Demasiado tarde para Yerson
Limpiar la tierra de minas y mejorar la atenci¨®n a sus victimas son los retos de Colombia Las FARC se comprometen a colaborar indicando d¨®nde colocaron las bombas
Las FARC dejar¨¢n de colocar minas anti persona y dir¨¢n d¨®nde est¨¢n los campos de explosivos. Era este un deseo largamente esperado por un pa¨ªs como Colombia que figura en las estad¨ªsticas como uno de los m¨¢s minados del mundo (el 4 de abril se celebra el D¨ªa Internacional contra las minas). El reciente acuerdo entre la guerrilla y el Gobierno en las negociaciones de paz de La Habana permitir¨¢ iniciar las tareas de desminado y con ello limpiar los territorios afectados por estos artefactos.
Para Yerson Fabi¨¢n Castellanos este acuerdo llega ya demasiado tarde. ?l es uno de los 1.125 ni?os y ni?as que ha sufrido la tragedia de pisar una mina en Colombia. Sabe que jam¨¢s volver¨¢ a recuperar su pierna, pero se muestra feliz porque quiz¨¢ nadie m¨¢s tenga que pasar por lo mismo que ¨¦l. Su pa¨ªs es el segundo con m¨¢s menores v¨ªctimas de estas armas no convencionales, seg¨²n la ONG Campa?a Colombiana Contra Minas (CCCM)
A Yerson la vida le cambi¨® radicalmente hace siete a?os. Ten¨ªa 10 cuando ocurri¨® el accidente. Aquel d¨ªa caminaba con su madre por las veredas de Cabrera, el municipio de la regi¨®n de Cundinamarca donde viv¨ªan. Se les hizo tarde y el ej¨¦rcito no permit¨ªa transitar por determinadas zonas a partir de las seis de la tarde, as¨ª que decidieron regresar tomando un atajo. Toparon con un ¨¢rbol grande con dos ra¨ªces. Su madre pas¨® de ra¨ªz a ra¨ªz. Yerson pis¨® en el centro. Ah¨ª estaba la mina. "Sent¨ª una onda expansiva y una explosi¨®n que me dej¨® aturdido. Me dol¨ªan los o¨ªdos, hab¨ªa un fuerte olor a p¨®lvora. Mi mam¨¢ me alumbr¨® y me mir¨® la pierna. 'Mam¨¢, parece que nos est¨¢n bombardeando' le dije. 'No, no le pas¨® nada', me contest¨®. Cuando ya vio bien se dio cuenta que me faltaba una bota y empez¨® a llorar. '?Qu¨¦ pas¨®?', le pregunt¨¦. 'Hijo, perdi¨® la pierna', me dijo. Me puse tambi¨¦n a llorar. Llor¨¦, grit¨¦, insult¨¦..." , recuerda Yerson.
Leonit Clavijo, su madre, tampoco olvida aquel momento. "Empec¨¦ a culpar a la guerrilla, renegu¨¦ primero de Dios y luego le ped¨ª que le diera la vida a mi hijo. La explosi¨®n se le hab¨ªa llevado solo el pie. Pens¨¦ que tendr¨ªa f¨¢cil soluci¨®n, pero no fue as¨ª", lamenta. Ya m¨¢s calmada, recuerda que esper¨® a que la luna iluminara el camino, alz¨® a su hijo en sus costillas y empez¨® a tirar piedras para comprobar que no hubiera m¨¢s minas en el suelo. Consigui¨® salir a la carretera y que un veh¨ªculo les llevara al puesto de salud del pueblo. Empez¨® ah¨ª un largo calvario de hospital en hospital.
Primero fueron varias intervenciones quir¨²rgicas; despu¨¦s, la amputaci¨®n de su pierna izquierda y m¨¢s tarde una grave infecci¨®n que a punto estuvo de acabar con su vida. Finalmente, vendr¨ªa el proceso de rehabilitaci¨®n en el que Yerson acab¨® asumiendo que deber¨ªa proseguir su vida con la ayuda de una pr¨®tesis. Su actitud positiva ayud¨® a que la recuperaci¨®n f¨ªsica y emocional fueran fruct¨ªferas. "Mi rehabilitaci¨®n dur¨® alrededor de un mes. Psicol¨®gicamente tambi¨¦n fue r¨¢pido. Al principio, cuando ve¨ªa como los ni?os jugaban y yo no ten¨ªa mi pierna, me sent¨ªa mal. Ya despu¨¦s, cuando tuve mi pr¨®tesis, me fue dif¨ªcil acostumbrarme, pero trat¨¦ de mejorar y de utilizarla al m¨¢ximo", explica.
