¡°Se han normalizado las violencias en las relaciones de noviazgo y los adolescentes no son conscientes de ellas¡±
La profesora de la Universidad de Almer¨ªa Encarna Soriano dirige una investigaci¨®n que trata de dar herramientas a los docentes ante este tipo de situaciones
?Hasta qu¨¦ punto est¨¢ presente la violencia en las relaciones de parejas adolescentes? ?Qu¨¦ factores, qu¨¦ condicionantes marcan estas conductas? ?C¨®mo puede la escuela en general y los profesores en particular aportar su granito de arena para prevenir y atajar estas da?inas conductas? A todas estas preguntas ¡ªy algunas m¨¢s¡ªtrata de responder desde 2019 el proyecto de investigaci¨®n sobre la Violencia en la pareja adolescente desde una perspectiva transcultural que, liderado por la Universidad de Almer¨ªa, cuenta con la participaci¨®n de las universidades de Murcia y Castilla-La Mancha y la colaboraci¨®n de la Universidad Pedag¨®gica y Tecnol¨®gica de Colombia, las universidades de Carolina del Norte y Georgia (EE UU) y Algarve (Portugal). Encarna Soriano (Almer¨ªa, 64 a?os) es la investigadora principal de unos trabajos en los que han observado, por ejemplo, que un 75,8% de adolescentes entre 13 y 19 a?os dice ser v¨ªctima de alg¨²n tipo de violencia psicol¨®gica; el 56,2% de ciberviolencia, el 20,9% de violencia f¨ªsica y 10,4% de violencia sexual perpetrada por la pareja.
Pregunta. ?Hasta qu¨¦ punto est¨¢ presente la violencia en las relaciones de parejas adolescentes?
Respuesta. Las violencias en general est¨¢n presentes en las relaciones del noviazgo, el problema es que se han normalizado este tipo de conductas y los adolescentes no son conscientes de ellas.
P. ?Cu¨¢les deber¨ªan preocuparnos m¨¢s?
R. Todas las violencias deben preocuparnos. Pero me sorprende que, a pesar de las campa?as de sensibilizaci¨®n, de trabajar la igualdad y la convivencia en los centros educativos, a¨²n tengamos un 25% de los adolescentes a los que hemos encuestado dici¨¦ndonos que no les importar¨ªa, por ejemplo, que su pareja les diera un tortazo si se lo mereciera. ?F¨ªjate qu¨¦ expresi¨®n! Este ¨ªtem en concreto forma parte de nuestros cuestionarios desde hace 18 a?os y nos muestra que los adolescentes todav¨ªa siguen justificando este acto violento. En esta ¨²ltima investigaci¨®n, adem¨¢s, hemos analizado la percepci¨®n de esta conducta seg¨²n el g¨¦nero, y los que est¨¢n m¨¢s de acuerdo con ella son los adolescentes hombres, en un 45,4%, aunque el 8% de las mujeres tambi¨¦n est¨¢n de acuerdo. Sin embargo, ninguno de los adolescentes que se identifican con el g¨¦nero fluido, que solo eran 12, y los que se identifican con mujer transg¨¦nero (dos) estaban de acuerdo. En cambio, de los que se identificaban como hombre transg¨¦nero, que eran 10, la mitad de ellos s¨ª lo estaban. Necesitamos retomar este tema de la justificaci¨®n de las conductas violentas por parte de los adolescentes. En todo caso, insisto en que, cuando se habla de violencias, deben preocuparnos todas y luchar por el respeto (aut¨¦ntico) y el di¨¢logo entre las personas y entre los miembros de la pareja (adolescente, joven o adulta).
P. ?Qu¨¦ influye m¨¢s en la manera en la que los adolescentes perciben las relaciones de pareja: el g¨¦nero, la cultura, los valores, la religi¨®n, la orientaci¨®n sexual¡?
R. Nuestros estudios nos informan de que la cultura, el g¨¦nero y los valores relacionados con la cultura s¨ª tienen influencia. Tambi¨¦n es cierto que en una investigaci¨®n que nos publicaron a principios de 2022, la religi¨®n no era un predictor ni positivo ni negativo de la violencia en la pareja.
