El devastador debate sobre el dinero
El dinero est¨¢ copando el debate dejando de lado la lucha contra la creciente desigualdad
La libertad de hablar se est¨¢ perdiendo, no porque exista censura sino porque se impone un ¨²nico debate. Walter Benjamin lo expres¨® de manera insuperable en?Calle de direcci¨®n ¨²nica: ¡°En toda conversaci¨®n se est¨¢ infiltrando, inevitablemente, el tema que plantea las condiciones de vida, el dinero¡±.
El dinero ocupa de manera devastadora lo que es el centro mismo de los intereses vitales, dec¨ªa, y es el l¨ªmite ante el que fracasan casi todas las relaciones humanas, por lo que, tanto en lo moral como en lo natural, desaparecen ¡°la confianza, el sosiego y la salud¡±.
El calor desaparece de las cosas. El hombre deber¨ªa compensar con su calor esa frialdad. ¡°Sujetar con gran cuidado las agudas puntas de las cosas para no desangrarse¡±. Lo escribi¨® poco antes de suicidarse en Portbou, en la frontera espa?ola, en 1940.
Esta es probablemente otra de esas etapas de la historia en la que la frialdad del dinero se impone. Pasa dentro de la Uni¨®n Europea, incapaz de atajar la creciente desigualdad entre los pa¨ªses del norte y del sur, y pasa dentro de muchos de esos pa¨ªses y de sus sociedades, en las que crecen los ¨ªndices de desigualdad como no suced¨ªa desde hace d¨¦cadas.
Los que ¡°vac¨ªan todos los platos para mejor saciarse¡± creen que es posible rehacer el imperio del dinero, atravesar la crisis sin soportar su parte en el pago de los costes, sin importar la miseria que dejan a su alrededor, como sucedi¨® en siglos pasados.
Nadie, en el fondo, ni los socialistas, ni los viejos comunistas, cree ya posible poner freno a ese rearme y mientras que los ciudadanos lo perciban as¨ª, tan claramente, es imposible que pierdan su formidable desconfianza pol¨ªtica.
Aunque quiz¨¢s ocurra precisamente lo contrario. Quiz¨¢s, como propon¨ªa Benjamin, cuando nos demos cuenta de que la frase ¡°No podemos seguir as¨ª¡± es completamente falsa, porque s¨ª que podemos seguir as¨ª, ser¨¢ cuando se produzca el milagro.
Quiz¨¢s cuando nos demos cuenta de que las cosas pueden seguir as¨ª muchos a?os logremos recuperar la libertad de hablar
Quiz¨¢s sea finalmente cuando los pa¨ªses del sur se den cuenta de que nuestros colegas, los Gobiernos del norte de la UE y el imperio propio del dinero, no har¨¢n nada para impedir que sigamos as¨ª muchos, muchos a?os, cuando realmente sea posible empezar a hablar en serio de lo que ocurre. Cuando el dinero no imponga su exclusividad devastadora y sea posible discutir en la mesa de los Consejos europeos y en las reuniones de ministros de Finanzas no solo de las cifras del d¨¦ficit sino de los ¨ªndices Gini. Cuando los datos de la desigualdad ocupen tanto espacio en nuestras discusiones como la prima de riesgo. Quiz¨¢s si los ciudadanos hablamos de eso, si exigimos que se hable de eso, terminemos consiguiendo que ellos tambi¨¦n acepten el debate sobre el coste de la crisis y el reparto de responsabilidades y regrese la libertad de hablar.
?Por qu¨¦ no hablar en Espa?a, en la calle y en el Parlamento, de que nos hemos convertido en el pa¨ªs con mayor desigualdad social de la eurozona? ?Qu¨¦ hace que en estos ¨²ltimos a?os el term¨®metro que mide la desigualdad haya subido m¨¢s en Espa?a que en Italia? ?Qu¨¦ hace que el famoso ¨ªndice Gini, que en 2008 rondaba los 31 puntos en los dos pa¨ªses, haya subido a 34 puntos en Espa?a mientras que en Italia sigue igual?
Es el paro, est¨²pidos, se podr¨ªa parafrasear. Efectivamente, es el paro, un paro que los analistas dicen, no ya sin sentir compasi¨®n, sino sin sentir la verg¨¹enza exigida al observador, que continuar¨¢ en niveles superiores al 22-25% durante los pr¨®ximos a?os.
En los a?os ochenta se hizo famosa en la Uni¨®n Europea una frase de Margaret Thatcher: ¡°There is no alternative¡± (no hay alternativa), resumida en sus siglas TINA. Pero claro que la hab¨ªa. Ahora vuelve a sonar la misma frase por todas partes, incluso dentro de nuestras casas y de nuestras cabezas: ?TINA! ?TINA!
En aquellos a?os un ir¨®nico y gran soci¨®logo franc¨¦s, Pierre Bordieu, pidi¨® que alguien fuera a buscar a TIA (There is alternative).
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