Simon Hanselmann, el triunfo del marginado
A lo largo de sus 33 a?os ha sufrido humillaciones, trabajos basura, incomprensi¨®n y a una madre adicta a las drogas. Sus historias, casi autobiogr¨¢ficas, tratan sobre una bruja, un gato y un b¨²ho perpetuamente colocados y en estado de apat¨ªa. Y s¨ª, le gusta vestirse de mujer. Ahora es lo m¨¢s parecido que hay a una estrella del rock en el mundo del c¨®mic
Las firmas de c¨®mics, esos momentos en los que se cruzan la devoci¨®n del fan y los actos promocionales del autor, suelen resolverse de manera un tanto fr¨ªa: unos minutos de cordialidad estandarizada y una dedicatoria con dibujo de por medio. O tambi¨¦n puede suceder que el dibujante en cuesti¨®n se arranque mechones de la peluca pelirroja que lleva puesta para pegarlos en los libros, que los lectores le regalen porros de marihuana, o que le pidan que les haga dibujos en el cuerpo para tatu¨¢rselos m¨¢s tarde. Lo segundo, no obstante, solo es posible si quien se sienta detr¨¢s de la mesa es Simon Hanselmann, el historietista australiano que hace tres a?os era un desconocido y ahora es una celebridad del mundo del c¨®mic.
No hay nada habitual en Hanselmann. Solo hace falta verle unos minutos en la presentaci¨®n en Madrid de Bah¨ªa de san b¨²ho, su segundo c¨®mic en castellano publicado por la editorial Fulgencio Pimentel, para darse cuenta. Habla con todos sus fans -y queremos decir con todos: en Barcelona se llev¨® a cuarenta de ellos a un bar cuando la librer¨ªa cerr¨®- vestido con minifalda, medias rosas, camiseta con tetas de relleno y pecas pintadas en la cara. Cuando te acercas a ¨¦l, despliega un encanto personal que hace que su interlocutor quiera ser inmediatamente su nuevo mejor amigo. Y cuando posa para la sesi¨®n de fotos lo hace como si llevase a?os delante de las c¨¢maras, mientras bromea diciendo que ahora es una supermodelo. Transmite tanto entusiasmo y naturalidad que es inevitable pensar que siempre fue as¨ª.
Nada m¨¢s lejos de la realidad. Nacido en Launceston, aburrida y muy deprimida localidad de la isla de Tasmania, su historia personal parece ideada por un guionista especialmente s¨¢dico. Veamos: ?madre drogadicta y padre motero que se fue para no volver? S¨ª. ?Infancia dura en la semipobreza? Tambi¨¦n. ?Inadaptaci¨®n en la adolescencia por pinta de nerd? Aj¨¢. ?Escarceos con las drogas, trabajos basura y depresi¨®n en la juventud? Bingo. Por si fuese poco, a?adan un premio extra: a los cinco a?os, el bueno de Hanselmann descubre que est¨¢ irremediablemente atra¨ªdo por lo femenino, incluyendo la ropa de mujer, que comienza a ponerse en secreto. Y en medio de todas estas adversidades, una ¨²nica evasi¨®n: los c¨®mics.
EL C?MIC COMO SALVAVIDAS
¡°?ramos bastante pobres¡±, cuenta mientras recuerda su ni?ez. ¡°Cobr¨¢bamos el subsidio del gobierno. Mi madre trabajaba en bares mientras yo pasaba bastante tiempo solo, y hacer c¨®mics es muy barato. Solo necesitas un l¨¢piz y un trozo de papel, y con eso puedes abstraerte durante horas¡±. A los ocho a?os empez¨® a hacer sus propios fanzines, fotocopi¨¢ndolos y vendi¨¦ndolos en la escuela, hasta que se vio en una encrucijada. ¡°A los 14 empec¨¦ a introducir sexo y drogas en mis c¨®mics, y el director me llam¨® y me dijo 'no puedes hacer esto, no puedes imprimir tus propios libros y venderlos'. As¨ª que dej¨¦ el Instituto. Lo que quer¨ªa era dibujar c¨®mics, y fui a por ello¡±.
