El baj¨®n de resultados en biling¨¹ismo revuelve los cimientos de la escuela vasca
Aumentan los alumnos que no son competentes en euskera y castellano. En un sistema en el que la inmensa mayor¨ªa estudia ya en vasco, la lengua, la segregaci¨®n y el reparto p¨²blica-concertada centran el debate sobre las v¨ªas de mejora
¡°Y vosotros, ?qu¨¦ habl¨¢is en el recreo?¡±, pregunt¨® un d¨ªa la maestra y pedagoga vizca¨ªna N¨¦lida Zaitegi a su nieta, que estudia en una ikastola que ense?a en euskera. ¡°Hablamos euska?ol, amama [abuela]¡±.
Zaitegi fue entre 2017 y 2020 la presidenta del Consejo Escolar de Euskadi, un organismo que se ha erigido en los ¨²ltimos lustros en una especie de Pepito Grillo del sistema educativo del Pa¨ªs Vasco, ese organismo que dice en voz alta lo que muchos prefieren no o¨ªr. Primero, hace ya tiempo, advirti¨® de los problemas de segregaci¨®n, con los alumnos de rentas m¨¢s bajas concentrados en ciertas escuelas. Y el a?o pasado, la propia Zaitegi present¨® en el Parlamento aut¨®nomo un informe que alertaba de que tambi¨¦n est¨¢ fallando en sus objetivos de biling¨¹ismo, poniendo la semilla que ha cristalizado el ¨²ltimo mes en un debate sobre lo que algunos medios han calificado como el ¡°fracaso del modelo D¡±. Que es casi como hablar del fracaso del sistema, pues ese modelo es la v¨ªa escolar en la que, con el euskera como lengua vehicular de ense?anza, estudian el 77,11% de los alumnos vascos de infantil, primaria y ESO. Si nos fijamos solo en los centros p¨²blicos, son la pr¨¢ctica totalidad, el 95,1%.
Los datos del Instituto Vasco de Evaluaci¨®n Educativa, de 2019, son contundentes: el 40% de los estudiantes de segundo de ESO (13 a?os) no es competente en euskera (en 2017 era el 34,4%) y otro 13,1% ni lo es en ese idioma ni en castellano (el 10,8% en 2017). Y las cifras no mejoran mucho si nos fijamos solo en el modelo D, que en la p¨²blica no consigue que la mitad de los chicos alcancen los objetivos de biling¨¹ismo.
Algunos de los principales actores educativos, entre los que se cuentan el Gobierno vasco, las ikastolas (centros que nacieron con la ambici¨®n de defender la cultura y el idioma vascos y que hoy est¨¢n en su mayor parte concertados) o la propia Zaitegi, se niegan a considerar ese panorama como un fracaso. Se quedan, por el contrario, con todo lo que ha avanzado el conocimiento del euskera desde que en los a?os ochenta se instaurasen las tres v¨ªas escolares (adem¨¢s del D, el modelo A, con el castellano como lengua vehicular, y el B, mixto al 50%). El 78% de los j¨®venes vascos de 15 a 29 a?os afirmaba en 2019 que habla bien euskera; en 2004 era el 52%, seg¨²n una encuesta del Observatorio Vasco de la Juventud.
Sin embargo, las cifras de ca¨ªda del biling¨¹ismo en la escuela han suscitado una preocupaci¨®n suficiente como para sentar en el div¨¢n a un sistema educativo que, a pesar de registrar unos resultados mejores que la media estatal en ¨¢mbitos muy importantes (la tasa de repetici¨®n o el abandono escolar temprano, por ejemplo), se enfrenta a serios problemas. No solo tiene esas cuentas pendientes con el biling¨¹ismo, sino tambi¨¦n con la segregaci¨®n: el porcentaje de alumnos de rentas m¨¢s bajas en la escuela p¨²blica era en 2017 el 85% del modelo A, el 50% del B y el 32% del D; en la concertada es, respectivamente, el 6%, el 9% y el 3%, seg¨²n los datos del Consejo Escolar de Euskadi. Teniendo en cuenta que la concertada representa casi la mitad del sistema escolar. Laura Luengo, estudiante de Inform¨¢tica de 24 a?os y portavoz del Sindicato de Estudiantes en Euskadi-Ikasle Sindikatua, asegura que el Pa¨ªs Vasco ¡°es el territorio de la UE con la educaci¨®n m¨¢s privatizada¡±. Y a?ade: ¡°No solo es un fracaso del modelo D, sino de las pol¨ªticas de privatizaci¨®n, de favorecer a la concertada¡±.
