La ley de (R¨®isin) Murphy
?Se puede ser una estrella del pop sin ser famosa? S¨ª. La excantante de Moloko, que lanza disco hoy y estar¨¢ en el S¨®nar , ha dado con la f¨®rmula
En el cuartito m¨¢s rec¨®ndito de una galer¨ªa de Brixton, uno de esos barrios de Londres que se gentrifican a velocidad de crucero, le espera a R¨®is¨ªn Murphy (pron¨²nciese Rosheen) una monta?a de ropa. Ella suma su propio malet¨®n. Con el impacto de su apertura, salimos todos despedidos. Apenas caben ella y el estilista. El juego para escenificar Hairless toys, su tercer disco en solitario que sale hoy a la venta, se centra en lookazos setenteros: vestidos vintageros, gabardinas, enormes solapas, capas de ante¡ Revuelve como si estuviera en un mercadillo (nada m¨¢s propio) y para en seco: ¡°Espera, si ponemos algo glamouroso no puedo ir con tacones... Demasiado f¨¢cil. Tiene que haber algo ¡®err¨®neo¡¯, algo que rompa¡±. Y acaba posando en la calle con las zapas viejas con las que baj¨® del taxi.
Es la misma que hace 17 a?os se subi¨® a lo alto de los Alpes nevados para sacarse una foto orde?ando una vaca con una armadura medieval (de verdad) puesta. Lo hizo para el libreto de su segundo disco como voz y cara del d¨²o Moloko. Pero no encontr¨® la vaca fotog¨¦nica que buscaba. Todas eran marrones. Ella quer¨ªa una con manchas blancas y negras. Y se la tuvieron que traer del otro lado de Suiza y subirla en un telef¨¦rico. R¨®is¨ªn lo tiene clar¨ªsimo.
Le propongo hacer la entrevista en un caf¨¦ mon¨ªsimo a un par de calles. Estar a la altura de su chorro de sofisticaci¨®n. ¡°Pero, ?qu¨¦ dices? No, hombre, hag¨¢mosla en la pizzer¨ªa cutre de aqu¨ª abajo¡±. Nos sentamos. Nadie la reconoce. De hecho, nadie parece haberla reconocido en toda la ma?ana. Insisto en sofisticar la escena. ¡°?Compartimos una pizza vegetal?¡±. ¡°?Qu¨¦ va! Tengo hambre. Yo quiero una entera, de chorizo¡±. Se lo suelta a la camarera: ¡°Choritssso¡±. Y nos ponemos a hablar y mascar.
Siempre dices que Sonic Youth fue el grupo que te abri¨® los o¨ªdos. Kim Gordon, su bajista, cuenta en su autobiograf¨ªa su obsesi¨®n juvenil por dar con una imagen cre¨ªble, por quitarse de encima la de ¡°chica californiana de clase media¡±. ?T¨² has utilizado la tuya para tumbar prejuicios?
Yo empec¨¦ en los noventa, con Moloko, y si te soy sincera, en aquel momento me daba un poco igual lo que me pusiera. Ni siquiera ten¨ªa planificado ser cantante. Acab¨¢bamos de dejar atr¨¢s los ochenta, una d¨¦cada en la que la autenticidad y la espontaneidad en la cultura juvenil hab¨ªan muerto poco a poco. De repente ser aut¨¦ntico se tradujo en no arreglarse, en adoptar una anti-imagen, en ir en camiseta y vaqueros. Y yo pasaba millas de eso, no quer¨ªa estar probando todo el rato mi autenticidad. Resultaba frustrante. As¨ª que imagino que s¨ª supuso un desaf¨ªo a ciertas convenciones el que quisiera cantar guapa [risas]. Desde entonces vivimos una falsa obsesi¨®n por la autenticidad: todos los artistas quieren serlo, pero muchos tienen pavor a ser fieles a s¨ª mismos. No era igual para los t¨ªos, claro, no se puede comparar. La m¨ªa era una banda que respond¨ªa al canon cl¨¢sico: la chica al frente y el chico detr¨¢s. Yo daba la cara y ¨¦l pon¨ªa el resto.
