Vacunar de la covid en el colegio: docentes y familias denuncian que el sistema puede estigmatizar a los ni?os
Parte de los profesores temen que los menores no inmunizados queden se?alados y se generen problemas de convivencia. Tres autonom¨ªas han anunciado que inmunizar¨¢n en los centros educativos y otras dos estudian hacerlo
La vacunaci¨®n de los ni?os de 5 a 11 a?os en colegios, que han anunciado tres autonom¨ªas y se plantean hacer otras dos, ha abierto un debate en la comunidad educativa, parte de cuyos representantes temen que inmunizar a los chavales en la escuela estigmatice a quienes no reciban el suero por una decisi¨®n que no tomar¨¢n ellos, sino sus padres.
La Comunidad Valenciana, Extremadura y La Rioja han confirmado que vacunar¨¢n a los ni?os en los centros educativos, mientras Castilla-La Mancha y Canarias estudian hacerlo. Otros territorios, como Arag¨®n o Madrid, lo han descartado finalmente, aunque m¨¢s por dificultades organizativas, como el comienzo de las vacaciones de Navidad, que ¨¦ticos o de convivencia, que son los que apunta Vicent Ma?es, presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Directivos de Centros P¨²blicos de Educaci¨®n Infantil y Primaria, Fedeip: ¡°Adem¨¢s de cuestiones log¨ªsticas, vacunar en la escuela plantea sobre todo un problema para garantizar la confidencialidad, porque ser¨¢ muy dif¨ªcil evitar que se sepa qui¨¦n se vacuna y qui¨¦n no¡±.
Ma?es, director de un colegio en Cata-roja, Valencia, considera que hacer con los ni?os una excepci¨®n a la norma general de inmunizar en instalaciones sanitarias y vacun¨®dromos es una manera de ¡°condicionar¡± a los padres. De presionarlos para que se decanten por la inmunizaci¨®n. ¡°Yo soy favorable a la vacunaci¨®n de los ni?os, si tuviera hijos de esa edad lo har¨ªa, pero entiendo que puede haber gente que no, y creo que hacerlo as¨ª puede contravenir el derecho de las familias que no quieran vacunarlos, y puede afectar a los menores¡±.
La medida tambi¨¦n genera dudas a Francisco Garc¨ªa, secretario de Educaci¨®n de Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario entre el profesorado. ¡°Los centros tendr¨¢n que recoger las autorizaciones de los padres, y estas ya pondr¨¢n de manifiesto ante el centro que hay ni?os que se vacunan y ni?os que no se vacunan. Se vulnerar¨¢ el derecho a la intimidad y se pueden generar a posteriori dificultades de convivencia, y rechazo a algunos chavales o chavalas¡±. Mari Carmen Morillas, vicepresidenta de Ceapa, la mayor federaci¨®n de la escuela p¨²blica, pregunta: ¡°?Por qu¨¦ se tiene que poner la vacuna de la covid en los centros educativos? ?Por qu¨¦ no se les vacuna en las instalaciones sanitarias como a todos? Preferiblemente en los centros de salud, que est¨¢n cerca de sus domicilios, habilitando para ello los horarios¡±. Cr¨ªticas aparte, Ma?es, Garc¨ªa y Morillas a?aden que lo que decidan las autoridades sanitarias debe respetarse.
¡°Lo que nos dice la ense?anza del pasado¡±, afirma para justificar la decisi¨®n Jos¨¦ Mar¨ªa Vergeles, vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, ¡°es que si quieres vacunar tienes que ir donde est¨¢n los ni?os¡±. As¨ª se hizo con gran ¨¦xito, recuerda Vergeles, con la campa?a de vacunaci¨®n contra la meningitis C en 1997 en la comunidad aut¨®noma.
La decisi¨®n de la Junta tiene el apoyo de la principal federaci¨®n de familias de Extremadura, Freampa, cuya presidenta, Eva Rodr¨ªguez, afirma que no se han planteado posibles problemas de confidencialidad. ¡°No hemos tenido ninguna queja de padres al respecto y esperamos una vacunaci¨®n pr¨¢cticamente el 100%. Lo que queremos es que se vacunen cuanto antes, porque se est¨¢ viendo que los ni?os son una franja contagiadora. Los cierres de aulas que se est¨¢n produciendo corresponden a esos cursos, porque los m¨¢s mayores ya est¨¢n vacunados¡±. La medida, prosigue Rodr¨ªguez, favorece ¡°la conciliaci¨®n familiar y laboral¡±, al no requerir que los progenitores los acompa?en, y Freampa ya la solicit¨® sin ¨¦xito para la campa?a de vacunaci¨®n de adolescentes. El ejecutivo extreme?o ha adelantado que, en principio, no est¨¢ previsto que los padres puedan acompa?ar a los menores en el centro de ser vacunados para evitar ¡°aglomeraciones¡±, una cuesti¨®n que tambi¨¦n preocupa a docentes, como Vicente Ma?es, y a algunos padres.
