Las lenguas indoeuropeas se propagaron sobre ruedas
Los genomas de 69 europeos antiguos confirman su migraci¨®n masiva desde el Mar Negro
Las lenguas indoeuropeas, que se hablan hoy en casi toda Europa y en buena parte del Asia meridional, no se propagaron mediante la gran migraci¨®n neol¨ªtica inicial que, hace unos 8.000 a?os, extendi¨® la agricultura y la civilizaci¨®n desde Oriente Pr¨®ximo hasta la pen¨ªnsula ib¨¦rica. El mayor estudio del ADN antiguo realizado hasta la fecha parece descartar esa teor¨ªa y confirmar, en su lugar, la idea m¨¢s antigua de que esos lenguajes provienen de otra migraci¨®n tambi¨¦n masiva pero mucho m¨¢s reciente (de hace 4.500 o 5.000 a?os) que provino de las estepas del norte del mar Negro. Esta cultura de ganaderos era mucho m¨¢s agresiva que la de los antiguos agricultores, y su gran veh¨ªculo expansivo fue el reci¨¦n inventado carro de cuatro ruedas.
Los genomas de 69 europeos de 8.000 a 3.000 a?os atr¨¢s confirman as¨ª la ¡°hip¨®tesis de la estepa¡± (o ¡°de los kurganes¡±), avanzada en los a?os 50 del siglo pasado por la arque¨®loga lituano-estadounidense Marija Gimbutas (1921-1994), que reuni¨® evidencias de que la patria de los proto-indoeuropeos era la llamada estepa p¨®ntica, formada por las inmensas praderas al norte de los mares Negro y Caspio. Hace 4.500 a?os, los ganaderos Yamnaya que viv¨ªan all¨ª se extendieron por Europa gracias a sus flamantes carros de ruedas.
El macroestudio gen¨®mico internacional ha sido coordinado por el genetista David Reich, de la Universidad de Harvard, junto a Boston, y ha contado con la participaci¨®n de los arque¨®logos y prehistoriadotes Manuel Rojo Guerra, de la Universidad de Valladolid; Roberto Risch, de la Aut¨®noma de Barcelona; y Rafael Garrido Pena, de la Aut¨®noma de Madrid. Los datos, basados en una nueva estrategia muy eficaz de secuenciaci¨®n (lectura) de ADN se presentan en la revista Nature.
Los resultados no excluyen la existencia de una gran migraci¨®n desde Oriente Pr¨®ximo hacia el oeste en los albores del neol¨ªtico (8.000 a?os atr¨¢s). De hecho, la confirman por encima de toda duda. Lo que s¨ª excluyen es que ese antiguo movimiento de poblaci¨®n fuera el responsable de propagar todas las lenguas indoeuropeas, como sostiene la teor¨ªa defendida, sobre todo, por el arque¨®logo brit¨¢nico Colin Renfrew.
Los genomas antiguos, desde luego, no ofrecen ninguna informaci¨®n directa sobre las lenguas que sus portadores hablaron en vida, pero s¨ª sobre los grandes movimientos de poblaci¨®n de la prehistoria. Y, puesto que las dos teor¨ªas principales sobre la dispersi¨®n del indoeuropeo hacen predicciones muy distintas sobre esas migraciones, el ADN ha podido inclinar la balanza hacia el platillo de la teor¨ªa de la estepa.
La pen¨ªnsula Ib¨¦rica no solo fue colonizada por la primera migraci¨®n neol¨ªtica de hace 8.000 o 9.000 a?os, sino tambi¨¦n por otra muy posterior, y portadora de una cultura muy diferente"
¡°Empezamos a excavar en La Bastida, en Murcia, en 2009¡±, explica Risch por tel¨¦fono, ¡°y pronto descubrimos all¨ª la cultura de El Argar y la primera ciudad de Europa occidental; para nuestra inmensa sorpresa, nos hemos dado cuenta de que la pen¨ªnsula ib¨¦rica no solo fue colonizada por la primera migraci¨®n neol¨ªtica de hace 8.000 o 9.000 a?os, sino tambi¨¦n por otra muy posterior, de hace 4.500 a?os (2.500 AC), y portadora de una cultura muy diferente¡±. Una cultura con carros de cuatro ruedas y hachas de guerra manufacturadas en bronce.
La teor¨ªa de Gimbutas iba m¨¢s all¨¢ de proponer un mero origen geogr¨¢fico para la familia de los hablantes indoeuropeos. Tambi¨¦n planteaba una diferencia profunda entre las culturas y las sociolog¨ªas de las dos grandes migraciones neol¨ªticas separadas por 4.000 a?os. La cultura de los agricultores neol¨ªticos originales era, seg¨²n ella, de un marcado car¨¢cter igualitario, como revela que las tumbas de hombres y mujeres recib¨ªan un tratamiento similar, con adornos y posesiones parecidas. Pero todo eso se acaba con la nueva migraci¨®n de ganaderos llegados de las estepas rusas.
¡°Las tumbas de los hombres¡±, explica Risch, ¡°acaparan desde entonces casi todo el armamento, los adornos y las muestras de riqueza, y la arqueolog¨ªa revela marcadlos signos de una sociedad jer¨¢rquica que rompi¨® con el antiguo igualitarismo del neol¨ªtico temprano¡±. En t¨¦rminos sociol¨®gicos, la prehistoria sufri¨® un radical paso atr¨¢s hace 4.500 a?os. Un contraste entre ganaderos y agricultores con curiosas resonancias b¨ªblicas: un caso para Indiana Jones.
Una hora "para sacar una muela"
Otro de los equipos espa?oles, el de Manuel Rojo Guerra, trabaja desde hace seis a?os en la cueva de Trocs, un sitio arqueol¨®gico del neol¨ªtico antiguo en Huesca. ¡°Tiene el ADN antiguo mejor conservado del mundo¡±, asegura Rojo, ¡°porque la cueva es un verdadero frigor¨ªfico natural¡±. En verano, cuando la temperatura exterior alcanza los 30 grados, el interior de la cueva no pasa de 6.
En los ¨²ltimos a?os, los arque¨®logos han tenido que aprender a trabajar en las condiciones ¨®ptimas para extraer ADN antiguo con la m¨ªnima contaminaci¨®n posible. Por primera vez se les ha visto desenterrar sus valiosos huesos arcaicos con guantes, gorros y mascarillas como si estuvieran operando a coraz¨®n abierto. El propio Rojo es quien se encarga de extraer las muestras para ADN en su equipo. ¡°Te puedes tirar una hora para sacar una muela¡±, dice; ¡°luego te cambias de guantes y extraes otra muela¡±. Ni los seis dientes de Cervantes merecer¨ªan tanta parsimonia.
Los genomas antiguos han alcanzado la mayor¨ªa de edad, y ya se pueden considerar una herramienta tan potente como la arqueolog¨ªa y la ling¨¹¨ªstica para esclarecer la prehistoria. No es poco para una disciplina que parec¨ªa ciencia ficci¨®n cuando Michael Crichton public¨® Parque Jur¨¢sico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.