Espa?a bate el r¨¦cord de alumnos provenientes de fuera de la Uni¨®n Europea
La modificaci¨®n en el reglamento de la ley de extranjer¨ªa, que permite simultanear los estudios con un trabajo, impulsa la llegada de estudiantes, sobre todo de Latinoam¨¦rica. Se emitieron 122.460 permisos de formaci¨®n (grado, posgrado, FP y otras formaciones) en 2023
Nunca ha habido tantos estudiantes llegados desde fuera de la Uni¨®n Europea en las universidades y centros de formaci¨®n espa?oles. Un cambio en la normativa que regula el ingreso de extranjeros en el pa¨ªs permite desde mediados de 2022 que estos alumnos puedan compaginar su formaci¨®n con trabajos de hasta 30 horas semanales. Una oportunidad que no ha tardado en ser aprovechada. Seg¨²n los datos del Ministerio de Inclusi¨®n y Migraciones, Espa?a emiti¨® 122.460 permisos de estudio (grado, posgrado, FP y otras formaciones) o pr¨¢cticas profesionales el pasado a?o, un tercio m¨¢s que los 81.346 registrados en 2021, antes del cambio de la norma. El crecimiento de alumnos rusos es el m¨¢s llamativo, aunque la presencia de poblaci¨®n de Am¨¦rica Latina es la que lidera, seguida por la de matriculados de Estados Unidos, China y Marruecos, pa¨ªses que aportan m¨¢s de 5.000 cada uno.
Las universidades coinciden al se?alar este cambio normativo como la clave para que muchos puedan costear su estancia en Espa?a. Antes de la reforma, un matriculado depend¨ªa de sus ahorros o de la capacidad econ¨®mica de su familia para mantenerse, pero al abrir la puerta a que los alumnos puedan cubrir sus gastos con unas horas de trabajo a la semana, las barreras de clase se diluyen, potenciando la diversidad en la educaci¨®n superior en el pa¨ªs.
Los ¨²ltimos datos ofrecidos por el Observatorio de Migraci¨®n, vinculado al Ministerio de Inclusi¨®n, reflejan que la mayor¨ªa de los que llegan son mujeres (el 56%) y la edad media de estos alumnos es de 26 a?os. Respecto a la distribuci¨®n geogr¨¢fica, m¨¢s de la mitad de los alumnos extranjeros tramita su autorizaci¨®n de estancia en la Comunidad de Madrid (25,94%), Catalu?a (24,45%) y la Comunidad Valenciana (15%). En el extremo opuesto, se encuentran La Rioja (0,29%), Asturias (0,57%) y Cantabria (1,05%).
En el caso de los latinoamericanos, el aumento del desempleo juvenil y la inseguridad, en auge en la regi¨®n desde la pandemia, ha empujado a muchos j¨®venes a seguir form¨¢ndose en Europa con la esperanza de encontrar un trabajo despu¨¦s, seg¨²n Vladimir Paspuel, presidente de la Asociaci¨®n Rumi?ahui, dedicada a apoyar a los migrantes. Aunque de momento Paspuel observa que los empleos que estos j¨®venes encuentran mientras cursan sus estudios suelen tener ¡°salarios bajos y duras condiciones¡±.
Fiorella Espinosa, peruana de 30 a?os, vivi¨® esta realidad en primera persona. Lleg¨® en 2022 tras inscribirse en un m¨¢ster en ingenier¨ªa hidr¨¢ulica en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia e intent¨® compaginar su formaci¨®n acad¨¦mica con alg¨²n empleo cualificado de su rama; pero las ¨²nicas ofertas llegaron de restaurantes. Acab¨® aceptando un empleo como cocinera que le permit¨ªa ahorrar para sus futuros proyectos en su pa¨ªs, aunque admite que ha tenido que hacer ¡°malabares¡± para compaginar trabajo y formaci¨®n.
