R¨¦cord de alumnado extranjero: oportunidad y reto para la escuela
El n¨²mero de estudiantes for¨¢neos se eleva a 944.992 tras crecer un 37% en seis a?os. Su llegada est¨¢ amortiguando el impacto en los colegios del desplome de la natalidad, pero los expertos reclaman recursos espec¨ªficos para paliar su desventaja de partida
Ghita tiene 10 a?os, lleg¨® a Espa?a desde Marruecos, saca buenas notas, es portera en el equipo de f¨²tbol de su pueblo, y le gustar¨ªa ser cardi¨®loga. El aterrizaje, hace dos a?os, con el curso empezado, no fue f¨¢cil, cuenta su madre, Zinba Hamzaoui. ¡°Todo el mundo hablaba espa?ol, y ella entend¨ªa muy pocas palabras. Pero se adapt¨® r¨¢pidamente, es muy activa y sociable, y en un a?o aprendi¨® la lengua. Tengo una hija muy lista¡±, dice Hamzaoui, empleada en hosteler¨ªa, desde El Algar, Murcia, donde vive con su marido, trabajador agr¨ªcola, Ghita y su otro hijo, que est¨¢ acabando la ESO.
Los hijos de Hamzaoui son dos de los 944.992 alumnos extranjeros que el curso pasado estudiaron ense?anzas de r¨¦gimen general ¨Dinfantil, primaria, bachillerato y formaci¨®n profesional¨D en Espa?a. Se trata de la mayor cifra registrada, despu¨¦s de haber aumentado en 257.218 (un crecimiento del 37%) en seis a?os. Su peso en el conjunto de los estudiantes tambi¨¦n es el m¨¢s elevado hasta la fecha: suponen un 11,4% del total, con grandes diferencias territoriales. En cinco comunidades aut¨®nomas, casi todas del Mediterr¨¢neo, representan m¨¢s de 15% del alumnado (en Baleares rozan el 18%). Mientras en Extremadura se sit¨²an en el 3,8%, y en Galicia y Asturias no alcanzan el 6%. Su presencia es mayor en las etapas obligatorias, sobre todo en primaria (13,7% del total) y en la FP B¨¢sica (16,1%), una v¨ªa dirigida a que el alumnado en riesgo de abandono acabe la ESO. Y se reduce en las ense?anzas postobligatorias, especialmente en bachillerato (7%).
Docentes, directores y soci¨®logos de la educaci¨®n afirman que la llegada de alumnado extranjero es positiva para el sistema, porque enriquece su diversidad, amortigua el r¨¢pido descenso de estudiantes por la ca¨ªda de la natalidad (solo en primaria se han incorporado en seis a?os 115.909 ni?os extranjeros en los ¨²ltimos seis a?os, sin los cuales la etapa habr¨ªa perdido en dicho periodo 273.666), y reduce el n¨²mero de escuelas que cierran por falta de alumnos. Al mismo tiempo, advierten, tambi¨¦n supone un reto para los centros educativos, sobre todo para los p¨²blicos, que los acogen de forma desproporcionada, ya que tienen, en promedio, m¨¢s necesidades educativas. Los programas de acogida se desarrollaron mucho a finales de los noventa y en los primeros a?os de este siglo coincidiendo con la primera gran ola de incorporaci¨®n de alumnado inmigrante ¨Den 1998 eran 80.587; 10 a?os m¨¢s tarde, 730.118¨D. Pero se desmantelaron en gran medida despu¨¦s de la crisis financiera de 2008, y en la mayor parte de los territorios no se han recuperado.
Hace dos d¨¦cadas, afirma Miquel ?ngel Alegre, director de proyectos de la Fundaci¨® Bofill, una entidad dedicada a la investigaci¨®n de pol¨ªticas educativas, exist¨ªan numerosos programar espec¨ªficos. ¡°Seg¨²n las comunidades se llamaban aulas de acogida, aulas de enlace, externas¡ Pod¨ªan ser controvertidas o m¨¢s o menos segregadoras, en funci¨®n de si sacaban al alumnado de la clase o de la escuela. Algunas eran criticables, s¨ª. Pero exist¨ªan. Y hab¨ªa todo un debate sobre c¨®mo orientarlos. Hab¨ªa una apuesta pol¨ªtica al respecto¡±, afirma Alegre. ¡°Ahora, el esfuerzo recae sobre todo en el buen hacer del profesorado y en los equipos directivos. Los apoyos se tienen que ir repartiendo y priorizando. Y eso, dependiendo de la ratio que tenga el centro, se puede abordar mejor o peor¡±, a?ade Olga Catas¨²s, presidenta de la asociaci¨®n de directores de colegios p¨²blicos de Murcia.
