Colombia: muy cerca de la esperanza
Por, Alejo Vargas Vel¨¢squez, profesor titular y director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Di¨¢logo de Paz de la Universidad Nacional de Colombia.
Serie Desaf¨ªos Latinoamericanos, 2
El 23 de septiembre ¨²ltimo, el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el comandante m¨¢ximo de las FARC-EP, Timole¨®n Jim¨¦nez, firmaron un hist¨®rico acuerdo sobre justicia transicional y restaurativa. El compromiso no solo se ajusta a los llamados est¨¢ndares internacionales, sino que es una contribuci¨®n de Colombia al campo de la justicia transicional. Este avance pone la soluci¨®n del conflicto armado interno en una situaci¨®n casi irreversible, a pesar de que todav¨ªa la Mesa de Conversaciones tiene algunos temas complejos por acordar.
Colombia se ha caracterizado, a lo largo de su historia, por una persistente relaci¨®n entre violencia y pol¨ªtica. En la segunda mitad del siglo XIX, las guerras civiles entre los nacientes partidos pol¨ªticos liberal y conservador le ense?aron de manera temprana a los colombianos que para hacer pol¨ªtica era necesario recurrir a la violencia. En el segundo decenio del siglo XX, la naciente izquierda pol¨ªtica recurrir¨¢ igualmente a la violencia para tratar de conseguir objetivos pol¨ªticos. Posteriormente, un largo periodo de violencia bipartidista liberal-conservadora ser¨¢ saldado con una total impunidad y con el pacto pol¨ªtico que dar¨¢ origen al Frente Nacional, a trav¨¦s del cual los partidos liberal y conservador ejercieron de manera excluyente y compartida el poder pol¨ªtico durante diecis¨¦is a?os. En los a?os 60, se iniciar¨¢ el largo ciclo de violencia que vivimos, con el surgimiento de las guerrillas que algunos han denominado 'de primera generaci¨®n', las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) y el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL). Posteriormente, en los a?os 70, con el surgimiento de otra generaci¨®n de guerrillas, entre las que se destacan el Movimiento 19 de Abril (M-19), el Movimiento Armado Quintin Lame (MAQL), guerrilla de corte indigenista, as¨ª como otros grupos menores.
Ligado a lo anterior, por m¨²ltiples razones y con el apoyo de diversos sectores, ser¨¢n creados los grupos paramilitares que se convertir¨¢n en una punta de lanza de la estrategia contrainsurgente, con base en m¨¦todos de terror y amedrentamiento a las poblaciones consideradas las bases sociales de apoyo de las insurgencias.
Sin embargo, desde comienzos de los a?os 80 y con el gobierno del Presidente Belisario Betancur (1982-1986), se van a iniciar esfuerzos desde el Estado para tratar de resolver este conflicto armado por la v¨ªa concertada y pacifica. En este intento se firmar¨¢n los llamados Acuerdos de La Uribe entre el gobierno y las FARC, en 1984, dentro de los cuales se crear¨¢ la Uni¨®n Patri¨®tica, como mecanismo de transici¨®n de la guerra a la pol¨ªtica y que posteriormente va a ser objeto de un genocidio pol¨ªtico por parte de grupos paramilitares. Igualmente se convendr¨¢ una tregua bilateral sin mecanismos claros de verificaci¨®n que luego va a ser un factor de controversia muy fuerte. En este primer intento, igualmente, comienza un importante aprendizaje mutuo.