Eso me recuerda algo que dec¨ªa hace poco Bj?rk: que est¨¢ harta de que siempre se asocien los m¨¦ritos a sus productores masculinos cuando en realidad ella es la que lo graba casi todo.
Me cuesta hablar y pensar en t¨¦rminos feministas como artista. Entiendo que Bj?rk diga eso: ella sabe manejar las m¨¢quinas. Yo no soy productora. Pero el hecho de que tenga a un t¨¦cnico a mi lado no significa que no tenga una idea clar¨ªsima de c¨®mo debe sonar mi m¨²sica. Adem¨¢s, hay un aspecto en todo eso de ser ¡®la musa¡¯ que resulta muy poderoso en s¨ª mismo. Me mola. Ojal¨¢ pudiera darte una historia m¨¢s interesante sobre esto, un discurso feminista, pero no lo hay: trabajo con t¨ªos, lo he hecho toda mi vida y hacemos un buen equipo.
Est¨¢ en su biograf¨ªa oficial y extraoficial. Su encuentro con el productor Mark Brydon a los 18 a?os en una fiesta en un s¨®tano en Sheffield dar¨ªa lugar a Moloko [el nombre viene del bar de La naranja mec¨¢nica]. Ella, aspirante a artista, le entr¨® diciendo: ¡°?Te gusta mi jersey ajustado?¡±. La frase (Do you like my tight sweater?) dar¨ªa t¨ªtulo a su primer ¨¢lbum. Moloko se convirti¨® en el rengl¨®n torcido del trip hop. Vendr¨ªan otros tres discos y ocho a?os de relaci¨®n sentimental, incluyendo dos hits que redefinieron el baile en el cambio de siglo: Sing it back y The time is now.
?Me lo preguntan todo el rato: '?por qu¨¦ no has triunfado?'. Y no tengo la respuesta, pero lo siento, pido perd¨®n al mundo?
Con 28 a?os, Murphy cort¨® con Brydon y se acab¨® su contrato. Matthew Herbert, adalid del house intelectualizado, la sacar¨ªa del agujero ofreci¨¦ndole grabar Ruby Blue (2005), su debut en solitario. El pintor Simon Henwood, con quien tendr¨ªa a su primera hija, la retrat¨® envuelta en lentejuelas para la portada. Con Overpowered (2007), una gema de dance pop, se qued¨® a las puertas del ¨¦xito masivo. Ah¨ª alcanz¨® el c¨¦nit de su loquer¨ªo visual: vestidos entre club kid y polichinela de Gareth Pugh, tocados vivientes de Christophe Coppens... Hasta Viktor&Rolf la subieron a cantar a un desfile incrustada en un top-tut¨².
Hoy, su pareja es el productor milan¨¦s Sebastiano Properzi (del d¨²o electro Luca C & Brigante). Con ¨¦l ha sido madre por segunda vez. Ahora, con 41, pasa largas temporadas en Ibiza d¨¢ndole al house... en casa. ¡°He pasado de ser una de esas hooligans que queman la isla a una hippie en un rinc¨®n tranquilo¡±. Ah¨ª plasm¨® su idilio con la canci¨®n italiana en un EP, Mi senti (2014), con versiones de Mina o Patty Bravo.
Para Hairless toys, el disco que presentar¨¢ en el S¨®nar de Barcelona, acudi¨® al director musical de sus giras desde 1997, Eddie Stevens. ¡°Un virtuoso, un c¨®mplice¡±. De 35 canciones se han quedado con ocho. Las definen como ¡°m¨²sica disco muy orientada a adultos; Edith Piaf en Studio 54¡±. ¡°Conmigo siempre pasa eso: no quiero ser retro pero no lo puedo evitar¡±. De fondo, la pregunta de siempre: ?ser¨¢ ¨¦ste el superventas que ella merece?
De tu anterior disco, Overpowered, has dicho ¡°no me convirti¨® en una estrella del pop y nadie sabe exactamente por qu¨¦¡±. ?Tienes ya una explicaci¨®n?
