Lavar los platos a mano y otros gestos inspiradores
Aunque a veces nos dejarnos arrastrar por el estr¨¦s, conviene hacer una pausa y dedicar un rato a centrarnos en nosotros
Lo ideal ser¨ªa que las 24 horas del d¨ªa nos perteneciesen. Pero a veces no queda m¨¢s remedio que limitarse a programar un tiempo para uno mismo y obligarse a frenar. De este modo podr¨ªamos reducir estad¨ªsticas como la que arroja un estudio de Nielsen seg¨²n el cual el 62 % de los espa?oles reconoce estar agotado al final del d¨ªa. Para evitarlo, la experta en gesti¨®n del estr¨¦s laboral Maite Crespo sugiere usar las herramientas con que venimos equipados de serie: cuerpo, respiraci¨®n y mente.
El solo hecho de tumbarse en el suelo produce un cambio en el estado de ¨¢nimo
¡°Primero hay que actuar sobre lo m¨¢s obvio: los m¨²sculos del cuello y los hombros est¨¢n tensos, la mand¨ªbula apretada, el entrecejo fruncido¡ No conozco a nadie relajado con estas caracter¨ªsticas¡±. Para fabricar lo que describe como una ¡°pausa de serenidad¡±, Crespo insiste en que debemos alejar los hombros de las orejas: ¡°Notamos alivio al realizar este simple movimiento porque desactiva la tensi¨®n muscular. La espalda se endereza, la postura mejora y el pecho se abre, de modo que el cerebro entiende que puede dejar de intoxicarnos con estr¨¦s¡±. La segunda acci¨®n, se?ala Crespo, es un repaso mental al cuerpo. Empezamos por la cara: la mand¨ªbula, las cejas. Luego las piernas, los brazos, la espalda¡ ¡°Podemos realizar este escaneo en cualquier momento y lugar¡±.
Completado el repaso mental, sugerimos otras formas de programar cinco minutos para uno mismo:
- Darse un masaje. Una forma al alcance de todos es el automasaje. Para acabar con el cansancio del d¨ªa o en momentos de baj¨®n, puede darse por el rostro y terminar aplicando una suave presi¨®n por la cabeza, colocando los pulgares a la altura de las sienes y los tres dedos siguientes reagrupados entre las cejas. Los que pasan mucho tiempo tecleando se beneficiar¨¢n de un masaje en las manos. Si es posible, con alguna loci¨®n.
- Hacer yoga. El solo hecho de tumbarse en el suelo ya produce un cambio en el estado de ¨¢nimo. Llevamos las rodillas hacia el pecho y nos balanceamos hacia un lado y otro, masajeando suavemente las lumbares. Si disponemos de una pared libre a nuestro alcance, acercamos la esterilla o la manta y colocamos las piernas sobre la pared. Cerramos los ojos y nos relajamos, llevando la respiraci¨®n al abdomen. Esta postura, llamadaViparita Karani, reduce la tensi¨®n muscular y contribuye a restaurar el equilibrio del cuerpo.
- Fregar los platos. Esta es una de las propuestas favoritas del maestro Zen vietnamita nominado al premio Nobel de la Paz Thich Nhat Hanh, que propone convertir cualquier actividad cotidiana en una pr¨¢ctica de meditaci¨®n. ¡°Mientras se lavan los platos, uno solo debe lavar los platos, lo que significa que est¨¢ completamente atento a lo que hace¡±, escribe Thich Nhat Hanh. ¡°Se trata de ser consciente de que estoy aqu¨ª, lavando estos cuencos, y siguiendo mi respiraci¨®n, consciente de mi presencia, y consciente de mis pensamientos y acciones¡±.
- Escribir. Antes de acostarse, anotar tres cosas agradables que ocurrieron a lo largo del d¨ªa. Este es uno de los ejercicios favoritos de la psicolog¨ªa positiva. Con la cantidad de impresiones sensoriales que recibimos a lo largo de la jornada, es posible que eso que se experiment¨® por la ma?ana haya quedado olvidado por la tarde. No hacen falta que sean grandes haza?as: desde la sonrisa de la cajera del supermercado hasta la llamada inesperada de un ser querido. Lo importante es prestar atenci¨®n a esos peque?os detalles, y no dejar que las cosas buenas de la vida ¨Ca menudo muy sencillas¨C pasen inadvertidas.
- Comer una papaya. Papaya u otra fruta con pepitas, ya que lo m¨¢s importante es hacerlo con la ceremonia que exige el proceso. Se parte por la mitad la fruta y se retiran las pepitas una a una, con calma y dedicaci¨®n. Se a?ade el jugo de una lima reci¨¦n exprimida y una cucharada de az¨²car moreno por encima y utilizamos todos los sentidos para disfrutar luego de cada mordisco.
- Escuchar una canci¨®n favorita. Uno de los remedios m¨¢s eficaces para transformar un estado de ¨¢nimo negativo y reducir el estr¨¦s. La m¨²sica cl¨¢sica es relajante justo antes de irse a dormir, pero uno puede inspirarse y cargar las pilas con m¨¢s ritmo. Por ejemplo, el v¨ªdeo creado por los m¨²sicos Nimo Patel y Daniel Nahmod, que reunieron a docenas de voluntarios de todo el mundo para crear una melod¨ªa inspirada en la gratitud.
- Bailar. Cuando nos absorben toda la energ¨ªa, algo que suele ocurrir tras varias horas de trabajo ininterrumpido, un remedio infalible para incrementar la vitalidad y contactar con el cuerpo es echarse un baile al son que m¨¢s nos agrade. Esta propuesta tiene la ventaja a?adida de que pone en marcha el esqueleto y ayuda a quemar calor¨ªas.
RESPIRAR, EN TRES PASOS
El pranayama es una pr¨¢ctica del yoga que nos ense?a a conectar con la respiraci¨®n para equilibrar la mente y sanar el cuerpo. Una de sus t¨¦cnicas m¨¢s sencillas es la respiraci¨®n alterna, que favorece la concentraci¨®n y restaura el equilibrio:
1. Nos sentamos con la espalda recta y vaciamos los pulmones. Con el pulgar, taponamos el orificio nasal derecho e inhalamos por el otro.
2. Cuando los pulmones est¨¦n llenos, sellamos el orificio izquierdo con el anular de la misma mano sin destapar el derecho. Retenemos la respiraci¨®n.
3. Liberamos el pulgar y exhalamos solo a trav¨¦s del orificio derecho. Al terminar hacemos una pausa e inhalamos de nuevo, ahora por el izquierdo. Un ciclo completo de respiraci¨®n incluye una inhalaci¨®n y una exhalaci¨®n por ambos orificios nasales. Realizamos diez ciclos y observamos la reacci¨®n del cuerpo.
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