Deberes s¨ª, pero creativos y con un prop¨®sito
La comunidad educativa no duda sobre la utilidad de las tareas escolares. El debate se centra en qu¨¦ tipo de trabajos son los m¨¢s efectivos
Los estudiantes espa?oles dedican un elevado n¨²mero de horas a las tareas escolares fuera del aula, como muestran informes como PISA (Programa para la Evaluaci¨®n Internacional de los Estudiantes) y TIMSS (Estudio Internacional de Tendencias en Matem¨¢ticas y Ciencias), y otros estudios elaborados por los consejos escolares auton¨®micos. Los deberes que se mandan para realizar fuera del horario escolar suelen ser adem¨¢s poco creativos y generalizados, originando desigualdades de aprendizaje entre el alumnado.
M¨¢s que deberes s¨ª o deberes no, para la comunidad educativa el debate sobre las tareas escolares se centra en qu¨¦ ejercicios se deber¨ªan mandar y con qu¨¦ prop¨®sito. ¡°Todos tenemos claro que alg¨²n tipo de trabajo fuera del centro escolar para consolidar aprendizajes, crear h¨¢bitos y rutinas y fomentar la autonom¨ªa de los alumnos es bueno¡±, explica Jos¨¦ Luis Casillas, miembro del equipo de orientaci¨®n educativa y psicopedag¨®gica de Aranda de Duero (Castilla y Le¨®n). ¡°Otra cuesti¨®n es el tiempo que se pretende emplear para realizar estas tareas: lo m¨¢s recomendable en educaci¨®n primaria son 10 minutos para el primer curso e ir incrementando esa duraci¨®n progresivamente hasta sexto, en el que se dedicar¨¢ una hora a los deberes¡±, a?ade.
Sin embargo, la legislaci¨®n en Espa?a permite que cada centro educativo establezca su propio protocolo para tareas escolares. Elena Heras es maestra de educaci¨®n primaria en el CEIP Benito P¨¦rez Gald¨®s, de Arganda del Rey (Madrid), y prefiere no recurrir a los deberes ¡°si no es estrictamente necesario¡±. ¡°Puede que nos haya quedado alg¨²n ejercicio por hacer en clase; en ese caso, se mandar¨ªa esa tarea para casa¡±, aclara. ¡°A m¨ª me gusta tambi¨¦n proporcionarles juegos en el aula virtual para que practiquen matem¨¢ticas, pero de manera m¨¢s l¨²dica y voluntaria¡±, a?ade. ¡°Los ni?os ya cumplen con su jornada en el colegio y tambi¨¦n tienen que descansar¡±.
Diferencias seg¨²n etapas
Como explica Casillas, en los cursos m¨¢s tempranos la pr¨¢ctica y repetici¨®n son necesarias para afianzar ciertos aprendizajes como la lectura, la escritura o el c¨¢lculo. ¡°En estos casos, los deberes se pueden plantear con este objetivo. En cambio, en etapas m¨¢s avanzadas, como la secundaria o el bachillerato, la repetici¨®n deja de tener sentido¡±, argumenta.
Lola Pardo, jefa de estudios adjunta del IES Joaqu¨ªn Turina, de Madrid, apunta que la asignatura en cuesti¨®n y la din¨¢mica del aula tambi¨¦n influyen en las decisiones de los docentes para encargar tareas fuera del horario escolar. ¡°Ning¨²n profesor quiere sobrecargar a los alumnos con trabajos, pero, si se est¨¢ exigiendo que las clases sean m¨¢s motivantes, lo suyo es que no est¨¦n haciendo durante una hora ecuaciones, por ejemplo. En ocasiones hay que crear ese equilibrio y dejar ejercicios para casa¡±, aclara.