1.125 ni?os y ni?as que ha sufrido la tragedia de pisar una mina en Colombia
Despu¨¦s de siete a?os y con la perspectiva del tiempo, la experiencia de Yerson como v¨ªctima de una mina se considera una historia esperanzadora y de ¨¦xito. Hoy a sus 17 a?os, hace una vida normal con su pr¨®tesis; va en bicicleta, juega a f¨²tbol, ayuda en la casa en todo lo que puede, tiene novia y gan¨® una beca para terminar su bachillerato en Noruega. "Pienso que soy igual que todos y quiero hacer las mismas cosas que hacen todos. Mi pierna no me limita para nada", se?ala.
Su madre recuerda, sin embargo, que no fue ni mucho menos un camino de rosas. No olvida las malas atenciones que en algunos momentos tuvo su hijo y que hasta pudo perderlo. Tampoco que a la tragedia sufrida se sum¨® el desplazamiento forzado. Ni ella ni sus tres hijos peque?os pudieron regresar al lugar donde viv¨ªan. Cuando llegaron a Bogot¨¢ vivieron tres meses en un albergue para desplazados, despu¨¦s en un cuarto y, finalmente, consiguieron alquilar una casa.
El reto en Colombia no ser¨¢ solo limpiar de minas los municipios afectados sino dar una buena atenci¨®n a las v¨ªctimas de este flagelo. Los afectados tienen dificultades para que se les atienda de manera integral y la mayor¨ªa desconoce sus derechos y como acceder a ellos. "La Ley de V¨ªctimas es ambiciosa y contempla todos los aspectos importantes para atender a las personas afectadas por el conflicto armado, pero el pa¨ªs no est¨¢ estructurado como debiera para poder responder oportunamente a los derechos que tienen las victimas. Deber¨ªan poder acceder a un proceso de rehabilitaci¨®n a nivel f¨ªsico y emocional, as¨ª como a toda esa parte de ayuda humanitaria estipulada¡±, dice Johana Alexandra Huertas, coordinadora nacional de Handicap Internacional en Colombia, una organizaci¨®n que, junto a otras como Cruz Roja internacional, trata de cubrir lo m¨¢s que pueden los vac¨ªos que existen en la atenci¨®n a las victimas de minas por parte del Estado.
Y los vac¨ªos son muchos, especialmente en la parte de la atenci¨®n psicosocial, pero tambi¨¦n en otros aspectos de la llamada ruta de atenci¨®n a las v¨ªctimas de mina. A un herido por estos explosivos le puede ser sumamente dif¨ªcil llegar al primer nivel de atenci¨®n, aquel que conseguir¨¢ estabilizarle y controlar la hemorragia para salvar la vida. Depende muchas veces de lo lejos que est¨¦ del ¨¢rea urbana o del municipio donde exista un centro m¨¦dico. Es un momento cr¨ªtico porque? llegar a ese nivel b¨¢sico de atenci¨®n desde las zonas rurales m¨¢s apartadas supone, muchas veces, transportar al herido en camillas improvisadas, a lomos de mulas o en bote si es por v¨ªa fluvial.
Una vez estabilizado, la v¨ªctima de mina deber¨¢ ser remitida a un hospital de referencia para seguir con un tratamiento de mayor complejidad, normalmente quir¨²rgico. Los mejores hospitales, ubicados en las grandes ciudades, pueden quedar tambi¨¦n lejos, as¨ª que no suele quedar m¨¢s remedio que enviar al herido al hospital m¨¢s cercano en una ciudad intermedia. "En la parte de primera atenci¨®n hay dificultades pero los centros funcionan. Donde m¨¢s problemas se pueden presentar es en otros niveles donde no se tenga la capacidad ni los insumos para brindarle una buena atenci¨®n al herido o que el medico que lo reciba no tenga el conocimiento claro para atender ese tipo de lesiones", asegura Johana Alexandra Huertas.
Para Ariel L¨®pez, m¨¦dico especialista en rehabilitaci¨®n, la mayor dificultad de los campesinos que han sido victimas de minas es la de poder acceder a un programa integral de rehabilitaci¨®n. "La mayor¨ªa de los pacientes puede que logren recibir una atenci¨®n de primeros auxilios, un tratamiento quir¨²rgico y puede que les vaya bien con la amputaci¨®n pero la gran dificultad es, despu¨¦s de amputado, como acceder a las pr¨®tesis y a un programa de rehabilitaci¨®n", asegura. Los centros de rehabilitaci¨®n est¨¢n igualmente en las grandes capitales, a horas de viaje de las zonas rurales donde viven los afectados, que no siempre cuentan con el dinero para desplazarse ni para sufragar los gastos de alojamiento y alimentaci¨®n a no ser de que los cubran organizaciones de cooperaci¨®n internacional.