P. ?Existe alg¨²n perfil de adolescente m¨¢s proclive a esta violencia?
R. No hemos analizado perfiles, pero s¨ª variables predictivas en relaci¨®n a la perpetraci¨®n de la ciberviolencia. En los dos grupos culturales estudiados, adolescentes de origen marroqu¨ª y aut¨®ctonos espa?oles, la predicci¨®n principal de perpetraci¨®n de la ciberviolencia a su pareja es consecuencia de haberla recibido. A este predictor ¨²nico para los chicos marroqu¨ªes, en el caso de los espa?oles, se les une el de haber sufrido alg¨²n tipo de violencia sexual y no ser monitoreados por los padres. En el caso de las chicas, las de origen marroqu¨ª, lo que les conduce a perpetrar ciberviolencia es ser v¨ªctimas de la misma y no tener monitoreo de los padres. Sin embargo, a mayor victimizaci¨®n emocional o f¨ªsica, menos perpetraci¨®n de la ciberviolencia por parte de ellas. Para las chicas aut¨®ctonas espa?olas, los predictores son el recibir ciberviolencia, no estar monitoreadas por los padres y haber sufrido violencia f¨ªsica.
P. ?C¨®mo pueden afectar estas violencias a quienes las sufren?
R. Seg¨²n diferentes estudios, pueden influir bajando su rendimiento escolar, provocando estr¨¦s, depresi¨®n, un manejo agresivo de conflictos, desajuste psicosocial, problemas de humor, menor satisfacci¨®n con la vida e ideaci¨®n suicida. Cuando el profesorado o la familia ven un cambio de humor, bajada repentina de las calificaciones, depresi¨®n o menos satisfacci¨®n con su vida, deben sospechar que algo est¨¢ pasando, no necesariamente violencia en la pareja, pero s¨ª son se?ales de alarma a las que hay que hacer caso.
P. ?Es el espacio educativo el lugar m¨¢s adecuado para identificar estas situaciones e intervenir?
R. El espacio educativo es un lugar adecuado para hacerlo, pero no es el ¨²nico; no se puede dejar toda la responsabilidad al sistema escolar. La actuaci¨®n de la familia es important¨ªsima y tambi¨¦n de la comunidad. Por ejemplo, el aprendizaje del buen uso de las redes sociales, que tanto utilizan nuestros j¨®venes, es muy importante. Todo el espacio f¨ªsico (offline) y virtual (online) que rodea al adolescente debe ser cuidadoso y educativo. Es cierto que el joven pasa mucho tiempo en redes sociales, que sigue a los influencer y las modas conductuales que ve, que en muchas ocasiones no son las m¨¢s deseables. La educaci¨®n (no solo de la escuela, sino de la familia y entorno) es fundamental para potenciar un uso seguro. Tambi¨¦n ser¨ªa deseable ¡ªy este es un gran reto para la sociedad¡ª que nuestros pol¨ªticos y nuestros medios de comunicaci¨®n generasen espacios seguros y educativos para ni?os, adolescentes y j¨®venes.
P. Se trata de asuntos muy personales, ?c¨®mo pueden intervenir los profesores de forma adecuada?
R. Siempre que sean detectadas, act¨²an de forma adecuada antes estas situaciones, pues los centros disponen de protocolos para hacerlo. Tenemos muy buenos profesionales y es justo reconocerlo. Lo que ocurre es que cada vez se le exige m¨¢s al profesorado en todo y ellos son conscientes de que, aparte de aplicar el protocolo establecido, necesitan m¨¢s formaci¨®n para enfrentarse a estas situaciones desde su trabajo diario en el aula.
P. Uno de los objetivos de su proyecto es elaborar una gu¨ªa educativa para analizar, prevenir e intervenir en violencia en la pareja adolescente. ?Qu¨¦ quieren aportar con ella?
R. Ya hay estudios y programas que pueden ayudarles. Pero pensamos que, hasta ahora, no han contemplado la diversidad cultural que hay en las aulas, los patrones de g¨¦nero y la diversidad de relaciones de pareja que se pueden establecer. Queremos que esta diversidad cultural que se ha visto en nuestra investigaci¨®n se refleje en los materiales que hemos elaborado para el profesorado y para todos los educadores que trabajan con j¨®venes adolescentes de diferentes referentes culturales. Ya hemos publicado un libro en la editorial Narcea que se titula Violencia en las relaciones de noviazgo adolescente. Estrategias para el cambio. Ahora, en la p¨¢gina web del proyecto, se est¨¢ terminando de construir un MOOC [un curso abierto online] para el profesorado que est¨¦ interesado en el tema. Pero creemos que es necesario continuar la investigaci¨®n y por eso hemos presentado un nuevo proyecto I+D, continuaci¨®n del anterior, en la ¨²ltima convocatoria de Proyectos de Generaci¨®n de Conocimiento al Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n.
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