Se trata de un fen¨®meno positivo y a la vez complejo de gestionar, afirma Antoni Morante, que hasta hace unas semanas fue director general de Planificaci¨®n, Ordenaci¨®n y Centros del Gobierno balear. ¡°Por un lado, este alumnado tiende a concentrarse en determinados centros, generalmente p¨²blicos. Su rendimiento suele ser inferior a la media, pero los an¨¢lisis que hicimos muestran que son estudiantes que en dos o tres a?os recuperan bastante el desnivel de partida, aunque a base de invertir recursos en programas de apoyo. Por otro lado, nosotros consideramos que la diversidad que aportan es un valor, y nos ayudan a mantener aulas y centros abiertos. En Baleares no hemos tenido que cerrar pr¨¢cticamente ninguna escuela, ni tenemos el problema de falta de estudiantes de otras zonas de Espa?a¡±. El porcentaje de alumnado extranjero no es un factor que cuente en la financiaci¨®n que las comunidades aut¨®nomas reciben del Estado, pero Morante se?ala que los programas puestos en marcha en los ¨²ltimos a?os por el Ministerio de Educaci¨®n, como Proa+, van dirigidos especialmente a apoyar a los centros con altas tasas de alumnado vulnerable, que con frecuencia son inmigrantes.
¡°La diversidad de todo tipo, y la ling¨¹¨ªstica en particular, es un reto¡±, se?ala Miquel ?ngel Alegre, ¡°y no solo de cara al trabajo de la competencia ling¨¹¨ªstica en s¨ª misma, sino a partir de ella del resto¡±. Las tasas de repetici¨®n del alumnado extranjero y de abandono escolar temprano son m¨¢s del doble que las de los aut¨®ctonos, y su rendimiento acad¨¦mico es en promedio menor. Se trata, en buena parte, de una cuesti¨®n de clase social, pero no solo. ¡°En evaluaciones internacionales como PISA, cuando controlamos los resultados por estatus socioecon¨®mico, es decir, cuando comparamos aut¨®ctonos y extranjeros de la misma clase social, la diferencia cae, pero todav¨ªa es significativa. Y cuando a ello le a?adimos otro filtro, que unos y otros tengan la misma lengua materna, la diferencia vuelve a bajar, pero sigue quedando un peque?o reducto, que viene explicado por el hecho de ser inmigrante y tener un entorno de inmigraci¨®n¡±, a?ade Alegre.
Un an¨¢lisis publicado por el profesor de la Universidad de Barcelona Jorge Calero con los resultados de PISA 2018 reflejan que, en el caso de matem¨¢ticas, la diferencia entre los estudiantes aut¨®ctonos y los for¨¢neos es de 47 puntos, y en ciencias, de 41. Suele aceptarse que 40 puntos en PISA equivalen a un curso escolar. El an¨¢lisis de Calero muestra que, una vez descontando el estatus socioecon¨®mico y cultural, la distancia en Ciencias es de 28 puntos (en este caso, con datos de PISA 2015), una distancia parecida a la que el mismo c¨¢lculo ofrece para el conjunto de pa¨ªses de la OCDE (31 puntos).
La presencia de alumnado extranjero es muy distinta en el instituto p¨²blico que Miguel P¨¦rez dirige en Don Benito, Badajoz, y en el colegio p¨²blico de un municipio del sur de Barcelona donde Pilar Gargallo trabaj¨® el curso pasado. ¡°Aqu¨ª hay muy poco alumnado inmigrante. Y muchas veces mantener abiertas l¨ªneas depende de si llega o no, porque la tasa de natalidad ya vemos cu¨¢l es¡±, dice P¨¦rez. Gargallo afirma, en cambio, que en septiembre del a?o pasado (es decir, meses despu¨¦s del periodo est¨¢ndar de matr¨ªcula) se incorporaron a su escuela 40 alumnos reci¨¦n llegados (el centro ten¨ªa, en total, 600 ni?os).
