La lupa de Mill¨¢s
"En un momento en que todo el mundo busca salir en la foto, ser¨¢n los ¨²nicos que se salven de la pr¨®xima cacer¨ªa"
Carta de la semana: La lupa de Mill¨¢s
Acostumbra Mill¨¢s a mostrarnos la esencia oculta de las fotograf¨ªas sobre las que escribe en El Pa¨ªs Semanal. Pero en su an¨¢lisis sobre el sangriento bodeg¨®n publicado el 14 de diciembre quiz¨¢ olvid¨® sacar su lupa, porque en ning¨²n momento nos habla sobre los cuatro personajes ocultos de la imagen. ?Qui¨¦n se esconde tras el tercer retratado por la izquierda? ?Y el rostro parapetado tras el quinto o la frente tras el s¨¦ptimo, los dos por la izquierda? ?Y el alto agazapado tras el expresidente del Senado Juan Ignacio Barrero? ?Son ellos los llamados mecanismos ocultos del poder? Si es as¨ª, en un momento en que todo el mundo busca salir en la foto, han vuelto a ganar la partida, ser¨¢n los ¨²nicos que se salven de la pr¨®xima cacer¨ªa.
X¨¢come Froufe. Tres Cantos (Madrid)
La escopeta nacional
Me va a permitir el genial Juanjo Mill¨¢s que le haga una correcci¨®n al excelente comentario de su foto titulado Ah¨ª empez¨® todo ?(14-12-2014), y es que esa imagen de esos prohombres posando con los ciervos muertos ya exist¨ªa en el a?o 1978. Se llamaba La escopeta nacional. La hizo un tal Luis Garc¨ªa Berlanga, y no es que este hombre fuera un profeta, lo que hac¨ªa era retratar lo que ha hecho cierta clase social de este pa¨ªs desde que el mundo es mundo.
El enchufismo, el tr¨¢fico de influencias, el pago de comisiones por adjudicaci¨®n de contratos, ya sea en met¨¢lico o en especie (cacer¨ªas), son cosas que son connaturales a este pa¨ªs.
Esa foto no es de 2004. Est¨¢ presente en toda la vida de esta Espa?a de picaresca. Dice Mill¨¢s que casi todos los de la foto son hombres. Pero tambi¨¦n est¨¢n ah¨ª, aunque no se vean, mujeres, como las de los personajes que interpretaban magn¨ªficamente la gran M¨®nica Randall o B¨¢rbara Rey. Solo se trata de cambiar nombres. Solo falta etiquetar al marqu¨¦s de Leguineche de turno, al fabricante de porteros electr¨®nicos de turno y al ministro o alto cargo de turno. En aquella ocasi¨®n, estos ten¨ªan la imagen de los geniales Luis Escobar, Saza o Antonio Ferrandis. Hay cosas por las que el tiempo no pasa, y esta es una de ellas. No puedo parafrasear en ese sentido la canci¨®n de la gran Mercedes Sosa porque en eso nada cambia, todo sigue igual en este pa¨ªs de p¨ªcaros y aprovechados, beatos y mujeriegos.
Diego Moraleda. Ciudad Real
¡®Dreamers¡¯
En el art¨ªculo del 30 de noviembre sobre los dreamers, 12 millones de indocumentados en Estados Unidos, ?pueden ustedes creer? Indocumentados inmigrantes de pa¨ªses latinos en un pa¨ªs formado por inmigrantes, la ¨²nica diferencia es que estos no son g¨¹eritos y de piel blanca, son latinos.
La historia de los inmigrantes nace en los a?os cuarenta, cuando Estados Unidos necesitaba brazos para construir las v¨ªas de tren y recoger la fruta de los campos de cultivo. Entonces no eran migrantes, eran necesarios; los llamaban braceros, porque lo que ofrec¨ªan eran brazos trabajadores.
Estados Unidos, que nos ha tenido con el pie en el cuello, sin hacer nada para que Am¨¦rica Latina crezca en econom¨ªa, en sociedad. A Estados Unidos no le servimos fuertes y con poder, nos necesita pobres y necesitados, porque solo as¨ª hacemos el trabajo que los g¨¹eritos blancos no quieren, aunque cobren impuestos por enviar dinero a sus familiares cuando son inmigrantes sin papeles. Les servimos cuando les damos votos por promesas falsas.
Como Obama, que se olvida de sus ra¨ªces. Porque las personas no tienen memoria y desde?an de d¨®nde vienen cuando llegan arriba.
Indocumentados inmigrantes en un pa¨ªs en donde nadie tiene historia americana, en donde todos o casi todos alguna vez, con papeles o sin papeles, han sido inmigrantes. Ojal¨¢ que estos dreamers puedan realizar su sue?o.
Mary Carmen Lopezbrun.?Cholula, Puebla (M¨¦xico)
Desmemoriados
El siempre admirado Javier Mar¨ªas se despacha a gusto en su ¨²ltima columna Siempre tarde y con olvido (14-12-2014) y nos tacha de pa¨ªs deliberadamente despistado. Mis reservas sobre si esta actitud se nos puede adjudicar por ser pa¨ªs, por ser una sociedad o simplemente por ser una turba donde pulula una gran mayor¨ªa de individuos desmemoriados de forma sibilina y con plena conciencia. Pero es en el tercer p¨¢rrafo donde Mar¨ªas se muestra ¨¦l mismo olvidadizo cuando escribe sobre lo deleznable que es recibir emolumentos de Gobiernos. Muy bien su golpe directo a Podemos, uno m¨¢s entre cientos; admirable su menci¨®n a los casos de la Cuba de hoy, la Venezuela de hoy, el Ir¨¢n de hoy, la Alemania del Tercer Reich. Pero ech¨¦ en falta menciones a la Cuba de antes de Fidel, la Venezuela de antes del chavismo, el Ir¨¢n del inolvidable Mohamed Reza Pahlevi y, ya para redondear, los pagos de Gobiernos, alguna menci¨®n a las cajas B y los sobres ¨Ctan de moda¨C, as¨ª como las decenas de medios de informaci¨®n sufragados con impuestos p¨²blicos para mejor provecho de la propaganda pol¨ªtica del gerifalte de turno, ya sea este local, regional o nacional.?
