Motivos para dejarse arrancar el coraz¨®n
Donar el cuerpo a la ciencia es un gran gesto de altruismo post m¨®rtem. As¨ª se regala un cad¨¢ver a la investigaci¨®n en salud
Las donaciones de ¨®rganos en Espa?a se han convertido en algo normal gracias a un proceso de informaci¨®n y sensibilizaci¨®n que ha colocado a nuestro pa¨ªs en el top de las sociedades m¨¢s generosas (seg¨²n los datos de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes, en 2014 hubo en nuestro pa¨ªs 1.682 donantes). Sin embargo, estos no son los ¨²nicos. Otros ciudadanos van m¨¢s all¨¢ y deciden donar el cuerpo entero a la ciencia para que los futuros profesionales de la salud puedan formarse y convertirse en grandes m¨¦dicos, enfermeros, odont¨®logos o fisioterapeutas.
¡°Desde el punto de vista social, estamos tremendamente agradecidos a todos estos donantes¡±, declara Jos¨¦ Carretero, catedr¨¢tico de Embriolog¨ªa y Anatom¨ªa de la Universidad de Salamanca y presidente de la Sociedad Anat¨®mica Espa?ola (SAE), que sabe que estos cad¨¢veres son imprescindibles para la investigaci¨®n y la docencia acad¨¦mica, y quien tambi¨¦n afirma que es una tendencia al alza.
Alfonso Rodr¨ªguez Baeza, catedr¨¢tico de anatom¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, a?ade: ¡°Con respecto a hace una d¨¦cada, el n¨²mero de quienes solicitan la donaci¨®n ha ido aumentando progresivamente. En nuestra universidad hay una media de entre 300 y 400 de personas al a?o que piden ser donantes. En parte, esto ha ocurrido gracias a la labor de divulgaci¨®n que se ha hecho. Muchas personas sienten que as¨ª son ¨²tiles a la sociedad y a la medicina¡±.
Pues bien, si a usted le pica la curiosidad o incluso se est¨¢ planteando tama?o gesto de altruismo, d¨¦jenos que primero le contemos en qu¨¦ consiste, c¨®mo es el proceso y qu¨¦ es lo que pasa con su cuerpo post m¨®rtem. Porque, como puede imaginar, una vez que haya dado el ¨²ltimo suspiro no podr¨¢ reclamar nada de lo que suceda despu¨¦s.
No todos pueden donar su cuerpo
Hay que matizar que no existe una organizaci¨®n nacional oficial que se ocupe directamente de este tipo de donaci¨®n. "La web de una asociaci¨®n de personas donantes de cuerpos que aparece en Internet no tiene nada que ver con la Sociedad Anat¨®mica ni con las facultades de medicina¡±, afirma el profesor Carretero. Efectivamente, todo funciona a trav¨¦s de los departamentos de anatom¨ªa de las facultades de Medicina, y cada universidad tiene su propio sistema de gesti¨®n. A priori, pueden donar todas las personas mayores de edad, siempre que no padezcan una enfermedad infecto-contagiosa. ¡°Es una cuesti¨®n de prevenci¨®n. Sobre todo si hablamos de enfermedades para las que todav¨ªa no hay un tratamiento apropiado, como el SIDA, la hepatitis o la tuberculosis. Puede que sean cuerpos eficaces en algunos casos, pero en otros no, y el riesgo para los estudiantes que manipulan ese cad¨¢ver ser¨ªa exagerado.¡±, explica el profesor Carretero.
Si usted no est¨¢ dentro de esta categor¨ªa, entonces el proceso es muy sencillo. Solo tiene que ponerse en contacto con la facultad de Medicina m¨¢s cercana a su lugar de residencia, y all¨ª cumplimentar¨¢ un documento de donaci¨®n de cuerpo. Este, dependiendo de la Universidad, le reclamar¨¢ algunos detalles, como lo que quiere que el centro haga con sus restos: si incinerarlos o enterrarlos (si quisiera ponerse quisquilloso, tambi¨¦n podr¨ªa solicitar que fueran sumergidos en altamar, como recoge el art¨ªculo 6 del Reglamento de Polic¨ªa Mortuoria seg¨²n Decreto de 2263/1974 de 20 de julio). El departamento de Anatom¨ªa y Embriolog¨ªa Humana de la facultad de Medicina de Ciudad Real deja a la elecci¨®n del donante si prefiere que su cuerpo sea cedido a otra Universidad o no. Y la de Navarra ofrece la posibilidad de que, transcurrido el periodo de uso, una persona autorizada pueda recuperar sus restos mortales. A pesar de estas variaciones entre unas y otras, hay algo com¨²n a todas las universidades: son ellas las que se encargan de costear los gastos de enterramiento o incineraci¨®n, por lo que su familia se ahorrar¨¢ este tr¨¢mite.
