Cient¨ªficos asfixiados en el extranjero: ¡°Estoy pensando en renunciar¡±
Las 1.800 ayudas europeas Margarita Salas, dise?adas por Gobierno para estancias en otros centros, no han recibido cofinanciaci¨®n de las universidades y algunos de los desplazados tienen que tirar de ahorros para vivir
Los investigadores espa?oles que se acaban de doctorar, siempre en situaci¨®n precaria, recibieron en enero de 2021 con ilusi¨®n un anuncio del Ministerio de Universidades: 1.800 de ellos disfrutar¨ªan de una ayuda Margarita Salas en otro campus espa?ol (2.800 euros brutos) o extranjero (3.500 euros), gracias a una partida para recualificaci¨®n de la Uni¨®n Europea. Adem¨¢s, tendr¨ªan una ayuda de desplazamiento de hasta 3.500 euros. Nunca hab¨ªa habido en Espa?a tantas plazas y era una sola oportunidad. Entonces, muchos cient¨ªficos se lanzaron a competir por una de las ayudas, con la intenci¨®n de vivir una experiencia laboral de uno o dos a?os, que luego revertir¨¢ en la universidad espa?ola de origen. Pero la realidad se les ha atragantado, pues las universidades p¨²blicas, que no contaban con esta partida in¨¦dita, han optado por retraer las cuotas patronales del sueldo bruto ¨Des decir, las cotizaciones a la Seguridad Social comunes, de desempleo, Fogasa, horas extra y formaci¨®n profesional que abona la empresa contratadora¨D , de forma que en pa¨ªses como Estados Unidos o Suiza es muy dif¨ªcil vivir, pues en limpio son unos 2.100 euros en el extranjero y 1.700 en Espa?a. De modo que algunos tienen que tirar de ahorros y hacer filigranas incluso para conseguir el visado ¨Den el caso de EE UU¨D, pues los centros de investigaci¨®n no conciben que se cobre menos de 4.000 d¨®lares (3.600 euros).
El ministerio reparti¨® en la ¨¦poca de Manuel Castells los 387 millones de euros ¨Dla partida de Bruselas prev¨¦ tambi¨¦n que 1.400 contratados doctores o profesores titulares j¨®venes se muevan y que 700 investigadores retornen del extranjero¨D proporcionalmente entre las 48 universidades p¨²blicas, y cada una lo ha gestionado como ha querido: contrato o beca. Seg¨²n los datos recabados por los propios beneficiarios de la ayuda Margarita Salas, la Polit¨¦cnica de Madrid (UPM) es la ¨²nica universidad que ha pagado las cuotas patronales aparte. El departamento de prensa de la UPM explica que ha supuesto para sus arcas 1,7 millones costear los gastos de sus 71 seleccionados. La Universidad del Pa¨ªs Vasco ha financiado solo a los que se mueven dentro de Espa?a, porque si no, no llegaban al salario m¨ªnimo de su convenio laboral. El resultado es que los que viajan al extranjero apenas ganan 10 euros m¨¢s al mes que ellos, seg¨²n los contratados de la UPV-EH. La Complutense da un plus de 250 euros al mes, y Extremadura contempla una indemnizaci¨®n final. Hay universidades, como la de Cantabria, que advirtieron claramente de que descontar¨ªan la cuota patronal en la convocatoria, pero en otras la redacci¨®n no es n¨ªtida.
El experto en Ciencias Computacionales Alberto Castillo, de 29 a?os, podr¨ªa cobrar 8.000 d¨®lares (7.300 euros) al mes por investigar en la Universidad de Virginia (sureste de EE UU) el uso de algoritmos para el tratamiento de la diabetes, pero se ha ido all¨ª, uno de los mejores sitios del mundo en este campo, con una de estas ayudas. Desde el pasado enero ingresa 2.150 euros, pone de su bolsillo otros 1.000 y, si crea una patente, ser¨¢ para la Polit¨¦cnica de Valencia (UPV), que es la que hace la aportaci¨®n econ¨®mica. En la casa estadounidense se le van 1.800 euros, 200 del seguro m¨¦dico, 200 del coche... ?l contaba con ganar 2.800 euros ¨Dcre¨ªa que la UPV iba a asumir los costes patronales¨D y con el alquiler de su piso en Espa?a, ¡°aunque era una idea arriesgada¡±, compensar¨ªa el desajuste entre ingresos y gastos. El ingeniero, que logr¨® el visado justificando sus ahorros, dice que descubri¨® la verdad de su contrato dos d¨ªas antes de volar a Virginia, que es cuando firm¨®. Para entonces ya ten¨ªa su piso en Valencia alquilado, hab¨ªa vendido parte de sus muebles, su mujer hab¨ªa dejado su trabajo sin paro. Adem¨¢s ¨¦l hab¨ªa renunciado a su participaci¨®n en una startup.
