La precariedad se desboca en la universidad: apenas la mitad de la plantilla tiene contrato permanente

No hab¨ªa duda de que la falta de relevo de todos los profesores que se jubilaron entre 2011 y 2017 ¨Dlleg¨® a reponerse solo a un 10% en 2012¨D iba a tener su reflejo en la precariedad laboral de las universidades, pues estas instituciones han suplido a estos catedr¨¢ticos y profesores titulares de plantilla fija con unos docentes temporales con ¡°sueldos de miseria¡± ¨Den palabras del exministro Manuel Castells¨D. Pero los datos publicados la pasada semana por el Ministerio de Universidades muestran una fotograf¨ªa en la que solo la mitad del profesorado universitario tiene contrato fijo (50,8%), cuando hace siete a?os eran un 57,8%. La brecha entre universidades es enorme: tan solo el 26,2% de profesores son estables en la Rovira i Virgili (Tarragona) frente al 80% de la UNED o el 73,4% en la de Granada.

Las seis peores cifras de precariedad laboral se concentran en seis universidades fundadas entre 1989 y 1991, por lo que se las considera j¨®venes (la ¨²ltima instituci¨®n p¨²blica abri¨® en 2008): la Rovira i Virgi (26,2%), Rey Juan Carlos (31,5%), Baleares (32,9%), Pomp¨¦u Fabra (33,3%), Girona (33,3%) y Carlos III (36,7%). La estructura permanente la conforman los catedr¨¢ticos y los profesores titulares ¨Dambas figuras pertenecen al cuerpo de funcionarios¨D y los contratados doctores, que son fijos; y los inestables son los ayudantes (que trabajan en la tesis), los ayudantes doctores, los profesores asociados ¨Dhoy la mayor¨ªa¨D y los visitantes.

El catedr¨¢tico de la Universidad de Vigo Jos¨¦ Mar¨ªa Da Rocha, en su art¨ªculo ?Reducir¨¢ la LOSU la precariedad?, para la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea), describe el escenario en las entidades j¨®venes: ¡°En las universidades m¨¢s internacionalizadas, que figuran en los r¨¢nkings de las mejores universidades menores de 50 a?os, una parte de la docencia se imparte con contratos a tiempo parcial para liberar fondos con los que realizar ofertas competitivas a profesores extranjeros¡±.

La Ley de la Reforma Universitaria, de 1983, cre¨® la figura del profesor asociado para ligar la universidad a profesionales que pidiesen trasmitir su experiencia a tiempo parcial. Pero lo que parec¨ªa una buena idea, se ha terminado convirtiendo en la v¨ªa precaria usada por los campus para la impartici¨®n de docencia de forma barata, sin contratos fijos ¨Dinviables en el transcurso de la anterior crisis¨D. Muchos docentes son en realidad falsos asociados ¨Dno cuentan con un trabajo principal¨D, que buscan su momento de hacerse un hueco en la plantilla mientras cobran sueldos baj¨ªsimos (de 300 a 600 euros) e investigan lo que pueden, de cara a acreditar m¨¦ritos en una oposici¨®n. En los ¨²ltimos a?os, muchos falsos asociados ¨Dhay tantos como profesores titulares¨D han ganado juicios a sus universidades al demostrar que ocupan all¨ª puestos estructurales. Un tercio de los asociados es doctor y presumiblemente es el colectivo que aspira a ser funcionario.

La Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU, 2001) es clara en uno de sus art¨ªculos: ¡°El personal docente e investigador con contrato laboral temporal no podr¨¢ superar el 40% de la plantilla docente¡±. Los n¨²meros, sin embargo, demuestran que no es as¨ª. Solo en 15 de las 50 universidades p¨²blicas el n¨²mero de permanentes supera el 60%; en el curso 2015/2016 eran 23 campus. En principio, la Ley Org¨¢nica del Sistema Universitario ¨Dque se va a aprobar previsiblemente en el Congreso a principios de marzo¨D va a obligar a las universidades a convocar concursos para convertir a 26.000 profesores asociados ¨Dson el 19,8% del total de docentes, tantos como profesores titulares¨D en indefinidos con dedicaci¨®n parcial. Esta estabilizaci¨®n otorga a los trabajadores vacaciones pagadas, indemnizaci¨®n, derechos de antig¨¹edad o de optar a complementos salariales como premio a su labor docente.

Aunque la medida fue bien acogida por el colectivo ¨Daunque subrayaban que la estabilizaci¨®n no acaba con la temporalidad real ni con la precariedad¨D, en algunas comunidades ¨Den especial Comunidad Valenciana y Catalu?a¨D los asociados mantienen una huelga intermitente. Estos docentes desconf¨ªan de los concursos de estabilizaci¨®n ¨Dhay libre concurrencia, la plaza no tiene due?o¨D pues cada universidad concebir¨¢ su propio sistema. Administraci¨®n P¨²blica calcula que, en otras ¨¢reas, el 20% de los trabajadores no logra conservar la plaza tras el concurso.

Los asociados no podr¨¢n impartir m¨¢s de 120 horas de docencia al curso y ello obligar¨¢ a que el personal permanente dedique m¨¢s tiempo a la ense?anza y menos a la investigaci¨®n; y en ese escenario, la conferencia de rectores (CRUE) ha pedido m¨¢s dinero. ¡°La reducci¨®n del encargo docente en ciertas figuras debe ir acompa?ada de una f¨®rmula de financiaci¨®n que compense la necesidad de una mayor contrataci¨®n¡±, afirmaron en un comunicado.

La LOSU afirma que la precariedad bajar¨¢ con los planes de estabilizaci¨®n hasta el 8% del PDI (Personal Docente Investigador) ¨Dtal y como obliga la Uni¨®n Europea¨D, pero de la lista de temporales el Ministerio de Universidades excluye a los casi 10.000 profesores asociados de ciencias de la salud (el 7,4% del total) ¨Dcuyos contratos se rigen por un contrato acordado con el Ministerio de Sanidad¨D y a los 6.000 ayudantes doctor (4,5%), pues el ministerio considera esa figura el primer escal¨®n de la carrera acad¨¦mica fija. Adem¨¢s de las estabilizaciones de asociados, se convocar¨¢n m¨¢s plazas para investigadores no permanentes. Desde 2021, por cada 10 jubilaciones se pueden convocar 12 puestos, algo inaudito.

El catedr¨¢tico Da Rocha es salom¨®nico en sus conclusiones. ¡°La ley elimina alguna disfuncionalidad del sistema actual para captar profesorado extranjero, como por ejemplo prescindir del requisito de estar acreditado para ser contratado (un tr¨¢mite muy costoso en tiempo y dificultoso para los extranjeros que no residen en Espa?a)¡±, remarca optimista, ¡°pero establece un l¨ªmite del 8% sobre el n¨²mero de profesores a tiempo parcial que la universidad puede contratar, impidiendo que se puedan seguir haciendo el mismo n¨²mero de ofertas que se hacen ahora¡±.

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