Una vez aceptada la solicitud, usted recibir¨¢ un carn¨¦ de donante de cuerpo que ser¨¢ el documento oficial que facilite los tr¨¢mites, siempre y cuando desde el d¨ªa que lo obtuvo hasta su muerte no hayan ocurrido tres cosas: una enfermedad infecto-contagiosa (que deber¨ªa haber comunicado), que usted se haya convertido en una persona con obesidad m¨®rbida o que le hayan practicado una autopsia. ¡°El tema de la obesidad es una cuesti¨®n t¨¦cnica, ya que este tipo de cuerpo es m¨¢s dif¨ªcil de embalsamar [llenar de sustancias para evitar la putrefacci¨®n] y, como consecuencia, tambi¨¦n de mantener bien para su uso. Por otro lado, es muy complejo trabajar con ¨¦l debido al peso y volumen, no solo para moverlo, sino de cara a practicar disecciones en una clase de anatom¨ªa, porque para llegar a cualquier estructura noble hay que retirar much¨ªsima grasa. Y es muy f¨¢cil que, en ese paso, un alumno se lleve por delante un elemento superficial venoso o nervioso. Con respecto a la autopsia, para embalsamar un cad¨¢ver necesitamos que est¨¦ ¨ªntegro el aparato cardiovascular, ya que en el proceso se sustituye la sangre por una soluci¨®n de lavado y otra de fijado. Si existe ausencia de vasos o est¨¢n rotos, no podemos hacerlo¡±, matiza el catedr¨¢tico Jos¨¦ Carretero.
Por piezas, por favor
Y despu¨¦s, ?qu¨¦? Depende del tipo de embalsamamiento practicado, que implicar¨¢ que sus restos permanezcan m¨¢s o menos a?os como material de estudio e investigaci¨®n. ¡°Un cuerpo embalsamado y conservado en c¨¢maras frigor¨ªficas a una temperatura de 4 grados o en tinas con una soluci¨®n de formol se suele usar durante un par de a?os. Si es un cuerpo plastinado, al que se le ha sustituido el agua del organismo por un pol¨ªmero o una resina, se conserva a temperatura ambiente y podemos usarlo durante diez o doce a?os. Se puede plastinar un cuerpo entero, por supuesto, aunque lo normal es escoger algunas piezas¡±, cuenta el anatomista Carretero.
Por trozos, ha le¨ªdo bien. Lo que para cualquier pagano en materia cient¨ªfica suena un tanto macabro, tiene su l¨®gica cuando el experto lo explica. ¡°Cuando llega un nuevo cad¨¢ver a la facultad se puede embalsamar entero para la docencia de anatom¨ªa del aparato locomotor. Se hace la disecci¨®n, se estudia y despu¨¦s se incinera o se entierra. Pero existe la posibilidad de que se estudie por partes. Es decir, a ese mismo cad¨¢ver al que se le ha hecho la disecci¨®n del aparato locomotor, huesos y m¨²sculos, se le extrae el aparato respiratorio, el sistema nervioso central, el coraz¨®n, el h¨ªgado¡ En fin, una serie de ¨®rganos para que los alumnos puedan examinarlos independientemente. Si un profesor tiene 40 alumnos, lo que quiere, a ser posible, es contar con 40 corazones para las clases pr¨¢cticas¡±.
?ltimas voluntades
En nuestro pa¨ªs no existe una legislaci¨®n que recoja una normativa espec¨ªfica sobre la donaci¨®n de cuerpos a la ciencia. Sin embargo, las propias universidades se ajustan a la legalidad de los decretos de polic¨ªa mortuoria de su Comunidad Aut¨®noma. Pero, sobre todo, como indica el presidente de la Sociedad Anat¨®mica Espa?ola, el catedr¨¢tico Carretero, tratan de respetar al m¨¢ximo las demandas del donante, por lo que si usted quisiera que sus restos solo se usen durante un m¨¢ximo de tres a?os, como sucede en la King¡¯s College de Londres, podr¨ªa especificarlo. ¡°En la Universidad de Salamanca eso no se ha solicitado nunca. Pero claro que podr¨ªa darse una limitaci¨®n temporal. Tenemos que partir de que el altruismo del donante exige la generosidad de las facultades para, en lo posible, respetar sus deseos¡±, afirma Jos¨¦ Carretero.
En cualquier caso, conviene que su decisi¨®n vaya acompa?ada de una notificaci¨®n a sus familiares y aceptaci¨®n de los mismos, ya que ser¨¢n ellos quienes tengan que cumplir con su ¨²ltima voluntad. Sepa tambi¨¦n que si fallece fuera de su lugar de residencia, su cuerpo se donar¨¢ a la facultad de Medicina m¨¢s pr¨®xima. Y que como por ley las universidades pueden establecer convenios de docencia e investigaci¨®n con empresas o con otras universidades, nadie le asegura que sus restos se queden de forma perenne en la instituci¨®n a la que usted tanto aprecio tiene. Lo mejor, si su objetivo es contribuir a que la sociedad experimente un progreso m¨¦dico y cient¨ªfico, es que adopte una actitud flexible, porque el c¨®mo, el d¨®nde y el qui¨¦n, a esas alturas de la muerte, ya poco importa.
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