La angustia de las familias por los cambios en la educaci¨®n especial
El Gobierno incluye en la nueva ley de educaci¨®n modificaciones para favorecer la inclusi¨®n de los alumnos con discapacidad en los centros ordinarios, pero no contempla ninguna medida econ¨®mica ni plan estrat¨¦gico
Paula tiene 15 a?os y s¨ªndrome de Down. Hasta los 10, estuvo matriculada en un centro ordinario. ¡°Iba contenta al colegio, ten¨ªa amigos y aprend¨ªa, pero cuando cumpli¨® nueve se dio cuenta de que ella era distinta¡±, cuenta su madre, Marta Sumastre, que un a?o despu¨¦s decidi¨® cambiarla a un centro de educaci¨®n especial. ¡°Mi hija mayor la ve¨ªa en el recreo, jugando sola, y un d¨ªa me rompi¨® el coraz¨®n al decirme que la sacara de all¨ª porque estaba sufriendo¡±. Al llegar al centro especializado, ¡°Paula fue otra¡±. ¡°Vio que hab¨ªa ni?os como ella, que pertenec¨ªa a un grupo¡±. Desde la semana pasada, a Marta Sumastre le cuesta conciliar el sue?o. El jueves se aprob¨® en el Congreso de los Diputados la Lomloe, la octava ley educativa de la democracia ¡ªque est¨¢ en tr¨¢mite en el Senado¡ª y, entre las medidas, se contempla la intenci¨®n del Gobierno de integrar en un periodo de 10 a?os al m¨¢ximo n¨²mero de alumnos con discapacidad en los centros ordinarios, de forma que los de educaci¨®n especial queden reservados ¨²nicamente para los casos m¨¢s graves. ¡°Mi hija ya sabe lo que es sentirse sola, y no es que los ni?os la dejen de lado por maldad, es que son eso, ni?os. Acad¨¦micamente le iba muy bien en la escuela ordinaria, pero social y emocionalmente no. No quiero que vuelva¡±, dice Sumastre angustiada.
El cambio en la ley persigue cumplir con la Convenci¨®n sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU que Espa?a ratific¨® en 2008, en la que se establece que los ni?os con discapacidad ser¨¢n matriculados en las escuelas ordinarias. Adem¨¢s, el Gobierno busca un cambio despu¨¦s de que en 2017 el comit¨¦ de discapacidad de la ONU concluyera en un informe que Espa?a perpet¨²a un ¡°patr¨®n de exclusi¨®n y segregaci¨®n educativa discriminatorio¡± que afecta a las personas con discapacidad. Igualmente, la ONU rechaza la existencia de dos redes (ordinaria y especial) y aboga por un ¨²nico modelo en el que todo tipo de alumnos convivan.
En el curso 2018-2019, el 82,6% de los alumnos no universitarios con discapacidad se matricularon en centros ordinarios; el 17,4% restante (37.499 alumnos) en centros especiales. De estos, el 74,1% en p¨²blicos, el 24% en concertados y el 1,9% en privados. Espa?a quiere dirigirse hacia el modelo portugu¨¦s, donde en 2010 hab¨ªa 11.000 alumnos con discapacidad en centros especiales y hoy 500.
Sin embargo, lejos de contentar a los diferentes colectivos de discapacidad, parece que ninguno est¨¢ de acuerdo con los cambios. Todos coinciden en algo: en la memoria econ¨®mica de la ley no se contempla ninguna partida para acometer esa transici¨®n hacia un modelo m¨¢s inclusivo. ?C¨®mo van a mejorar los recursos de la escuela ordinaria sin una inyecci¨®n potente de dinero?, se preguntan. ¡°Tampoco hay un plan estrat¨¦gico en el que se fijen las l¨ªneas maestras de c¨®mo se llevar¨¢ a cabo¡±, denuncia Jes¨²s Mart¨ªn, miembro del Comit¨¦ Espa?ol de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi). ¡°Es una ley que se aproxima a la inclusi¨®n, pero todo queda en un marco muy filos¨®fico de declaraci¨®n de intenciones y no reconoce los derechos de los ni?os, la obligaci¨®n de la Administraci¨®n de dotar de todos los recursos a la ordinaria¡±, a?ade. Fuentes del Ministerio de Educaci¨®n han confirmado a este peri¨®dico que la intenci¨®n del Gobierno no es aprobar reales decretos posteriores a la ley para definir una estrategia, sino trabajar conjuntamente con las autonom¨ªas, con lo que est¨¢ por ver el efecto pr¨¢ctico de este cambio legislativo.
Desde que se conoci¨® el contenido de la nueva ley, la educaci¨®n especial ha sido uno de los puntos de mayor enfrentamiento, ya que desde partidos como el PP o Ciudadanos se ha lanzado el mensaje de que la intenci¨®n del Gobierno es cerrar progresivamente los centros de educaci¨®n especial (unos 480) y acabar con la libertad de elecci¨®n de las familias. ¡°Es una lectura muy exagerada, de hecho, con el texto en la mano la ley es bastante ambigua y las cosas no van a cambiar mucho¡±, explica Ignacio Campoy, profesor de filosof¨ªa del derecho de la Universidad Carlos III. En su opini¨®n hay un hecho preocupante: el Gobierno no ha modificado el art¨ªculo 74.1 de la ley (en vigor desde que en 2006 el PSOE aprobara la LOE), en el que se establece que la escolarizaci¨®n de ese alumnado en centros de educaci¨®n especial ¡°solo se llevar¨¢ a cabo cuando sus necesidades no puedan ser atendidas¡± en los ordinarios. ¡°Al no eliminar ese art¨ªculo, se va a seguir incumpliendo la convenci¨®n de la ONU que aboga por un ¨²nico sistema¡±, a?ade.