¡°Me da l¨¢stima la gente que ha crecido en entornos muy protectores porque no tienen nada sobre lo que escribir. Mi educaci¨®n disfuncional me ha moldeado y me ha dado material. "
Con semejante historia personal, era inevitable que se acabasen filtrando detalles autobiogr¨¢ficos en su trabajo. ¡°Creo que los mejores escritores escriben a partir de su propia experiencia¡±, cuenta mientras devora su comida-merienda-cena: dos hamburguesas sencillas, patatas fritas y nuggets. ¡°Me da l¨¢stima la gente que ha crecido en entornos muy protectores porque no tienen nada sobre lo que escribir. Mi educaci¨®n disfuncional me ha moldeado y me ha dado material. Cada vez que mi madre volv¨ªa a rehabilitaci¨®n o la cagaba me dec¨ªa, bueno, al menos tengo m¨¢s historias¡±.
As¨ª comenz¨® Girl Mountain, su ambicioso proyecto de novela gr¨¢fica basado en sus experiencias. ¡°Se supon¨ªa que iba a tener 1000 p¨¢ginas¡±, explica ¡°pero solo termin¨¦ una cuarta parte. Lo empec¨¦ cuando ten¨ªa 21 a?os y me llev¨® siete a?os llegar hasta ese punto. Ahora lo veo como una experiencia de aprendizaje¡±. Como v¨ªa de escape de un material tan oscuro comenz¨® otro c¨®mic: las historias de una bruja, un gato y un b¨²ho inconscientemente inspiradas en unos libros infantiles. Casi por accidente hab¨ªan nacido Megg, Mogg y B¨²ho, los personajes que le cambiar¨ªan la vida. ¡°Era un proyecto para divertirme un poco¡±, cuenta. ¡°En un principio era algo muy tonto, bromas con B¨²ho y cosas as¨ª, pero luego empezaron a aflorar cosas m¨¢s duras, el material familiar, la depresi¨®n, las drogas, porque es sobre lo que me gusta escribir. Y tambi¨¦n es parte del proceso de crecer. Empezar con algo tonto y sin ambiciones, y que crezca hasta convertirse en algo un poco m¨¢s serio¡±.
"Tienes que ser muy fuerte para hacer esto. La gente suele relacionar feminidad con debilidad, pero creo que esto es una de las cosas que m¨¢s valor requieren en un hombre: decir que te sientes a gusto con lo femenino¡±
As¨ª funcionan las historias de Megg, Mogg y B¨²ho. Comienzan como la sublimaci¨®n del modo de vida slacker, veintea?eros ap¨¢ticos que solo piensan en drogarse, ver la tele y gastarse bromas crueles entre s¨ª. Sin embargo, cuando pasan unas p¨¢ginas el lector comienza a darse cuenta de que la amargura se infiltra en su humor negro. Megg sufre depresi¨®n y se adivina una relaci¨®n problem¨¢tica con su madre. Su novio Mogg (s¨ª, su novio es un gato) le sigue el ritmo, por mucho que el sexo entre ellos sea cada vez m¨¢s ap¨¢tico. B¨²ho, por su parte, se debate entre llevar una vida m¨¢s adulta y la evasi¨®n de la vida post-adolescente, adem¨¢s de ser el centro de las bromas m¨¢s crueles de sus compa?eros. Dicho de otra forma: empezamos en unos Beavis y Butthead con m¨¢s drogas y acabamos en una pel¨ªcula de Todd Solondz, una de las influencias declaradas de Hanselmann.
EL C?MIC COMO TERAPIA
Con el director de Happiness le une tambi¨¦n la tendencia de mostrar los aspecto m¨¢s miserables de la condici¨®n humana en su obra. Sirva como ejemplo Owl¡¯s Birthday, la historia en la que a B¨²ho le preparan una sorpresa por su cumplea?os: una habitaci¨®n oscura en la que Werewolf Jones, el lobo politoxic¨®mano y pasado de rosca que tienen por amigo, le sodomiza a la fuerza. ¡°Es algo con lo que he crecido, lo veo como realismo¡±, cuenta para explicar tanta perversidad. ¡°He crecido rodeado de adictos deprimidos y bipolares que eran muy desagradables entre ellos. Aunque tambi¨¦n pod¨ªan ser gente maravillosa, la gente tiene muchas facetas¡±. No exagera: en un momento de la conversaci¨®n, explica que fue agredido sexualmente por una de las parejas de su madre.
