Las consecuencias de no financiar la universidad p¨²blica
Hay un elevado volumen de recursos que muchas familias madrile?as est¨¢n dedicando a la educaci¨®n universitaria privada de sus hijos, cuando preferir¨ªan llevar a sus hijos a la universidad p¨²blica.
La situaci¨®n econ¨®mica de las universidades p¨²blicas madrile?as es cr¨ªtica. Los presupuestos que ha presentado el gobierno de la Comunidad Aut¨®noma de Madrid (CAM) son insuficientes para mantenerlas. Este desequilibrio presupuestario se debe a que el incremento desde 2012 ni siquiera ha compensado la subida de la inflaci¨®n en este periodo; se ha producido, por tanto, una disminuci¨®n del presupuesto en t¨¦rminos reales (es decir, teniendo en cuenta la subida de los precios). Resulta llamativo que la CAM sea la regi¨®n que menor gasto dedica por estudiante, unos 1.400 euros menos que la media espa?ola, siendo la de mayor renta de Espa?a. Tambi¨¦n hay que se?alar que el gasto por estudiante en Espa?a es menor que la media de la UE25 y de la OCDE, con lo que estar a la cola de Espa?a arroja, para Madrid, una muy pobre comparativa internacional.
Uno de los problemas a los que estamos haciendo frente en la CAM desde hace tiempo es que la universidad p¨²blica es incapaz de absorber la demanda de plazas en determinadas ¨¢reas, lo que presiona al alza las notas de corte. En algunos grados este proceso ha conducido a que dichas notas que permiten el acceso a cursar los estudios sean demasiado altas; estamos hablando de notas por encima de 12 o 13 puntos (sobre un total de 14). Los estudiantes que no consiguen acceder a lo que desean cursar, si cuentan con los recursos suficientes, pueden matricularse en los estudios de su elecci¨®n en las universidades privadas (no en todas, puesto que las universidades privadas m¨¢s consolidadas s¨ª tienen la capacidad de seleccionar a sus estudiantes por su expediente acad¨¦mico). Tanto las universidades privadas como el porcentaje de estudiantes matriculados en ellas no han dejado de aumentar en los ¨²ltimos a?os. Dado el alto precio de los centros privados, el perfil socioecon¨®mico de los estudiantes de ambos tipos de universidades es diferente, acogiendo las p¨²blicas a un estudiantado m¨¢s heterog¨¦neo. Seg¨²n datos oficiales, para el conjunto de Espa?a, m¨¢s del 56% de los estudiantes de centros p¨²blicos cuentan con progenitores con ocupaciones medias y bajas, frente al 57% de los de centros privados que tiene al menos un progenitor con ocupaci¨®n alta.
Estamos, por tanto, asistiendo en la CAM a la reorientaci¨®n de un modelo de universidad esencialmente p¨²blico, que hasta hace relativamente poco conviv¨ªa con un sector privado minoritario y estable, hacia un modelo mixto en el que las universidades p¨²blicas han ido perdiendo terreno frente a las privadas. Actualmente, en la regi¨®n madrile?a el porcentaje de estudiantes en universidades privadas alcanza casi un tercio en grado y la mitad en m¨¢ster. Esta transformaci¨®n no parece, sin embargo, ser el resultado de un cambio de las preferencias de las familias, sino m¨¢s bien consecuencia de la escasez de oferta p¨²blica en algunas ¨¢reas en las que precisamente se basa el modelo de crecimiento del sector privado. La f¨®rmula utilizada para dicha reorientaci¨®n no es nueva: desinvertir en el sector p¨²blico y fomentar el sector privado. Ya se ha aplicado en otros sectores como la sanidad, y, dentro del mismo sector educativo, en los niveles no universitarios.
Cuanto mayor sea el porcentaje de estudiantes en la universidad privada, m¨¢s presi¨®n habr¨¢ para que se alivie la carga econ¨®mica que est¨¢n asumiendo
Algunas de las consecuencias m¨¢s inmediatas de esta reorientaci¨®n son: el deterioro de la calidad de la universidad p¨²blica, no solo en docencia, sino en investigaci¨®n y transferencia del conocimiento tambi¨¦n; el aumento de la desigualdad de oportunidades educativas, puesto que la mayor¨ªa de las familias no pueden acceder a la universidad privada; el surgimiento de algunas universidades privadas de una calidad m¨¢s que cuestionable, con poca exigencia docente e investigaci¨®n; y el elevado volumen de recursos que muchas familias madrile?as est¨¢n dedicando a la educaci¨®n universitaria privada de sus hijos, cuando preferir¨ªan llevar a sus hijos a la universidad p¨²blica.
A medio y largo plazo la situaci¨®n es todav¨ªa m¨¢s preocupante. Se est¨¢ gestando una Ley de Universidades en la CAM que pretende que las universidades p¨²blicas obtengan al menos un 30% de sus ingresos por v¨ªas diferentes a las transferencias p¨²blicas, formalizando de esta manera su infrafinanciaci¨®n. De hecho, Madrid es la regi¨®n en la que m¨¢s cuesta asistir a la universidad p¨²blica, m¨¢s de 400 euros por estudiante y a?o por encima de la media nacional. Asimismo, en dicha ley se plantea reconocer expresamente el papel de las universidades privadas como prestadoras del servicio p¨²blico de educaci¨®n superior. Esta denominaci¨®n puede posibilitar la financiaci¨®n de la universidad privada por parte del sector p¨²blico, algo que ya existe en niveles educativos inferiores, a trav¨¦s de conciertos educativos o de ayudas directas a los estudiantes de los centros privados.
Existe, en mi opini¨®n, un riesgo serio de que se exporte este sistema de financiaci¨®n a la universidad. Hay que ser consciente de que cuanto mayor sea el porcentaje de estudiantes en la universidad privada, m¨¢s presi¨®n habr¨¢ para que se alivie la carga econ¨®mica que est¨¢n asumiendo, y que una vez que se implanta un nuevo modelo de financiaci¨®n no es f¨¢cil de revertir, como hemos visto que sucede en otros ¨¢mbitos como la sanidad o la educaci¨®n no universitaria.
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