Ayuda quir¨²rgica para el coraz¨®n de los ni?os de Mozambique

Josep Brugada (Banyoles, Gerona, 1958), destacado m¨¦dico experto en arritmias card¨ªacas y cardiolog¨ªa del deporte en el Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, quer¨ªa ayudar a los dem¨¢s, de forma que el resultado conseguido tuviera un efecto a largo plazo. Para ello, hace tres a?os y medio puso su punto de mira en Mozambique, un pa¨ªs africano con uno de los ¨ªndices m¨¢s altos de infectados por VIH y malaria del mundo, y donde la esperanza de vida no supera los 40 a?os. En el pa¨ªs, hay un m¨¦dico por cada 30.000 habitantes.

El objetivo de Brugada era ayudar a los menores ¨Cy a algunos adultos en condiciones graves¨C, oper¨¢ndoles de arritmia, que es un trastorno de la frecuencia del ritmo card¨ªaco. El coraz¨®n puede latir demasiado r¨¢pido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o de manera irregular. El m¨¦dico, autor de numerosas publicaciones cient¨ªficas de ¨¢mbito nacional e internacional, destaca tambi¨¦n por su aportaci¨®n en el campo de la investigaci¨®n, con la descripci¨®n de un s¨ªndrome causante de la muerte s¨²bita.

Con esta idea en la cabeza, y tras contactar con m¨¦dicos y especialistas de Mozambique, decidi¨® ofrecer su experiencia al Instituto del Coraz¨®n (ICOR), "un centro sin ¨¢nimo de lucro y subvencionado por aportaciones privadas", como ¨¦l mismo detalla. As¨ª, cre¨® la primera unidad de arritmias de Maputo, capital de Mozambique. "Quer¨ªa apoyar a los m¨¢s desfavorecidos, a los m¨¢s pobres, a los ni?os m¨¢s necesitados", recalca Brugada.

El doctor, quien ya hab¨ªa cooperado en misiones temporales en Egipto y en diversos pa¨ªses de Sudam¨¦rica, ten¨ªa ganas de hacerlo de forma "m¨¢s estable" y con "un sentido de continuidad". Gracias a la ONG AXA de Todo Coraz¨®n ¨Cque ayud¨® con los gastos de transporte y movilidad¨C, y tras hablar "con mucha gente", Brugada consigui¨® el material suficiente para llevar a cabo su proyecto: "Se necesitaba un laboratorio port¨¢til con todo el equipo necesario y tambi¨¦n hab¨ªa que transportarlo".

"Estoy muy agradecido a las fundaciones Brugada [creada por ¨¦l] y AXA de Todo Coraz¨®n; a la asociaci¨®n Barcelona Salud; al equipo t¨¦cnico de Cardiotek; y a [la empresa m¨¦dica] St. Jude Medical por el material aportado", explica. Su ¨²ltimo viaje al foco de la solidaridad fue en 2014, acompa?ado en todo momento por Mariona, su enfermera, "que lleva trabajando conmigo 30 a?os", y Mar¨ªa Jes¨²s Ballesteros, de AXA de Todo Coraz¨®n. "Cuando llegamos, la ONG Amigos de Mozambique nos puso en contacto con el ICOR y nos ayud¨® a organizar la expedici¨®n, en la que hicimos 23 intervenciones en seis d¨ªas", narra Brugada.

"Todo el esfuerzo de estos tres a?os y medio mereci¨® la pena, porque eliminamos el problema de la arritmia definitivamente all¨ª donde nunca antes se hab¨ªa intervenido", agrega. Con esta emoci¨®n e ilusi¨®n, este doctor nos cuenta que el pr¨®ximo viaje ser¨¢ el pr¨®ximo mayo, y que puede que extienda sus servicios al hospital p¨²blico de Mozambique. "Ahora, y tras esta experiencia, nuestro objetivo es acudir tres veces al a?o, de ocho a 10 d¨ªas, y tratar a unos 50 pacientes por visita", asevera el cardi¨®logo.

"Adem¨¢s, estamos formando a especialistas, no para hacer la intervenci¨®n quir¨²rgica, sino para que aprendan a evaluar y diagnosticar la patolog¨ªa. Deben hacer archivos y elegir a los pacientes m¨¢s adecuados, para que cuando lleguemos est¨¦ todo listo", a?ade. En su anterior visita, el m¨¦dico tambi¨¦n dio una conferencia en la universidad sobre lo que sus hom¨®logos locales pueden hacer por los pacientes con arritmia. "Hay que formar y educar para conseguir los mejores resultados", puntualiza Brugada, quien contin¨²a: "Para introducir un proyecto como este en un pa¨ªs como Mozambique, olvidado de la mano de dios, es fundamental tener buenas relaciones con el Gobierno, que entienda lo que vamos a hacer, que lo conozcan y nos dejen trabajar con libertad. Operar en el hospital p¨²blico va a acarrear una serie de dificultades que no ocurren en el Instituto de Coraz¨®n, pero mi equipo y yo nos sentimos muy capaces".

Lo mejor de Mozambique, para el doctor, es su gente, "buena y acogedora, feliz con poco, y muy agradecida de lo que estamos haciendo". Y concluye con la siguiente frase: "Esta es mi forma de devolverle al mundo todo lo que me ha dado".