?Necesito que me ayudes!
Pedir no es un signo de debilidad, los dem¨¢s no tienen que adivinar lo que necesitamos Solicitar apoyo a alguien significa decirle lo importante que es para nosotros
En toda conexi¨®n, sea familiar, profesional o de amistad, intercambiamos cotidianamente pidiendo, ofreciendo y acordando. La manera en que lo hacemos determina el tipo de v¨ªncu?lo, la cercan¨ªa y d¨®nde ponemos el poder en la relaci¨®n, si es de amistad, de colaboraci¨®n, de antagonismo o de jerarqu¨ªa. Este art¨ªculo se centra en la acci¨®n de pedir. Se puede hacer como una sugerencia, una indicaci¨®n, un ruego, una s¨²plica, una reclamaci¨®n, una exigencia, una imposici¨®n o sencillamente especificando lo que uno quiere, necesita o espera.
Para Gloria, pedir era signo de debilidad. Entend¨ªa que deb¨ªa mostrarse fuerte y segura. Si quer¨ªa algo, era mejor callar y aguantar. As¨ª la educaron, lo importante era el otro y lo que necesitaba. Cab¨ªa la esperanza de que el otro adivinar¨ªa lo que una necesitaba. Como Gloria, somos muchos los que tenemos dificultades en demandar algo, nos es m¨¢s f¨¢cil ofrecer. Antes de insinuar que nos escuchen, escuchamos. Antes de solicitar tiempo para nosotros, dedicamos tiempo a los dem¨¢s. Antes de pedir lo que nos conviene, intentamos satisfacer al otro; y si no, nos sentimos culpables. Nos obligamos a realizar tareas que, si par¨¢ramos a reflexionar, nos dar¨ªamos cuenta de que tenemos la opci¨®n de no hacerlas, o bien no son tan urgentes o las podemos compartir.
En la vulnerabilidad y la fragilidad se abre el coraz¨®n para recibir, respet¨¢ndonos y respetando lo que viene del otro, con gratitud¡± (Joan Garriga)
Mar¨ªa quiere tener m¨¢s tiempo para s¨ª misma, y para estar con sus amigas. Pero a menudo sus hijos la requieren para atender a sus nietos. No sabe pedir a sus hijos el tiempo que necesita para estar con sus amigas, le pesa la responsabilidad de ser abuela, y si demanda espacio para lo que ella desea, se siente mal.
La actitud de excesiva responsabilidad y el miedo a la posible ruptura en la relaci¨®n nos dificultan expresar lo que necesitamos. Como consecuencia, llevamos una sobrecarga de trabajo, nos sentimos v¨ªctimas de la situaci¨®n e incubamos resentimiento. Esto afecta negativamente en nuestra salud, en nuestras conexiones y en el trabajo en equipo.
En otras ocasiones tenemos la expectativa de que la otra persona adivine lo que queremos, y se lo pedimos de forma encubierta o imprecisa, con lo cual no entiende qu¨¦ es lo que queremos, y cuando no se cumple nuestra demanda, nos sentimos frustrados en la relaci¨®n porque nuestro interlocutor no nos da lo que esper¨¢bamos, y es el momento en el que empiezan los reproches. ¡°Ya te lo dije¡±, le decimos, pero la persona responde que no se enter¨®. Seguramente lo expresamos de manera tan encubierta y poco concreta que no comprendi¨®. Debemos dedicar el tiempo necesario para clarificar lo que queremos con precisi¨®n. Las prisas nos hacen ser imprecisos, y esto acaba generando malos ?entendidos.
El pedir supone el derecho de una persona a existir en relaci¨®n con el otro. Cuando pedimos, lo hacemos porque nos sentimos dignos de ser escuchados y ayudados¡± (Joan Quintana)
Es m¨¢s normal solicitar ayuda cuando nos sentimos vulnerables o enfermos, y es entonces cuando damos la oportunidad a otras personas para que se acerquen a nosotros y nos acompa?en. En circunstancias ¡°normales¡± nos da apuro expresar lo que necesitamos, pero cuando tenemos una raz¨®n de peso que justifica nuestra petici¨®n, lo hacemos. La verg¨¹enza nos dificulta la acci¨®n con claridad. El temor a mostrar nuestra fragilidad y nuestros l¨ªmites nos hace encubrir nuestras necesidades y postergar nuestras solicitudes.
Pedir es darse el derecho a existir. No se trata de pedir como v¨ªctimas, sino, desde nuestro autorrespeto, sintiendo que nos lo merecemos. Nos hemos ganado tener tiempo para nosotros mismos y reclamarlo, manifestar lo que nos gusta y nos conviene, y que nos escuchen. No es cuesti¨®n de irse al otro extremo exigiendo en una continua demanda. Se trata de manifestar con claridad lo que sentimos y necesitamos, y c¨®mo nos afecta lo que los dem¨¢s nos dicen y hacen. Cuando solicitamos algo, le damos al otro la oportunidad de estar a nuestro lado, le mostramos la importancia que tiene para nosotros y le ofrecemos que nos acompa?e. Es un acto de amor y de consideraci¨®n, y nos permite fortalecer la relaci¨®n.
Para aprender m¨¢s
LIBROS
'Relaciones poderosas', Joan Quintana y Arnoldo Cisternas (Editorial Kair¨®s, 2014)
Este libro ense?a a convivir con la dualidad de la existencia y adaptarnos a las nuevas relaciones que van surgiendo a lo largo de la vida: Fortalezas y vulnerabilidad, lo que tengo y lo que me falta, lo completo y lo incompleto, lo que fluye y lo que tensiona.
