John Elkington, experto en sostenibilidad: ¡°El capitalismo actual es una m¨¢quina de crear el caos¡±
El fundador de la consultora Volans, defiende que ¡°cuando los sistemas se tambalean regenerarlos es la ¨²nica opci¨®n¡±
El capitalismo es, en t¨¦rminos de sostenibilidad, ese invitado inc¨®modo que pide lo m¨¢s caro de la carta, se emborracha y lanza improperios en una cena cuya cuenta y platos rotos pagan otros. ¡°En su configuraci¨®n actual es insostenible por dise?o, porque opera sobre externalidades, externalizando todo tipo de costes a la sociedad, el medioambiente y el futuro¡±, dice John Elkington, uno de los pioneros y m¨¢ximos referentes mundiales en responsabilidad corporativa y sostenibilidad y fundador de la consultora Volans. ¡°Es una m¨¢quina de crear un caos creciente en el mundo con el tiempo¡±, asegura por videollamada desde Londres, d¨ªas antes de su participaci¨®n en la ESG Summit Europe en Madrid, la semana pasada. Los cambios en el clima y su impacto en las sociedades, las desigualdades y el debilitamiento de la democracia son s¨ªntomas del capitalismo actual fuera de control, dice Elkington en uno de los m¨¢s de 20 libros que llevan su firma.
Sin embargo, si el economista ruso Nikol¨¢i Kondr¨¢tiev estaba en lo cierto, y el experto as¨ª lo estima, tambi¨¦n es por naturaleza un sistema que colapsa, se reinventa y resurge con fuerza. Si el pensamiento tecnol¨®gico, nuevos modelos de negocio y el cambio en los valores empresariales, entre otros aspectos, siguen desarroll¨¢ndose, Elkington cree que veremos al capitalismo transformarse. ¡°Atravesamos un per¨ªodo en el que las antiguas maneras de lidiar con el valor, con la explotaci¨®n de los recursos naturales y dem¨¢s se ver¨¢n cada vez m¨¢s de forma sospechosa. Y con el tiempo se ir¨¢n abandonando¡±, apunta. ¡°Eso no significa que todos lo hagan adecuadamente ni que aquellos que s¨ª lo hagan necesariamente vayan a tener ¨¦xito. Es un proceso de r¨¢pida experimentaci¨®n en el que habr¨¢ un n¨²mero catastr¨®fico de fracasos¡±.
Hace tres d¨¦cadas, Elkington acu?¨® su triple cuenta de resultados, una herramienta para integrar el progreso econ¨®mico, social y medioambiental, una base para repensar el sistema, a la que poco despu¨¦s a?adi¨® las tres pes de las iniciales en ingl¨¦s de gente, planeta y beneficio. El concepto ech¨® ra¨ªces y a su alrededor crecieron otras iniciativas, como el ¨ªndice Dow Jones Sustainability. ¡°Pero la gente comenz¨® a verlo simplemente como un mecanismo de compensaci¨®n¡±, comenta el autor, en el que segu¨ªa dominando el beneficio financiero.
Aunque funciona ¡°razonablemente bien¡±, ten¨ªa sus limitaciones, ya que se tend¨ªa a pensar en ella en un marco de responsabilidad: presentaci¨®n de informes, tratamiento m¨¢s equitativo de las partes, etc¨¦tera. ¡°Y eso est¨¢ bien, pero solo te lleva hasta un cierto punto¡±, asevera Elkington. Tras revisar el concepto en los ¨²ltimos a?os, a?adi¨® un nuevo enfoque en torno a tres erres: responsabilidad, resiliencia y regeneraci¨®n. Ahora el mundo se adentra en un nuevo per¨ªodo en el que la resiliencia es fundamental, y a medida que todos los sistemas que damos por sentados ¡ªecon¨®micos, pol¨ªticos, sociales, medioambientales¡¡ª ¡°se tambalean¡±, defiende, regenerarlos es la ¨²nica manera de lograrla.
El viejo orden se sacude y, para el Elkington, nos dirigimos a un escenario m¨¢s complejo que cualquier otro, en el que, por ejemplo, los conflictos ser¨¢n un motor de cambio y veremos a personas de fuera del sistema al frente de pa¨ªses y negocios. ¡°Esto es lo que siempre pasa en estos periodos de cambios turbulentos¡±, dice. ¡°Y no siempre nos lleva en la direcci¨®n correcta¡±. Solo hay que echar un vistazo a los a?os treinta del siglo pasado.
A pesar de los peligros que, como muestra la historia, se pueden colar por las grietas de un sistema que se descompone, Elkington, capaz de hacer a?icos el haiku de Benedetti que defiende que un pesimista es solo un optimista bien informado, se siente hoy m¨¢s optimista que en los ¨²ltimos 20 a?os. ¡°Es un momento emocionante porque de repente la gente deja de simplemente girar las manivelas de un sistema existente y comienza a plantear cuestiones m¨¢s fundamentales¡±, dice. En los ¨²ltimos a?os cada vez m¨¢s inversores y economistas hablan de la necesidad de un cambio de sistema. ¡°As¨ª que creo que este es el punto en el que estamos. Ahora tenemos que llevarlo a cabo de alguna manera¡±.
El escenario al que nos dirigimos requerir¨¢ de nuevas formas de liderazgo capaces de sacar a la humanidad de la trampa en la que se ha metido. ¡°Creo que con las nuevas tecnolog¨ªas, como la teledetecci¨®n satelital, para ver qu¨¦ hacemos desde fuera, o la inteligencia artificial para procesar datos e informaci¨®n, entre otras, tenemos herramientas a nuestra disposici¨®n m¨¢s poderosas que ninguna ¨¦poca otra anterior¡±, comenta el experto.
