El Supremo anula las sentencias contra el hombre que lleva 21 a?os en coma
La familia de Antonio Me?o, que se qued¨® en estado vegetativo durante una rinoplastia, estaba obligada a pagar 400.000 euros en costas.- El juicio empezar¨¢ ahora de cero si las partes no pactan indemnizaci¨®n
El Tribunal Supremo ha abierto hoy la puerta a que se conozca la verdad de una operaci¨®n que dej¨® en coma a un hombre hace 21 a?os. La familia de Antonio Me?o, de 42 a?os, que se qued¨® en estado vegetativo en 1989 al someterse a una rinoplastia (retoque de la nariz), present¨® una demanda de revisi¨®n al Supremo este a?o alegando que hab¨ªa un nuevo testigo de lo sucedido en el quir¨®fano. El alto tribunal acept¨® esa revisi¨®n y ha resuelto ahora que se anulen las sentencias anteriores sobre el caso, lo que permite reabrir la causa a instancia de las partes y exime a la familia de Me?o de pagar 400.000 euros en concepto de costas judiciales.
La nueva decisi¨®n del Supremo ha llegado tras o¨ªr, el pasado 3 de noviembre, al nuevo testigo del caso. Se trata del doctor Ignacio Frade, quien asegur¨® ante los magistrados que hab¨ªa estado presente en aquella intervenci¨®n como aprendiz y vio c¨®mo, al final de operaci¨®n, las constantes del paciente se alteraron en ausencia del anestesista. Este tard¨® cinco minutos en volver al quir¨®fano tras ser avisado y entonces se dio cuenta de que el tubo de respiraci¨®n hab¨ªa estado desconectado durante la intervenci¨®n, por lo que Me?o hab¨ªa ido perdiendo ox¨ªgeno hasta sufrir la lesi¨®n cerebral que lo dej¨® postrado para siempre.
Los padres de Me?o ganan una batalla en la que hab¨ªan salido perdiendo judicialmente hasta el momento. En 2008 el propio Tribunal Supremo ratific¨® dos sentencias anteriores de un juzgado y de la Audiencia Provincial de Madrid que absolv¨ªan a la cl¨ªnica Nuestra Se?ora de Am¨¦rica y al anestesista de la operaci¨®n y, adem¨¢s, resolvi¨® que la familia Me?o deb¨ªa pagar por los gastos judiciales de la parte contraria. Por aquel entonces los padres de Me?o se instalaron con su hijo en una chabola en una c¨¦ntrica plaza de Madrid, donde llevan acampados m¨¢s de 500 d¨ªas.
Estimada hoy la demanda de revisi¨®n, el caso da un giro de 180 grados. Tras o¨ªr al nuevo testigo, el Supremo considera "acreditada la maquinaci¨®n fraudulenta", es decir, que la cl¨ªnica, de forma interesada, ocult¨® la existencia de Ignacio Frade en estas dos d¨¦cadas de juicios. El testimonio del doctor Frade, seg¨²n la resoluci¨®n hecha p¨²blica hoy por el Supremo, "pone de manifiesto la realidad de un fraude procesal" motivado por el prop¨®sito de los procesados de generar "una total oscuridad" en el esclarecimiento judicial del caso.
Tumbado el proceso de dos d¨¦cadas de pleitos, el caso Me?o vuelve a su origen. La familia podr¨ªa demandar de nuevo a la cl¨ªnica y reemprender la lucha en los tribunales. Son un hombre y una mujer sexagenarios con un hijo de 42 a?os en coma. Hasta hoy, se han hartado de repetir que solo quer¨ªan que se supiese la verdad y que su hijo contase con un colch¨®n econ¨®mico que asegurase su cuidado cuando ellos no est¨¦n. Fuentes de las dos partes enfrentadas en el caso afirman que lo m¨¢s probable es que no haya un nuevo juicio, sino que se alcance un acuerdo de indemnizaci¨®n que ponga fin a una larga historia de pleitos y sufrimiento en la que lo ¨²nico que se ha mantenido imperturbable es el estado de coma de Antonio Me?o Ortega.
"A¨²n no me lo creo"
La madre de Me?o, Juana Ortega, de 65 a?os, recibi¨® la noticia con una llamada de tel¨¦fono de su abogado, Luis Bertelli. "A las tres y cinco de la tarde", ha precisado dentro de la caseta, junto a su hijo, postrado en la cama. La mujer est¨¢ desbordada por lo que ocurre, rodeada de medios de comunicaci¨®n, entre momentos de llanto y momentos de simple estupor. No ha tenido tiempo para digerir la noticia y no sabe cu¨¢l va a ser el siguiente paso en su complicada historia: "A¨²n no me lo creo. No s¨¦ valorar esto, tendremos que ver lo que nos aconseja nuestro abogado".
El marido de Juana Ortega, Antonio Me?o, de 66 a?os, ten¨ªa a las cuatro de la tarde suficiente fuelle para sentarse en la chabola y comer un plato de cocido que le hab¨ªa preparado la hermana mayor de Juana, Pilar Ortega. "Despu¨¦s de 21 a?os... esto es un bombazo", afirmaba satisfecho. El ¨¢nimo del matrimonio al poco de saber del ¨²ltimo episodio de su drama sube y baja en una mezcla de alteraci¨®n y calma. Minutos antes de sentarse a comer a la mesa pl¨¢cidamente, el padre de Me?o ni siquiera era capaz de hablar, seg¨²n ha contado Juan Carlos Me?o, de 37 a?os, hermano peque?o del hombre en coma. "Cuando me llam¨® para decirme lo que hab¨ªa pasado, solo balbuceaba el pobrecito", ha contado exultante.
La familia ya est¨¢ pensando en desmontar la caseta en la que llevan viviendo 520 d¨ªas. Y su abogado est¨¢ a la espera de la reacci¨®n de la cl¨ªnica y del anestesista. "Si existe un poco de humanidad por la otra parte, llegaremos a un acuerdo extrajudicial", ha dicho Bertelli, refiriendo a la posibilidad de zanjar el asunto con una indemnizaci¨®n a la familia Me?o y evitar un nuevo proceso judicial.
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