'Vivir en el alma', Joan Garriga (Rigden-Institut Gestalt, 2009)
Su propuesta es sencilla y directa, como
Pedir es un acto de humildad. Es reconocer nuestra fragilidad y no sentirnos mal por ello. No somos m¨¢s d¨¦biles por hacerlo. Al rev¨¦s, cuando uno manifiesta lo que necesita y lo reclama en voz alta, es un acto de valent¨ªa. Debemos atrevernos a decir que no y a decir que s¨ª con asertividad. Si, por el contrario, nuestra decisi¨®n est¨¢ basada en alg¨²n miedo, necesitamos justificarla, defenderla, e internamente nos sentimos inseguros. Una resoluci¨®n basada en el temor y con el objetivo de mantener una aparente seguridad, parad¨®jicamente lo que consigue es sustentar todo lo contrario.
Se trata de aprender a decir s¨ª a lo que pedimos con respeto hacia uno mismo y hacia el otro, con autoestima y dignidad. Cuando adoptamos esta actitud, siempre se est¨¢ dando la negaci¨®n a otra cosa. Quiz¨¢ decimos no a lo que se nos est¨¢ pidiendo, pero si lo hacemos con asertividad implica que se ha reflexionado, que existen buenas razones para decir que no, y no son en contra de nadie. Es decir, su negaci¨®n surge de una actitud positiva y no del rencor o rechazo a la persona. Con di¨¢logo consigue el acuerdo del otro, que comprender¨¢ que en esta ocasi¨®n no es usted quien va de hacer lo que ¨¦l necesita. Puede ofrecer alternativas, soluciones o ideas creativas mostrando su atenci¨®n. En este sentido, el no surge de un espacio de amor, valent¨ªa y respeto.
Aprender a negarse a una demanda significa tambi¨¦n educarse en aceptar que nos puedan contestar lo mismo cuando somos nosotros los que nos encontramos en el otro lado, y, por tanto, asimilamos que no somos rechazados por ello.
A veces no pedimos por miedo a sentirnos rechazados. Aprendiendo a decir lo que queremos con claridad y abiertos a lo que el otro nos ofrece, llegamos a acuerdos. Si el otro no quiere colaborar, no siempre significa que nos rechace. El di¨¢logo conduce a un punto de encuentro, y sentirse con esa libertad facilita solicitar lo que necesitamos sin tapujos, con seguridad en nosotros mismos y con la confianza en el otro.
Todav¨ªa hay un punto que conviene dejar claro: ser conscientes de c¨®mo realizamos nuestra solicitud de ayuda porque nuestra forma de pedir es recibida de distintas maneras. En su libro Relaciones poderosas, el consultor y coach Joan Quintana define nueve patrones de pedir:
Un favor no es una deuda
Para mantener lazos personales saludables debemos escuchar y reconocer al otro, saber solicitar lo que necesitamos y ofrecer lo mejor de nosotros, llegando a acuerdos que nos ayuden a avanzar en nuestros prop¨®sitos. Conectar con nuestras aspiraciones y sue?os y saber pedir la ayuda necesaria para que se cumplan nos mantiene centrados y alineados con nuestras motivaciones.
Requerir apoyo fortalece nuestro v¨ªnculo con la otra persona. ¡°Cuando pedimos para el beneficio propio¡±, afirma el consultor y coach Joan Quintana, ¡°es importante entender que le ofrecemos al otro la oportunidad de dar, generar satisfacci¨®n en nosotros y fortalecer el v¨ªnculo. Pocas personas tienen claro que esto es saludable para la relaci¨®n y sienten que quedan en deuda o que se les debe algo. Una relaci¨®n sana permite pedir un favor sin que se transforme en una deuda¡±.
1.?El que pide cuando lo necesita, de forma clara y sin complejos.
2.?El que lo hace sin manifestarlo, mantiene expectativas y espera que otros le ofrezcan lo que necesita. Esta actitud debilita las relaciones y nutre el resentimiento.
3.?Le cuesta solicitar ayuda, realiza las tareas solo porque as¨ª ¡°lo hace m¨¢s r¨¢pido¡± y paga un alto precio sobrecarg¨¢ndose de trabajo.
4.?Seduce y es muy convincente cuando tiene que demandar algo, de manera que al otro le es dif¨ªcil decir que no.
5.?Todo lo que reclama es urgente, lo hace de forma compulsiva y sin criterio ni prioridades claras.
6.?Sus requerimientos se transforman en ruego, lo que hace que el interlocutor se sienta atrapado y obligado a decir s¨ª.
7.?Cuando pide, impone; sus peticiones son como ¨®rdenes.
8.?Reclama cuando no ha expresado de forma clara lo que quiere. Reclamar es volver a pedir.
9.?Petici¨®n falaz significa que no se necesita o se realiza sin confiar en el otro. Por ejemplo, cuando quiere burlarse de las incompetencias de un compa?ero y sabe que errar¨¢; o le pide lo mismo a varias personas a la vez.
Para mantener relaciones saludables es necesario solicitar ayuda con claridad, con dignidad y abiertos al di¨¢logo. En la petici¨®n se debe ser proactivo. Hay personas que piden a Dios o al universo, que lo hacen en oraciones o meditaciones, pero si no ponemos de nuestra parte, dif¨ªcilmente se cumplir¨¢ lo solicitado.
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