Adem¨¢s, la escuela vasca no consigue brillar a la altura de los esfuerzos presupuestarios que se le dedican, como recordaba en una reciente nota la asociaci¨®n de padres de la escuela p¨²blica vasca Ehige. Entre 2004 y 2018, le han dedicado a cada alumno de escuela p¨²blica y concertada una media de 6.663 euros al a?o, 1.696 euros m¨¢s que en toda Espa?a (34% m¨¢s) y 1.166 m¨¢s que Castilla y Le¨®n, comunidad que sistem¨¢ticamente obtiene mejores resultados que el Pa¨ªs Vasco en las pruebas de Pisa de la OCDE.
El Gobierno vasco, presidido por el lehendakari I?igo Urkullu (PNV), ha decidido adelantar un a?o, a 2022, la aprobaci¨®n de una nueva ley educativa para la comunidad que sustituya a la de 1993, para lo cual espera lograr un gran consenso pol¨ªtico y social. El Departamento de Educaci¨®n vasco tampoco considera que el modelo D haya fracasado. ¡°El hecho de que el 81,2% de las nuevas familias de nuestro sistema educativo hayan decidido escolarizar a sus hijos e hijas en el modelo D es ya un ¨¦xito¡±, se?ala un portavoz. ¡°La educaci¨®n vasca goza de buena salud, siempre teniendo en cuenta los aspectos de mejora¡±, a?ade.
En el diagn¨®stico, muchos especialistas coinciden, sin embargo, en que las dificultades han llegado con la generalizaci¨®n del modelo D, es decir, de una inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en un idioma con unas ra¨ªces y unas caracter¨ªsticas muy distintas a las del castellano (a diferencia de lo que ocurre con el catal¨¢n). Zaitegi explica c¨®mo se ha llegado a ese punto: ¡°El modelo A se fue convirtiendo en una cosa muy residual, donde se concentraba el alumnado con necesidades educativas especiales, de nivel socioecon¨®mico m¨¢s bajo, o sea, que se convirti¨® casi en una cosa de segregaci¨®n, con lo que los centros, intentando evitarlo, se fueron pasando al D, que ahora ya ocupa pr¨¢cticamente todo¡±. Y as¨ª lleg¨® lo que el inspector de Educaci¨®n Alfonso Fern¨¢ndez llama la ¡°popularizaci¨®n del modelo D¡±, que pas¨® de ense?ar ¡°a muy poco alumnado, y muy seleccionado, porque era para familias de nivel socioecon¨®mico de estrato medio alto¡±, a acoger ¡°a toda la poblaci¨®n¡±. Es decir, que ahora que casi todos estudian en euskera, incluidos algunos de los m¨¢s pobres y los de zonas con niveles muy bajos de uso familiar y social del idioma vasco, los resultados han empeorado. Sobre todo si, adem¨¢s, como recuerda Francisco Luna, una de las personalidades de reconocido prestigio del Consejo Escolar del Estado, eso incluye a profesores y familias que, a diferencia de lo que ocurr¨ªa hace a?os, no est¨¢n totalmente implicados con el proyecto de euskaldunizaci¨®n.