El doctor Ariel L¨®pez trabaja en el prestigioso Hospital San Vicente de Paul de Medell¨ªn. Su regi¨®n de influencia, Antioquia, es la que mayor n¨²mero de afectados por mina presenta en Colombia. Desde hace 10 a?os tiene contacto con victimas y ha visto todo el espectro de lesiones que pueden causar estos artefactos, incluidas afectaciones a nivel ocular y auditivo. "En el caso de los amputados, la mayor¨ªa suele ser por debajo de la rodilla. La pr¨®tesis se adapta muy bien, pero un tratamiento integral de rehabilitaci¨®n no es s¨®lo adaptar la ortopedia sino procurar que se den todas las condiciones para que el paciente vuelva a tener un proyecto de vida".
Nuestra idea es trabajar para que el campesino que sembr¨® la tierra vuelva a sembrar la tierra Yesi Carvallo, directora de la Fundaci¨®n Rei
En la misma linea que el San Vicente de Paul, la Fundaci¨®n Rei de Cartagena de Indias es otro de los centros de referencia del pa¨ªs que ofrece un proceso de rehabilitaci¨®n integral muy cualificado. Para su directora, Yesi Carvallo, es importante que la v¨ªctima acepte primero su condici¨®n de discapacidad y que, si se le adapta una pr¨®tesis, esta persona pueda ser integrada en su rol familiar y en su mismo entorno rural para que recobre su vida normal. "Nuestra idea es trabajar para que el campesino que sembr¨® la tierra vuelva a sembrar la tierra", remarca.
La experiencia ha mostrado que las v¨ªctimas de minas podr¨¢n rehacer su vida m¨¢s f¨¢cilmente en la medida que puedan volver al lugar donde viv¨ªan: "Dependiendo del nivel de amputaci¨®n, en tres o cuatro meses pueden volver a trabajar si se dan las condiciones de seguridad para que vuelvan. He visto casos de mucho ¨¦xito porque, adem¨¢s, nos esmeramos en darle una buena pr¨®tesis para que siga trabajando duro en el campo si es el caso. El problema es la persona que queda en situaci¨®n de desplazamiento forzoso y, por tanto, en doble condici¨®n de vulnerabilidad. El desarraigo y la nostalgia de no poder regresar a su tierra es un drama muy grande al verse con una discapacidad, sin trabajo, escaso de recursos, en una ciudad donde no conoce nada y viendo a su familia pasar necesidades¡±, afirma Ariel L¨®pez.
Colombia ocupa el tercer lugar en n¨²mero de v¨ªctimas por minas detr¨¢s de Camboya y Afganist¨¢n seg¨²n la Campa?a Internacional para la Prohibici¨®n de Minas (ICBL). La Direcci¨®n para la Acci¨®n Integral con Minas Antipersonal del Gobierno colombiano ha contabilizado 11.073 personas afectadas por estas armas no convencionales en los ¨²ltimos 25 a?os, de las cuales 2.216 murieron. De este total de v¨ªctimas, 4.244 fueron civiles y 6.829 eran miembros de la fuerza publica.
Ante tal n¨²mero de victimas, ¡ª54 s¨®lo en este a?o¡ª una mina menos puede significar una vida m¨¢s. Desminar, sin embargo, ser¨¢ un proceso lento y costoso. Limpiar s¨®lo un metro cuadrado cuesta unos 1.000 d¨®lares y se estima que la presencia de explosivos est¨¢ en al menos 688 municipios del total de 1.122 que tiene el pa¨ªs. Las FARC colaborar¨¢n con los militares para ir se?alando y localizando las minas que ellos mismos colocaron. Estimar cuantas bombas puede haber as¨ª como cuanto tiempo se requerir¨¢ en desactivarlas es dif¨ªcil de saber. En cualquier caso, la meta que se ha marcado el Gobierno es que en el a?o 2021 Colombia sea ya un pa¨ªs libre de minas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Mutilados guerra
- Ley de v¨ªctimas
- FARC
- V¨ªctimas terrorismo
- Conflicto Colombia
- Guerrillas
- Conflictos armados
- Legislaci¨®n colombiana
- Colombia
- V¨ªctimas guerra
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Asistencia sanitaria
- Am¨¦rica
- Grupos terroristas
- Guerra
- Terrorismo
- Conflictos
- Legislaci¨®n
- Justicia
- Minas antipersonales
- Minas explosivas
- Armamento
- Defensa
- Planeta Futuro