El gobierno de Virgilio Barco (1986-1990) lograr¨¢ los primeros acuerdos exitosos con las insurgencias guerrilleras y esto llevar¨¢ a la desmovilizaci¨®n del M-19, el sector mayoritario del EPL y otras guerrillas menores. En esto va a influir mucho el contexto de Posguerra Fr¨ªa y, especialmente, la euforia que se derivar¨¢ en las ¨¦lites internacionales y tambi¨¦n en las colombianas, por el colapso del socialismo realmente existente en Europa del Este. Los siguientes gobiernos de Colombia, C¨¦sar Gaviria (1990-1994), Ernesto Samper (1994-1998), Andr¨¦s Pastrana (1998-2002) y ?lvaro Uribe (2002-2010) intentar¨¢n, cada uno a su manera, procesos de conversaciones con las insurgencias de las FARC y el ELN, pero sin ¨¦xito.
Hay que se?alar que durante el periodo de la llamada ¡°guerra fr¨ªa¡±, este tipo de alzamientos armados contra un Estado se enmarcaban en lo que cl¨¢sicamente se conoce como ¡°delito pol¨ªtico¡±, incluidos sus delitos conexos. Su soluci¨®n encontraba salida, desde el punto de vista jur¨ªdico, a trav¨¦s de la amnist¨ªa o del indulto. En la oosguerra fr¨ªa, el delito pol¨ªtico empieza lentamente a marchitarse, entre otras influencias, por las democracias europeas que sustentaban la tesis de que una democracia consolidada no puede aceptar que grupos insurgentes se levanten en armas contra ellas, lo cual dificultar¨¢ la soluci¨®n jur¨ªdica de este tipo de conflictos. Sin embargo, igualmente, empezar¨¢ a emerger de manera alternativa la llamada ¡°justicia transicional¡±, en parte con la influencia inicial de la justicia de los vencedores en la segunda posguerra mundial y como respuesta a las atrocidades cometidas por gobiernos autoritarios en Am¨¦rica del Sur y en otras latitudes. Una justicia en construcci¨®n que hoy tiene como referente b¨¢sico la Corte Penal Internacional.
El gobierno de ?lvaro Uribe lograr¨¢ una desmovilizaci¨®n de los grupos paramilitares, que aunque parcial y con muchos cuestionamientos, tendr¨¢ una incidencia en la mejora de la seguridad, pero tambi¨¦n en el surgimiento de las llamadas "bandas criminales" (Bacrim), como expresiones del crimen organizado para unos, o variantes del paramilitarismo para otros. Igualmente, hay que se?alar que los gobiernos de Andr¨¦s Pastrana y ?lvaro Uribe impulsaron una importante reforma militar y un fortalecimiento de la Fuerza P¨²blica (Fuerzas Militares y Polic¨ªa Nacional) que prepararon al Estado colombiano para cambiar el escenario estrat¨¦gico del conflicto armado interno a su favor: la guerrilla sufri¨® golpes militares contundentes y, sobre todo, fue aislada pol¨ªticamente de los sectores sociales, especialmente urbanos, mayoritarios en la Colombia actual.
Lo anterior, junto con el cambio del escenario pol¨ªtico regional, con la llegada a los gobiernos suramericanos de presidentes de centro-izquierda o 'progresistas', sin golpes militares ni a trav¨¦s de revoluciones, cre¨® un ambiente favorable al nuevo proceso de conversaciones actualmente en curso. Del mismo modo, le plante¨® a las guerrillas colombianas que la hora de la violencia hab¨ªa pasado y que se trataba de participar en la pol¨ªtica por las v¨ªas de la democracia y buscando influenciar pac¨ªficamente a amplios sectores sociales.
Este es el contexto que permite entender el inicio de conversaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) y las FARC, en 2012, previo un periodo de pre negociaci¨®n reservada donde se logr¨® definir una agenda acotada y unos procedimientos claros, convirtiendo este primer acuerdo en una verdadera 'hoja de ruta' de las actuales conversaciones. Tambi¨¦n, incorporando en las mismas muchas de las lecciones aprendidas en el largo camino de buscar superar de manera concertada el conflicto interno armado. Un proceso en el que ya se han logrado consensos sobre los temas del ¡°desarrollo agrario¡±, la ¡°participaci¨®n pol¨ªtica y social¡± y la ¡°soluci¨®n al problema de las drogas il¨ªcitas¡±. El nuevo acuerdo firmado en La Habana hace pocos d¨ªas hace que la paz efectiva est¨¦ cada vez m¨¢s cerca.
