El caso de Georgia, en EE UU: becar sin importar la renta agranda la desigualdad
La experiencia de ese Estado, que puso en marcha en los noventa una pol¨ªtica similar a la que plantea la Comunidad de Madrid, muestra c¨®mo los principales beneficiados son los alumnos criados en entornos ricos
El gobernador de Georgia, un Estado de Estados Unidos, decidi¨® en 1992 poner en marcha un sistema ¨DHOPE (Ayudar a alumnos sobresalientes en lo educativo, seg¨²n sus siglas en castellano)¨D a trav¨¦s del que se paga la matr¨ªcula en una universidad p¨²blica a cualquier alumno con un expediente de al menos notable alto en secundaria, sin tener en cuenta su patrimonio familiar. El modelo, todav¨ªa vigente, se financia con las ganancias de la loter¨ªa, a la que juegan sobre todo los m¨¢s humildes, de mayor¨ªa negra. Sobre el papel fue una buena idea, baj¨® el absentismo y subieron los estudiantes universitarios. Pero si se entra al detalle, se descubre una realidad que se perpet¨²a: este reconocimiento solo a la excelencia acad¨¦mica ha agrandado la inequidad entre las familias ricas o de rentas medias ¨Den su mayor¨ªa blancas¨D y las humildes. Porque, en comparaci¨®n con los Estados colindantes, el porcentaje de estudiantes sin recursos apenas creci¨® en las aulas, mientras sub¨ªa de media un 12,3% el porcentaje que terminaba la secundaria y otros ocho puntos el acceso a un grado, pero el alza se concentraba en el alumnado blanco rico.
La nueva pol¨ªtica de becas en Madrid para cursar en una escuela privada la educaci¨®n infantil, Bachillerato o los estudios de FP postobligatorios va en esa l¨ªnea en cuanto a los destinatarios: permitir¨¢ disfrutar de una beca a familias que ganan m¨¢s de 100.000 euros al a?o (tope de 143.652 euros en un hogar con dos hijos) obviando tambi¨¦n la desventaja de los humildes. Sin embargo, el Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso asegura que estos tendr¨¢n prioridad en la concesi¨®n de las becas y recibir¨¢n m¨¢s cuant¨ªa: 3.750 euros cuando la renta per c¨¢pita no supere los 10.000, y 2.000 euros cuando ascienda hasta los 37.913 euros.
En Espa?a nunca se ha becado a las personas con muchos recursos sin requerirles nada a cambio. El ministro Jos¨¦ Ignacio Wert, hace una d¨¦cada, complic¨® el c¨¢lculo de los umbrales de renta para tener la ayuda y exigi¨® un mejor expediente para ¡°fomentar la cultura del esfuerzo¡±, pero nunca se plante¨® obviar la econom¨ªa familiar. En ¨¦poca de Esperanza Aguirre, la Comunidad de Madrid cre¨® unas becas de excelencia universitaria para los mejores estudiantes con independencia de su patrimonio, pero mantiene una partida para rescatar a alumnos sin medios que no tienen la ayuda estatal por diversas circunstancias.
¡°En Georgia ocurre lo que en sociolog¨ªa se conoce como el efecto Mateo. Cuando el criterio para la asignaci¨®n de los recursos es la excelencia, se acaba beneficiando a aquellos que tienen rentas m¨¢s altas, porque han tenido los recursos para ir solventando los problemas¡±, explica Gabriela Jorquera, asesora del Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil. ¡°Los ni?os y ni?as de hogares pobres cuando se encuentran con un problema, qu¨¦ s¨¦ yo, con las ecuaciones, no van a tener la oportunidad de ir a una academia, tener un tutor o que el t¨ªo que es qu¨ªmico eche dos tardes. Por eso les es m¨¢s dif¨ªcil terminar la etapa educativa con calificaciones excelentes¡±, prosigue.
¡°Lo que est¨¢ pasando en Georgia no es directamente trasladable a lo que est¨¢ ocurriendo en Madrid, cuyo criterio es de renta, pero los pobres tambi¨¦n van a pagar lo de los ricos¡±, sostiene Jorquera. ¡°?Es razonable apoyar con recursos p¨²blicos a personas que tomar¨ªan las mismas decisiones y tendr¨ªan las mismas oportunidades sin esa ayuda? Cuando hay un contexto de muchos recursos no es un dilema, pero no es el caso [en Madrid]¡±. Recuerda, adem¨¢s, las enormes diferencias de renta, aunque la media de la regi¨®n sea la m¨¢s alta de Espa?a: el 15% de las familias madrile?as est¨¢n en riesgo de pobreza, seg¨²n el INE.
