El rapero 50 cent, en bancarrota tras ser condenado a pagar 5 millones

En 2005, Leonard Cohen despert¨® de su meditaci¨®n tibetana al saber que su contable hab¨ªa estado durante a?os secando su cuenta corriente, hasta el punto de sustraer de ella siete millones de euros y dejarle al borde de la ruina. Volvi¨® a los estudios y a los escenarios. En 1976, Marvin Gaye tuvo que dar todos los beneficios de su m¨²sica a su ex esposa. Seis a?os m¨¢s tarde, cuando gracias al disco Sexual healing parec¨ªa que podr¨ªa recuperarse, su padre le dispar¨® dos balazos en el pecho y acab¨® con su vida. Durante esa misma ¨¦poca, el m¨ªtico Jerry Lee Lewis descubri¨® que deb¨ªa m¨¢s de cinco millones al fisco. Tuvo que declarase en bancarrota, pues de los m¨¢s de 15.000 euros por concierto que facturaba en los a?os cincuenta, tres d¨¦cadas despu¨¦s apenas percib¨ªa 300 por recital. En 2000, Elton John demand¨® a sus agentes por negligencia. Durante el proceso se descubri¨® que el cantante, con serios problemas financieros, hab¨ªa gastado cincuenta millones de euros en un periodo de 20 meses. De esa cantidad, m¨¢s de 350.000 se destinaron a comprar flores. Cuando en la vista le preguntaron si esto ¨²ltimo era realmente cierto, el autor de Rocket man respondi¨®: ¡°S¨ª, me gustan las flores¡±.

El ¨²ltimo cap¨ªtulo de esta interminable historia se ha vivido esta semana, cuando se ha sabido que el rapero 50 Cent se ha declarado en bancarrota al conden¨¢rsele a abonar cinco millones de d¨®lares a la ex novia de Rick Ross, hiphopero rival. Al parecer, el tipo adquiri¨® un v¨ªdeo en el que la chica y el m¨²sico de Misisip¨ª aparecen fornicando y lo colg¨® en la red a?adiendo comentarios jocosos al respecto de Ross, su volumen corporal y sus dotes amatorias. A la mujer no le entusiasm¨® la idea y le ha demandado. Lo curioso del tema es que a 50 Cent, a pesar de no ser ya la gran estrella del hip hop que fue a principios de este siglo, se le segu¨ªa percibiendo hasta como ejemplo de hombre de negocios exitoso, hasta el punto de que el a?o pasado la revista GQ acudi¨® a ¨¦l para que ayudara a mejorar a un redactor de la misma, tanto en su vida profesional como en la personal. Entre los valiosos consejos que el gur¨² le regal¨® al plumilla se encuentra esta frase, que ni Yoda en un buen d¨ªa: ¡°Quiero que los dos entr¨¦is en Google y guard¨¦is en sendas carpetas las im¨¢genes que quer¨¢is. Luego, saca cosas de su carpeta, saca otras de la tuya y crea una nueva en la que haya de todo¡±. Despu¨¦s de esto, se fueron los dos al gimnasio.

En 2003, 50 Cent lanz¨® el disco Get rich or die trying (Hazte rico o muere en el intento). Amigo de Eminem y con un relato personal que inclu¨ªa tr¨¢fico de estupefacientes y un cuerpo con nueve agujeros de bala, el m¨²sico, nacido en Nueva york en 1975 y cuyo nombre real es Curtis Jackson, despach¨® 12 millones de copias en todo el planeta. Entonces, su single In da club sonaba como el futuro, ese lugar en el que el hip hop saldr¨ªa del barrio y entrar¨ªa en las discotecas en las que se vend¨ªa alcohol Premium y las chicas vest¨ªan min¨²sculos vestidos que costaban una fortuna. Cada disco siguiente vendi¨® un poco menos que el anterior, hasta acercarse a algo muy parecido a tocar fondo con Animal Ambition (Ambici¨®n animal), su largo editado en 2014 y del que coloc¨® poco m¨¢s de 125.000 copias en EE UU. A pesar de su p¨¦rdida de relevancia musical, 50 Cent segu¨ªa estando valorado por la revista Forbes en m¨¢s de 150 millones de d¨®lares, gracias, sobre todo, a sus inversiones en el mundo del boxeo, la miner¨ªa y los refrescos. En 2007, el sexto rapero m¨¢s vendedor de la historia coloc¨® su compa?¨ªa de bebidas, Vitamin Water, a Coca Cola, asegur¨¢ndose un beneficio de varias decenas de millones de d¨®lares. Adem¨¢s, el neoyorquino ha aparecido en m¨¢s de una veintena de pel¨ªculas y ha publicado dos libros de autoayuda emocional y financiera, en los que comparte con generosidad y sin ambages los secretos de un ¨¦xito que le ha llevado a residir en una mansi¨®n en Connecticut que una vez fue propiedad del boxeador Mike Tyson y que cuenta con 21 habitaciones. El espacio que antes ocupaba su ego, hoy lo ocupan sus deudas.