Espinosa es testigo de c¨®mo ha cambiado la composici¨®n de las aulas de estudios superiores. En su clase de 40 alumnos, 26 proceden de Latinoam¨¦rica, un porcentaje especialmente alto. En un c¨®mputo m¨¢s concreto, Migraciones contabiliz¨® que un total de 75.857 estudiantes extracomunitarios radicaban en Espa?a a finales de 2023, de los cuales cerca de la mitad pertenece a un pa¨ªs hispanoparlante. El sistema universitario espa?ol cuenta con 1,6 millones de alumnos inscritos.
Otro factor que alienta las llegadas es el bajo coste de algunos programas espa?oles. Por ejemplo, Arantxa Su¨¢rez, de 28 a?os, lleg¨® desde Colombia en 2022 para estudiar un m¨¢ster en administraci¨®n de empresas en la Universidad de C¨¢diz. Eligi¨® la ciudad andaluza por el coste de la matr¨ªcula: 1.000 euros en promedio, muy lejos de los 5.000 que valen este tipo de programas en los campus del pa¨ªs caribe?o. Esta realidad, sumada a otros factores, genera una tendencia que se explica en cifras. En la Universidad de Sevilla, por ejemplo, el incremento de estudiantes latinoamericanos fue del 160%: de 331 en el curso anterior al cambio normativo, a los 861 matriculados en el actual, un salto sin precedentes.
Adem¨¢s de la simultaneidad entre clases y trabajo, el cambio en el reglamento de la Ley de Extranjer¨ªa tambi¨¦n pretende facilitar la incorporaci¨®n de los alumnos al mercado laboral una vez concluidos los estudios. Antes, era necesaria una estancia de tres a?os para obtener un permiso de trabajo. Sin embargo, los datos laborales sobre j¨®venes no son tan halag¨¹e?os: Espa?a cerr¨® 2023 con la tasa de paro m¨¢s alta de la Uni¨®n Europea, con un 28,36% de empleados de entre 18 y 24 a?os.
El abogado especializado en movilidad internacional F¨¦lix Espa?a explica que la ley a¨²n presenta problemas. Detalla que cuando un universitario se grad¨²a y quiere empezar a trabajar, necesita una persona que le haga un ¡°precontrato¡± y este es un proceso que puede demorar varios meses antes de que el candidato se integre finalmente a la empresa, por lo que a muchos empleadores, concreta, no les interesa esperar tanto tiempo. Adem¨¢s, la complejidad de los tr¨¢mites o la limitaci¨®n de las 30 horas laborales a la semana que ofrecen los alumnos graduados suelen tirar para atr¨¢s a las compa?¨ªas a la hora de contratarlos definitivamente.
La propia Su¨¢rez es consciente de la dificultad que aguarda una vez concluida la formaci¨®n. Mientras estudiaba, la joven colombiana encaden¨® empleos en un restaurante y como cuidadora de mascotas antes de entrar en una empresa de recursos humanos. Al titularse, no fue contratada a tiempo completo y la ¨²nica v¨ªa para permanecer en Espa?a era empezar de cero utilizando los estudios ¡ªse fue a cursar otro m¨¢ster a Zaragoza¡ª como un recurso para alargar su estancia y continuar con su b¨²squeda de empleo.
Su caso es similar al de Jos¨¦ Est¨¦vez, dominicano de 25 a?os, llegado a Espa?a a finales de octubre de 2022 para cursar un m¨¢ster en big data en un centro de formaci¨®n en Madrid. Su mayor reto fue encontrar unas pr¨¢cticas donde pudiese trabajar las 30 horas semanales permitidas. ¡°La mayor¨ªa prefieren analistas que trabajen 40 horas¡±, lamenta. Lleg¨® a tocar las puertas de hasta 100 empresas y cuando su permiso de estancia se iba a terminar, una compa?¨ªa de seguros lo acept¨® como becario en el ¨¢rea de datos; aunque para formalizar su contrato de pr¨¢cticas tuvo que inscribirse a otro m¨¢ster para poder alargar su estatus legal durante otro a?o. Entre tr¨¢mite y tr¨¢mite, hace casi dos a?os que no regresa a su pa¨ªs natal, donde adem¨¢s de su clima, su coche y su comida, extra?a principalmente tener ¡°m¨¢s control¡± sobre su vida y su destino.
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