Las situaciones de segregaci¨®n escolar, es decir, cuando en un centro se da una elevada concentraci¨®n de alumnado vulnerable, son m¨¢s complejas y tambi¨¦n disponen, normalmente, de m¨¢s recursos. Pero en general, dice Gargallo, ¡°en primaria, a edades tempranas, es f¨¢cil incluir a un ni?o gracias al aprendizaje que se produce entre iguales. Y en infantil ni siquiera hacen falta aulas de acogida, porque aprenden r¨¢pido la lengua de todos¡±.
La red educativa p¨²blica acoge a m¨¢s estudiantes extranjeros y en general a m¨¢s chavales vulnerables de los que le corresponder¨ªan por su peso en el conjunto del sistema. El porcentaje de alumnado for¨¢neo en la escuela p¨²blica ha ca¨ªdo, sin embargo, al nivel m¨¢s bajo desde 1999. A finales del curso pasado, se situaba en el 76,6% (en la red p¨²blica est¨¢n matriculados el 66,9% de todos los estudiantes), seis puntos menos que en 2008, cuando se alcanz¨® el pico de segregaci¨®n. Xavier Bonal, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y director del grupo de investigaci¨®n Globalizaci¨®n, Educaci¨®n y Pol¨ªticas Sociales, cree que en ello pueden haber influido, hasta cierto punto, las pol¨ªticas antisegregaci¨®n aplicadas en los ¨²ltimos a?os en algunas comunidades aut¨®nomas, como Catalu?a o, recientemente, en Euskadi, y que la actual ley de Educaci¨®n refuerza. Bonal cree, sin embargo, que la reducci¨®n del desequilibrio se debe sobre todo a la fuerte ca¨ªda de la natalidad. ¡°Eso ha hecho cambiar la actitud de la concertada hacia el alumnado inmigrante. Digamos que ahora compiten por alumnos en general, no solo por los de determinada clase social. He visto en reuniones una predisposici¨®n de la concertada hacia la matr¨ªcula viva (estudiantes, generalmente extranjeros, que se incorporan a la escuela con el curso empezado) mucho m¨¢s positiva que antes¡±.
Las familias extranjeras se instalan en Espa?a con sus hijos en edad escolar sobre todo por motivos laborales y econ¨®micos. Pero hay otras razones. Como consecuencia de la invasi¨®n rusa, por ejemplo, 29.354 ni?os ucranios se han incorporado a centros educativos espa?oles, lo que representa una cuarta parte de todos los estudiantes for¨¢neos llegados a Espa?a desde septiembre de 2021.
Aquel mes Issaid Mendoza, su mujer, y sus dos hijas, que ahora tienen siete y 10 a?os, llegaron a Valencia desde M¨¦xico. Una de las cosas que los convenci¨® a la hora de elegir el destino, asegura Mendoza, fue la educaci¨®n. ¡°En M¨¦xico es muy dif¨ªcil que el sistema educativo se aplique tal y como est¨¢ planeado en el papel, tanto por cuestiones econ¨®micas como del profesorado. En Espa?a, en cambio, vemos que la gran mayor¨ªa de lo que est¨¢ previsto se lleva a cabo¡±. Otro factor, relacionado con la crianza de sus hijas, fue la ausencia de violencia. ¡°Sab¨ªamos que este era un pa¨ªs seguro, pero no pens¨¢bamos que lo fuera tanto. Nos pareci¨® impresionante ver que en Valencia los ni?os van solos del colegio a su casa, algo que nunca hab¨ªamos visto en M¨¦xico¡±. A Mendoza, que es soci¨®logo, no le sorprende el aumento de la migraci¨®n hacia Espa?a, ni que los adultos hagan el viaje acompa?ados por sus hijos. ¡°Creo que los espa?oles no os dais del todo cuenta del progreso tan grande que hab¨¦is tenido en los ¨²ltimos a?os, tanto en cuestiones sociales como econ¨®micas. Pero desde fuera se ve como un pa¨ªs muy bueno para emigrar, tanto por el trabajo, como para las familias¡±.
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