Fernando M. Reimers: ¡°El fin de la educaci¨®n es producir una sociedad viable, no la evaluaci¨®n¡±
El director del Programa de Pol¨ªtica Educativa de la Universidad de Harvard apuesta por primar "la experimentaci¨®n" frente a la "obsesi¨®n por el curr¨ªculo" en el nuevo sistema de ense?anza
¡°Es un momento donde todos tenemos la responsabilidad de ayudar a las personas sobre las que tenemos influencia a que no pierdan la esperanza¡±. Este es el principal mensaje de Fernando M. Reimers (Venezuela, 61 a?os), profesor de la Fundaci¨®n Ford de Pr¨¢ctica en Educaci¨®n Internacional y director de la Iniciativa Global de Innovaci¨®n Educativa y del Programa de Pol¨ªtica Educativa Internacional de la Universidad de Harvard, para los actores de la comunidad educativa. Coautor de una gu¨ªa para responder a la pandemia en el terreno de la ense?anza junto a Andreas Schleicher, director de Educaci¨®n y Habilidades de la OCDE, participa estos d¨ªas en el congreso Virtual Educa Connect para apoyar la toma de decisiones sobre la educaci¨®n. Responde a EL PA?S por videoconferencia desde Boston, donde reside.
Pregunta: Estamos ante una oportunidad para la educaci¨®n. ?Debemos asumir que para iniciar este proceso habr¨¢ retrocesos o bajas?
Respuesta: No hay que perder de vista que esto es una pandemia y por tanto una tragedia. Si uno mira las experiencias hist¨®ricas se da cuenta de que las pandemias pueden producir grandes descalabros, pero en algunos casos de buen liderazgo, como en Italia con la peste de 1.300, llevaron a que la familia de los Medici invirtiera en artistas y cient¨ªficos que dieron paso al cabo de unas d¨¦cadas al Renacimiento. Hay otro escenario, el de la gripe espa?ola, que en 1918 contribuy¨® a que surgiera el nazismo. Esa pandemia hizo muy dif¨ªcil que las municipalidades alemanas invirtieran en servicios b¨¢sicos y eso hizo que muchas personas se sintieran marginadas y algunas se radicalizaron. Esta pandemia va a causar grandes disrupciones, pero en este esquema que estemos preocupados por la educaci¨®n ya es una gran noticia. Las escuelas a veces son espacios de anticipaci¨®n de la sociedad en la que viven, no son sitios en los que reproducen el contexto. Est¨¢n ocurriendo descalabros y hay brechas muy grandes entre ni?os, seguramente las cosas se har¨¢n m¨¢s dif¨ªciles antes de que se puedan corregir, pero en un momento como este es muy importante mantener la esperanza, sobre la base de que hay un camino a un mundo mejor. La escuela es uno de los espacios para construir esa esperanza y muchos maestros as¨ª lo han entendidos.
P. ?Cu¨¢nto se les puede exigir a unos profesores ya aquejados de carencias?
R. Lo que he observado en este tiempo es un gran profesionalismo de los profesores, m¨¢s visible en los que trabajan con los ni?os m¨¢s marginados. Tenemos el caso de dos j¨®venes en Chile, reci¨¦n iniciados en unas escuelas de alta marginaci¨®n. Cuando cerraron las escuelas, se enteraron de experiencias en otros pa¨ªses que hab¨ªan grabado sus clases con el m¨®vil y estas grabaciones circulaban v¨ªa WhatsApp, que tiene una penetraci¨®n impresionante. Pensaron que, si pod¨ªan hacerlo en Nigeria, en Chile tambi¨¦n. Al cabo de una semana todos los chicos estaban viendo las clases. El alcalde se lo cont¨® a otros y al cabo de dos semanas hab¨ªa 240 municipalidades asociadas en zonas de mucha pobreza con radios locales que retransmit¨ªan las clases. La historia es que un grupo peque?o de personas hizo lo que el Gobierno no pudo. Poniendo luz sobre estas cosas, podemos aprender de ello.
Una pandemia puede ser un momento para mover un sistema hacia delante, en direcci¨®n del siglo XXI, o llevarlo hacia atr¨¢s. Hay que ser cuidadosos.
