El impacto del ingreso m¨ªnimo vital en la poblaci¨®n gitana

La lucha contra la pobreza y a favor de la inclusi¨®n social est¨¢n sin duda en la agenda de las administraciones p¨²blicas, ya sean de ¨¢mbito estatal o auton¨®mico. La crisis de 2008 y el shock repentino provocado por la pandemia de la covid-19 a comienzos de 2020 pusieron de manifiesto una imperiosa necesidad de tener una red de seguridad robusta que pueda evitar circunstancias sobrevenidas ¡ªcomo el desempleo o la pobreza¡ª que provoquen una exclusi¨®n social duradera a quienes lo sufren.

La aprobaci¨®n del ingreso m¨ªnimo vital (IMV) en 2020 va precisamente en esa direcci¨®n: aportar esa red de seguridad a quien lo necesite. Es una prestaci¨®n sin duda muy necesaria y pertinente, que, en forma de renta m¨ªnima garantizada, otorga un nivel m¨ªnimo de ingresos a todas las personas u hogares en situaci¨®n de extrema vulnerabilidad en Espa?a. Despu¨¦s de tres a?os desde su implementaci¨®n, cabe reflexionar sobre la capacidad de esta herramienta para paliar esa situaci¨®n de pobreza para hogares vulnerables. En ese sentido, los datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) apuntan a que alrededor de 65 de cada 100 hogares que cumplen todos los requisitos no est¨¢n recibiendo la prestaci¨®n.

Si existe un grupo de poblaci¨®n en situaci¨®n de extrema vulnerabilidad en nuestro pa¨ªs es la poblaci¨®n gitana. Un estudio realizado en colaboraci¨®n entre la Fundaci¨®n Secretariado Gitano y la Fundaci¨®n Iseak en 2018 indica que en ese a?o 66 de cada 100 hogares gitanos se encontraban en situaci¨®n de extrema pobreza, cifra que ascend¨ªa hasta el 70% cuando nos centramos en hogares con menores. Es evidente por tanto que una herramienta como el IMV puede ser de gran utilidad para paliar la situaci¨®n de pobreza de las personas gitanas. La Fundaci¨®n Secretariado Gitano, que desde hace m¨¢s de 40 a?os trabaja con la poblaci¨®n gitana con el fin de conseguir su inclusi¨®n social, educativa y laboral, ha querido analizar cu¨¢l ha sido el impacto de la implantaci¨®n del IMV en las personas gitanas, las barreras que la poblaci¨®n potencialmente perceptora dice encontrar para acceder a la prestaci¨®n, as¨ª como las acciones que pueden identificarse para facilitar su llegada a aquellos hogares que por su situaci¨®n de renta y patrimonio la necesitaran. Para ello, ha colaborado con la Fundaci¨®n Iseak.

Del estudio realizado se extraen tres mensajes fundamentales: en primer lugar, si bien el conocimiento sobre esta prestaci¨®n est¨¢ muy extendido entre la poblaci¨®n gitana (el 85% de los hogares gitanos conoce su existencia), del 52% de hogares que tiene derecho a la prestaci¨®n por cumplir todos los requisitos, ¨²nicamente el 29% lo recibe, un dato que rompe con la idea bastante extendida de que los gitanos suelen vivir de las prestaciones sociales. Esto implica que la baja cobertura de la prestaci¨®n no se debe mayormente al desconocimiento sobre su existencia. Sin embargo, al indagar sobre las barreras de la poblaci¨®n potencialmente beneficiaria de esta herramienta, encontramos que ¨¦stas se enfrentan a un gran desconocimiento sobre c¨®mo solicitarlo, sobre su derecho a acceder a ella e incluso por la dificultad de encajar el t¨¦rmino de ¡°unidad de convivencia¡± a la poblaci¨®n gitana. En segundo lugar, al analizar el impacto de esta prestaci¨®n para paliar la extrema pobreza entre la poblaci¨®n gitana, se encuentra que logra sacar a relativamente pocos hogares, especialmente por su baja cobertura. Si bien, para aquellos que lo reciben, s¨ª que se logra que la gravedad o intensidad de la pobreza disminuya.

Adicionalmente, en hogares con menores, el complemento a la infancia que acompa?a al IMV s¨ª es muy eficaz para paliar la pobreza infantil. El problema de este complemento es que muy pocas personas saben de su existencia, fen¨®meno que tambi¨¦n sucede con la poblaci¨®n general. En tercer lugar, el estudio muestra que la activaci¨®n laboral, social y educativa del colectivo perceptor del IMV es claramente una asignatura pendiente, pues ¨²nicamente el 22% recibe alg¨²n tipo de activaci¨®n laboral, ya sea formaci¨®n, orientaci¨®n o intermediaci¨®n con empresas. Algo muy diferente sucede con aquellos beneficiarios del IMV que est¨¢n en contacto con la Fundaci¨®n Secretariado Gitano, pues se duplica la proporci¨®n de aquellos que reciben alg¨²n tipo de activaci¨®n laboral.

Dados estos resultados, del estudio se desprenden algunas recomendaciones, la mayor¨ªa extensibles al conjunto de la poblaci¨®n en Espa?a, y en algunos casos, incluso a otras prestaciones: en primer lugar, para mejorar el alcance de esta prestaci¨®n (y de otras, como el complemento de ayuda a la infancia, los bonos sociales, etc¨¦tera) y que llegue a la pr¨¢ctica totalidad de los hogares que cumplen los requisitos ser¨ªa muy aconsejable que la existencia de la declaraci¨®n de la renta se universalizara, es decir, que cada persona mayor de 18 a?os tuviera que presentar su propia declaraci¨®n. Esto, unido a la informaci¨®n que se recoge en otros registros administrativos, como la Seguridad Social, los Servicios P¨²blicos de Empleo y los Servicios Sociales, permitir¨ªa a la Administraci¨®n actuar como un agente activo, contactando a los hogares potencialmente beneficiarios de la prestaci¨®n o solicitando la informaci¨®n complementaria m¨ªnima para recibirla. Adem¨¢s, ser¨ªa necesario utilizar la informaci¨®n de ingresos presentes y no los del a?o anterior como se est¨¢ haciendo actualmente.

En tercer lugar, adem¨¢s de la garant¨ªa de ingresos, la salida de la pobreza, especialmente en el caso de la poblaci¨®n gitana, pasa por la educaci¨®n y el empleo. La activaci¨®n laboral de las personas perceptoras del IMV potencialmente activables es una tarea pendiente y urgente, pues el objetivo de este instrumento es precisamente que quienes lo reciben lo hagan de forma transitoria y se emancipen de ¨¦l por haber encontrado un empleo que le permite no necesitar de esa ayuda. Y junto a los est¨ªmulos a la inserci¨®n laboral, el apoyo y refuerzo educativo de los ni?os de familias perceptoras de IMV es fundamental para romper la transmisi¨®n intergeneracional de la pobreza.