¡°Estamos arruinados, ?de d¨®nde lo sacamos? Que renuncien, hay lista de espera¡±, afirma un vicerrector.
Ahora Castillo asegura que, si su mujer no encuentra trabajo ¨Da¨²n no cuenta con el permiso¨D, tendr¨¢n que regresar, aunque ofertas para quedarse no le faltan. Castillo sostiene que el problema ha sido ¡°la falta de transparencia¡± en el procedimiento. Por la redacci¨®n de la convocatoria, muchos en la Polit¨¦cnica de Valencia interpretaron como ¨¦l que los costes patronales iban aparte. El p¨¢rrafo de la UPV dice as¨ª: ¡°Tendr¨¢n una dotaci¨®n econ¨®mica mensual de 3.500 euros brutos para estancias en el extranjero, financi¨¢ndose las retribuciones brutas y la cuota patronal de la Seguridad Social¡±. Castillo asegura que muchos de los que dudaron y preguntaron renunciaron a presentarse y que, de los 67 beneficiarios de las Margarita Salas, dos han tirado la toalla en dos meses. La UPV dice que ambos han abandonado al lograr otros puestos, uno en la industria.
¡°Estamos arruinados, ?de d¨®nde lo sacamos [el dinero para las cuotas patronales]?¡±, afirma Jos¨¦ Monserrat, vicerrector de Internacionalizaci¨®n y Comunicaci¨®n de la UPV, en referencia a los beneficiados de las ayudas que se declaran ahogados. ¡°Las universidades p¨²blicas hablamos de la situaci¨®n, nos planteamos no convocar las ayudas, y al final decimos lanzarlas con las condiciones que nos dijo el ministerio y, efectivamente, dos universidades decidieron aumentar las cuant¨ªas¡±, prosigue. Monserrat reconoce que la cuant¨ªa es ¡°poco abundante¡± para el extranjero, y recalca, adem¨¢s, el ¡°sobreesfuerzo¡± que ha supuesto para sus servicios administrativos. Cada candidato elabor¨® un proyecto de investigaci¨®n y contact¨® con el centro al que deseaba ir.
¡°Pensamos que las cuant¨ªas son generosas y que est¨¢n al nivel de las que se ofrecen en otras ayudas postdoctorales consolidadas y de gran prestigio en nuestro pa¨ªs, como las Ram¨®n y Cajal o las Juan de la Cierva¡°, afirma un portavoz del Ministerio de Universidades. ¡°Son las universidades las que gestionan estas ayudas, deciden la forma jur¨ªdica con la que vincular a los beneficiarios y si asumen los costes patronales. Tambi¨¦n pueden complementar las cuant¨ªas, como en la gran mayor¨ªa de ayudas postdocs en nuestro pa¨ªs. No creemos que en ese sentido haya ninguna diferencia. Las Margarita Salas son la apuesta para la mejora de la calidad y un esfuerzo que est¨¢ realizando este ministerio por el talento al inicio de la carrera acad¨¦mica¡±, a?aden las mismas fuentes.
En la Universidad de Alicante, m¨¢s de lo mismo. Francisco Mart¨ªnez, de 38 a?os, y su novia, Ver¨®nica Ruiz, de 37, hablan con este diario conjuntamente por videollamada. Ambos son graduados en Ciencias Ambientales y Ciencias del Mar. ?l est¨¢ ya en Los ?ngeles, donde paga 1.500 d¨®lares (1.300 euros) por una habitaci¨®n en una casa compartida. Trabaja en el reputad¨ªsimo Instituto Tecnol¨®gico de California (Caltech) con un contrato de la Generalitat Valenciana, y en enero de 2023 tendr¨¢ que empezar a cobrar la ayuda Margarita Salas, que le llevar¨¢ en 2024 a la Universidad de Alicante. ¡°La idea es ir a un buen sitio, no que sea barato¡±, sostiene Mart¨ªnez, que estudia c¨®mo afectan los virus al cambio clim¨¢tico. ¡°Ha sido un regalo envenenado para las universidades. Les llegan unos fondos muy importantes de la Uni¨®n Europea, pero tienen que hacerse cargo del coste patronal. Y dicen: A ver, ?qu¨¦ hago? ?Hago frente a un gasto que no esperaba o renuncio?¡±. Mart¨ªnez opina que, adem¨¢s, ten¨ªa que haberse establecido un complemento seg¨²n la carest¨ªa del pa¨ªs de destino, como suele ocurrir en las estancias en el extranjero. La universidad, que se sentar¨¢ a hablar con ellos con varias semanas de demora, asegura que ha complementado con un plus de 3.300 euros.
