Los vecinos de Libia se movilizan ante la espiral de violencia y caos
El Gobierno interino da datos de las elecciones sin poder controlar las luchas
El temor ante el descontrol y desorden interno en Libia, donde en la ¨²ltima semana las luchas entre distintas milicias islamistas y tribales y de alguna de ¨¦stas en combate con el general golpista Jalifa Hifter han causado 59 muertos y 180 heridos, tiene en m¨¢xima alerta a sus pa¨ªses vecinos. T¨²nez y Argelia temen el efecto contagio y luchan contra sus propios demonios. Egipto ha comprobado este mismo fin de semana lo que significa la absoluta porosidad de su frontera com¨²n, por donde cruzan a su antojo los contrabandistas de armas. Los ministros de Exteriores de todas esas naciones vecinas se reunieron hace una semana en T¨²nez para movilizarse antes de que sea demasiado tarde. El Gobierno interino, en esta situaci¨®n, intentaba este lunes ofrecer los resultados de las elecciones legislativas celebradas el pasado 25 de junio y coordinarse para inaugurar al menos el Parlamento.
La cita de T¨²nez sirvi¨® para corroborar la enorme preocupaci¨®n de los pa¨ªses de la zona del Magreb ante el caos que se vive y padece en Libia hace meses y en general tras la ca¨ªda del dictador Muamar el Gadafi en oto?o de 2011. Naciones Unidas ha retirado a todo su personal del pa¨ªs. Una medida que han anunciado p¨²blicamente otros pa¨ªses y que est¨¢n ejecutando discretamente la mayor¨ªa. Argelia y T¨²nez han reforzado militarmente sus fronteras. Los 13.000 residentes con nacionalidad de Filipinas han sido evacuados ya, y Estados Unidos tiene todo listo para actuar desde su base siciliana.
En el encuentro tunecino se concluy¨® la necesidad de formar dos comisiones para favorecer el di¨¢logo entre las distintas partes en conflicto en Libia. Una misi¨®n tendr¨¢ contenido espec¨ªfico de seguridad y terrorismo y la coordinar¨¢ Argelia. Otra tendr¨¢ m¨¢s fondo pol¨ªtico y la comandar¨¢ Egipto. El ministro libio de Exteriores no pudo llegar al encuentro porque las milicias retomaron ese d¨ªa, hace m¨¢s de una semana, los combates en las propias pistas del aeropuerto de Tr¨ªpoli y cerraron el espacio a¨¦reo. As¨ª sigue desde entonces en la capital aunque ahora se estudia habilitar una pista menor en la ciudad de Zuwana para dar salida a algunos aviones aunque no a los de la mayor parte de los pa¨ªses occidentales, que se niegan a aterrizar en un aer¨®dromo con apenas 1.800 metros de longitud frente a los 3.600 de que dispone en teor¨ªa Tr¨ªpoli.
El aeropuerto de Tr¨ªpoli lleva siendo escenario de batalla entre los milicianos islamistas de Misrata, asentados a 200 kil¨®metros al este de la capital, y los de Zint¨¢n, a 170 kil¨®metros al oeste, desde hace casi tres a?os. Pero esta ¨²ltima semana ha sido muy pavorosa. El ministro de Salud ofreci¨® este domingo el balance de la guerra abierta con estos datos hasta el s¨¢bado: 47 muertos y 120 heridos. Los combates se recrudecieron el domingo con otras cinco muertes y 20 heridos m¨¢s. Se destrozaron 21 aviones y se causaron da?os millonarios.
Este lunes las disputas se trasladaron a la segunda ciudad del pa¨ªs, Bengasi, donde el general golpista Jalifa Hifter, volvi¨® a la carga contra una base a¨¦rea de las milicias islamistas de Ansar Al-Sharia y se provocaron otros siete muertos y 40 heridos. El general ha advertido en un mensaje televisado que estos pr¨®ximos d¨ªas pueden resultar a¨²n m¨¢s duros.
El Gobierno interino de Libia no es capaz de facilitar datos pormenorizados de lo que lleva sucediendo en el pa¨ªs estos meses de caos absoluto, pero p¨¢ginas no oficiales s¨ª han hecho balance. En lo que va de 2014 se habr¨ªan producido 495 fallecimientos por las guerrillas y unos 190 en lo que va de julio. La emigraci¨®n es otra sangr¨ªa. Solo este pasado fin de semana las autoridades italianas han rescatado del mar 1.800 personas de barcas procedentes de las costas libias y el mercante que recogi¨® una de esas embarcaciones con 61 personas contabiliz¨® cinco fallecidos y 15 desaparecidos en el fondo del mar.
Las supuestas autoridades libias apenas pueden cumplir su propio calendario. Tras funcionar el Consejo Nacional de Transici¨®n varios meses con su mandato prorrogado, disputarse tres primeros ministros el cargo pol¨ªtica y judicialmente en apenas tres meses, el pasado 25 de junio se convocaron unas elecciones legislativas. Acudieron a votar unos 600.000 libios, apenas el 41% del censo permitido, y se presentaron 1.714 candidatos. El presidente de la comisi¨®n electoral intentaba este lunes escudri?ar los resultados y pretend¨ªa convocar para este jueves a los partidos m¨¢s representativos para ver si podr¨ªan inaugurar el funcionamiento de la nueva c¨¢mara, es decir el parlamento elegido, para la primera semana de agosto. Muchos observadores admit¨ªan que esa meta resulta ahora otra quimera.
El Gobierno actual, ante su falta total de autoridad, ha pedido ayuda a los vecinos y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sobre todo porque en estas condiciones no puede asegurar su producci¨®n de petr¨®leo, un aspecto clave de toda esta crisis. Libia se siente incapaz de volver a producir y exportar el mill¨®n y medio de barriles diarios que generaba antes de la ca¨ªda de Gadafi. Este ¨²ltimo a?o, con los grandes puertos bloqueados por las milicias, apenas alcanzaba a poder vender 300.000 barriles, con lo que eso significaba para su econom¨ªa. Hace un par de semanas sell¨® un acuerdo para abrir todos los puertos y exportar m¨¢s. Este lunes estaba prevista la primera gran venta a compa?¨ªas tan estrat¨¦gicas en el mercado como Total, Repsol o Eni. El ministro de Exteriores estim¨® las p¨¦rdidas en m¨¢s de 30.000 millones de d¨®lares.
Fue el mismo ministro, Mohamed Abdelaziz, que tuvo la ocurrencia en abril de plantear que la mejor manera de estabilizar algo el pa¨ªs era que se reinstaurara la monarqu¨ªa de los Senussi, en alusi¨®n a la familia heredera del antiguo rey Idris al-Senussi, que tom¨® el mando de Libia cuando se independiz¨® en 1951 y la condujo con enorme pol¨¦mica y pobreza hasta el golpe de Estado de Gadafi en 1969. Lo sorprendente es que aquella idea ha cogido vuelo y ahora la preconizan algunos intelectuales y dirigentes de peso. Otros la descartan totalmente. Idriss al-Senussi muri¨® exiliado en El Cairo con 94 a?os en 1983 pero sus descendientes a¨²n viven en Gran Breta?a.
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