El problema a?adido es que, adem¨¢s de los objetivos de biling¨¹ismo, se puede estar viendo afectado ¡ªo al menos estar en el camino para que ocurra¡ª el ¡°aprendizaje de otros conocimientos¡±, opina Zaitegi. ¡°Si tengo que aprender geograf¨ªa o matem¨¢ticas en euskera y mi nivel de euskera es muy flojo, pues hombre¡, eso va a repercutir, aunque sea mucho menos de lo que la gente cree¡±, a?ade. En este punto, Fern¨¢ndez no tiene tan clara esa influencia ¡ª¡±Se han hecho varios an¨¢lisis a trav¨¦s de Pisa de esta cuesti¨®n y los resultados no son concluyentes¡±¡ª y por eso reclama, para empezar, que se hagan estudios serios sobre la situaci¨®n.
Una funci¨®n ¡°que no le corresponde¡±
Lo que casi todos tienen claro es que la cuesti¨®n excede al sistema educativo, en una sociedad muy plural, con zonas con el uso del euskera absolutamente extendido, como Gipuzkoa, y otras, como Bizkaia y especialmente Bilbao, donde su utilizaci¨®n se limita muchas veces al entorno escolar. El vicesecretario de la Academia de la Lengua Vasca, Erramun Osa, que insiste una y otra vez en que la evoluci¨®n de la escuela en euskera ¡°m¨¢s que un fracaso, ha sido un ¨¦xito¡±, se?ala en todo caso: ¡°Tenemos que asumir que hemos dado al sistema educativo una funci¨®n que en realidad no le corresponde: que haga su aportaci¨®n al proceso de recuperaci¨®n de la lengua¡±. El portavoz del departamento de Educaci¨®n hace una reflexi¨®n parecida: ¡°El modelo D va consiguiendo que nuestra sociedad tenga unos mayores porcentajes de hablantes vascoparlantes; pero el avance del euskera no debe recaer solamente en el sistema educativo, ya que es un reto que tenemos como sociedad en otros ¨¢mbitos¡±.
Txaber (17 a?os), Josu y Zihara (ambos de 14 a?os) estudian en la ikastola Kiriki?o, en Bilbao con el modelo D. Tambi¨¦n en sus casas hablan en euskera. Sin embargo: ¡°En el recreo y con los amigos, al menos aqu¨ª en Bilbao, hablamos en castellano¡±, dice Txaber y asienten sus compa?eros. Su centro, una cooperativa nacida en 1977 por el impulso de padres que quer¨ªan poner la cultura y el idioma vasco en el centro de la educaci¨®n de sus hijos, est¨¢ en un entorno ¨Dentre los barrios de Txurdinaga, Bego?a, Otxarkoaga y Santutxu¨D con fuerte predominio social del castellano.
As¨ª, este centro concertado se convierte para muchos alumnos en una especie de isla en euskera. La directora, Amaia Galindez, y la responsable del proyecto ling¨¹¨ªstico, Iraitz Garai, hablan de sus esfuerzos para fomentar las actividades extraescolares en vasco. Txaber, Josu y Zihara explican que su ocio es principalmente en castellano, idioma en el que ven las pel¨ªculas en el cine y en el que suena la mayor parte de la m¨²sica que escuchan. En ese contexto, admiten, todo empuja a que, de forma natural, lo m¨¢s f¨¢cil sea optar por el castellano entre amigos. Sobre todo cuando tienen compa?eros que nunca se han llegado a adaptar del todo al euskera. ¡°Por mucho que la ikastola se esfuerce, les sigue costando, porque hablarlo en casa es una gran ayuda¡±, a?ade Txaber. En 2? de ESO, el uso del euskera en el recreo baj¨® al 21,8% en 2017, 1,8 puntos menos que en 2011, seg¨²n un informe del a?o pasado del Gobierno vasco.
La escritora y docente universitaria Katixa Agirre insiste en la importancia de todo lo que est¨¢ fuera de la escuela: ¡°Solo el sistema educativo no es capaz de salvar una lengua o de generar de manera generalizada personas biling¨¹es. Si fuera de la escuela el ni?o no encuentra ninguna referencia en euskera y se convierte solo en la lengua acad¨¦mica, no se puede vivir el idioma de manera completa¡±. Su propio caso es at¨ªpico, asegura ella misma: hija de un hogar castellanoparlante en un barrio obrero de Vitoria, estudi¨® la primaria a finales de los ochenta, principios de los noventa con el modelo B (el mixto) en una escuela donde ¡°nadie tra¨ªa el euskera de casa¡±. Pero a partir de ah¨ª, dio el salto al modelo D en secundaria y fue abrazando poco a poco, ¡°de manera natural¡±, el vasco tanto como lengua social (es en la que habla a sus hijos), como profesional; es la que utiliza como escritora.
