plaza Suites (este ¨²ltimo sigue vendiendo multipropiedad)¡ Decenas de empresas, extranjeras y espa?olas, vendieron apartamentos bajo esta modalidad en multitud de complejos vacacionales. Hasta que en 2008, con la Gran Recesi¨®n, lleg¨® el par¨®n y el declive del mercado.
Evidentemente, no todos los consumidores de este producto fueron v¨ªctimas de un enga?o. Muchos sab¨ªan lo que compraban y, adem¨¢s, tuvieron la fortuna de comprar razonablemente bien. Pero otros muchos desconoc¨ªan la letra peque?a. D¨¦cadas despu¨¦s, ¡°siguen arrastrando el sentimiento de culpa y verg¨¹enza por haber sido estafados¡±, apunta Alberto Mondrag¨®n, presidente de Ascoe.
En la pr¨¢ctica, lo que adquir¨ªan era el derecho de uso y disfrute de un turno vacacional concreto: una semana del a?o en un apartamento en una zona costera de Levante, Costa del Sol, Costa Brava y Canarias. Cada apartamento se divid¨ªa en 52 semanas que tiene el a?o. Los que compraron la semana 13 (marzo), la 40 (octubre) o cualquier otra fuera del periodo vacacional tradicional pronto se dieron cuenta de la trampa, de la que, adem¨¢s, no pod¨ªan salir. ¡°Hay quien nunca ha usado el apartamento, nunca ha podido ir¡±, narra Mondrag¨®n. Adem¨¢s, cada apartamento lleva aparejada una cuota de mantenimiento excesiva y creciente. ¡°De media son 500 euros por propietario al a?o. Si multiplicas 500 por 52 socios da 26.000 euros en gastos de mantenimiento por cada vivienda. Este es el verdadero negocio de la multipropiedad¡±, advierte Mondrag¨®n.
Miles de personas han podido escapar de ¡°este mundo de piratas¡±, como lo califica el presidente de Ascoe. Lo han hecho acudiendo a la v¨ªa judicial, una posibilidad que solo tienen aquellos que compraron despu¨¦s de que se regulase legalmente esta figura en 1998. Afortunadamente, ¡°el grueso de v¨ªctimas compr¨® despu¨¦s de esa fecha¡±, dice el letrado Madrigal-Bormass. El 15 de diciembre de 1998 se aprob¨® la Ley 42/1998, que limita la duraci¨®n del contrato, no pudiendo ser inferior a tres a?os ni superior a 50. Desaparec¨ªa as¨ª la multipropiedad a perpetuidad. Desde entonces, el Tribunal Supremo ha dictado numerosas sentencias que declaran la nulidad de estos contratos. Adem¨¢s, los afectados han podido recuperar todo o parte del dinero.
Como las comercializadoras de multipropiedad ya no existen, quien responde solidariamente es el banco. ¡°Los m¨¢s activos entre los a?os 2000 y 2004 fueron BBVA, Ibercaja, Caja Madrid, La Caixa, Banco Santander¡¡±, afirma el presidente de la asociaci¨®n de afectados, que tambi¨¦n fue v¨ªctima de este enga?o. ¡°Nos lo vendieron en un hotel en San Sebasti¨¢n, nos regalaron un home cinema y brindamos con champ¨¢n. Salimos de all¨ª con la sensaci¨®n de haber hecho un negocio de la leche¡±. Compr¨® en 2007 la semana 47 del a?o (diciembre) en un complejo en Denia (Alicante) a la empresa Turihoteles. En 2011 un juzgado declar¨® nulo su contrato y recuper¨® los 13.500 euros pagados en la operaci¨®n m¨¢s 1.800 euros de intereses. La asociaci¨®n que preside, que lleva 16 a?os luchando para ayudar a los afectados, ha logrado que m¨¢s de 12.000 propietarios hayan podido escapar de la multipropiedad.
Los peor parados
Los que compraron antes de la regulaci¨®n de 1998 lo tienen m¨¢s dif¨ªcil porque no pueden recurrir a los tribunales. Pablo Mu?oz, de 43 a?os, es heredero junto a sus cuatro hermanos de la multipropiedad a la que se ataron sus padres en 1994 y que les da derecho a disfrutar de la semana del 8 al 15 de junio en Alcossebre (Castell¨®n). Es muy frecuente que los hijos que heredan estos productos quieran deshacerse de ellos. ¡°Nos cuesta aprovecharlo porque coincide con los ex¨¢menes de los ni?os¡±, indica. Adem¨¢s, la cuota de mantenimiento ha pasado de 300 a 500 euros al a?o.
Estos socios solo tienen dos caminos. Uno es llegar a un acuerdo con el propio complejo, algo complicado porque, en general, estos quieren socios que paguen las cuotas y no semanas en temporada baja. El otro es transmitir la semana a un tercero. ¡°Se puede vender, pero no hay mercado, nadie quiere multipropiedad, carece de inter¨¦s¡±, dice Mondrag¨®n. ¡°Es un sistema vacacional obsoleto¡±, ratifica Claros. Bien lo sabe Mu?oz: ¡°Llevamos dos a?os intentando venderlo o alquilarlo¡±.
En Milanuncios alguien que se identifica como Alfredo regala su semana de multipropiedad en Cala Codolar, en Ibiza. Se trata de la 46, es decir, en noviembre. En cambio, Esther compr¨® en 1991 un apartamento en La Pineda (Tarragona) que vende por 15.000 euros. ¡°Es la semana 33, que corresponde a agosto. Lo vendemos porque mis padres necesitan el dinero. Si no, no lo har¨ªamos¡±, explica.
Tambi¨¦n puede ser una opci¨®n recurrir a empresas que ofrecen comprar semanas, aunque hay que ir con cuidado. ¡°Muchas son piratas de la multipropiedad que se han creado al olor del dinero y que pagan un euro¡±, dice Mondrag¨®n. Y a?ade: ¡°Algunas empresas ponen como valor de compraventa un euro y, adem¨¢s, cobran 1.500 euros al socio por ser liberado¡±.
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