Espa?a est¨¢ entre los pa¨ªses en los que los alumnos de 15 a?os destinan m¨¢s tiempo a los deberes para casa, seg¨²n la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE): 6,5 horas semanales frente a las 4,8 de media entre los pa¨ªses industrializados. Para Pardo, el tiempo dedicado a las tareas puede ser excesivo porque en niveles de secundaria y bachillerato tambi¨¦n hay que tener en cuenta las horas de estudio. ¡°Es un nivel de exigencia mucho mayor que requiere ese esfuerzo¡±, a?ade.
Como explica Casillas, las tareas escolares pueden generar desigualdades de aprendizaje entre el alumnado. ¡°Hay ni?os que pueden hacer solos los deberes; otros precisan de ayuda y sus familias se la pueden favorecer, ya sea por ellos mismos o a trav¨¦s de clases particulares; y otro porcentaje, que no es peque?o, lo componen ni?os que no tienen ninguna de estas ayudas¡±, cuenta Casillas, y a?ade: ¡°De modo que si la idea es mandar deberes para que consoliden aprendizaje, se puede estar generando un efecto contraproducente en aquellos que no pueden hacerlos solos y no pueden ser asistidos¡±.
Para evitar esta situaci¨®n, el orientador propone tareas personalizadas para aquellos alumnos con contextos socioeducativos diferentes. ¡°Aunque es cierto que en casos en los que la ratio del aula es muy alta puede ser imposible para el docente¡±, matiza. Otra opci¨®n es recurrir a actividades m¨¢s din¨¢micas, reforzando los contenidos que se han tratado en clase y la creatividad de los alumnos. ¡°Si hay una duda en el aula, en lugar de que el profesor la resuelva en ese instante, se puede proponer como tarea para casa que busquen esa informaci¨®n¡±, pone de ejemplo Casillas.
Cristina Barba, profesora de Filosof¨ªa en el IES El Burgo-Ignacio Echeverr¨ªa (Las Rozas, Madrid), cree que este planteamiento es mucho m¨¢s efectivo para afianzar conocimientos que ¡°hincar codos¡±. En su caso, la correcci¨®n de los deberes es lo que le permite prestar una atenci¨®n m¨¢s personalizada a los alumnos y ayudarles a mejorar su rendimiento. ¡°Para ello, hay que tener en cuenta el contexto e intentar diversificar tareas seg¨²n los alumnos, sus intereses, necesidades y qu¨¦ habilidades pueden demostrar realiz¨¢ndolas. Tambi¨¦n es bueno mandar tareas para realizar en grupo¡±, explica. ¡°Los deberes les pueden ayudar a expresarse de una forma diferente a como lo hacen en el aula, sobre todo en perfiles m¨¢s retra¨ªdos¡±, a?ade.
Para Barba, actualmente existe una tendencia de eliminar deberes y contenidos de la educaci¨®n basada en las necesidades del actual mercado laboral y econ¨®mico. ¡°Se busca que los alumnos salgan con menos conocimientos y m¨¢s competencias para adaptarse r¨¢pido a los puestos de trabajo. Pero priv¨¢ndolos de ese conocimiento estamos reduciendo tambi¨¦n su capacidad de ser cr¨ªticos¡±, concluye.
El papel de las familias
El apoyo familiar es un elemento muy importante en la educación de los menores, pero debería limitarse en ciertos aspectos, especialmente en la realización de tareas escolares. Como explica Elena Heras, “los deberes nunca han de plantearse para que el niño reciba una ayuda”. “Si la precisa es por algún tipo de necesidad más específica, que necesitará de su evaluación correspondiente”, añade.
Para José Luis Casillas, la mejor forma de ayudar a los alumnos por parte de sus familias es proporcionándoles el material y el espacio, animarles y ayudarles a crear un hábito de estudio y trabajo. “Y, por supuesto, alguna asistencia si es necesario, pero no con todo, porque así solo consiguen que los niños pierdan autonomía”. El orientador recuerda que las metodologías han cambiado. “Vemos cómo los papás les intentan explicar contenidos de la forma en la que ellos aprendieron y lo único que hacen es crear más confusión en el niño”, advierte.
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