Manual para padres primerizos
Tener un hijo es una experiencia bonita, pero tambi¨¦n agotadora y desafiante Evaluar los retos antes de la llegada del beb¨¦ ayuda a mantener el equilibrio
Este art¨ªculo est¨¢ escrito para quienes les gustar¨ªa ser padres (o madres) alguna vez en la vida. Para aquellas parejas que han tomado la decisi¨®n de tener un hijo. Para aquellas que est¨¢n en pleno embarazo y en apenas unos meses ver¨¢n nacer a su primer reto?o. Y, por qu¨¦ no, tambi¨¦n para los padres y las madres que quieran recordar c¨®mo les cambi¨® la vida traer un beb¨¦ a este mundo. Para todos ellos, a continuaci¨®n se describe la letra peque?a de la maternidad y la paternidad. Es decir, los puntos m¨¢s delicados que cualquier pareja deber¨¢ afrontar al recibir a su primer v¨¢stago.
Nada m¨¢s comunicar a nuestro entorno social y familiar que vamos a tener un hijo, empezamos a acumular recomendaciones ¨Cmuchas de ellas, totalmente contradictorias¨C acerca de c¨®mo deber¨ªamos vivir este momento tan decisivo. Pero dado que cada beb¨¦ es ¨²nico y cada pareja es diferente, digan lo que nos digan no quedar¨¢ m¨¢s remedio que aprender de la propia experiencia. Una cosa es lo que creemos que es la paternidad y otra, infinitamente distinta, lo que realmente implica ser padres. Es imposible saber de antemano lo mucho que la llegada de nuestro primer hijo va a cambiarnos la vida. As¨ª que solo queda relajarse y esperar.
Los hijos no unen a las parejas ni las hacen m¨¢s felices; m¨¢s bien destapan las verdades que se ocultan debajo de la alfombra de nuestro hogar¡± Le¨®n Tolst¨®i
La pareja deber¨¢ pasar los d¨ªas de cuarentena sexual. Una vez que la mujer se recupera del parto, hemos de dedicar tiempo y energ¨ªa para mantener encendida la llama de la pasi¨®n. Y puesto que el beb¨¦ convierte a cada miembro de la pareja en pap¨¢ y mam¨¢ este nuevo rol debe llevar a descubrir aspectos de nosotros mismos que desconoc¨ªamos.
Al trastocar nuestra rutina, en muchos casos el cansancio acumulado provoca que aflore nuestro lado oscuro, poniendo de manifiesto el tipo de persona que realmente somos. Cultivar la comunicaci¨®n, la complicidad y la generosidad resulta esencial.
Adentrarnos en la paternidad
LIBRO
¡®Los padres perfectos no existen¡¯
Isabelle Filliozat (Urano)
Un ensayo que invita a los padres primerizos a mirarse en el espejo para conocer zonas ciegas de su comportamiento, al tiempo que les invita a relajarse y disfrutar, viendo los errores como oportunidades de aprendizaje.
PEL?CULA
¡®Un feliz acontecimiento¡¯
R¨¦mi Bezan?on
Relata con honestidad y sin florituras el cambio que experimenta una joven pareja durante el embarazo y el primer a?o de vida de su primer v¨¢stago.
Por m¨¢s que al principio cueste despegarse del beb¨¦, es fundamental crear espacios de intimidad para estar a solas. Al menos una vez por semana podemos organizar una comida o una cena para dos, en la que ¨Ccomo hombre y mujer¨C cultivemos nuestra relaci¨®n de amigos, amantes y compa?eros de viaje. Lo cierto es que la llegada de un ni?o nos adentra en una rutina y una inercia que suele alejarnos de la pareja, creando una distancia emocional tan imperceptible como dif¨ªcil de detener. Adem¨¢s, si cesa el amor entre los padres, los hijos lo acaban pagando. No es casualidad que durante los primeros tres a?os desde el nacimiento del primer hijo se produzcan cada vez m¨¢s separaciones.
Los beb¨¦s son criaturas adorables. Pero dado que no pueden valerse por s¨ª mismos, enseguida se apegan al afecto y la seguridad de pap¨¢ y mam¨¢. Adem¨¢s, dado que viven en modo supervivencia, son tremendamente egoc¨¦ntricos y demandantes. Precisan el cien por cien de nuestra atenci¨®n; no se conforman con menos. Si la mujer decide darle el pecho, el ni?o necesitar¨¢ su presencia una media de seis horas diarias. Tambi¨¦n hay que limpiarle y cambiarle el pa?al alrededor de siete veces por d¨ªa, as¨ª como ponerle y quitarle la ropa, ba?arlo, darle mimos, jugar con ¨¦l y estar a su lado en todo momento para que no se sienta solo y no se haga da?o.