Agirre opina que hoy ser¨ªa muy dif¨ªcil que pudiera repetirse un caso como el suyo. Porque fuera de la escuela, en el ¨¢mbito del ocio y, sobre todo, el audiovisual, el castellano, e incluso el ingl¨¦s, aplastan la presencia del euskera. ¡°En mi ¨¦poca, los dibujos animados los ve¨ªamos en euskera en la ETB¡±, recuerda. Y a?ade: ¡°Mi hija, de ocho a?os, ya lo est¨¢ abandonando [el euskera], porque ve que la lengua hegem¨®nica es la otra¡±.
Cambio generacional
Pero, adem¨¢s, porque entonces, en su ¨¦poca, ¡°hab¨ªa m¨¢s sentido de la militancia y eso se notaba en los profesores. Por ejemplo, en un modelo B, en un barrio para nada euskaldun, transmit¨ªan el amor por la lengua¡±. Un cambio generacional del que tambi¨¦n habla Zaitegi. ¡°Todo el mundo tomamos mucha conciencia y con mucho, mucho calor ¨Dde verdad, creo que fue muy bonito¨D para conseguir que la lengua realmente fuera ¨²til para la vida¡±. Pero eso ya no es as¨ª, suspira.
Quiz¨¢ por cansancio. Quiz¨¢ porque la sociedad vasca es hoy m¨¢s heterog¨¦nea (entre 2003 y 2019 se ha multiplicado por cuatro el n¨²mero de alumnos nacidos en el extranjero). Quiz¨¢ porque en algunos momentos, sobre todo si solo se utiliza como una lengua acad¨¦mica, se puede vivir como una imposici¨®n y generar rechazo. Txaber admite que en su clase hay ¡°m¨¢s de un compa?ero¡± en esa situaci¨®n. ¡°Odio..., no s¨¦ si odio, pero s¨ª tienen un rechazo, porque al final, en casa siempre han hablado en castellano, les han metido aqu¨ª y han dicho, yo es que con esto no puedo¡±, explica.
¡°Las cosas que se imponen por la fuerza no funcionan. Yo insisto mucho: el euskera tiene que entrar por el coraz¨®n. No nos queda otra¡±, afirma Zaitegi. Por eso opina que hay que superar el sistema de modelos para dar a las escuelas autonom¨ªa, de modo que decidan cu¨¢l es la mejor proporci¨®n de ense?anza en cada lengua, dependiendo de su contexto, para alcanzar el objetivo del biling¨¹ismo, esto es, que los alumnos salgan de secundaria siendo competentes en euskera y en castellano. Durante la etapa de Isabel Cela¨¢ al frente del Departamento de Educaci¨®n del Gobierno vasco del PSE (2009-2012) se produjo un experimento de triling¨¹ismo: un 20% de clases en euskera, otro 20% en castellano, otro 20% en ingl¨¦s, y el 40% restante el idioma o idiomas que el centro decidiese, seg¨²n su alumnado y su contexto, que hab¨ªa que reforzar m¨¢s. El experimento, seg¨²n fuentes conocedoras de la iniciativa, tuvo muy buenos resultados, pero se abandon¨® con el cambio de Gobierno.
