¡°Este brazo me ha devuelto las peque?as cosas de la vida que te ayudan a sentirte mejor¡±
Magnus Niska y Max Ortiz, paciente e ingeniero de una pr¨®tesis bi¨®nica de brazo, visitan Madrid para alertar de la necesidad de que aumente la investigaci¨®n en este campo
"Le tom¨¦ el pelo a un amigo de mi hijo en el colegio. Se me acerc¨® y me dijo: 'Ah, tienes un brazo de mentira'. Y yo le dije: 'Toma, t¨®calo'. Y cuando lo hizo se qued¨® con el brazo en la mano". Es el chiste con el puntillo macabro que Magnus Niska (Haparanda, Suecia, 1972) se plantea usar hoy en El hormiguero, el programa de humor de Antena 3 presentado por Pablo Motos. "O tal vez debiera llegar con el brazo en la mano y ense?ar lo poco que me cuesta pon¨¦rmelo". Y demuestra que ajustarse el brazo bi¨®nico a la articulaci¨®n le lleva segundos.
Pero lo importante del nuevo brazo de Niska es lo que puede hacer con ¨¦l. Por ejemplo, echarse el ketchup en las patatas o comerse sus costillas con salsa barbacoa empu?ando el tenedor en la mano prost¨¦tica: "Me ha devuelto las peque?as cosas de la vida que te ayudan a sentirte mejor, m¨¢s ¨²til. Con este brazo puedo volver a trabajar al 100%". Y no es el suyo un trabajo ligero: 12 horas al volante de un gran veh¨ªculo de seis ruedas en una mina. "Una semana descanso y la otra trabajo los siete d¨ªas seguidos". Un paso de gigante para Niska, que perdi¨® el brazo en 2003. 12 a?os antes se hab¨ªa ca¨ªdo desde una escalera de aluminio, haci¨¦ndose un corte en el brazo derecho que, con los a?os, acabar¨ªa desarrollando como un tumor que finalmente le tuvo que ser amputado.
El brazo bi¨®nico permite al paciente realizar casi cualquier tarea diaria o de ocio: conducir, comer, esquiar o jugar al 'hockey'
A su lado se sienta Max Ortiz Catal¨¢n (Toluca, M¨¦xico, 1982). Ingeniero. L¨ªder de la investigaci¨®n que le ha devuelto esas "peque?as cosas" y ese "100%" en el trabajo. Ambos est¨¢n cansados despu¨¦s de un accidentado viaje de avi¨®n que empez¨® con una amenaza de bomba en Estocolmo, continu¨® con un retraso de m¨¢s de una hora en la llegada a Barajas y acab¨® con las maletas perdidas de Ortiz. Pero tienen clara la misi¨®n que los trae a Madrid, invitados a un programa de variedades y humor: dar a conocer que con su pr¨®tesis las personas amputadas pueden mejorar su calidad de vida. "Las pr¨®tesis que tenemos son pr¨¢cticamente iguales a las de hace 30 o 40 a?os. Eso te dice lo mal que est¨¢n las cosas. Como no es un problema con tantos pacientes, como el c¨¢ncer o los infartos, las empresas invierten mucho menos y la investigaci¨®n se estanca", explica Ortiz.
Este ingeniero, que dej¨® un buen trabajo en M¨¦xico, en Colgate Palmolive, para pasarse a la investigaci¨®n, se qued¨® at¨®nito cuando vio lo retrasada que se encontraba la ciencia en este campo. Y, en su opini¨®n, las noticias que salen en los medios no ayudan: "Todos los d¨ªas ves el nuevo titular con un brazo o una pierna prost¨¦tica que se promete revolucionaria. Lo que no se dice es que la mayor¨ªa de estos prototipos no pasan del laboratorio porque la financiaci¨®n desaparece". Por eso en el caso de esta investigaci¨®n ¡ªcoordinada entre la Universidad de Chalmers, el Hospital Universitario de Sahlgrenska y la empresa Integrum bajo el nombre de OPRA con un presupuesto aproximado de 110.000 euros¡ª han preferido esperar a que pasara m¨¢s de un a?o y que Niska comprobara que la cosa iba bien.?
Y, seg¨²n el paciente, ha ido m¨¢s que bien. Especialmente en relaci¨®n con la pr¨®tesis que antes llevaba, la m¨¢s com¨²n para amputaciones, una especie de calcet¨ªn adosado a un chaleco que constri?e el mu?¨®n. "Era algo inc¨®modo que te quer¨ªas quitar. No me permit¨ªa un movimiento total del brazo y funcionaba mal tanto con calor como con fr¨ªo", explica Niska. Ahora puede hacer casi cualquier tarea por su cuenta, grande o peque?a, y a cualquier temperatura, porque los electrodos que transmiten la orden a su mano artificial est¨¢n injertados en los m¨²sculos de su mu?¨®n. "Estuve de vacaciones en Puerto Rico y funcion¨® perfectamente. Y en mi pa¨ªs, Suecia, puedo trabajar con ¨¦l a 35 grados bajo cero. No me lo quito ni para dormir". Tampoco para esquiar o irse de pesca con su pareja y sus tres hijos. "Hasta puedo jugar al hockey con ellos, si no me lanzan el disco muy r¨¢pido", dice con humor.
Quiero ayudar a que la pr¨®tesis mejore y ayude a otros como yo", afirma Magnus Niska
El reto ahora para Niska y Ortiz es seguir perfeccionando el invento. El brazo derecho de Niska puede moverse a cualquier altura, coordinarse con el izquierdo y, con una contracci¨®n del m¨²sculo, puede bloquear el codo en una posici¨®n fija. "Ahora hay que conseguir el giro de la mu?eca y el movimiento de cada dedo", explica el paciente. Nadar, seg¨²n Ortiz, tambi¨¦n ser¨ªa posible haciendo la pr¨®tesis impermeable y retocando el movimiento de la mano. El problema, los 1.400 kil¨®metros que separan el hogar de Niska y el laboratorio, aunque est¨¢ tambi¨¦n en Suecia: "Ahora solo puedo ir una vez al mes. Pero avanzar¨ªamos mucho m¨¢s si pudiera quedarme una semana entera al mes. Quiero hacerlo. Quiero ayudar a que la pr¨®tesis mejore y ayude a otros como yo. Me gustar¨ªa que este fuera mi trabajo, mejorar la tecnolog¨ªa. A¨²n no hemos encontrado el dinero para que pueda dejar mi trabajo y dedicarme solo a esto. Pero lo estamos buscando". Por el momento, si hace falta tomarse con humor su minusval¨ªa en la tele, no tiene el menor problema: "Esto es lo que soy. Un hombre que perdi¨® un brazo. Y no me averg¨¹enza hablar de ello".
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