El director de sostenibilidad manda cada vez m¨¢s en las empresas
En el 63% de las compa?¨ªas del Ibex este profesional forma parte del comit¨¦ ejecutivo. Sin embargo, en nueve de cada diez ejerce funciones a?adidas. Los inversores y la regulaci¨®n han provocado el cambio
Son un valor en alza. Unos profesionales que van a sacar adelante un mont¨®n de papeleo en las empresas y conducirlas hacia nuevos proyectos o servicios. Los directores de sostenibiliad (CSO) se han consolidado como una funci¨®n clave y estrat¨¦gica dentro de las compa?¨ªas del Ibex 35, seg¨²n el informe Si es f¨¢cil, es greenwashing. Evoluci¨®n del valor de la direcci¨®n de sostenibilidad en una corporaci¨®n, elaborado por la firma de selecci¨®n de ejecutivos Heidrick & Struggles.
Al principio, esta direcci¨®n se le encomendaba a personas procedentes del ¨¢rea de comunicaci¨®n y relaciones institucionales. Conforme la normativa se ha ido volviendo m¨¢s exigente y ha hecho mella en los inversores, han ido cambiando los perfiles, aunque a¨²n permanecen algunos profesionales de ese entorno (como Eduardo Navarro en Telef¨®nica o Jordi Garc¨ªa Tabernero en Naturgy).
En el 63% de las compa?¨ªas del Ibex el CSO es miembro del comit¨¦ de direcci¨®n, lo que muestra la relevancia que ha adquirido en los ¨²ltimos a?os en un entorno donde la sostenibilidad se considera una ventaja competitiva. ¡°Cambiamos cuando vimos que la sostenibilidad era importante para los grandes clientes y los inversores de Londres y Nueva York, que daban la misma relevancia a la ESG [medio ambiente, social y gobernanza] que a los datos financieros. La pusimos al mismo nivel que la estrategia o las operaciones de fusiones y adquisiciones [M&A]¡±, se?ala Manuel Ausaverri, director de Estrategia y Sostenibilidad de Indra, esta ¨²ltima desde 2020.
De hecho, seg¨²n Joanna Raczynska, principal de la pr¨¢ctica de Industria y la de Consejos de Administraci¨®n de Heidrick & Struggles, ¡°las ¨¢reas de sostenibilidad van a una velocidad m¨¢s alta que las propias corporaciones. Funcionan como start-ups dentro de ellas¡±.
Y, a pesar de que un 91% de sus m¨¢ximos responsables combinan esta funci¨®n con otras, sus roles est¨¢n m¨¢s pr¨®ximos a los inversores y a las operaciones. En los casos de Javier Rodr¨ªguez Soler de BBVA y Fernando Ram¨ªrez de Merlin compaginan esa tarea con la direcci¨®n de un ¨¢rea de negocio; en los de Jos¨¦ Entrecanales de Acciona Energ¨ªa, Jos¨¦ ?ngel Tejero de Acciona Grupo y Xavier Tintor¨¦ de Fluidra la compatibilizan con la direcci¨®n financiera o con la de estrategia, como ocurre con Manuel Ausaverri de Indra y Marta Gil de la Hoz de Sacyr. Solamente tres personas est¨¢n puramente enfocadas a la sostenibilidad dentro del Ibex: Javier Losada Montero, de Inditex; Eugenio Solla Tom¨¦, de La Caixa y Mar¨ªa Malaxechevarr¨ªa, de Endesa (que ejerce tambi¨¦n como directora de la Fundaci¨®n Endesa).
Contribuci¨®n al negocio
¡°En las compa?¨ªas donde el rol de CSO ha crecido m¨¢s, la importancia de la sostenibilidad ha sido reforzada por la integraci¨®n de sus pr¨¢cticas en las estrategias de innovaci¨®n y en el negocio en general¡±, asegura el estudio, que habla de productos y servicios creados desde esa direcci¨®n. Valent¨ªn Alfaya, al frente de Sostenibilidad, Calidad y Medio Ambiente de Ferrovial, se considera una excepci¨®n entre los directores de sostenibilidad, pues lleg¨® al comit¨¦ de direcci¨®n hace m¨¢s de 15 a?os y es uno de los contados CSO que viene del ¨¢rea cient¨ªfica (es doctor en Biolog¨ªa). Desde su punto de vista, ¡°la mejor noticia de todas es que las empresas cambian su porfolio para aportar soluciones para el medio ambiente¡±. En Ferrovial, sostiene, la divisi¨®n de energ¨ªa surgi¨® de la estrategia de sostenibilidad, igual que su negocio de carsharing. ¡°Cerca del 40% de nuestra actividad es taxon¨®mica, se puede considerar verde puro y duro¡±, explica, ¡°pero el valor a?adido va mucho m¨¢s all¨¢. Por ejemplo, con la financiaci¨®n verde sobresuscrita, que permite un coste m¨¢s barato¡±.
