Litigios medioambientales y desastres clim¨¢ticos
Cuando el pleito se resuelve a favor del demandante, las emisiones del pa¨ªs implicado se reducen significativamente
Las dos semanas pasadas se han reunido los representantes de m¨¢s de 200 pa¨ªses para discutir acciones globales ante la emergencia clim¨¢tica. Las Conferencias anuales de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (COP) son el ¨²nico foro multilateral de toma de decisiones sobre el cambio clim¨¢tico. La COP29 ha concluido con un acuerdo de m¨ªnimos. Esta vez se ha pactado la financiaci¨®n para el clima que debe fluir del norte al sur global. Sin embargo, la cifra de 300.000 millones de euros anuales a partir de 2035 ha sido tachada de insuficiente por los pa¨ªses m¨¢s pobres y vulnerables, los cuales carecen de recursos para financiar su descarbonizaci¨®n.
A estas alturas, est¨¢ claro que las acciones de los gobiernos y de las empresas son insuficientes para evitar que el calentamiento global sobrepase los 1,5-2 grados por encima de los niveles preindustriales fijados en el Acuerdo de Par¨ªs en 2015. Esto implicar¨ªa un pico de emisiones antes de 2025 y una reducci¨®n del 45% por debajo de los niveles de 2010 en este decenio. Estos objetivos no son realistas con la actual trayectoria de emisiones de los pa¨ªses que m¨¢s contaminan. Como consecuencia de la falta de acci¨®n, la frecuencia e intensidad de los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos sigue aumentando. El alcance y consecuencias socioecon¨®micas negativas de estos desastres clim¨¢ticos no s¨®lo se limitan a la generaci¨®n actual, sino que afectar¨¢n a las generaciones futuras.
Es cierto que tras el Acuerdo de Par¨ªs se ha observado un aumento de las acciones por el clima de gobiernos y empresas. En la ¨²ltima d¨¦cada, el n¨²mero de regulaciones relacionadas con el cambio clim¨¢tico se ha m¨¢s que duplicado, pero muchas de ellas no son vinculantes, no se acatan o implican a pocos pa¨ªses. Asimismo, las grandes empresas han presentado planes de sostenibilidad y descarbonizaci¨®n. Lamentablemente, dichos planes no siempre se materializan y se habla de blanqueo ecol¨®gico. La pregunta crucial es qu¨¦ podemos hacer los ciudadanos para evitar lo inevitable, o, al menos, para contribuir a evitar el desastre clim¨¢tico.
Los litigios sobre el cambio clim¨¢tico ofrecen a la sociedad civil una posible v¨ªa para hacer frente a las respuestas inadecuadas de los gobiernos y del sector privado a la crisis clim¨¢tica. Llevando a juicio a un Gobierno o a una empresa que infringe los acuerdos o las leyes, los demandantes pueden obligar a los sectores p¨²blico y privado a alcanzar objetivos de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n m¨¢s ambiciosos. Para ello pueden utilizarse diversas estrategias jur¨ªdicas. Pero, ?son los litigios una v¨ªa efectiva para reducir el calentamiento? Evaluar los litigios relacionados con el cambio clim¨¢tico es tan importante como evaluar la efectividad de las leyes y pol¨ªticas aprobadas por los ¨®rganos ejecutivos y legislativos o los planes de sostenibilidad de las empresas.
En una investigaci¨®n reciente analizamos si los litigios clim¨¢ticos pueden contribuir a la reducci¨®n de las emisiones. Desde un punto de vista te¨®rico, basamos el an¨¢lisis en el modelo IPAT, que explica el impacto ambiental con factores como la poblaci¨®n, la afluencia y la tecnolog¨ªa. Ampliamos el modelo con las leyes y los litigios relacionados con el clima para evaluar el papel complementario de los tribunales en la reducci¨®n de emisiones. Los resultados indican que cuando los litigios se resuelven a favor del demandante las emisiones del pa¨ªs implicado se reducen significativamente. El impacto reductor de los litigios es m¨¢s significativo en los pa¨ªses ricos. Aunque dicho efecto es menor que el estimado para el Protocolo de Kioto o las legislaciones sobre emisiones, los litigios clim¨¢ticos han visto su despegue sobre todo a partir de 2015, cuando se firm¨® el Acuerdo de Par¨ªs. Entre las demandas recientes, algunas desaf¨ªan la falta de acci¨®n ante cat¨¢strofes naturales, como son los casos de deforestaci¨®n en Brasil, o en Uganda por inacci¨®n ante los deslizamientos de tierra.
Los litigios, aunque costosos, podr¨ªan ser efectivos y sentar las bases para que las nuevas regulaciones sean vinculantes y se tomen en serio por todos los agentes, contribuyendo as¨ª a la descarbonizaci¨®n y a estar mejor preparados ante los desastres clim¨¢ticos.
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