El auge del turismo o c¨®mo no morir de ¨¦xito
El sector contribuye al tir¨®n de la econom¨ªa, pero tensiona el IPC y puede acabar expulsando otras actividades
El turismo est¨¢ protagonizando un crecimiento intenso, mejorando netamente los pron¨®sticos prudentes que apuntaban a una mera normalizaci¨®n tras el golpe de la pandemia. El auge podr¨ªa persistir gracias a la diversificaci¨®n de los destinos vacacionales y su mejor distribuci¨®n a lo largo del a?o, a tenor de los cambios de pauta detectados por el Banco de Espa?a en su informe de previsiones. Y, sin embargo, la bonanza tambi¨¦n pone de manifiesto los l¨ªmites del modelo de crecimiento espa?ol.
Sorprende el vigor en el inicio del a?o, habitualmente un periodo discreto desde el punto de vista vacacional: descontado la inflaci¨®n, el consumo de los no residentes, aproximaci¨®n del valor a?adido que aporta el turismo al PIB, se increment¨® un 13% en relaci¨®n al mismo periodo de 2023. Fruto de ello, el turismo representa la quinta parte del crecimiento del PIB registrado en el primer tramo del a?o. Afortunadamente, los augurios de un desplome estructural como consecuencia de la pandemia no se han cumplido: el sector se ha aupado un 15,6% por encima de los registros anteriores a la crisis sanitaria (comparando los primeros trimestres de 2019 y 2024), y de momento nada parece detener su auge.
Y es que el tir¨®n es en parte sostenible, especialmente cuando procede de territorios del interior poco visitados hasta fechas recientes o con margen de expansi¨®n. Tambi¨¦n existe un potencial de aprovechamiento, durante la temporada baja, de las infraestructuras hoteleras y de ocio saturadas en verano. En t¨¦rminos econ¨®micos, la productividad del capital tur¨ªstico se estar¨ªa incrementando, al tiempo que sus beneficios estar¨ªan mejor repartidos.
El lado menos amable del bum tur¨ªstico es la inflaci¨®n, presionada por la fuerte demanda de servicios de alojamiento, restauraci¨®n, viajes y ocio. En lo que va de a?o, el precio de estos sectores, los m¨¢s estrechamente ligados al turismo, ha crecido m¨¢s del doble que el resto de componentes del IPC. As¨ª que los servicios tur¨ªsticos emergen como el ¨²ltimo reducto del brote inflacionario, tomando el relevo de los alimentos, en fase de desaceleraci¨®n, y la energ¨ªa, caracterizada por una elevada volatilidad sin que se pueda discernir una tendencia clara. Tambi¨¦n explican el desv¨ªo de la inflaci¨®n con respecto a la media europea, una brecha que, de prolongarse, afectar¨¢ a la competitividad del conjunto de la econom¨ªa espa?ola: l¨®gicamente, los salarios relativos tienden a reflejar los diferenciales de IPC.
La escasez de vivienda es otro escollo en este contexto, pudiendo provocar la ¡°expulsi¨®n¡± de actividades que no est¨¢n asociadas al turismo o de personas que residen en zonas altamente demandadas (el fen¨®meno del crowding out). En ¨²ltima instancia, la falta de espacio habitacional, una situaci¨®n parad¨®jica para un pa¨ªs tan poco denso como el nuestro, podr¨ªa incluso limitar las posibilidades de expansi¨®n de servicios no tur¨ªsticos o de nuevas industrias, planteando un dilema de pol¨ªtica econ¨®mica.
Una manera de afrontarlo consiste en constre?ir la proliferaci¨®n de pisos vacacionales, especialmente cuando existen alternativas en alojamientos hoteleros convencionales. Este tipo de medidas, sin embargo, ser¨ªan insuficientes si el empuje del turismo fuera m¨¢s estructural, caso de una mejora permanente de la competitividad del sector, dif¨ªcil de contrarrestar: ante el riesgo de masificaci¨®n, ciudades como Florencia o Par¨ªs han elevado los impuestos tur¨ªsticos, sin lograr quebrar la tendencia (aunque el impacto en la recaudaci¨®n, eso s¨ª, puede ser sustancial).
En lo inmediato, la inversi¨®n destinada a ensanchar el potencial tur¨ªstico y a reactivar la construcci¨®n residencial, junto con la entrada de mano de obra extranjera, pueden prolongar un ciclo expansivo que ha sido instrumental para salir de las diferentes crisis que han asolado la econom¨ªa espa?ola. Pero las se?ales de saturaci¨®n son cada vez m¨¢s perceptibles, al tiempo que se agudizan los riesgos de expulsi¨®n de sectores con alto valor a?adido, empleo de calidad y contenido tecnol¨®gico elevado. La diversificaci¨®n del tejido productivo es, por tanto, un objetivo que conviene preservar.
IPC
Se ensancha la brecha de inflación con la zona euro: el IPC subió en mayo un 3,8% en términos interanuales, frente a una media europea del 2,6%, según el dato avanzado de Eurostat. Se trata del diferencial más elevado desde que la curva de inflación se invirtió en octubre pasado. El deterioro procede en buena parte de los servicios relacionados con el turismo: el agregado compuesto por la hostelería, paquetes turísticos, viajes y restaurantes encarece sus precios a un ritmo muy superior al IPC total (diferencial de 1,1 puntos en lo que va de año).
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