Tanto estas innovaciones como el movimiento por la sostenibilidad tienen el potencial de redise?ar el futuro, pero no est¨¢n conversando de manera adecuada, y una de las razones, expone, es que la segunda todav¨ªa se enfoca en gran medida en la industria del pasado, causante de los problemas actuales. El papel final de las tecnolog¨ªas, por otro lado, depender¨¢ tambi¨¦n de en manos de qui¨¦n est¨¦n: ¡°Tenemos que hacer un esfuerzo mayor para acercarnos ahora a la gente que est¨¢ desarrollando este tipo de tecnolog¨ªas cr¨ªticas, para entender qu¨¦ est¨¢n intentando hacer, en lugar de tratar de involucrarnos cuando hayan cometido los errores que las industrias anteriores cometieron¡±.
M¨¢s eficiente, m¨¢s r¨¢pido
¡°Hemos avanzado enormemente. Simplemente, no lo hemos hecho lo suficientemente r¨¢pido¡±, dice sobre el camino recorrido hacia la sostenibilidad. La lentitud a la hora de entender y atender las advertencias de la ciencia, entre otros factores, ha hecho que se llegue tarde. Esta nos demuestra que estamos en un ¡°l¨ªo terrible¡± y la respuesta de los Gobiernos, considera, es cuando menos insuficiente. ¡°La comunidad empresarial est¨¢ comenzando a ver la realidad y, a veces, empezando a reaccionar m¨¢s r¨¢pido que los pol¨ªticos o funcionarios gubernamentales¡±, defiende. ¡°Ambos sectores deben trabajar de manera mucho m¨¢s efectiva, juntos, si realmente queremos solucionar estos problemas¡±. La historia, cuenta Elkington, sugiere que como especie reaccionamos solo cuando estamos acorralados, algo que sucede con los conflictos y tambi¨¦n con el cambio clim¨¢tico. ¡°Por eso creo que los pr¨®ximos 10 o 15 a?os ser¨¢n cr¨ªticos¡±.
A la clase pol¨ªtica que abraza el negacionismo con el que grandes empresas blindaban sus beneficios le ¡°saldr¨¢ caro¡±. Ignorar las evidencias no los librar¨¢ de las ¡°disrupciones econ¨®micas¡±, impulsadas por quienes s¨ª les prestan atenci¨®n, que ¡°van a arrasar¡± econom¨ªas y muchas de sus ¡°preciadas marcas e industrias¡±. ?Un ejemplo?, los aranceles impuestos, entre otros, por la Uni¨®n Europea a la importaci¨®n de veh¨ªculos el¨¦ctricos de China. ¡°?Cu¨¢nto tiempo van a poder contener la riada de tecnolog¨ªa china? No creo que mucho. Y si decidimos restringirla completamente, creo que estamos condenados como regi¨®n¡±, sentencia.
A sus ojos, Europa est¨¢ ante un ¡°gran problema existencial¡±, ¡°c¨®moda y estancada¡± en el viejo orden que ayud¨® a crear. Ha intentado enfrentarse a los desaf¨ªos desde la regulaci¨®n, cuando la salida, defiende Elkington, pasa por innovar. ¡°Si estableces mucha regulaci¨®n, frenas mucha de la innovaci¨®n necesaria¡±, expone. ¡°Pienso que Europa necesita reinventarse en todos los niveles. Y no creo que el nuevo Pacto Verde por s¨ª mismo sea ni remotamente suficiente¡±.
M¨¢s all¨¢ de las empresas
En el camino hacia la sostenibilidad, poner el foco solo en las compa?¨ªas no es suficiente, porque la realidad, dice el experto, es que los mercados a¨²n no respaldan lo que algunos directivos intentan hacer. La pregunta entonces es c¨®mo redise?arlos para que la sostenibilidad no sea una elecci¨®n ni dependa de la buena voluntad del director ejecutivo de turno. En esta nueva dimensi¨®n, Elkington habla, entre otros aspectos, de un cambio de direcci¨®n hacia cierta implicaci¨®n pol¨ªtica, despu¨¦s de a?os en los que se abog¨® por mantener la esfera corporativa fuera de esta para protegerla de su influencia, y de la uni¨®n de empresas en torno a la sostenibilidad.
¡°Estamos llegando a un momento en el que necesitamos que las empresas se hagan o¨ªr en algunos de estos desaf¨ªos y aporten su peso pol¨ªtico al proceso¡±, comenta. Como ejemplo alude a un an¨¢lisis reciente en el que Volans, la consultora que fund¨® en 2008, encontr¨® que las pol¨ªticas de sostenibilidad de un cuarto de las asociaciones comerciales a las que pertenece Unilever iban en direcci¨®n contraria o a menor ritmo que las de la multinacional. ¡°Creo que tenemos que ver mucho m¨¢s de esto¡±, dice. No es una cuesti¨®n de transparencia solo sobre las propias operaciones de una compa?¨ªa, sino tambi¨¦n de lo ¡°que se est¨¢ haciendo en su nombre, pol¨ªticamente, a trav¨¦s de lobbies, etc¨¦tera¡±.
Por otro lado, Elkington considera que las compa?¨ªas deben aunar fuerzas para alentar a la Administraci¨®n, en sus distintos niveles, a establecer ¡°condiciones en las que empresas y mercados puedan aportar soluciones¡±. Tambi¨¦n, apunta, para construir una demanda cr¨ªtica de sostenibilidad capaz de alterar las din¨¢micas de los mercados, para utilizar ¡°su m¨²sculo econ¨®mico¡± para impulsar el cambio.
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