?Est¨¢ engordando? La culpa puede ser de su casa
Existen factores dom¨¦sticos que contribuyen al aumento de peso, como la potencia de la calefacci¨®n o el lugar donde coloca las manzanas
Nuestra casa, el lugar donde m¨¢s tiempo pasamos, el confortable refugio antiproblemas en el que nos sentimos seguros, puede influir negativamente en nuestra dieta. No porque incumplamos alguna ex¨®tica regla feng shui, sino por peque?os errores dom¨¦sticos, a simple vista insignificantes, que pueden estar haciendo, sin que nos demos cuenta, que ganemos peso. Si, como aseguran desde el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), el 17% de los adultos en Espa?a padecen obesidad y el 37%, sobrepeso, merece la pena detenerse a averiguar si el sof¨¢, la nevera o el termostato nos est¨¢n jugando una mala pasada.
Posee demasiadas pantallas
Uno o dos ordenadores de sobremesa, televisores, tabletas, smartphones, consolas¡ Estar a la ¨²ltima en tecnolog¨ªa implica pasar mucho tiempo sentado. Y el sedentarismo es enemigo ac¨¦rrimo de la salud. Por ejemplo, los videojuegos hacen que los j¨®venes coman m¨¢s, seg¨²n un estudio conjunto de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad Laval (Canad¨¢). ¡°La vida moderna choca con el ritmo de actividad f¨ªsica moderada para el que estamos programados¡±, comenta Rub¨¦n Bravo, experto en nutrici¨®n y gastronom¨ªa, y portavoz del Instituto Medico Europeo de la Obesidad (Madrid). ¡°A?adiendo actividad f¨ªsica al metabolismo basal (el consumo cal¨®rico de la persona en reposo), el cuerpo utiliza sus reservas de energ¨ªa y, en consecuencia, pierde peso¡±, a?ade Bravo. Ya sabe: si su ¨ªdolo es Bill Gates, combine sus sesiones tecnol¨®gicas con ejercicio f¨ªsico.
Su sof¨¢ cumple la funci¨®n de una cama
Seg¨²n investigadores de la Universidad de Massachussetts (EE UU), pasar mucho tiempo en el sof¨¢ da hambre
No hay nada como un sof¨¢ c¨®modo, de acuerdo, pero tampoco lo convierta en un nido del que haya que llamar al 112 para rescatarlo. Seg¨²n investigadores de la Universidad de Massachussetts (EE UU), pasar mucho tiempo en el sof¨¢ da hambre. De modo que encari?¨¢ndonos demasiado con ¨¦l lo ¨²nico que estaremos consiguiendo es entrar en un peligroso c¨ªrculo vicioso. La soluci¨®n apunta de nuevo a la importancia de la actividad f¨ªsica: lev¨¢ntese y ande. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), al menos un 60% de la poblaci¨®n mundial no realiza la actividad f¨ªsica necesaria para obtener beneficios para la salud.
Su despensa es ca¨®tica
Cualquier persona que se plantee alimentarse de forma saludable debe ser organizada, empezando por confeccionar una lista de la compra que destierre improvisaciones y alimentos de consumo espor¨¢dico. Tambi¨¦n en la cocina se impone un orden prusiano. ?No ha podido evitar traer a casa un par de bolsas de patatas fritas? Puede que el remordimiento le lleve a no abrirlas en un primer momento, pero las deja a la vista, haci¨¦ndole ojitos a media tarde cuando el hambre aprieta. ¡°Lo m¨¢s visible en nuestra cocina deben ser las frutas y verduras¡±, indica el doctor Adelardo Caballero, director y coordinador del Instituto de Obesidad (Madrid). Adem¨¢s, siempre queda muy bien antes las visitas que en su nevera luzca una acelga gigante o dem¨¢s delicias verdes.