Francisco Luna, que adem¨¢s es presidente del F¨®rum Europeo de Administradores de la Educaci¨®n (FEAE) en Euskadi y dirigi¨® el Instituto Vasco de Evaluaci¨®n Educativa, tambi¨¦n habla de autonom¨ªa de centros, pues ahora que el modelo D ¡°se ha convertido en el modelo del sistema¡±, cree que es necesario repensarlo para que pueda atender a los alumnos vascohablantes y tambi¨¦n a los castellanohablantes, que ¡°necesitan atenciones distintas, recursos distintos, procesos ling¨¹¨ªsticos distintos¡±. Luna habla de ¡°retomar algunos principios b¨¢sicos que se han ido perdiendo por el camino, como recordar que en un modelo de biling¨¹ismo todos los profesores, de todas las materias, son tambi¨¦n profesores de lengua¡±, que no se debe olvidar el refuerzo ling¨¹¨ªstico en secundaria o que los alumnos tienen que hablar mucho m¨¢s en clase. Tambi¨¦n reclama introducir los avances que va abriendo la investigaci¨®n, que a veces corrigen dogmas cl¨¢sicos, como el que dec¨ªa que el profesor de euskera no pod¨ªa usar el castellano: ¡°Ahora hay procesos que dicen que, para aprender una lengua, hay que utilizar como referencia la lengua que m¨¢s se domina¡±. Erramun Osa, por su parte, destaca el gran margen que existe, en su opini¨®n, para la mejora general de las metodolog¨ªas de ense?anza.
¡°El eje central debe ser el alumnado, no el euskera¡±
Sin embargo, otros actores como EH Bildu reclaman abrazar la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en euskera para todo el sistema como ¨²nico camino para detener el deterioro (o avanzar m¨¢s r¨¢pido, como prefieran) en el uso del idioma vasco. Est¨¢n de acuerdo con ello tanto desde la p¨²blica Laura Luengo, del Ikasle Sindikatua, como desde la concertada Jos¨¦ Luis Sukia, director general de Partaide Ikastolas, una de las patronales del sector: ¡°Los modelos no son el camino, tiene que ser la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, si no, es imposible. Ese es un primer paso, muy importante, pero despu¨¦s hay que conseguir que la gente sienta cari?o hacia el euskera, que lo sienta como algo propio y eso no lo podemos hacer nosotros [la escuela]; tiene que ser toda la sociedad y es un trabajo a largo plazo. Podemos conseguir un conocimiento y ah¨ª est¨¢, pero exclusivamente con el conocimiento no se salva una lengua¡±.
La cuesti¨®n es, retomando aqu¨ª la frase del vicesecretario de la Academia de la Lengua Vasca sobre la carga ¡°que no le corresponde¡± al sistema educativo¡±, ?qu¨¦ pasa con la que s¨ª le corresponde?, se pregunta el especialista en educaci¨®n Javier Nogales. ¡°La educaci¨®n no tiene por qu¨¦ hacerse cargo de la euskaldunizaci¨®n de toda la poblaci¨®n que nazca o venga a vivir a el Pa¨ªs Vasco. La escuela tiene los objetivos que est¨¢n establecidos en la ley: el desarrollo integral de una persona, la consecuci¨®n del ¨¦xito escolar¡±, se?ala. Nogales, docente jubilado que fue tambi¨¦n responsable de la federaci¨®n de ense?anza de CC OO Euskadi y jefe de gabinete de Educaci¨®n durante el Gobierno del PSE en Euskadi, se queja de que los acuerdos de la ley de 1993 sobre los modelos se han incumplido sistem¨¢ticamente, de tal manera que, con la casi universalizaci¨®n del modelo D, la inmersi¨®n, es decir, el euskera como lengua vehicular, ya impera de facto, por lo que no entiende que se pida superar el sistema de modelos ni que se proponga que la soluci¨®n a los problemas sea ¡°m¨¢s euskera¡±. ¡°El eje central no puede ser el euskera, eso es una barbaridad; el eje central debe ser el alumnado, en toda su pluralidad¡±.
Sin embargo, s¨ª existe un consenso muy generalizado en el Pa¨ªs Vasco en torno a esa idea de hacer del conocimiento del euskera un objetivo b¨¢sico del sistema educativo, ya sea con argumentos de defensa del patrimonio cultural com¨²n o, como recordaba Luengo, para evitar la segregaci¨®n. Aun siendo conscientes, tambi¨¦n en general, del descomunal reto que representa.
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