La deuda espa?ola y el efecto Macron
La credibilidad permite ganar tiempo para corregir los desequilibrios, pero la realidad acaba por imponerse
La decisi¨®n de Bruselas de no abrir un procedimiento de d¨¦ficit excesivo a Espa?a es una de las noticias econ¨®micas m¨¢s relevantes de los ¨²ltimos tiempos, que conviene sin embargo contraponer con las implicaciones que ello entra?a para la pol¨ªtica econ¨®mica. El veredicto de la Comisi¨®n, todav¨ªa pendiente del aval del Consejo, es un argumento de confianza en el ciclo expansivo y un alivio para las cargas financieras que soporta el Estado. La ventaja no es menor, a la luz de las tensiones que se han desatado en la zona euro como consecuencia del rumbo incierto de la pol¨ªtica econ¨®mica de Francia: desde la convocatoria electoral de Macron, la calidad crediticia de la segunda econom¨ªa del euro se ha deteriorado frente a sus principales socios europeos, principalmente Alemania, pero tambi¨¦n, aunque en menor medida, Espa?a.
El diagn¨®stico de la Comisi¨®n se apoya en dos constataciones m¨¢s o menos coyunturales. Uno, la econom¨ªa espa?ola est¨¢ atravesando un buen momento, especialmente en comparaci¨®n con el resto de Europa, algo que de por s¨ª ayuda a aminorar los desfases presupuestarios. Pero ojo porque, con el tiempo, el avance del PIB perder¨¢ vigor a falta de un mayor esfuerzo de inversi¨®n tanto en equipamiento como en vivienda. Mucho depende, por tanto, de la capacidad de generar consensos, bastante complicados en este momento, en torno a reformas de calado como las que ata?en al desarrollo de suelo construible, la gesti¨®n de los fondos europeos o la reducci¨®n de los cuellos de botella en el mercado laboral.
En segundo lugar, el agujero presupuestario se ha ido reduciendo pese al aumento de los pagos de intereses como consecuencia del ciclo de endurecimiento monetario. Descontando las cargas financieras, el d¨¦ficit p¨²blico neto (o primario) descendi¨® el a?o pasado hasta el 1,2% del PIB, la mitad que un a?o antes, siendo esta la primera vez desde la ¨¦poca anterior al estallido de la burbuja financiera que el desv¨ªo es menor que en Alemania. La trayectoria contrasta con el mantenimiento de un d¨¦ficit elevado en todos los pa¨ªses que acaban de ser sometidos al instrumento correctivo de Bruselas ¡ªregistr¨¢ndose incluso una agravaci¨®n en tres de ellos: Francia, Polonia y Eslovaquia¡ª.
Co todo, nuestro d¨¦ficit (siempre medido en t¨¦rminos netos, descontando los intereses) todav¨ªa alcanzar¨ªa medio punto de PIB en el presente ejercicio, seg¨²n las previsiones de la Comisi¨®n. Es decir, tenemos un problema estructural, cuya persistencia plantea un riesgo para la sostenibilidad de la deuda p¨²blica (solo un equilibrio neto, o primario, garantizar¨ªa la estabilidad de la ratio de deuda sobre PIB, en base a hip¨®tesis prudentes). Adem¨¢s, las nuevas reglas fiscales obligan a un ritmo de desendeudamiento que solo es concebible bajo el supuesto de una reducci¨®n adicional del desequilibrio.
La experiencia de Francia muestra que este riesgo, aparentemente inocuo durante un periodo prolongado, puede aflorar s¨²bitamente. La econom¨ªa francesa arrastra un crecimiento d¨¦bil, lastrado por una p¨¦rdida de competitividad, y un desequilibrio presupuestario estructural, factores todos ellos que tienden a elevar el peso de la deuda p¨²blica. Pese a este entorno, Macron logr¨® generar una credibilidad de su pol¨ªtica econ¨®mica, jugando un papel clave para mantener las condiciones de financiaci¨®n del Estado. Aqu¨ª es donde ha incidido la convocatoria electoral, cuyo desenlace est¨¢ rodeado de incertidumbres. Y sin confianza los dilemas a que se enfrenta la pol¨ªtica econ¨®mica son endiablados, ya que el margen de maniobra se reduce, conduciendo a decisiones perjudiciales para la sociedad y la econom¨ªa.
Por tanto, no hay raz¨®n para la autocomplacencia. Bruselas recuerda las promesas en materia de reforma tributaria y de calidad del gasto p¨²blico. As¨ª que el pr¨®ximo plan presupuestario se mirar¨¢ con lupa y prefigurar¨¢ la capacidad para generar un ciclo expansivo sostenible. Pero recordemos que a largo plazo son los hechos, y no los compromisos, los que sustentan de la credibilidad de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Prima de riesgo
La convocatoria de elecciones en Francia ha desatado un cierto nerviosismo en los mercados financieros. En dos semanas, el diferencial de rentabilidad entre el bono español a 10 años y la referencia alemana (prima de riesgo) ha pasado de menos de 80 puntos básicos a 94 —un nivel todavía inferior a los más de 100 puntos del año pasado—. El impacto en la deuda francesa ha sido mucho más pronunciado: la prima de riesgo escala hasta 74, frente a 49 hace dos semanas y una media de 44 en el año 2023.
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