Rafael Santaella. Correo electr¨®nico
Pagan los contribuyentes
Seguro estoy de que no todos los lectores de El Pa¨ªs Semanal coinciden plenamente con los art¨ªculos de Javier Mar¨ªas. En uno de ellos, Aventuras criminales ?(5-10-2014), Mar¨ªas arremete contra los monta?eros que, meti¨¦ndose en una cueva o subiendo un risco, tienen que ser rescatados por el Estado, es decir, con fondos p¨²blicos.
Una vez m¨¢s se cae en los t¨®picos y generalizaciones: creo que somos mayor¨ªa los que, yendo al monte, estamos federados y no asumimos graves peligros. Pero no estamos libres de un mal paso, de una ca¨ªda desafortunada, de una simple fractura.
Me gustar¨ªa, por otra parte, que reflexionara el articulista y pensara que el fumador s¨ª corre un grave riesgo para su salud y que tiene posibilidades de contraer una grave enfermedad¡ pagada por todos los contribuyentes.
?Ah¡! Las maratones no se corren todos los domingos en las ciudades y no arrebatan ning¨²n solo metro a los peatones (s¨ª a los conductores de coche. Pero este no es el caso del se?or Mar¨ªas).
Juanjo Irazoki. Bilbao
Mensaje inadecuado
Me gustar¨ªa aportar mi opini¨®n en referencia al art¨ªculo Erecciones mentales (14-12-2014) escrito por Luisge Mart¨ªn. No es preciso bordear la setentena para tomar Viagra. Da la impresi¨®n de que la disfunci¨®n er¨¦ctil, como los accidentes, le ocurre solo a los dem¨¢s. Es cierto que la prevalencia de la DE aumenta con la edad, pero determinadas enfermedades, sobre todo aquellas que afectan al ¨¢rea cardiovascular (diabetes, aumento de colesterol, hipertensi¨®n o tabaco, entre otras), pueden condicionar en mayor o menor grado la aparici¨®n de DE, as¨ª como el consumo habitual de determinados f¨¢rmacos, sin olvidar otras causas no menos importantes como nuestra ¡°salud mental¡±.
El estudio Epidemiolog¨ªa de la disfunci¨®n er¨¦ctil masculina (EDEM) realizado en nuestro pa¨ªs pone de manifiesto que en hombres de edades comprendidas entre 25 y 70 a?os, la prevalencia de DE supera el 12%. Otro importante estudio realizado en EE UU revel¨® que el 50% de los hombres con edades entre los 40 y 70 a?os padecen alg¨²n grado de DE. No es preciso, como usted refiere, recurrir a ¡°mil pruebas¡± para obtener una receta, en absoluto. Los f¨¢rmacos empleados en el tratamiento son prescritos diariamente por m¨¦dicos de este pa¨ªs, y al ser medicamentos requieren receta, aunque no est¨¢n financiados por el SNS. Son los m¨¦dicos quienes, conociendo a sus pacientes, han de informar adecuadamente del uso de los mismos y de las contraindicaciones si las hubiere. Lamentablemente, no comparto la actividad de Hugo. No creo que sea la persona id¨®nea para realizar esta labor, ni tampoco su mensaje me parece, se?or Mart¨ªn, el m¨¢s adecuado.
J. Latorre. M¨¦dico. Correo electr¨®nico
La otra cara
Me ha interesado mucho la carta titulada Pesimismo espa?ol de Rom¨¢n Rubio, publicada en el n¨²mero 1.989 de la revista El Pa¨ªs Semanal (9-11-2014). Su contenido no tiene desperdicio, ya que hace patentes los muchos defectos de algunas personas que deber¨ªan ser ejemplares por su curr¨ªculo profesional y por los cargos que ostentan, en el presente o en el pasado. Es incalificable e imperdonable la avaricia de algunos que, contando con sueldos de centenares o de millones de euros al a?o, a¨²n ara?an ingresos extraordinarios que, a la postre, se ocultan al fisco, cuando por otras v¨ªas se est¨¢ persiguiendo el fraude fiscal con muchos menos recursos. Y ello a costa de una entidad financiera que tuvo que ser rescatada para evitar su quiebra. Incalificable¡
Sin embargo, el principal motivo que me lleva a escribirles es manifestarles mi plena adhesi¨®n al comentario final de la carta del se?or Rubio. En su ¨²ltimo p¨¢rrafo destaca que ¡°ser¨ªa una buena idea que se tratara period¨ªsticamente m¨¢s el papel de los cuatro consejeros que no hicieron uso de sus tarjetas¡±, ya que esa es la buena noticia, que haya (afortunadamente) personas decentes, que seguramente no querr¨¢n publicidad y que tienen el derecho a que se preserve su intimidad. Tenemos necesidad de buenas noticias para saber que hay valores en la sociedad, que hay personas honestas.
?ngel Esp¨ª. Correo electr¨®nico
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