Y no solo eso. La gran mayor¨ªa de ellos se despiertan un par de veces cada noche, utilizando su llanto como medio de comunicaci¨®n. En general, lloran porque les duelen las enc¨ªas cuando empiezan a salir los dientes, porque tienen fiebre o se sienten sucios. Algunos expertos recomiendan dejarlos desahogarse un rato, para que aprendan el h¨¢bito de conciliar el sue?o por s¨ª mismos. Otros proponen meterlos en la cama de los adultos, para que se sientan reconfortados por la calidez que les proporciona sentir a sus padres cerca. Sea cual sea la decisi¨®n, se debe evitar caer en la tiran¨ªa de los reproches y del ¡°te toca a ti¡±. Es esencial armarse de paciencia y de generosidad para sacar fuerzas de donde sea y no pagar el mal humor con nuestra pareja.
Amar a nuestros hijos implica dejar de lado nuestros deseos para atender sus necesidades. Y hacerlo cada d¨ªa durante muchos a?os¡± Erich Fromm
En paralelo, hemos de reorganizar nuestras prioridades y aspiraciones vitales, adapt¨¢ndonos a los horarios de nuestro reto?o. Dado que alguien ha de estar 24 horas al d¨ªa junto a la criatura, tarde o temprano hay que tomar decisiones: ?podemos permitirnos que uno de los dos miembros de la pareja deje de trabajar? ?Contamos con la ayuda diaria de los abuelos? ?Contratamos a una canguro de forma fija? ?Lo llevamos a la guarder¨ªa?
En cuanto a los fines de semana, el principal hobby pasar¨¢ a llamarse ¡°ejercer de padres¡±. Nuestras aficiones quedar¨¢n en un segundo plano, pero siempre se pueden encontrar soluciones llegando a acuerdos. Buscar la complicidad en la pareja para intentar mantener algo de la vida personal de cada miembro resultar¨¢ fundamental. Los malabarismos para conseguirlo est¨¢n garantizados, pero merecer¨¢n la pena.
No vemos a nuestros hijos como son, sino como somos nosotros. En demasiadas ocasiones proyectamos sobre ellos nuestros miedos, carencias y frustraciones. Hoy d¨ªa existe una tendencia generalizada a convertirse en padres perfectos, cayendo en las garras de la hiperexigencia y la sobreprotecci¨®n. Sin embargo, es imposible evitar que los hijos entren en contacto con el dolor. Los beb¨¦s padecen todo tipo de enfermedades, experimentan diferentes niveles de fiebre, se caen al suelo, se dan golpes¡ Muchas veces lloran porque no entienden por qu¨¦ les pasa lo que les pasa. Sin embargo, por m¨¢s que se lean libros sobre paternidad, seguramente resultar¨¢ inevitable caer en las visitas a urgencias a altas horas de la madrugada por haber convertido un granito de arena en un enorme castillo.
Ni se puede convertir en un drama volver a casa con la sensaci¨®n de no saber nada de nada, ni se debe salir corriendo en busca del m¨¦dico m¨¢s cercano a la primera de cambio. El libro de instrucciones infantil aumenta de p¨¢ginas, ense?anzas, consejos y trucos cada d¨ªa de convivencia con nuestro hijo. Y debemos estar atentos para tomar buena nota mental de las cosas que hemos hecho bien y de las que han resultado equivocadas. Nuestro equilibrio personal y nuestro hijo nos lo agradecer¨¢n.
Para cuando un hombre se da cuenta de que quiz¨¢ su padre ten¨ªa raz¨®n, ya tiene un hijo propio que piensa que su padre est¨¢ equivocado¡± Charles Wadsworth
Es curioso constatar c¨®mo en la medida en que vamos ejerciendo el rol de padres, se manifiestan con fuerza rasgos, conductas y actitudes de nuestros propios progenitores. En algunos casos llegamos incluso a comportarnos del mismo modo que sol¨ªamos criticar en nuestros padres, estableciendo din¨¢micas con nuestra pareja que tanto juzg¨¢bamos y conden¨¢bamos cuando las ve¨ªamos desde nuestro papel de hijos. De ah¨ª que se diga que ¡°la sombra de pap¨¢ y mam¨¢ es alargada¡±. O que ¡°en la cama no dormimos dos, sino seis¡±, pues cada uno de los miembros de la pareja carga con el condicionante cultural y la herencia emocional de sus propios progenitores.
Como padres, el mejor regalo que le podemos ofrecer a nuestro hijo es compartir con ¨¦l nuestro bienestar emocional. De ah¨ª que antes de empezar a ocuparnos de ¨¦l, hemos tenido que ocuparnos de nosotros mismos. Ejercer el rol de padres implica matricularse en un m¨¢ster de amor incondicional. Puede que no haya notas, pero s¨ª ex¨¢menes cada d¨ªa. Para aprobar y superar los retos que nos plantea tener un ni?o hemos de comprender que lo importante es lo que sucede a trav¨¦s nuestro al servicio de nuestro hijo. As¨ª, sus necesidades son nuestras prioridades. Y si bien esta afirmaci¨®n es f¨¢cil de decir, da para toda una vida de aprendizaje. ?Buen viaje!
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