Deuda y confianza pol¨ªtica

Seg¨²n se desprende del informe preliminar del Tribunal de Cuentas, los partidos parecen seguir pol¨ªticas de reducci¨®n de su deuda financiera al tiempo que disminuyen los ingresos que proceden de donaciones privadas, como consecuencia de los cambios legislativos introducidos por el Gobierno a partir del descubrimiento del caso B¨¢rcenas. En 2013, la deuda de los partidos con los bancos ascend¨ªa a 205 millones, cuando al inicio de la legislatura se deb¨ªan 270 millones; las donaciones privadas, en el mismo periodo, han bajado desde 11,3 millones hasta 5,9 millones. Las entregas al PP han ca¨ªdo desde unos 5 millones en 2007 hasta los 400.000 euros.

Es pronto para decir si este balance provisional indica una tendencia consistente hacia una reducci¨®n de los gastos en los partidos y, por tanto, equivale a una avidez menor hacia la aportaci¨®n privada, una de las causas principales de la corrupci¨®n. Tambi¨¦n es posible suponer que 2013, el periodo examinado, sea simplemente un ejercicio de transici¨®n y que la medida real de las tensiones financieras aparezca en 2015, a?o de acumulaci¨®n de elecciones. Tambi¨¦n es prematuro calcular con detalle el efecto de una regulaci¨®n m¨¢s estricta sobre el origen de los fondos de los partidos, mayoritariamente pagados con fondos p¨²blicos.

Lo que importa es que el Tribunal de Cuentas disponga de los medios y la capacidad de acci¨®n suficiente para fiscalizar detalladamente el dinero real de los partidos. Durante un tiempo, los ciudadanos mantendr¨¢n una justificada desconfianza hacia la limpieza de las pr¨¢cticas financieras de los partidos: el tribunal debe tutelar la recuperaci¨®n de la confianza pol¨ªtica. El primer paso es presentar informes m¨¢s pr¨®ximos en el tiempo al ejercicio actual. El segundo, m¨¢s dif¨ªcil, consistir¨¢ en demostrar que su acci¨®n permite adelantarse a cualquier brote de financiaci¨®n irregular.