Durante a?os, Hanselmann dibuj¨® sus c¨®mics casi en secreto. Pocos fuera de su c¨ªrculo cercano conoc¨ªan su trabajo. ¡°La gente no paraba de decirme que ten¨ªa que poner mis c¨®mics online¡±, explica ¡°pero no me gustaba la idea de regalar mi trabajo¡±. Al menos le serv¨ªa como terapia. ¡°Todos los personajes son partes distintas de mi personalidad¡±, explica. ¡°He tenido mis etapas de ser como B¨²ho, de querer ser un profesional y estar sano. Y como Megg he estado deprimido, y lo ¨²nico que quer¨ªa es ver la TV y comer comida basura, sin importarme mi salud¡±.
Puede que todas sus criaturas tengan algo de ¨¦l, pero sin duda su identificaci¨®n con Megg es m¨¢s profunda; las pecas que lleva en la cara le delatan. ¡°He intentado crear a Megg como un buen personaje femenino¡±, cuenta ¡°pero en el pasado la he cagado. Soy culpable de haberla sexualizado de alguna manera. Es un personaje sexy, yo me siento atra¨ªdo por ella¡±. Una relaci¨®n compleja, ya que es al mismo tiempo objeto de deseo y proyecci¨®n de su parte femenina. ¡°S¨ª, supongo que me siento atra¨ªdo por m¨ª mismo¡±, zanja divertido. ¡°A veces me miro en el espejo y me veo guapo, y a veces incluso me excito a m¨ª mismo¡±.
ADI?S, MALOS TIEMPOS
Despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada de trabajos basura, depresi¨®n y terapia, la vida de Hanselmann dio un vuelco hace poco. ¡°Trabaj¨¦ en la oscuridad durante a?os y a?os, sin saber si podr¨ªa lograrlo¡±, cuenta, ¡°pero entonces puse mi trabajo en Tumblr en 2012, y empezaron a llamar editores interesados en publicarme. Pas¨® muy r¨¢pido, y ahora tengo la sensaci¨®n de estar viviendo mi sue?o de adolescencia¡±. Una de esas editoriales era Fantagraphics, nombre sagrado del c¨®mic independiente en Estados Unidos. Otra fue la exquisita Fulgencio Pimentel, que le public¨® Hechizo Total en castellano incluso antes de la edici¨®n en ingl¨¦s. Con sus responsables tiene ya una relaci¨®n de amistad que va m¨¢s all¨¢ de la habitual entre editor y autor, reforzada por una gira espa?ola que le ha llevado hasta el momento de esta charla en Madrid.
Pero en este feliz giro de los acontecimientos tambi¨¦n influy¨® su decisi¨®n de declarar p¨²blicamente su necesidad de vestirse con ropa femenina. Lo hizo en una entrevista a The Comic Journal, en el que se antoja como un momento extraordinariamente liberador. ¡°Fue como una explosi¨®n, lo mantuve en secreto toda mi vida. Siempre me gust¨® vestirme de mujer, no todo el rato, pero s¨ª gran parte del tiempo. Siempre me he sentido atra¨ªdo por las cosas femeninas. Cuando cumpl¨ª los 30 estaba harto de ocultarlo, estaba muy deprimido, as¨ª que me dije, que le jodan, se lo dir¨¦ a todo el mundo¡±.
Mientras se?ala orgulloso su look del d¨ªa, Hanselmann relata las dificultades que se encontr¨® con ¡°parejas que no aprobaban esto¡±. Despu¨¦s de su salida del armario conoci¨® a una mujer que s¨ª lo entendi¨®, la publicista de su editorial estadounidense, con la que se ha casado y espera mudarse pronto a Seattle. ¡°No me importa que la gente piense que soy gay, me identifico con lo queer¡±, aclara sobre su condici¨®n sexual. ¡°No deber¨ªa ser un problema. Desde que era muy ni?o me inculcaron que eso estaba mal y era perverso. Y todav¨ªa me miran mucho en la calle¡±. En Angulema, por cuyo famoso festival de c¨®mic pas¨® antes de llegar a Espa?a, tuvo su ¨²ltimo encontronazo con la incomprensi¨®n. ¡°Hab¨ªa un grupo de ni?os saliendo de la escuela que me se?alaban y se re¨ªan. Tienes que ser muy fuerte para hacer esto. La gente suele relacionar feminidad con debilidad, pero creo que esto es una de las cosas que m¨¢s valor requieren en un hombre: decir que te sientes a gusto con lo femenino¡±.