La gente me lo pregunta todo el rato: ¡°?Qu¨¦ ha fallado para que no te convirtieras en estrella del pop?¡±. Y no tengo la respuesta. Yo lo que le dije a mi discogr¨¢fica fue: ¡°?Puedo hacer un disco de pop!¡±. Y me dijeron: ¡°Vale, te creemos. Toma, aqu¨ª tienes un mill¨®n de libras. Hazlo¡±. Y fue un ¨¦xito. Pero no el ¨¦xito que esperaba EMI, no un ¨¦xito de un mill¨®n de libras.
Sin embargo, la cr¨ªtica siempre est¨¢ de tu lado.
La primera cr¨ªtica que sali¨® de Overpowered fue una largu¨ªsima en Pitchfork que dec¨ªa ¡°es el mejor disco de pop de los ¨²ltimos 20 a?os, ella es maravillosa, bla, bla, bla¡ pero R¨®is¨ªn Murphy jam¨¢s ser¨¢ una estrella¡±. Fue como ¡°vale, t¨ªo¡± [risas]. Lo siento, pido disculpas al mundo. El tipo lo argumentaba: hablaba de mis vestidos, de mi extravagancia¡ Pero lo cierto es que poco despu¨¦s surgieron otras estrellas igual de raras y experimentales que yo. Por alguna raz¨®n, a m¨ª no me funcion¨®. Pero, ?oye!, no quiero soltarte un largo lamento sobre la estrella que nunca fui [risas], porque a m¨ª Overpowered solo me trajo alegr¨ªas. Lo escuchas hoy y no piensas: ¡°?Qu¨¦ es esta mierda pasada de moda?¡±. Tiene algo de atemporal¡ de cl¨¢sico para minor¨ªas.
En resumen: te convertiste en una cantante de culto masiva.
?Ja! No suena mal. Mira, dej¨¦moslo as¨ª.
Mientras t¨² generabas ideas otras se aprovechaban de ellas. ?Qu¨¦ te parece que Lady Gaga te copiara el estilo?
No me corresponde a m¨ª decir nada al respecto. Las ideas no le pertenecen a nadie, todos nos inspiramos en algo o en alguien. Lo importante es hacerlo propio.
No te hace falta decir nada. Internet est¨¢ lleno de pruebas de que te ha copiado.
Hab¨ªa ciertas similitudes entre lo que yo me pon¨ªa y lo que ella se pon¨ªa, pero hay una diferencia sustancial: yo jam¨¢s har¨ªa esa m¨²sica. ?Quiz¨¢s por eso no soy una superestrella! Muchos dicen: ¡°?Por qu¨¦ no es m¨¢s comercial? ?Por qu¨¦ no saca canciones como esa que hizo con Calvin Harris y rechaz¨® publicar? [Off & on, que acab¨® grabando Sophie Ellis-Bextor] ?Qu¨¦ problema tiene esta t¨ªa?¡±. No entienden que yo no empec¨¦ en este negocio con esa mentalidad. Lo hice grabando chistes en los discos de mi novio y de repente ten¨ªa un contrato. Todo lo que me ha pasado ha sido de forma espont¨¢nea. A lo mejor tendr¨ªa que estudiar m¨¢s el impacto de mis decisiones, igual as¨ª habr¨ªa llegado m¨¢s lejos. Yo empec¨¦ en esto por puro accidente y sigo creyendo en los accidentes. ?Para qu¨¦ carg¨¢rmelo todo por contentar a otros? ?Tengo que cambiar mi jodida mentalidad? Eso no va a pasar.
?Hoy hay una tienda g¨®tica en cada centro comercial de EE UU. los movimientos juveniles ya no significan nada?
La obstinaci¨®n le viene de cr¨ªa. A su padre le molestaba que escuchara a Madonna y, con nueve a?os, se rap¨® la cabeza y le avergonz¨® vociferando Like a virgin por las calles de su pueblo natal [Arklow, al sur de Dubl¨ªn]. En realidad, sus progenitores escapaban a la norma: ¡°En un barrio de gente asalariada, ten¨ªan un negocio propio, fabricaban mobiliario para pubs; no eran religiosos y escuchaban jazz en lugar de folk irland¨¦s [un t¨ªo suyo tocaba en una banda]¡±. Era una familia destinada a huir de la depresi¨®n que asol¨® Irlanda a finales de los setenta. Una t¨ªa ex reina de la belleza local le leg¨® su vestidor setentero y hasta sus tiaras. Pero aprendi¨® a sacarse partido por cuatro chavos con su madre, anticuaria, que la pase¨® a su llegada a Manchester con 12 a?os por ferias y tiendas de caridad.