Un portavoz de la Consejer¨ªa de Sanidad de la Generalitat valenciana argumenta que, dado que la normativa establece que los alumnos vacunados no tendr¨¢n que cumplir cuarentena en el caso de que haya un positivo en su grupo burbuja, el debate sobre el estigma que puede causar la vacunaci¨®n en los centros educativos no tiene mucho sentido, porque se vacunen donde se vacunen se acabar¨¢ sabiendo qui¨¦n se ha inmunizado y qui¨¦n no.
La experiencia de lo que est¨¢ sucediendo en los institutos, sin embargo, donde los alumnos vacunados est¨¢n exentos de cumplir cuarentenas desde hace meses, no apunta en ese sentido. Los sistemas son diferentes seg¨²n la comunidad aut¨®noma, pero a grandes rasgos coinciden en que los centros educativos disponen de muy poca o ninguna informaci¨®n oficial acerca de qui¨¦nes est¨¢n vacunados, no pueden exigir certificados de inmunizaci¨®n a los alumnos y no se encargan directamente de ordenar las cuarentenas de los estudiantes, sino que lo hace salud p¨²blica.
En comunidades como la valenciana los centros educativos hacen de intermediarios: reciben la informaci¨®n de las autoridades sanitarias y se la comunican a los alumnos que deben confinarse. En otras, como Navarra, el Departamento de Salud avisa directamente a los estudiantes sin informar al centro (por lo que cabe la posibilidad de que un estudiante ignore la cuarentena y siga asistiendo a clase, comenta un docente). El motivo por el que un alumno de secundaria considerado contacto estrecho deja de asistir a clase no se conoce oficialmente en el centro: puede ser porque no est¨¢ vacunado, pero tambi¨¦n porque ¨¦l mismo haya dado positivo (pese a haber recibido el suero) al analizar los contactos del caso ¨ªndice.
Mantener la inc¨®gnita ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil si se vacuna en la escuela, cree Isabel, madre de un ni?o en un colegio p¨²blico de Valencia. ¡°Los ni?os que no se vacunen van a quedar se?alados para los profesores y tambi¨¦n para sus compa?eros. Los ni?os saben lo que es el covid, tienen cierto miedo y curiosidad. Tener un compa?ero que no se ponga en la fila para ser vacunado les llamar¨¢ la atenci¨®n, y cuando acaben hablar¨¢n de c¨®mo ha sido, si les ha dolido el pinchazo¡¡±, afirma la mujer, que, pese a no parecerle bien el sistema, autorizar¨¢ la inmunizaci¨®n de su hijo en el colegio. Rub¨¦n Pacheco, presidente de la federaci¨®n de familias valenciana, tambi¨¦n se muestra preocupado por c¨®mo va a garantizarse la confidencialidad. Un problema que admite el portavoz de la Consejer¨ªa de Sanidad extreme?a: ¡°Se actuar¨¢ con la m¨¢xima discreci¨®n y velando por la intimidad de todos. Sin embargo, con las edades con las empezamos no ser¨¢ posible controlar que los ni?os hablen y pregunten sobre el tema entre ellos¡±.
La Generalitat valenciana a?ade un argumento a favor de la confidencialidad del proceso, y es que puede haber varios motivos por los que un alumno no se vacune: ¡°que haya pasado la covid hace menos de cuatro semanas, que sea al¨¦rgico a alg¨²n componente de la vacuna y tenga contraindicado vacunarse o que est¨¦ en cuarentena¡±, por lo que el hecho de que no reciba el suero no implica necesariamente que su familia rechace la inmunizaci¨®n y en ning¨²n caso se detallar¨¢ a los centros las razones por las cuales un estudiante no se vacuna.
Un grupo menos importante que los adolescentes
El pediatra y epidemi¨®logo Quique Bassat recuerda que otras vacunas, como la del papiloma (que suele ponerse a los 12 a?os), ya se administran en centros educativos en algunas comunidades, y opina que no deber¨ªa darse ¡°m¨¢s importancia a la vacuna del covid que a otras que ya ponemos¡±. Pero considera que desde un punto de vista log¨ªstico resulta m¨¢s sencillo integrar la vacunaci¨®n de los ni?os en el mismo sistema que ha funcionado con el resto de la poblaci¨®n.
Utilizar la vacunaci¨®n en la escuela para presionar a las familias ¡°estar¨ªa mal y ser¨ªa feo¡±, dice Bassat, que no cree que ese sea el motivo por el que algunas comunidades van a hacerlo. ¡°No veo raz¨®n para ello. Los adolescentes, que eran un grupo que preocupaba mucho m¨¢s, respondieron muy bien. Con los ni?os es menos importante que con los adolescentes llegar a una cobertura alt¨ªsima. Y son, precisamente, el grupo en el que se deber¨ªa respetar m¨¢s la voluntad familiar de si se quieren o no se quieren vacunar¡±, debido a que desarrollan, en la gran mayor¨ªa de los casos y al menos con las variantes bien estudiadas hasta ahora, una versi¨®n leve de la enfermedad.
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