Sin embargo, Simon parece haber alcanzado un estado de paz interior tan fuerte que nada le hace mella. ¡°Esos chicos se re¨ªan de m¨ª en Angulema, pero yo s¨¦ que incluso en ese grupo debe haber al menos uno de ellos que se siente como yo cuando ten¨ªa cinco a?os, y que debe pensar ¡°guau, ese t¨ªo lo est¨¢ haciendo¡±. Cuando yo ten¨ªa cinco a?os y ve¨ªa a un tipo vestido de mujer en la TV o algo as¨ª pensaba, ¡°es como yo, alguien est¨¢ haciendo lo que yo siento en secreto¡±¡±.
¡°He estado en terapia desde que ten¨ªa 14 a?os hasta hace algo as¨ª como un a?o¡±, explica volviendo la vista atr¨¢s. ¡°Dej¨¦ de ir porque no me estaba ayudando. Adem¨¢s estaba muy ocupado, con muchas entregas. Y ahora estoy mucho m¨¢s feliz. Conoc¨ª a mi mujer, estoy teniendo ¨¦xito con lo que estoy haciendo por ahora. Ahora me siento feliz, me siento seguro con qui¨¦n soy¡±. Incluso aunque su madre siga siendo un v¨ªnculo con su pasado: ¡°S¨ª, sigo en contacto con ella. Nunca la abandonar¨¦. Yo soy todo lo que le queda a mi madre. Soy su ¨²nico hijo, tiene que ocuparse de mi abuela esquizofr¨¦nica, y luchar contra sus propios demonios. La apoyo todo lo que puedo, le doy dinero para la rehabilitaci¨®n, y luego ella va y se lo gasta en drogas. Pero la quiero, es una mujer fuerte y maravillosa que ha tenido una vida muy dura¡±.
COMIC BOOK ROCK STAR
Regresamos al escenario en el que comenzamos. Simon sigue firmando c¨®mics con una paciencia infinita. Habla con cada uno de sus fans, entiendan ingl¨¦s o no. ¡°No puedo darle la espalda a nadie¡±, explica. Uno de ellos le hace llegar un porro de marihuana, algo que se ha convertido en una constante. ¡°S¨ª, casi en todas mis firmas la gente me regala drogas. Parece que tengo fama de fumeta¡±, admite. ¡°En Filadelfia alguien me dijo que ten¨ªa un regalo para m¨ª. Yo supuse que era un c¨®mic o algo as¨ª, pero result¨® ser una gran bolsa de marihuana. No pod¨ªa llevarme eso de un estado a otro, as¨ª que la regal¨¦ a la gente en la firma. Ten¨ªa la bolsa a mi lado e iba firmando, cog¨ªa un buen trozo de marihuana y lo met¨ªa en el libro¡±.
Dos d¨ªas despu¨¦s de nuestro encuentro le espera un largo viaje de vuelta a Australia, donde deber¨¢ acabar varios encargos. ¡°Estoy haciendo tres libros este a?o¡±, detalla, ¡°pero despu¨¦s voy a trabajar en un libro sobre Megg muy dram¨¢tico y oscuro, con mucho material familiar, Megg¡¯s Coven¡¯¡±. Dentro de poco veremos evolucionar a sus personajes. ¡°En alg¨²n momento Megg y Mogg tienen que crecer y darse cuenta de que no pueden estar todo el d¨ªa drog¨¢ndose. Al igual que en Megg¡¯s Coven Megg va a pasar mucho tiempo con su madre, que est¨¢ ya demasiado metida en el agujero de las drogas, y se dar¨¢ cuenta de que tiene que cambiar. Est¨¢n creciendo conmigo. A medida que yo crezco y cambio, ellos cambian. Pero ellos van como unos cinco a?os por detr¨¢s de m¨ª¡±. Si todo va bien, tambi¨¦n llegar¨¢ un proyecto de animaci¨®n en TV, aunque Hanselmann todav¨ªa no quiere avanzar nada.
Simon por fin ha conseguido vivir de lo que m¨¢s le gusta: los c¨®mics. ¡°Me llev¨® mucho tiempo, muchos trabajos raros, subsidios, terapia¡ Trabaj¨¦ muy duro, y ahora por fin la gente se ha dado cuenta. Ahora estoy pasando el mejor momento de mi vida¡±. Mientras camina, con sus largas piernas orgullosamente enfundadas en rosa, es imposible no alegrarse por ¨¦l.
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