?Qu¨¦ quer¨ªas ser de mayor?
Pensaba que estudiar¨ªa arte o algo as¨ª. Pero eso jam¨¢s sucedi¨®, porque firm¨¦ mi contrato discogr¨¢fico con 19 a?os.
?No ten¨ªas ning¨²n ¨ªdolo, ninguna referencia?
?Quer¨ªa ser [la fot¨®grafa] Cindy Sherman! Para una chavala como yo, en plenos ochenta, ver sus autorretratos supon¨ªa una liberaci¨®n. Gritaban: ¡°Conf¨ªa en ti misma¡±. Acab¨¢bamos de salir de un feminismo muy fuerte con el que muchas no nos sent¨ªamos identificadas. Nos gustaba Madonna, las estrellas del cine, cosas que no eran feministas realmente. Nos gustaba arreglarnos, el poder de nuestra feminidad. Y ver a alguien retando roles, hacer de ello un arma, supuso toda una revelaci¨®n.
Con 16 a?os tus padres volvieron a Irlanda y t¨² te empe?aste en vivir sola en Manchester. ?Te volviste muy loca?
[Risas] ?Fue con 15! Y te dir¨¦ algo: los que estaban chalados por entonces eran mis padres, que se acababan de separar. Fue una hecatombe familiar. Pero yo no pensaba volverme a mi pueblo, ni de co?a. Para entonces hab¨ªa descubierto a Sonic Youth, Dinosaur Jr, Butthole Surfers y toda esa mierda. Y en Irlanda todo el mundo estaba metido en el rollo de AC/DC. En Manchester pod¨ªa ver a un grupo incre¨ªble cada noche, colarme en discotecas, comprar o robar ropa de segunda mano chul¨ªsima [una vez la pillaron y la tuvieron tres horas en comisar¨ªa; su excusa fue que ¡°necesitaba ropa limpia porque no s¨¦ poner una lavadora¡±]¡ Convertirme en la tipa rara que siempre quise ser. Y ten¨ªa la suerte de que la mayor parte de mi sustento lo prove¨ªa el Estado, porque era menor de edad. Hoy no estoy segura de que pudiera vivir tan bien del Estado en este pa¨ªs siendo una adolescente sola, honestamente.
?Nunca estudiaste m¨²sica?
No, aprend¨ª sobre la marcha. Me mud¨¦ a Sheffield por un noviete que estudiaba arquitectura all¨ª y cuando llegu¨¦ entr¨¦ en contacto muy r¨¢pido con la escena musical local. Quiz¨¢s porque aquello era m¨¢s peque?o que Manchester.
?Y c¨®mo aprendiste el rol de una popstar?
?No lo he aprendido todav¨ªa, obviamente! [Mascando, hablando y riendo con la boca llena, todo a la vez] Y no creo que lo aprenda nunca.
?Qu¨¦ tal te llevas con los chavales de veinte a?os? ?Conectas con ellos?
A ver, yo ya no salgo de marcha nunca, as¨ª que hay muchas cosas que me estoy perdiendo. Pero creo que la gran pregunta es: ?Est¨¢ la cultura juvenil muerta? Yo esa decadencia la veo. Algunos de los mejores momentos de mi vida los pas¨¦ en clubs nocturnos, y he aprendido much¨ªsimo sobre m¨²sica de los DJs, la mayor parte de lo que s¨¦. DJs muy buenos, con un sentido de la narrativa, con un prop¨®sito divulgativo, y estoy convencida de que eso a¨²n pasa. Pero, de fondo, tengo la impresi¨®n de que desde los sesenta hasta hoy se ha ido radicalizando la idea de anteponer la energ¨ªa juvenil a la capacidad real para crear algo trascendente. ?Sueno est¨²pida si digo que pienso que se ha adornado y exagerado la cultura juvenil?
Desde luego hoy existe m¨¢s que nunca una obsesi¨®n por relacionarlo todo con lo juvenil. ?A qu¨¦ lo atribuyes?