Respecto al art¨ªculo 74.2, que s¨ª incluye la novedad de que a la hora de matricular a los ni?os en una u otra red las Administraciones educativas siempre ¡°tendr¨¢n en cuenta el inter¨¦s superior del menor y la voluntad de las familias que muestren su preferencia por el r¨¦gimen m¨¢s inclusivo¡±, Campoy interpreta que el verbo ¡°tener en cuenta¡± no implica obligaci¨®n. Hasta la fecha, muchas familias han recurrido a los tribunales despu¨¦s de que la escuela ordinaria no aceptase a sus hijos con discapacidad por falta de recursos y algunas familias temen que ahora ocurra lo contrario y no se les permita elegir para sus hijos los centros de educaci¨®n especial.
Aunque hay m¨¢s incertidumbre que certezas, muchas familias est¨¢n intranquilas por los posibles cambios en la escolarizaci¨®n de sus hijos. Mariana Fern¨¢ndez es madre de Lucila, de 12, a la que diagnosticaron trastorno del espectro autista a los cuatro a?os. ¡°Mi hija habla, pero no lee, hace escalada¡, pero no es predecible c¨®mo va a ser su comportamiento y necesita un mediador, no tiene la capacidad de expresarse todo el tiempo¡±, explica Fern¨¢ndez. Lucila acude a un colegio concertado especializado en autismo ¨Dla cuota son 140 euros al mes¨D. ¡°Es cierto que la ley no dice que vayan a cerrar los centros especiales, pero de cara a la transici¨®n, ?estar¨¢n los maestros preparados para una atenci¨®n individualizada? La ley no concreta nada y las familias necesitamos esa informaci¨®n para estar tranquilas¡±, apunta. Le preocupa c¨®mo encajar¨ªa su hija con otros ni?os en la ordinaria, porque ¡°el fantasma del bullying est¨¢ ah¨ª¡±.
¡°Espa?a se est¨¢ sumando a la tendencia que siguen otros pa¨ªses del mundo como Canad¨¢ o Portugal, la plena inclusi¨®n¡±, expone Elena Mart¨ªn, catedr¨¢tica de Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y exasesora de la ministra Isabel Cela¨¢. En su opini¨®n, el Gobierno ha abierto la v¨ªa con la nueva ley y a partir de ah¨ª habr¨¢ que ¡°pensar una transici¨®n ordenada¡±. ¡°En el 85 ¨Dcuando Mart¨ªn formaba parte del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez¨D pusimos en marcha el programa de integraci¨®n en los centros ordinarios. Ahora el pa¨ªs tiene que seguir avanzando, estamos estancados. Gracias a que llevamos a los ni?os con s¨ªndrome de Down a los colegios, la gente dej¨® de girarse por la calle para mirarlos, se normalizaron¡±, a?ade. ?Qu¨¦ fin persigue la integraci¨®n? ¡°No tener separado al diferente, tenemos que convivir desde las primeras etapas educativas; la complejidad de la sociedad tiene que estar presente en los centros educativos¡±.
Otra de las cr¨ªticas al Gobierno es su ¡°improvisaci¨®n¡±. ¡°Ahora mismo, los centros ordinarios no atienden adecuadamente a los alumnos con discapacidad y el Gobierno se ha lanzado a la piscina sin ning¨²n estudio de viabilidad sobre c¨®mo deber¨ªa hacerse la transici¨®n en Espa?a, primero deber¨ªan mejorar los recursos y una vez montado plantear el trasvase¡±, indica Jos¨¦ Mar¨ªa Escudero, presidente de la Plataforma educaci¨®n inclusiva s¨ª, especial tambi¨¦n, que con m¨¢s de 35.000 seguidores y 170 entidades relacionadas con la discapacidad adheridas defiende la coexistencia de ambas redes. ¡°Queremos la inclusi¨®n, pero sin experimentos¡±, apostilla.
¡°Mi hija no era la primera en nada, ten¨ªa la sensaci¨®n de que todo iba muy deprisa, no captaba casi nada¡±, explica Patricia Giral sobre su hija Sof¨ªa, de 14 a?os y con s¨ªndrome de Down. Tras probar durante un a?o la ordinaria, decidi¨® cambiarla a la especial. ¡°Pese al miedo inicial, con el tiempo te das cuenta de la importancia de que est¨¦ en un ambiente de igual a igual... ahora me genera ansiedad pensar que a otros ni?os les fuercen a acoplarse a ese sistema y cada d¨ªa me acuesto pensando que el ministerio va a reflexionar y a dar marcha atr¨¢s¡±, zanja.
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