Zapatero ofrece pactos, Rajoy desconf¨ªa
El candidato y el l¨ªder del PP abren una puerta para el di¨¢logo en temas de Estado, aunque con reservas y escepticismo sobre contenidos y procedimiento
La primera sesi¨®n pol¨ªtica de la legislatura ofreci¨® pocas garant¨ªas sobre c¨®mo ser¨¢n los pr¨®ximos cuatro a?os. Pero mostr¨® un tono entre los dos grandes l¨ªderes muy distinto al que domin¨® la anterior etapa y dej¨® todas las puertas abiertas.
El ganador de las elecciones, que se somete a la investidura, el socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, lanz¨® propuestas de pacto en firme a todos los partidos. Las minor¨ªas las recibieron con una actitud distante, y el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, principal destinatario de esos mensajes de mano tendida, mostr¨® su desconfianza en la palabra del presidente del Gobierno, pero dej¨® un resquicio abierto al di¨¢logo.
Tanto hablaron de pactos uno y otro, Zapatero y Rajoy, y tanto culparon al rival de que no se hubieran podido cerrar en la anterior legislatura, que en alg¨²n momento, el debate, de guante blanco casi todo el tiempo y a ratos amable —con pullas ir¨®nicas de uno y otro lado—, parec¨ªa una competici¨®n para ver quien es m¨¢s pactista.
Los acuerdos que propuso el presidente en funciones van en cuatro direcciones: pol¨ªtica antiterrorista, justicia, financiaci¨®n auton¨®mica y pol¨ªtica exterior.
Pero adem¨¢s de pactos, en el debate hubo mucha econom¨ªa y muchas cifras. El presidente, que hasta hace bien poco neg¨® incluso que hubiera incertidumbres y presumi¨® de datos, fue realista, seg¨²n su propia definici¨®n, y comenz¨® a preparar a los ciudadanos para tiempos duros. Y en ese contexto lanz¨® un gui?o a la izquierda, clave para su victoria electoral. No habl¨® de recesi¨®n, pero s¨ª reconoci¨® que a Espa?a le esperan dos a?os de "desaceleraci¨®n". El Gobierno, dijo, tiene dos opciones. Recortar gastos sociales —"como hacen otros pa¨ªses europeos"— o mantenerlos y apostar por la solidaridad con los que m¨¢s sufrir¨¢n la crisis. Zapatero garantiz¨® que ¨¦l optar¨¢ por la solidaridad porque es socialista, pero tambi¨¦n porque el super¨¢vit permite al Estado seguir gastando. Nunca hab¨ªa hablado tan claro de las "turbulencias" que se acercan. De hecho prometi¨® planes de choque para hacerles frente. Esas medidas ir¨¢n destinadas a los que se sienten m¨¢s agobiados por el aumento de las hipotecas, las subidas de "algunos precios", y los que sufran "el acusado ajuste" en la construcci¨®n. El presidente prometi¨® que las pactar¨¢ todo con empresarios y sindicatos.
El discurso global, en el que repiti¨® una y otra vez la palabra "Espa?a", y la frase "mi idea de Espa?a", entusiasm¨® a los diputados socialistas, sobre todo porque vieron en el mismo la arquitectura de un proyecto de pa¨ªs y porque reafirm¨® el compromiso en pol¨ªtica social, a pesar de la crisis. "Mi idea de Espa?a es la de una sociedad que no abandona a nadie en el infortunio. No se?or¨ªas, no habr¨¢ recortes en derechos sociales, seguiremos ampliando derechos y pol¨ªticas sociales".
Aqu¨ª, los aplausos de los socialistas tronaron aunque hubo media docena m¨¢s en los 80 minutos que dur¨® el discurso del candidato. Esta vez no hubo problemas con el tiempo, ya que el presidente del Congreso, Jos¨¦ Bono, que estren¨® el cargo, anunci¨®, y cumpli¨®, que no agobiar¨ªa con el cron¨®metro. Es m¨¢s, ni lo conect¨®. Pero el entusiasmo qued¨® s¨®lo para los socialistas y lo mostraron en muchos momentos. Uno de ellos fue cuando, acosado por las cr¨ªticas de Rajoy por haber derogado el trasvase del Ebro sin lograr resolver el problema del agua —record¨® los padecimientos de Barcelona—, Zapatero garantiz¨® que en 2012 —se supone que gracias a las desaladoras y obras del Plan AGUA— estar¨¢n resueltos todos los problemas derivados de la sequ¨ªa.