Esconde las manzanas en la nevera
En el polo opuesto, tal vez tenga la costumbre de guardar la fruta en el frigor¨ªfico, para que dure m¨¢s. Y as¨ª es: se conserva m¨¢s tiempo. Pero a la vez estar¨¢ condenando estas fuentes de salud al ostracismo, ya que con frecuencia se quedan ah¨ª hasta que, cuando se acuerda de ellas, se han estropeado. El experto en nutrici¨®n Rub¨¦n Bravo explica c¨®mo organizar bien el frigor¨ªfico: ¡°Lo que engorda al final; y en primer tramo, esos alimentos saludables que tenemos que consumir todos los d¨ªas¡±. Sin embargo, aquellos alimentos que nos d¨¦ m¨¢s pereza consumir y cuya conservaci¨®n en la nevera no sea imprescindible (por ejemplo, fresas y moras, que s¨ª se han de colocar en la parte m¨¢s fr¨ªa del refrigerador), pueden colocarse en bonitos fruteros f¨¢cilmente a la vista, a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco, seg¨²n?Wenceslado Canet, ingeniero agr¨®nomo y profesor de investigaci¨®n del Instituto de Ciencia y Tecnolog¨ªa de Alimentos y Nutrici¨®n, del CSIC. "C¨®meme", le dir¨¢ cada d¨ªa la manzana en otros tiempos olvidada y gris.?
Su ambiente nocturno es demasiado c¨®modo
Cerca de la cena, el organismo se prepara para dormir y el metabolismo es un poco m¨¢s lento" Adelardo Caballero, doctor
¡°Esta noche, sof¨¢, peli y mantita¡±, una frase habitual en Twitter para anunciar una tranquila velada casera, pero err¨®nea desde el punto de vista nutricional. La ciencia comprende que llegue a casa tarde y cansado, pero una atm¨®sfera demasiado acogedora en el sal¨®n (luz tenue, sof¨¢ mullido, manta, cojines por doquier) no es lo m¨¢s recomendable despu¨¦s de cenar. ¡°Hay una serie de relojes biol¨®gicos que hacen que la energ¨ªa a lo largo del d¨ªa se aproveche de distinta manera. El metabolismo es un poco m¨¢s lento a esas horas¡±, advierte el doctor Caballero, que aporta el remedio: ¡°Para suavizar esa carga cal¨®rica, y evitar adem¨¢s posibles reflujos, ser¨ªa conveniente activarse un poco, dar un paseo, bajar la basura¡ No pedimos que se haga un ejercicio violento, pero s¨ª algo m¨¢s que recoger la mesa¡±.
Arrincona la bici est¨¢tica
Por criterios est¨¦ticos, o simplemente porque cree que le deja en evidencia delante de las visitas, puede que haya decidido guardar esa bicicleta est¨¢tica que con tanta ilusi¨®n se compr¨® en el reducto m¨¢s escondido de la casa, en el s¨®tano o la buhardilla, oculta detr¨¢s de un armario o recluida bajo siete llaves tras una puerta. As¨ª que cuando quiere usarla¡ ¡°Uno evita al final realizar el esfuerzo porque llega a casa cansado y lo ¨²ltimo que le apetece es ponerse a desenterrar la bici¡±, explica Rub¨¦n Bravo. P¨®ngaselo f¨¢cil, no reniegue de los aparatos de ejercicio en casa u opte por alternativas m¨¢s modernas. ¡°Ahora existen consolas que tienen planes de entrenamiento, con sensores que nos indican que lo hacemos bien o mal¡±, a?ade, abogando en este caso por el lado positivo de la tecnolog¨ªa.
