Comemos como somos
En la mesa afloran modales, prejuicios y pasiones. Los comedores escolares pueden ser aulas, o sacar los instintos m¨¢s primarios
Debe de existir una raz¨®n sociol¨®gica que explique por qu¨¦ en cuanto el ser humano ve una cola, siente una irrefrenable necesidad de ponerse en ella. Quiz¨¢ la sensaci¨®n de no sentirse el ¨²ltimo o no perder ese algo que se encuentra al final de la misma est¨¦ tras dicha pulsi¨®n. Ese comportamiento se puede apreciar en la temporada de rebajas. Tambi¨¦n pasa en los embarques de los aviones, en los que, aun disponiendo de asiento numerado, la concurrencia deja aflorar su nerviosismo e incluso sus malos modales.
Sin embargo, donde la histeria colectiva de las colas adquiere un grado digno de estudio es en los buf¨¦s de los hoteles. Da igual el lugar del mundo en el que est¨¦, la idea de mezclar competencia y comida animaliza al ser humano hasta el punto de sacar de ¨¦l los impulsos m¨¢s primarios. No importa tanto ni el c¨®mo ni el qu¨¦ se coloque en el plato. Apremia el cu¨¢nto y la celeridad con que se haga, aunque luego la mitad de la comida se deseche. Esa locura general induce a luchar por un zumo de bote malo y rivalizar por conseguir una tortilla reseca. En estos comederos se ven ni?os con cuatro donuts en un cuenco cruz¨¢ndose con se?ores que apilan langostinos sobre unas salchichas que a su vez descansan sobre una terrina de salm¨®n que se apoya en un supuesto ?sushi. Me pregunto si toda esa ansia colectiva busca rentabilizar la inversi¨®n econ¨®mica realizada o, como dir¨ªa el soci¨®logo Jean-Pierre Corbeau, ¡°exorcizar el hambre e identificarse con los modelos de ¨¦xito social¡±.
En cualquier caso, pone en entredicho la conocida frase ¡°somos lo que comemos¡±. Lo que comemos nos ayuda a ser, y en el ser est¨¢ nuestra capacidad de tomar decisiones y actuar de una forma u otra, y por tanto, comer de una u otra manera. Lo que evidencia m¨¢s bien esa realidad es que ¡°comemos como somos¡±. Y es que en la mesa se descubre mucho de nosotros. Frente a la comida afloran nuestras pasiones y miedos, debilidades y perjuicios, conocimientos y modales. Por eso no es ninguna tonter¨ªa plantearnos c¨®mo son los comedores escolares. ?Son un aula m¨¢s donde se ense?a a estar, compartir, se educan el gusto, los buenos h¨¢bitos alimenticios y la tolerancia? O, por el contrario, ?son meros comederos para peque?os humanos como lo son los buf¨¦s para los adultos? Es posible que dentro de unos a?os, a la entrada de estos comederos, se obligue a colocar mensajes de advertencia como los que se muestran en los paquetes de tabaco: ¡°Los buf¨¦s pueden provocar ansiedad¡±, ¡°Los buf¨¦s pueden revelar su lado m¨¢s animal¡± o ¡°Los buf¨¦s pueden ocasionar que coma usted en exceso¡±.
Conejo con sabay¨®n
Ingredientes
Para 4 personas
Para la carne
- 1 conejo
Para el marinado
- 200 mililitros de brandi
- 200 mililitros de an¨ªs seco
- 50 gramos de pimienta negra molida
Para el sabay¨®n (postre de origen italiano)
- 8 yemas de huevo
- 50 gramos de pasta de ajo
- 5 mililitros de cava
- 1 lim¨®n
- Sal
- Pimienta
- Hierbas anisadas
Instrucciones
1. El conejo
Deshuesar el conejo y sujetar la carne formando un hatillo. Sazonar.
2. El marinado
Mezclar los alcoholes y la pimienta. Sumergir el conejo en esa combinación llamada marinada y dejar reposar en la nevera durante 12 horas. Retirar de la marinada. Marcar en una plancha o sartén bien caliente por todos los lados. Colocar en una bandeja honda con un centímetro de la marinada y cocinar en el horno aproximadamente durante 20 minutos.
3. El sabay¨®n
Para elaborar esta crema dulce de origen italiano, mezclar en un baño María las yemas con la pasta de ajo, un chorrito de jugo de limón y el cava. Batir con varillas hasta conseguir una espuma ligera. Salpimentar. Reservar.
4. Acabado y presentaci¨®n
Sacar el conejo del jugo de cocción y quitarle el hilo que lo ata. Cortar una porción y servirlo con una cucharada de sabayón. Quemar con soplete. Terminar con las hierbas anisadas.
El conejo
La de conejo es una carne magra con baja proporci¨®n de grasa. Resulta rica en prote¨ªnas de alto valor biol¨®gico. Hay que destacar tambi¨¦n su contenido en vitaminas del grupo B (sobre todo B3, B6, B12) y en f¨®sforo y potasio. Es una carne de f¨¢cil digesti¨®n. Aporta a la dieta 132 kilocalor¨ªas por cada 100 gramos.
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