¡°Si lo hubiese sabido, no hubiese elegido Estados Unidos, a pesar de que nos va a ayudar mucho a desarrollarnos¡±, explica agobiada Ver¨®nica.
¡°Me voy a ir, pero me gastar¨¦ mis ahorros. Si no lo hago, me estanco. Es bastante indignante¡±, cuenta Ver¨®nica Ruiz, que trabajar¨¢ en la b¨²squeda de remedios contra el c¨¢ncer en la puntera Universidad de California (UCLA). ¡°Si lo hubiese sabido, no hubiese elegido Estados Unidos, a pesar de que nos va a ayudar mucho a desarrollarnos profesionalmente¡±, explica agobiada. Hasta ahora, ella trabajaba en un proyecto con un sueldo de 1.500 euros pagado por una entidad bancaria, suficiente para vivir en una ciudad espa?ola de tama?o medio. En alg¨²n momento ha pensado en dejarlo todo por un trabajo menos cualificado. ¡°Al final quieres estabilidad¡±, confiesa. Explica que su universidad estudia ahora c¨®mo suplementarles el sueldo, porque las Margarita Salas sobre el papel no son compatibles con ¡°otras ayudas con la misma finalidad¡±. La convocatoria, en la que no se dec¨ªa nada de las cuotas, se resolvi¨® tan tarde que a¨²n no le han resuelto el visado y, cuando por fin se incorpore, no recuperar¨¢ esos meses de experiencia y sueldo perdidos desde el pasado enero.
Becarios en la treintena
Tres universidades ¨DLa Laguna, Huelva y Las Palmas de Gran Canaria¨D han optado por no contratar, sino por convertir a los seleccionados en becarios, al menos el primer a?o. De esta forma cobran m¨¢s ¨D2.180 los que se mueven dentro de Espa?a y 2.730 los que salen¨D porque solo les descuentan el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas F¨ªsicas), pero ni cotizan paro ni jubilaci¨®n y est¨¢n obligados a pagarse un seguro privado. Doctores y, sin embargo, becarios en la treintena. Un Margarita Salas de la Universidad de Huelva, que lograr¨¢ un contrato de acceso si luego se queda en ese campus, explica que ello les deja, adem¨¢s, en un limbo, porque no est¨¢n reconocidos como personal, y les trae problemas para usar los medios en los centros de destino. Adem¨¢s, cuenta que un desplazado al extranjero tiene que vivir en un Airbnb, porque no le hacen un contrato de alquiler sin una n¨®mina.
Los 67 beneficiarios de la Polit¨¦cnica de Valencia est¨¢n intentando lograr una ayuda para el alquiler, pero el rectorado lo descarta por considerarlo incompatible
En Espa?a, el problema acucia a quienes se cambian de ciudad, en especial si se van a una urbe donde el costo de la vida sea alto. El ingeniero Borja Badenes, de 41 a?os, se las promet¨ªa felices. Trabaja en energ¨ªa geot¨¦rmica con un contrato temporal Horizonte 2020 (europeo) en la Polit¨¦cnica de Valencia y ha logrado una Margarita Salas en un centro del CSIC en Madrid. Padre de un beb¨¦ de 10 meses, se mudar¨¢ en septiembre a la capital sin su esposa. Ha descartado que se coja una excedencia porque 1.700 euros netos no se estiran. ¡°Voy a trabajar en el CSIC con gente de mi mismo nivel que gana mucho m¨¢s¡±, se lamenta. Los 67 beneficiarios en la universidad valenciana se est¨¢n moviendo para tratar de lograr una ayuda al alquiler. ¡°No tienen nada que hacer. No se puede cambiar a posteriori la convocatoria, porque si alguien impugna se quedan los 67 sin la ayuda¡±, explica a EL PA?S su vicerrector de Internacionalizaci¨®n.
Fe de errores. En una primera versi¨®n se inclu¨ªa equivocadamente a la Universidad de Sevilla entre los centros que han repartido la ayuda como beca.
Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.