Simientes antiguas
Estudiar cultura cl¨¢sica, lat¨ªn o griego requiere esfuerzo, pero la recompensa obtenida al final del camino es grande, asombrosa, satisfactoria

El Papiro Ebers escrito hace 3.500 a?os en el Antiguo Egipto ha sido noticia. En sus casi 19 metros se recogen 80 enfermedades y sus posibles terapias. Las propiedades antiinflamatorias del azafr¨¢n silvestre se describen en ¨¦l y un grupo de cient¨ªficos se est¨¢n esforzando en comprobar c¨®mo un derivado de esta planta, la colchicina, puede ofrecer esperanza para el nuevo coronavirus. Eminentes investigadores y m¨¦dicos subrayan que es un f¨¢rmaco rescatado de la Antig¨¹edad. El egipt¨®logo alem¨¢n Georg Ebers lo descubri¨® en manos de un anticuario cristiano y lo compr¨®. Despu¨¦s lo don¨® a la Universidad de Leipzig, donde puede encontrarse.
Juan Fueyo, se?alado neur¨®logo, ha publicado un libro titulado Viral. Leo complacida una entrevista en la que afirma que No hay ciencias y letras. La arquitectura del universo son ¨¢tomos y cuentos, f¨ªsica e ideas, fuegos y artificios, hechos y met¨¢foras. Esta sucesi¨®n enlazada de sustantivos, a priori antag¨®nicos, pero, en realidad, necesariamente complementarios, me lleva a reflexionar sobre la deriva de las Humanidades en este pa¨ªs y sobre el inter¨¦s para su extinci¨®n, y la incomprensible publicidad de la dedicaci¨®n a las Ciencias sustentada en la falta de cient¨ªficos¡, y no en la verdadera necesidad del estudio de las Ciencias, que comparto totalmente.
El Gobierno planea un vuelco para que el aprendizaje en la escuela sea menos memor¨ªstico
Trece alumnas de 2? de bachillerato de un instituto sevillano, con la madurez que proporciona la edad y con el sedimento acad¨¦mico acumulado, han reivindicado con pasi¨®n que la asignatura de Griego no sea condenada al ostracismo mal entendido y que se permita estudiar en su instituto Griego a aquellos alumnos que lo deseen. Con todo mi respeto y admiraci¨®n leo y escucho entre sus argumentos que, adentradas en el estudio de esta materia, han descubierto un mundo desconocido al que no tiene acceso ning¨²n estudiante de manera obligatoria. Recu¨¦rdese la reivindicaci¨®n que, desde las diferentes asociaciones de profesores de Lat¨ªn y Griego y otras de la sociedad civil, ha sido un clamor durante todo el proceso de aprobaci¨®n de la nueva ley educativa: que la Cultura Cl¨¢sica se ofertara de forma obligatoria en, al menos, un curso de la Educaci¨®n Secundaria (no era mucho pedir). Me congratula igualmente que expongan que el estudio de Griego, al igual que Lat¨ªn, requiere esfuerzo, pero que la recompensa obtenida al final del camino es grande, asombrosa, satisfactoria.
Conversando con una querida amiga, dec¨ªamos que los estudiantes van acumulando sabidur¨ªa, venga de donde venga. Que lo que van aprendiendo lo interiorizan inconscientemente. Y que llega un momento en que sacan a la luz el conocimiento adquirido. Estas disc¨ªpulas an¨®nimas, igual que el Papiro Ebers, han iluminado con su declaraci¨®n a profesores, a cient¨ªficos y a un p¨²blico poco esperanzado e incr¨¦dulo con promesas que pueden no llegar a cumplirse. Ninguno de ellos ignora lo que el mundo antiguo puede aportar; no ignoran que las semillas del conocimiento brotaron hace miles de a?os. Y lo que es mejor, se niegan a rechazar ese aprendizaje porque ser¨ªa negligente.
Aprendamos de la ilusi¨®n, firmeza, tenacidad y perseverancia de estas alumnas por defender lo que es necesario para hacer una sociedad mejor. Aprendamos de la humildad, de la dedicaci¨®n y de la esperanza que nos traen estos cient¨ªficos, porque contribuir¨¢n a hacer igualmente a la sociedad mejor.
Eva Ib¨¢?ez Sola es profesora de Educaci¨®n Secundaria de Lat¨ªn, Griego y Cultura Cl¨¢sica
Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.