Zapatero tuvo gui?os para todos los peque?os —estudiar una reforma electoral para satisfacer a IU, las balanzas fiscales para CiU, reforma del Estatuto para el PNV, a quien lleg¨® a recordar que apoy¨® la primera investidura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y se abstiene en las dos suyas— pero no logr¨® convencer a ninguno. Quieren obras, y no palabras. Por eso, la investidura del presidente del Gobierno en funciones, ser¨¢ hoy rechazada al no obtener la mayor¨ªa absoluta que se requiere. El viernes, se votar¨¢ de nuevo. Entonces s¨ª ser¨¢n suficientes los 169 votos del PSOE para que su l¨ªder sea elegido, por segunda vez, presidente.
M¨¢s que en Zapatero, la expectaci¨®n estaba en torno a Mariano Rajoy, que anunci¨® el no de su grupo en los primeros segundos de su intervenci¨®n. Y dedic¨® un buen rato a justificarla, porque, en la campa?a, ¨¦l dijo que, si ganaba, pedir¨ªa al PSOE que se abstuviera para no necesitar los votos nacionalistas.
"Si usted me llama yo ir¨¦". Esta sentencia de Rajoy, que pronunci¨® como colof¨®n de su discurso inicial, podr¨ªa indicar que se abre una puerta para el di¨¢logo. Ahora bien, antes de pronunciarla hubo tanto resquemor y tantas cautelas que la mayor¨ªa de los grupos pol¨ªticos tuvieron la percepci¨®n de que el borr¨®n y cuenta nueva ser¨¢ muy dif¨ªcil. Ni siquiera unas elecciones pueden borrar de golpe las heridas de cuatro a?os.
No se vivi¨® ni un s¨®lo momento de tensi¨®n y bronca, tan cotidianos durante los cuatro a?os anteriores, pero la dificultad para pactar se apreci¨® muy pronto. Rajoy exigi¨® a Zapatero precisiones sobre el contenido, el procedimiento y los invitados a esos pactos de Estado que propon¨ªa.
Cuando se toc¨® el asunto terrorista todo qued¨® m¨¢s claro. El tono fue muy distinto al pasado, pero el fondo pol¨ªtico se pareci¨® bastante. Zapatero fue claro. ETA "s¨®lo tiene un destino: poner fin a su barbarie criminal definitiva e incondicionalmente". Y ahora, s¨®lo cabe "una estrategia compartida por todos los grupos de la C¨¢mara". Y repiti¨®: "Insisto, de todos".
Ah¨ª es donde choc¨® con Rajoy. "Los pactos de Estado deben ser acuerdos entre ustedes y nosotros, en todo caso. Y, si despu¨¦s se suman otros, mejor". Para que no hubiera dudas, el l¨ªder del PP apostill¨® que, entre los dos, suman el 92% de los votos.
Tambi¨¦n hubo choques sobre inmigraci¨®n. Rajoy le reproch¨® que diga que va a seguir la misma pol¨ªtica. Pero Zapatero ofreci¨® novedades. Anunci¨®, por ejemplo, que habr¨¢ ayudas para que los inmigrantes que pierdan su trabajo, vuelvan a sus pa¨ªses.
En alg¨²n momento hubo acercamiento que parec¨ªa real. "He cometido muchos errores, quiz¨¢ m¨¢s que usted", dijo Rajoy, para sorpresa de toda la C¨¢mara. "Yo estoy dispuesto a rectificar los errores", respondi¨® Zapatero. Ese nuevo tono garantiza que, al menos, los l¨ªderes hablar¨¢n. La duda y el escepticismo est¨¢n en si ese di¨¢logo puede conducir a alg¨²n acuerdo.
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