A que vende. Estar muerto o cerca de estar muerto no vende nada¡ Estar muy, muy vivo, s¨ª.
?De ah¨ª el empe?o en asociar cualquier cosa a los millennial?
?Qu¨¦ son los millennial?
La respuesta variar¨¢ seg¨²n a qui¨¦n preguntes, pero b¨¢sicamente es la gente de entre 18 a?os y treinta y pocos.
No creo que haya cambiado tanto la pel¨ªcula. Siempre ha sido as¨ª: la gente joven es la que est¨¢ m¨¢s dispuesta a gastarse la pasta. Pero se ha roto el romanticismo. Sabemos que todo eso es puro cinismo. No se va a dar otro movimiento como el punk, ni t¨² ni yo nos lo creer¨ªamos. Pensar¨ªamos que es para vender algo. En los ¨²ltimos diez a?os, si te met¨ªas en cualquier centro comercial en EE UU te encontrabas una tienda g¨®tica. ?Una tienda g¨®tica en un mall! Todos estos movimientos juveniles han dejado de significar algo a nivel cultural e intelectual, no podemos registrarlos a esa escala, est¨¢n a una escala comercial. No significan una mierda para la vanguardia. No quiero que suene a que el mundo deber¨ªa prestar atenci¨®n a lo que dice una mujer de 41 a?os [ja, ja], pero cuando me venden cualquier escena juvenil pienso: ¡°N¨¢, no me lo creo, ni por un segundo, ya no¡±.
Si tuvieras una bola de cristal, ?c¨®mo te gustar¨ªa verte en el futuro?
No me gustar¨ªa tener una bola m¨¢gica. No soy ese tipo de persona. Cuando pienso en el futuro imagino cosas malas, as¨ª que prefiero no pensarlo.
No me creo que seas una pesimista.
Pues s¨ª. Soy irlandesa, pensamos en cosas oscuras. De verdad. F¨ªjate en nuestra literatura: Samuel Beckett; estamos jodidos.
Grace Jones me contaba hace unos a?os que no perd¨ªa la esperanza en que todo lo que venga siempre ser¨¢ mejor. S¨¦ que ella es una de tus grandes inspiraciones. ?Sabes que cada ma?ana se hace una hora de hula hoop para mantenerse en forma? ?Y que actualmente sale a cantar d¨¢ndole al hula hoop?
?S¨ª, la he visto! Lo que no sab¨ªa es que se levanta cada ma?ana y lo practica, ?qu¨¦ t¨ªa! Sigue siendo lo m¨¢s, haga lo que haga.
Te lo pregunto porque este es el tipo de cosas que te hace pensar en la longevidad de los artistas, en su capacidad para seguir impactando y, de paso, mantenerse en forma. ?T¨² te ves con 67 a?os actuando con el hula hoop?
?Ja, ja, ja! Mira que yo me he puesto cosas y que voy al gimnasio y corro y tal ¨Cme gusta sudar¨C, pero dudo que tenga el aguante de Grace. Ninguna tendremos ese pint¨®n a su edad, ni de co?a. Lo suyo es pura gen¨¦tica. Es una alien¨ªgena. Mira, el otro d¨ªa un periodista me dijo: ¡°He escuchado tu m¨²sica desde que tengo uso de raz¨®n. A mis padres les encantaba Moloko¡±. Ese es el hula hoop que me toca sostener: responder muy calmadamente mientras pienso, ¡°ya est¨¢, soy una vieja¡± [risas].
Lady Gaga la copi¨®. ?Googl¨¦alo!
S¨ª, ella se lo puso primero
Stefani Germanotta debut¨® con The Fame (2008) un a?o despu¨¦s de que Murphy sacara Overpowered. A los sondeadores del pop les saltaron las alarmas. Y a R¨®is¨ªn tambi¨¦n: ¡°Lady Gaga es una imitaci¨®n pobre de m¨ª¡±, estall¨® en una entrevista. Luego se retractar¨ªa en un comunicado donde dec¨ªa respetarla ¡°como artista y como colega icono de moda¡±. Pero para entonces la reci¨¦n llegada ya estaba royendo su filete bien crudo de fama.
"Hay sitio para las dos", R¨®isin dixit.
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