P. Una vez m¨¢s, no siempre es cu¨¢nto se invierte sino c¨®mo se invierte.
R. Y c¨®mo se gestiona. Hay algunas formas de organizaci¨®n que despiertan lo mejor de la gente. La secretaria de educaci¨®n de la ciudad de Bogot¨¢ -Edna Bonilla- tuvo la humildad de acercarse a la sociedad civil con una serie de foros para escuchar a los maestros. La ant¨ªtesis es lo que han hecho algunos superintendentes en EE UU, que no han dado voz a nadie. Los sistemas educativos, vista su evoluci¨®n en el tiempo, tienen varios estadios: primero, que eduque quien pueda, despu¨¦s se exigen algunos est¨¢ndares, m¨¢s tarde se forman a los profesores y, en una cuarta fase, a la que muy pocos ecosistemas han llegado, est¨¢ todo funcionando tan bien que el sistema es aut¨®nomo y las autoridades pueden quitarse del medio. Una pandemia puede ser un momento para mover un sistema hacia delante, en direcci¨®n del siglo XXI, o llevarlo hacia atr¨¢s. Hay que ser cuidadosos.
P. ?Qu¨¦ le exigimos entonces a los Gobiernos, solo herramientas tecnol¨®gicas y capacitaciones?
R. No podemos pensar en medios, sino en fines. Lo primero, es que los Gobiernos tienen que trabajar de la mano de las autoridades sanitarias para garantizar escuelas seguras y, lo segundo, que creen mecanismos que garanticen la continuidad educativa, lo que significa pensar en el acceso para los estudiantes, pero tambi¨¦n en el compromiso de los chicos, en que participen y est¨¦n aprendiendo algo que vale la pena. Hay que estar dispuesto a experimentar y no obsesionarse con el curr¨ªculum. Esto es una oportunidad, hay que ver la cantidad de conocimientos que se puede integrar, por ejemplo, para explicar el proceso de desarrollo de una vacuna. Hay que pensar d¨®nde estamos parados, qu¨¦ est¨¢ en juego y pensar con mucha claridad cu¨¢l es el papel que le toca jugar a la escuela y a los maestros como l¨ªderes sociales. Entre las cosas buenas que han pasado en la pandemia es que los maestros han tenido que estar m¨¢s pendientes del bienestar de sus alumnos, nadie aprende mucho si no se siente incluido.
Una buena reforma educativa es un 90% comunicaci¨®n
P. No podemos esperar que todos est¨¦n dispuestos y preparados para esta tarea.
R. Esta idea no es nueva, pero en algunos sistemas as educativos se nos hab¨ªa olvidado, porque en las ¨²ltimas d¨¦cadas se puso de moda que la mejor manera de desarrollar un sistema es decir cu¨¢les son sus metas y medirlo. Esa idea es incompleta porque no todo se puede medir, cosas tan importantes como la tolerancia por ejemplo. En un momento donde todos sabemos que no tenemos la vida garantizada, pensamos con m¨¢s claridad qu¨¦ es lo importante. La evaluaci¨®n en la educaci¨®n no es un fin, el fin es producir una sociedad viable. Uno de los dividendos de la pandemia es que nos ha hecho discernir la necesidad que de la formaci¨®n sea integral. Hay una epidemia de acoso escolar y muchos maestros consideran que eso no es parte de su trabajo, pero ?qui¨¦n puede aprender en un sitio donde est¨¢ siendo acosado? Los maestros no pueden hacerlo solos, debe ser en colaboraci¨®n con las instituciones.
P. ?Qu¨¦ papel juega la comunicaci¨®n entre esas instituciones, los profesores y las familias en el futuro de la educaci¨®n?
R. Una buena reforma educativa es un 90% comunicaci¨®n, pero de muchas v¨ªas. Y se puede hacer con herramientas sencillas. Hace unos meses particip¨¦ en unos foros en Zoom -plataforma de videollamadas-. En uno en Chile estaba el viceministro de Educaci¨®n muy obsesionado con cubrir los contenidos. Una maestra le dec¨ªa que ten¨ªa que entender que en ese pa¨ªs, con los altos niveles de violencia contra las mujeres y la tensi¨®n provocada por la p¨¦rdida de trabajos, el efecto que puede tener presionar a las familias con los contenidos es el de agravar ese problema. El viceministro escuch¨®. Es posible gobernar de una manera mucho m¨¢s abierta. Las ideas buenas pueden venir de cualquier lado y la buena gesti¨®n es crear espacios para ellas y escalarlas.
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