Fui a Burkina Faso porque soy tonto
Autor invitado: Nuno Cobre (*)
Viaje a Burkina Faso (1)
Fui a Burkina Faso porque soy tonto y a¨²n soy capaz de emocionarme con documentales revolucionarios como aquel que un t¨®rrido d¨ªa de verano me descubri¨® la figura de Thomas Sankara. Recordar que hasta no hace mucho, sobreviv¨ªan l¨ªderes pol¨ªticos que apostaban por otro mundo m¨¢s justo hizo que de nuevo resucitase en m¨ª las ganas de acci¨®n. Ese mismo d¨ªa de agosto sub¨ª a mi cuarto y desplegu¨¦ mis dedos sobre el mapamundi para buscar a Burkina Faso y comprobar c¨®mo el por un tiempo denominado Alto Volta quedaba relativamente cerca de Espa?a. Cerca pero lejos, ya sabemos.
Ahora estaba dentro de un avi¨®n de la compa?¨ªa Air Burkina sobrevolando Uagadug¨², la capital de Burkina Faso. ¡°Esto es muy seco¡±, murmur¨® la marfile?a que viajabaa mi derecha. Era cierto que el verde sonaba a utop¨ªa pareciendo que tan solo hab¨ªa lugar para el barro y el polvo. Mirando por la ventanilla del avi¨®n, me asaltaban de nuevo esas preguntas que todo perdido encontrado se hace, ¡°?pero qu¨¦ hago yo aqu¨ª?¡±, y luego (tras inspirar) el ¡°venga, vamos¡±. El avi¨®n aterriz¨® y puse mis pies en un aeropuerto peque?o, con aires de provincia. Afuera no encontr¨¦ a Joana y por un momento me qued¨¦ navegando en la nada, sin saber qu¨¦ hacer. En vista de que el tiempo caminaba y mi amiga no aparec¨ªa, decid¨ª aceptar los servicios de un taxista sin dientes que me ayud¨® a introducirme en un mercedes muy fr¨¢gil, de un color verde alimonado.
Bajo el sonido de cl¨¢xones y motores, nos adentramos por una?Uagadug¨²?invadida de coches, motos, bicicletas, camiones y otros artefactos brillando de debilidad y languidez, pero no por ello dejando de aferrarse a la funcionalidad y al mundo con tes¨®n y firmeza. Era as¨ª: en medio de las abundantes motos y bicicletas, me dio la sensaci¨®n de que de repente?hab¨ªa ca¨ªdo en un sitio donde resultaba incre¨ªble que existiese vida y pulso. Todo era como en miniatura, pero al mismo tiempo habilidoso y vertical. Milagros en movimiento en una ciudad, en un pa¨ªs, como de?juguete, un pa¨ªs integrado en una maqueta org¨¢nica y que un d¨ªa hab¨ªa decidido so?ar.
Llegamos al hotel Princess Yenenga que ven¨ªa a caer justo detr¨¢s de la principal radio de Burkina, muy cerca tambi¨¦n del Ministerio de Finanzas. Me sent¨¦ en la terraza y en medio de un calor inclemente, consegu¨ª por fin localizar a Joana, ¡°he estado enferma, disculpa, pero ya ma?ana estar¨¦ en la calle¡±, me dijo mi amiga.Joana tosi¨® levemente y me pregunt¨®, ¡°?Qu¨¦ piensas hacer en Burkina?¡±.¡°Estar¨¦ por Uagadug¨² unos d¨ªas, tengo pensado visitar la feria SIAO (El sal¨®n Internacional de la Artesan¨ªa de Uagadug¨²) y tambi¨¦n quiero ir a Bobo-Dioulasso. El ¨²ltimo d¨ªa ir¨¦ a ver la tumba de Thomas Sankara¡±, le contest¨¦. ¡°Ah, ThomasSankara. De acuerdo¡±, me dijo mi amiga y nos despedimos hasta ma?ana.
Mis notas afirmaban que Uagadug¨² era una ciudad id¨®nea para caminar, informaci¨®n que recib¨ª con agrado. Abr¨ª un mapa, lo pos¨¦ encima de una mesa de cristal y empec¨¦ a marcar cruces, orient¨¢ndome lo mejor que pod¨ªa. No me encontraba lejos del globo terr¨¢queo que entronizaba la Place des NationsUnies, la cual ven¨ªa como a dotar de centro y orden a una ciudad que hab¨ªa asistido alagitado nacimiento de un pa¨ªs que no se independiz¨® de Francia hasta 1960. Burkina era el antiguo Alto Volta, tierra de los Bobo, los Lobi y los Gouronsi, quienes hab¨ªan llegado alrededor del siglo XIII. Un siglo m¨¢s tarde, llegaron losMossi que hoy en d¨ªa constituyen casi la mitad de la poblaci¨®n. Los Mossitrabajaron duro y se hicieron fuertes con el paso de los siglos hasta el punto de que hoy d¨ªa la influencia de su rey, el Moro-Naba, sigue siendo notoria y por ello se le rinde tributo todos los viernes por medio de una ceremonia que cuenta con la total aquiescencia del Gobierno burkin¨¦s.
A pesar de que el poder Mossi es hoy en d¨ªa destacable, el gobierno franc¨¦s intent¨® resquebrajar su organizada estructura en el siglo XIX anexando la regi¨®n a la colonia del Alto Senegal-N¨ªger. El Alto Volta sin embargo reclam¨® su autonom¨ªa, y el gobierno franc¨¦s decidi¨® considerarla una colonia separada en 1919, estatus que conserv¨® hasta 1931, cuando el territoriofue repartido entre Costa de Marfil, Mal¨ª y N¨ªger. Cuando finaliz¨® la segunda guerra mundial, la actual Burkina Faso consigui¨® recuperar sus fronteras pero esto no le otorg¨® ning¨²n tipo de prerrogativas ya que Francia prefiri¨® centrarse en Costa de Marfil, utilizando la poblaci¨®n del Alto Volta principalmente como mano de obra barata. Despu¨¦s de la independencia de 1960, el pa¨ªs pas¨® de la euforia a la desilusi¨®n del autoritarismo y los golpes militares que golpeaban sistem¨¢ticamente los intentos constitucionales de reforzar un estado de derecho. Por medio de uno de estos golpes militares, Thomas Sankaralleg¨® al poder en 1983 con un programa revolucionario y social, que no acab¨® de completar al ser asesinado cuatro a?os m¨¢s tarde. Blaise Compaor¨¦, antiguo amigo y miembro destacado del gobierno de Sankara, tom¨® el poder, un poder que se niega a soltar desde entonces.
(*) Nuno Cobre es autor del blog Las palmeras mienten
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