Tiene la casa demasiado caldeada
Convertir su hogar en una sauna, aparte de ser innecesario para combatir el fr¨ªo, le hace un flaco favor a su dieta. Cuanto m¨¢s alta sea la temperatura, menos energ¨ªa gasta el organismo. Lo expone el especialista en nutrici¨®n Rub¨¦n Bravo: ¡°El cuerpo tiene un sistema que se llama homeoestasis, y su labor es mantener nuestro calor corporal en 36,5 o 37 grados. Para ello, utiliza dos mecanismos diferentes: cuando hace mucho calor segrega agua, de ah¨ª la sudoraci¨®n, que aumenta en verano; y cuando hace m¨¢s fr¨ªo, utiliza la grasa almacenada como fuente de energ¨ªa¡±. Temple el termostato, porque, adem¨¢s, el calor amodorra, le arroja de nuevo al sof¨¢ y fomenta el sedentarismo.
Utiliza platos muy grandes
Estamos acostumbrados a la dosis visual, y eso confunde mucho; deber¨ªamos tender a comer un poquito menos" Adelardo Caballero
Mientras muchos cocineros profesionales demuestran su pericia asociando platos grandes y raciones peque?as, los dem¨¢s solemos caer en la tentaci¨®n de aunar platos grandes y raciones grandes. Por desgracia, el ser humano tiende a terminarse lo que tiene en el plato, as¨ª que las vajillas king size nos hacen comer m¨¢s. En su estudio Los peligros de los grandes platos: cintura, desperdicio y billetera, el profesor Brian Wansink, de la Universidad Cornell (EE UU) advierte de que la moda de los platos grandes ¡°puede tener consecuencias imprevistas para el aumento de peso de los consumidores¡±. ¡°Debemos tender a platos m¨¢s fisiol¨®gicos¡±, sostiene el doctor Caballero, que nos recuerda el truco de que comer lo mismo, pero en dosis menores, ayuda a perder peso. ¡°Estamos acostumbrados a la dosis visual, y eso confunde mucho; deber¨ªamos tender a comer un poquito menos. Si fu¨¦ramos capaces en los pr¨®ximos tres meses de comer menos, adelgazar¨ªamos¡±. Un plato de dimensiones moderadas le ayudar¨¢.
Lleva la cacerola a la mesa
Otro error t¨ªpico que condiciona la cantidad de alimento que se ingiere es servir la comida en la mesa en vez de emplatar en la cocina. Con la cacerola presidiendo el mantel estar¨¢ haciendo un llamamiento a repetir, mientras que del otro modo si quiere servirse otra raci¨®n tendr¨¢ que molestarse en levantarse, ir a la cocina, quiz¨¢ calentar la comida y volver de nuevo a la mesa, todo eso mientras el resto de comensales le cuelga de por vida el sambenito de trag¨®n. As¨ª que a lo mejor no repite. ¡°Esa presi¨®n social silenciosa ayuda mucho¡±, confirma Rub¨¦n Bravo.
Su colch¨®n y almohada no son c¨®modos
Una almohada con la que no termina de congeniar, un colch¨®n inadecuado o, sencillamente, una cama poco amigable pueden restarle horas de sue?o. Y no dormir lo suficiente est¨¢ relacionado con malos h¨¢bitos alimenticios. Un estudio de la Cl¨ªnica Mayo demostr¨® que los insomnes terminan ingiriendo una media de 549 calor¨ªas m¨¢s cada d¨ªa, pudiendo llegar a engordar 0,45 kilos en una semana. Otro estudio, de la Universidad de Pennsylvania (EE UU), revel¨® que una sola noche de mal sue?o puede derivar en un aumento de antojos de alimentos grasos al d¨ªa siguiente. La falta de descanso trastorna las hormonas: reduce la leptina, que aporta sensaci¨®n de saciedad, incrementa la ghrelina, que da ganas de comer, y eleva el ¨ªndice de masa corporal, seg¨²n investigadores de las universidades de Palo Alto y Winconsin (EE UU). El Sleep Test escanea los puntos donde el cuerpo presiona el colch¨®n para recomendar el mejor soporte. Y en cuanto a las almohadas, aqu¨ª tiene una gu¨ªa para su elecci¨®n perfecta.
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