10 millones de ciudadanos de segunda frente al infarto cerebral
Un total de 20 provincias todav¨ªa no tienen unidades de ictus, prometidas para 2010
Un d¨ªa, a la madre de Carmen Aleix se le form¨® un co¨¢gulo que obstruy¨® el paso de sangre hacia un rinc¨®n de su cerebro. Como otras 120.000 personas cada a?o en Espa?a, sufri¨® un ictus, cuyo desenlace m¨¢s habitual es un infarto cerebral. C¨¦lulas de su cerebro murieron asfixiadas por la falta de ox¨ªgeno. La mitad de su cuerpo qued¨® paralizada. Tras los primeros d¨ªas de incertidumbre en el hospital, Aleix decidi¨® llevarse a su madre, Br¨ªgida, de 82 a?os, de vuelta a su vivienda.
¡°Me la traje a casa pensando que iba a morir, pero vivi¨® 17 a?os m¨¢s, la mayor parte del tiempo en una silla de ruedas¡±, recuerda Aleix, presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Ictus. Eran otros tiempos, mucho antes de que la atenci¨®n a estos pacientes mejorara dr¨¢sticamente con la implantaci¨®n en hospitales de todo el mundo de las llamadas unidades de ictus. Estos equipamientos, b¨¢sicamente, consisten en una cama con un neur¨®logo presente las 24 horas del d¨ªa, enfermeros entrenados y monitorizaci¨®n para detectar r¨¢pidamente cualquier complicaci¨®n. Para un paciente, pueden marcar la diferencia entre recuperarse y quedarse de por vida en una silla de ruedas.
El ¨¦xito de las unidades de ictus era tal que en 2008 todas las comunidades aut¨®nomas suscribieron la Estrategia del Ictus, impulsada por el ministro socialista de Sanidad Bernat Soria, y se comprometieron a cumplirla en 2010. El objetivo era tener al menos una de estas camas especializadas por cada 100.000 habitantes.
El objetivo era una cama por cada 100.000 habitantes. Andaluc¨ªa tiene una por cada 700.000
Cuatro a?os despu¨¦s de la fecha l¨ªmite, la Estrategia del Ictus es papel mojado. Un total de 20 provincias (en las que viven alrededor de 10 millones de personas) todav¨ªa no tienen ni una unidad de ictus, pese a que 15 de ellas cuentan con m¨¢s de 300.000 habitantes, seg¨²n los ¨²ltimos datos de Jaime G¨¢llego, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa.
¡°Hemos retrocedido a la ¨¦poca en la que mi madre sufri¨® el ictus¡±, reflexiona Aleix. Su federaci¨®n recuerda que el ictus provoca la muerte en un 30% de los afectados y una discapacidad grave en otro 40%. En el caso de Aleix, tuvo que abandonar su trabajo como administrativa en una empresa para atender ¡°las 24 horas del d¨ªa¡± a su madre hemipl¨¦jica. Su familia ten¨ªa que turnarse para bajarla a la calle desde un tercer piso sin ascensor en Barcelona antes de poder mudarse a una casa adaptada.
¡°Las unidades de ictus no son caras, de hecho, son rentables. Pueden salvar vidas y minimizan las discapacidades, que es lo que aumenta los gastos. Prevenir es economizar, pero los pol¨ªticos son cortoplacistas¡±, critica.
Los datos le dan la raz¨®n. En Espa?a, s¨®lo hay 55 unidades de ictus, concentradas en Madrid y Barcelona. En Andaluc¨ªa, solo hay unidades en M¨¢laga y Sevilla. En Galicia, otra, en Santiago de Compostela. En Extremadura, otra, en C¨¢ceres. En Castilla-La Mancha, dos operativas, en Toledo y Albacete.
Las unidades de ictus no son caras, de hecho, son rentables. Pueden salvar vidas y minimizan las discapacidades", afirma la presidenta de la federaci¨®n de afectados
¡°La implantaci¨®n de la Estrategia del Ictus est¨¢ parada, pero sigue habiendo desigualdades enormes¡±, se?ala G¨¢llego, que trabaja en una unidad especializada en el Hospital de Navarra, en Pamplona. ¡°No me acostumbro a ver la tragedia que supone un ictus, tanto para el paciente como para su familia. 120.000 ictus al a?o es un problema de salud colosal, una cat¨¢strofe, pero se puede tratar¡±, matiza.
G¨¢llego hace un llamamiento a las autoridades sanitarias auton¨®micas y al Ministerio de Sanidad de Ana Mato para que ¡°no se pongan una venda en los ojos¡± y ¡°luchen por la equidad terap¨¦utica¡±. El neur¨®logo Juan Carlos L¨®pez, del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negr¨ªn, coincide con G¨¢llego: ¡°En cierta medida, hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda frente al ictus¡±.
L¨®pez ha encabezado un equipo de 20 colegas de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa que ha estudiado la implantaci¨®n de la Estrategia del Ictus en Espa?a, con informaci¨®n de 136 hospitales p¨²blicos. Con datos de 2012, solo Cantabria y Navarra cumpl¨ªan con el objetivo de tener al menos una cama especializada cada 100.000 habitantes. En Andaluc¨ªa, hab¨ªa una cama por cada mill¨®n de personas. Con datos de 2014, ser¨ªa una cama por cada 700.000. ¡°Volvemos a lo de siempre, al desequilibrio entre el norte y el sur¡±, remacha L¨®pez.
Aleix pide que cese ¡°la desidia de los pol¨ªticos¡± a la hora de implantar unas unidades que han demostrado ser rentables econ¨®micamente y que aumentan la supervivencia y la autonom¨ªa de los pacientes de ictus, seg¨²n una revisi¨®n de la Colaboraci¨®n Cochrane, una organizaci¨®n que eval¨²a la eficacia de las intervenciones sanitarias. ¡°Despu¨¦s de lo que he pasado, no me gustar¨ªa que nadie pasara por lo mismo, ni las personas que sufren el ictus ni sus familiares¡±, zanja la presidenta.
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