El descuelgue europeo con una mirada espa?ola
La reglobalizaci¨®n exacerba las diferencias de prioridades, pero ning¨²n pa¨ªs se salvar¨¢ por s¨ª solo
Con la proliferaci¨®n de barreras comerciales entre las grandes potencias y la reorganizaci¨®n de las cadenas productivas propiciada por la sucesi¨®n de crisis, se abre una nueva etapa de la globalizaci¨®n. Y de momento Europa no parece encontrar la respuesta adecuada al nuevo contexto. Adem¨¢s del declive relativo de su posici¨®n econ¨®mica en el mundo, la reglobalizaci¨®n exacerba las disparidades entre los pa¨ªses miembros, y conviene por tanto entender la especificidad de Espa?a ante estos cambios.
Las se?ales de un deterioro europeo son inequ¨ªvocas, si bien no son irreversibles y en el caso de Espa?a se compensan en parte por el buen desempe?o de sus intercambios en el mercado ¨²nico. Adem¨¢s de un crecimiento an¨¦mico, la econom¨ªa europea arrastra una p¨¦rdida de dinamismo de sus exportaciones. La cuota de mercado de las empresas europeas en el comercio mundial de bienes se ha reducido en un punto porcentual en tan solo cuatro a?os, mientras que EE UU consigue mantener su posici¨®n y China escala 1,5 puntos (con datos de la OMC para 2019 y 2023). Las exportaciones de servicios apuntan a un mejor comportamiento, pero no compensan la fragilidad de los sectores industriales.
La sensaci¨®n de desacoplamiento es a¨²n m¨¢s acusada si nos fijamos en la Inversi¨®n Extranjera Directa (IED), con un retroceso notable de los flujos de entrada de capital productivo en las empresas europeas (la desinversi¨®n en concepto de IED roza los 100.000 millones en los dos ¨²ltimos a?os, contrastando con una entrada media anual de 478.000 millones en el periodo 2015-2019). A la inversa, el capital productivo fluye hacia las otras dos grandes potencias, si bien en el caso del gigante asi¨¢tico se aprecia un frenazo importante.
No solo la Uni¨®n Europea est¨¢ siendo menos atractiva para la inversi¨®n de empresas de pa¨ªses terceros, pero es que adem¨¢s las corporaciones europeas reorientan parte de sus inversiones hacia destinos extracomunitarios. As¨ª pues, comparando los flujos de entrada y de salida de inversi¨®n directa, se deduce que Europa se ha convertido en gran m¨¢quina de exportaci¨®n de ahorro para invertirlo en el tejido productivo de los otros bloques comerciales. Este desv¨ªo del ahorro europeo se eleva al 2,6% del PIB europeo, siendo esto m¨¢s o menos el volumen de recursos que necesita la UE, seg¨²n estimaciones de Bruselas, para adaptar su econom¨ªa a los grandes desaf¨ªos de nuestros tiempos.
La posici¨®n de Espa?a respecto de los intercambios extracomunitarios se asemeja a la del conjunto de la UE. Sin embargo, afortunadamente en nuestro caso el deterioro se ha compensado con la mejora competitiva dentro del bloque europeo: las exportaciones ganan peso en el Mercado ?nico, el saldo de la balanza externa con el resto de la Uni¨®n es cada vez m¨¢s favorable, y la inversi¨®n directa en empresas espa?olas desde otros socios comunitarios se ha afianzado. Prosigue, no obstante, el d¨¦ficit de inversi¨®n nacional, en parte por factores internos, pero tambi¨¦n por las incertidumbres del entorno europeo.
Para Espa?a, el riesgo m¨¢s inmediato proviene de la erosi¨®n del Mercado ?nico generada por la multiplicaci¨®n de ayudas de Estado y de otras posibles iniciativas de aquellos socios comunitarios que se han visto m¨¢s afectados por la reglobalizaci¨®n. Pero conviene reconocer que nadie dispone ya de la masa cr¨ªtica para salvarse por s¨ª solo: el principal reto radica en la construcci¨®n de una respuesta com¨²n a los desaf¨ªos globales. La uni¨®n financiera, con una armonizaci¨®n fiscal del impuesto de sociedades, es una alternativa que facilitar¨ªa la reinversi¨®n del ahorro europeo. Otra opci¨®n consistir¨ªa en la creaci¨®n de un presupuesto com¨²n de inversi¨®n, siguiendo los pasos del programa Next Generation pero gestionado desde Bruselas. Las elecciones europeas son una oportunidad para debatir estas y otras v¨ªas de soluci¨®n ante un statu quo perjudicial para la econom¨ªa europea y su modelo social ¨²nico en el mundo.
Veh¨ªculo el¨¦ctrico
Según la asociación europea de fabricación de automóviles, los vehículos eléctricos o híbridos representaron el 48,1% de las matriculaciones totalizadas en 2023. Prácticamente uno de cada cinco de estos vehículos provenía de China, un porcentaje que podría seguir creciendo a tenor del diferencial de precios, en el entorno del 25%, incluso después de la aplicación a las importaciones de un arancel del 10%. La Comisión estudia la posibilidad de elevar el arancel hasta el 25%. Entre tanto, algunos constructores del país asiático han anunciado proyectos de fabricación en España y Hungría.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En X: @RaymondTorres_
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