Para Fernando Ram¨ªrez, CSO de Merlin y director de Loom, su divisi¨®n de oficinas flexibles, la sostenibilidad tiene una traslaci¨®n m¨¢s directa desde el punto de vista de la deuda: con 4.000 millones de euros en bonos que se han convertido en deuda verde, precisa. La buena calificaci¨®n de Indra en sostenibilidad, indica Ausaverri, les ayuda a conseguir contratos, sobre todo privados, donde un 20% de los puntos pueden estar asociados a las pol¨ªticas medioambientales o de derechos humanos. A Endesa le ha permitido ganar los primeros concursos de transici¨®n justa en Andorra y Portugal, en los que el plan de apoyo socioecon¨®mico a las comunidades locales puntuaba con el 55% del total, seg¨²n Mar¨ªa Malaxechevarria, su CSO.
El equipo de sostenibilidad de Endesa es diferencial, cuenta con 28 personas, frente a las 4 de Indra o las 6 de Ferrovial. La creciente preocupaci¨®n por ser acusados de greenwashing (¡°a veces hay m¨¢s literatura que ciencia en la sostenibilidad de las empresas¡±, reconoce Fernando Ram¨ªrez) hace que estas direcciones se hayan ido acercando a las ¨¢reas de estrategia de las corporaciones. Aunque a juicio de Alfaya, ¡°ha sido el sector financiero global, que busca activos relacionados con lo verde, el que ha cambiado las organizaciones¡±. ¡°La presi¨®n de los fondos de inversi¨®n y la necesidad de reportar ha provocado este viraje radical en las empresas¡±, asegura. ¡°Cada vez son m¨¢s los inversores y los bancos que piden que se analicen las pol¨ªticas de sostenibilidad y es impensable una reuni¨®n del consejero delegado con los inversores en la que no haya preguntas sobre ESG¡±, apoya Ausaverri, que afirma: ¡°quien est¨¦ libre del pecado del greenwashing, que tire la primera piedra. Todas las compa?¨ªas hemos tratado de ofrecer nuestra mejor versi¨®n. Pero hay gente que lo asocia con reporte fraudulento y eso no es as¨ª¡±. El CSO de Indra cree que ¡°el KPI (indicador) mata el greenwashing¡±.
Para Malaxechevarria, la forma de evitar los lavados de cara es hacer p¨²blicos los planes de cumplimiento de largo plazo e ir informando sobre el grado de cumplimiento de manera peri¨®dica.
Todos los expertos consultados sostienen que su principal caballo de batalla es cumplir con el reporte normativo, al que destinan entre el 50% y el 80% de su tiempo. ¡°Dedicamos m¨¢s tiempo a reportar que a hacer proyectos de sostenibilidad y esto es un riesgo¡±, mantiene Alfaya, que cree que la regulaci¨®n europea se ha vuelto ¡°hipertr¨®fica¡±: ¡°Cotizamos en EE UU, Espa?a y Holanda, y tenemos que reportar anualmente m¨¢s de 1.800 indicadores. Es un aut¨¦ntico disparate. Me preocupa que estemos m¨¢s atentos al cumplimiento que a la eficacia en la reducci¨®n de las emisiones¡±, afirma. Pese a que todos ven con buenos ojos los objetivos de la directiva anti greenwashing, ¡°el regulador se ha pasado de frenada. Perdemos m¨¢s tiempo en contar lo que se hace que en hacerlo¡±, suscribe Fernando Ram¨ªrez. ¡°Estamos en un momento de cambio del reporte y es un momento de incertidumbre. La directiva europea nos est¨¢ metiendo una presi¨®n tremenda porque es ambigua y todas las empresas tenemos que reportar en dos meses¡±, admite Manuel Ausaverri.
En 2025 todas las compa?¨ªas de m¨¢s de 500 empleados est¨¢n obligadas a entregar su informaci¨®n no financiera.
A la caza de profesionales
El talento de los directores de sostenibilidad es muy disputado, según Joanna Raczynska, porque son muy pocos los especialistas y las exigencias del regulador aumentan. Las empresas buscan en él más habilidades de liderazgo que otra cosa; personas adaptables, con capacidad de coordinación y que no se desanimen ante la avalancha normativa. Los principales retos de estos profesionales son: la falta de comprensión (hay muchas empresas sin consejeros con conocimientos en este campo), la proliferación de regulaciones y estándares, que añaden presión a unos equipos pequeños, las dificultades para medir y comunicar el valor que aportan, y la integración con otras áreas del negocio.