El gobernador de Georgia, Zell Miller, se jact¨® hace tres d¨¦cadas de crear ¡°el programa de becas m¨¢s inclusivo de los 50 Estados¡±, porque no concern¨ªa solo a las minor¨ªas y a los blancos sin recursos. Y Ayuso sigue esa senda, aunque sin llegar, como en Georgia, hasta el mayor de los millonarios. ¡°Lo que quiere la Comunidad de Madrid es que las rentas medias tengan alg¨²n tipo de ayuda porque son las que siempre pagan y nunca reciben nada, teniendo en cuenta que la inflaci¨®n est¨¢ destrozando la econom¨ªa de todos¡±, argument¨® Ayuso el pasado s¨¢bado. El Partido Popular la respald¨® el lunes.
?Consecuencia de las becas estatales en Georgia? Los ricos blancos han salido ganando y en los primeros a?os, incluso, se vivi¨® ¨Dy as¨ª lo recoge un estudio de la Universidad de Georgia¨D el conocido como HOPE Mobile, un fen¨®meno que se caracteriz¨® en 1994 y 1995 porque en el 25% de los condados m¨¢s ricos subieron las ventas de coches, ya que los padres destinaron parte del dinero que hab¨ªan ahorrado para la matr¨ªcula universitaria a comprar un coche a su brillante hijo becado.
Georgia pas¨® de ser el Estado que menos financiaba la educaci¨®n superior en 1992 a ser el que m¨¢s, y su idea se copi¨® en una decena de Estados, como Florida o Carolina del Sur. Veintid¨®s a?os despu¨¦s, el boquete de inequidad contin¨²a y el diario Washington Post le dedic¨® un amplio art¨ªculo el pasado mayo. Actualmente, en cinco Estados ¨DDakota del Sur, Carolina del Sur, Arkansas, Louisiana y Georgia¨D las becas no vinculadas a la renta del alumno superan el 90%, pero solo llegan al 100% en Georgia. Por contra, en California, ¨²nicamente el 0,1% de las becas est¨¢n vinculadas ¨²nicamente a la excelencia.
La partida de becas en centros privados se va a duplicar en Madrid ¨Dde 64,70 millones este curso que ha terminado a 127,15 millones el pr¨®ximo¨D y los expertos en equidad alertan de las consecuencias nocivas que va a tener para los hogares m¨¢s necesitados, como en Georgia. ¡°Dar ayudas a gente que no lo necesita va a agrandar la distancia entre los grupos sociales. Esta financiaci¨®n se podr¨ªa dar a escuelas que s¨ª que est¨¢n en entornos desfavorables, por ejemplo, para dotarlas de profesorado de apoyo y materiales que mejorar¨¢n la educaci¨®n de estos estudiantes¡±, explica Cynthia Mart¨ªnez-Garrido, profesora de Metodolog¨ªas de Investigaci¨®n y Evaluaci¨®n en la Educaci¨®n en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y una de las autoras de un c¨¦lebre informe que sit¨²a a Madrid a la cabeza de segregaci¨®n escolar en Europa, solo superada por Hungr¨ªa.
Alvaro Ferrer, especialista en equidad en la ONG Save the Children, aporta nuevos datos: ¡°El alumnado pobre repite en Madrid cinco veces m¨¢s que el de m¨¢s recursos, cuando a nivel estatal la proporci¨®n es de cuatro. Y es la segunda comunidad aut¨®noma, por detr¨¢s de Asturias, donde m¨¢s influye el nivel socioecon¨®mico y cultural de la familia en el rendimiento educativo, por encima de la media OCDE¡±.
¡°Se va a financiar con el dinero de todos el crecimiento de escuelas privadas que van a recibir alumnos porque el Estado les est¨¢ financiando¡±, razona Mart¨ªnez-Garrido. ¡°Con sus caracter¨ªsticas de selecci¨®n de estudiantes, con sus actividades extraescolares que requieren de una inversi¨®n extra...¡±, enumera. Jorquera a?ade tambi¨¦n a la lista las escasas becas de comedor que se conceden en Madrid (9% de los ni?os, seg¨²n un informe de Save the Children): ¡°Estas pueden desempe?ar una funci¨®n fundamental desde el punto de vista nutricional, fomentando la adquisici¨®n de h¨¢bitos alimentarios saludables y tienen un efecto sobre el desempe?o educativo¡±.
¡°Lo eficaz es invertir en las personas que tienen barreras y adem¨¢s hacerlo en las etapas en las que m¨¢s dificultades tienen. En educaci¨®n, cuanto antes se invierta, mejor: en la escuela infantil o la ense?anza obligatoria¡±, subraya Ferrer. Aunque precisa: ¡°Si se pone el dinero en FP o en el Bachillerato, que sea para cubrir el coste de oportunidad: para suplir los ingresos que tendr¨ªa si el hijo estuviese trabajando en vez de estudiando. Pero con estas becas, no se cubre ese coste¡±.
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