Por supuesto, estos avances han tenido una fuerte oposici¨®n interna de la derecha pol¨ªtica, que preferir¨ªa una derrota militar de la guerrilla y su capitulaci¨®n, antes que un acuerdo concertado como el que ha venido construyendo el actual gobierno del presidente Santos. La situaci¨®n ha planteado un debate interesante para la refrendaci¨®n de lo acordado, por un lado, entre los sectores de la derecha que se han mimetizado con consignas como ¡°paz sin impunidad¡±, ocultando que su preferencia estar¨ªa en una salida armada al conflicto, y, por otro, las mayor¨ªas nacionales que reeligieron al actual presidente para su segundo gobierno con un claro mandato de conseguir la paz concertada con las guerrillas.
As¨ª mismo, el gobierno de Juan Manuel Santos y el ELN han realizado un trabajo reservado para definir las reglas del juego de una mesa paralela de conversaciones, que se espera se de a conocer p¨²blicamente en pocas semanas. Si se logra culminar exitosamente las conversaciones con las dos insurgencias, estar¨ªamos realmente muy cerca de cerrar un largo conflicto interno armado, el m¨¢s prolongado del continente americano. Esta vez s¨ª, muy cerca de la esperanza.
Alejo Vargas Vel¨¢squez es polit¨®logo. Doctor en Ciencia Pol¨ªtica, profesor titular de la Facultad de Derecho, Ciencias Pol¨ªticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Di¨¢logo de Paz de la misma Universidad, de la cual ha sido Vicerector General. Miembro de la Comisi¨®n de Facilitaci¨®n entre el Gobierno Nacional y el ELN. Miembro de la Coordinaci¨®n Nacional de REDUNIPAZ. Autor de varios libros y coautor de otros tantos y de m¨²ltiples art¨ªculos publicados en revistas nacionales e internacionales y columnista de diarios colombianos y de otros pa¨ªses. Entre sus principales obras est¨¢n: Las Fuerzas Armadas en el conflicto colombiano; Guerra o Soluci¨®n Negociada. ELN: origen, evoluci¨®n y procesos de paz; Ensayos de Paz en Medio de una Sociedad Polarizada; y Pol¨ªtica y Armas al Inicio del Frente Nacional.
M¨¢s sobre el proceso de paz en Colombia:
Centro de Memoria, Paz y Reconciliaci¨®n
Centro de Pensamiento y Seguimiento al Di¨¢logo de Paz, Universidad Nacional de Colombia
Museo Casa de la Memoria, Medell¨ªn
Del 9 al 13 de noviembre, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, llevar¨¢ a cabo en Medell¨ªn su VII Conferencia Latinoamericana y Caribe?a de Ciencias Sociales: "Transformaciones democr¨¢ticas, justicia social y procesos de paz". Ser¨¢ uno de los mayores eventos acad¨¦micos y sociales del mundo, con m¨¢s de 20.000 inscriptos, 700 invitados internacionales de 30 pa¨ªses, centenas de paneles, conferencias magistrales y especiales, coloquios y talleres. Estar¨¢n presente el ex presidente uruguayo, Jos¨¦ Pepe Mujica, el Secretario General de la UNASUR y ex presidente colombiano, Ernesto Samper, adem¨¢s de numerosas autoridades nacionales e internacionales. El evento est¨¢ co-organizado por la Alcald¨ªa de Medell¨ªn, el Gobierno de Antioquia, la UNESCO y la OEI. La Conferencia pretende ser un contundente llamado a avanzar y consolidar el proceso de paz en Colombia.
M¨¢s informaciones en: http://www.clacso.org.ar/conferencia2015/
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