La dieta que ning¨²n famoso anuncia en televisi¨®n (y todos deber¨ªan)
La alimentaci¨®n est¨¢ llena de bulos y productos milagro que no sirven m¨¢s que para hacer negocio a algunos y crear frustraciones en otros
Suena muy tentador solucionar a?os de malos h¨¢bitos con un alimento milagroso, con una dieta consistente en dos o tres reglas f¨¢ciles o un simple gesto diario. Seguramente por eso, con el objetivo de adelgazar, mucha gente prueba a tomar agua con lim¨®n por las ma?anas, a sustituir el pan normal por tostado, a presionar el dedo gordo contra el suelo mientras anda, a basar su dieta en la berenjena (o la pi?a, o la alcachofa, o el melocot¨®n en alm¨ªbar), a ingerir los nutrientes por separado, a beber t¨¦ verde sin cesar (o ginseng, o guaran¨¢)¡ Pueden parecer tonter¨ªas. Y lo son. Pero todas ellas han pululado por revistas y web, incluso algunas est¨¢n avaladas por alg¨²n estudio, defendidas por especialistas titulados o promocionadas por m¨¦dicos. Todos ellos presuntos, claro.
El mundo de la alimentaci¨®n est¨¢ plagado de bulos. Algunos tienen como base estudios o recomendaciones desfasadas (algunas con m¨¢s de 40 a?os como, por ejemplo, la de comer solo tres huevos a la semana); otros, se basan en teor¨ªas de iluminados y, no pocos, en el poder persuasivo de quienes comercializan determinados productos.
Las estafas para perder peso suelen tener mucho en com¨²n. La Academy of Nutrition and Dietetics de Estados Unidos caracteriza las dietas milagro como aquellas que hacen las siguientes promesas: p¨¦rdidas de peso muy r¨¢pidas; promueven comer mucho un solo alimento o eliminan o restringen severamente un grupo entero; establecen combinaciones espec¨ªficas de comidas; ofrecen men¨²s muy r¨ªgidos, y afirman que no es necesario realizar actividad f¨ªsica. Cualquiera que cumpla alguna o varias de estas premisas deber¨ªa alertar a quien quiera seguir un r¨¦gimen.
Es pr¨¢cticamente imposible hacer un recorrido por todas las supuestas soluciones que cumplen estas caracter¨ªsticas, pero s¨ª se puede hacer una aproximaci¨®n a algunas de ellas bajo las definiciones antes mencionadas.
La alcachofa no tiene mejores propiedades que otras verduras por las que se podr¨ªa sustituir y conseguir exactamente los mismos resultados
Promueven comer un solo alimento
Los nutricionistas (serios) no se cansan de repetirlo: no existe un alimento milagroso. La dieta es una combinaci¨®n que tiene que resultar saludable en su globalidad, no es necesario prohibir taxativamente casi nada, sino moderar al m¨¢ximo la ingesta de ciertos productos (especialmente los que tienen az¨²cares a?adidos). Sin embargo, es f¨¢cil encontrar muchas dietas que se basan en un solo alimento. La de la alcachofa es una de las m¨¢s populares. La web Dietas 10 dice esto de ella: ¡°Con poco que hayamos visto la televisi¨®n o le¨ªdo alguna que otra revista de cotilleo, sabremos que ciertas caras conocidas del panorama social de nuestro pa¨ªs se han atiborrado a alcachofas y han obtenido resultados bastante satisfactorios [¡] Resulta que la dieta de la alcachofa nos brinda la oportunidad de depurar nuestro organismo. Y todo esto en un tiempo r¨¦cord¡±. La descripci¨®n cumple casi todas las premisas para desconfiar de ella. En realidad, se basa en un r¨¦gimen de muy bajas calor¨ªas. La alcachofa no tiene mejores propiedades que otras verduras por las que se podr¨ªa sustituir y conseguir exactamente los mismos resultados, que suelen ser una bajada de peso inicial al comer mucho menos, y un efecto rebote que acaba por lo general con una ganancia de kilos.
Tambi¨¦n est¨¢n las que tienen como base o protagonista un suplemento en lugar de un alimento. Estas son muy recomendadas, fundamentalmente, por quienes se dedican a fabricar el suplemento en cuesti¨®n. Seg¨²n Laura Saavedra, dietista-nutricionista experta en obesidad en PsicoSalud, est¨¢ cogiendo fuerza el uso de uno de esos suplementos basado en el mango africano: el fruto del ¨¢rbol Irvingia Gabonensis, originario de ?frica occidental. ¡°Se vende como quemagrasas, regulador del apetito, eliminador de toxinas y hasta regulador del sistema endocrino. La realidad y la evidencia, sin embargo, nos dicen que no es m¨¢s que una fruta tropical con sus vitaminas y minerales, pero sin superpoderes¡±, explica. Y esto es aplicable a la mayor¨ªa de los suplementos a los que muchas personas acuden para adelgazar sin respaldo de evidencia, apunta Saavedra.
Restringen severamente?un grupo de alimentos
Estas dietas est¨¢n o han estado muy de moda. La Dukan ¨Capellido de un doctor que fue expulsado del colegio de m¨¦dicos franc¨¦s¨C es una de ellas. ?ltimamente ha sido superada en popularidad (si nos atenemos a las b¨²squedas en Google) por la alcalina o del pH, que elimina ciertos alimentos que, supuestamente, acidifican nuestro cuerpo, ¡°una falacia que nunca se ha probado¡±, explica el qu¨ªmico Luis Jim¨¦nez. ¡°Nuestro organismo mantiene este indicador en unos m¨¢rgenes muy ajustados, los alimentos ¨²nicamente pueden llegar a acidificar la orina, sin que se hayan observado mayores consecuencias en ello¡±, argumenta en su libro Lo que dice la ciencia sobre dietas, alimentaci¨®n y salud, editado por Plataforma Editorial.
Las dietas disociadas promueven determinadas combinaciones de alimentos. Bas¨¢ndose en teor¨ªas sobre el metabolismo, apuestan por comer los macronutrientes por separado
Promueven combinaciones espec¨ªficas?de comidas
La familia de las dietas disociadas es la m¨¢s conocida entre las que promueven determinadas combinaciones de alimentos. Bas¨¢ndose en teor¨ªas sobre el metabolismo, apuestan por comer los macronutrientes (hidratos, prote¨ªnas y grasas) por separado. Ning¨²n estudio cient¨ªfico serio las avala. Se realiz¨® uno, publicado en el International Journal of Obesity, en 2000, separando a dos grupos de personas: unas que mezclaban los distintos nutrientes y otras que los separaban. El experimento no apreci¨® grandes diferencias entre las p¨¦rdidas de peso de unas y otras.
Ofrecen men¨²s muy r¨ªgidos
Estas suman y restan calor¨ªas de forma matem¨¢tica, como si el cuerpo fuera un motor en el que no influye la digestibilidad de los alimentos, las hormonas o los complejos mecanismos que se producen en el organismo. Varios ejemplos de que esto no suele funcionar provienen de estudios sobre los frutos secos y el aguacate, tradicionalmente sacrificados de toda dieta por su alto valor cal¨®rico, pero que siempre han mostrado relaciones inversas entre su consumo y obesidad. Esto no quiere decir que adelgacen, pero s¨ª muestra que nada es tan simple y que los c¨¢lculos con alimentos son m¨¢s que un c¨²mulo de calor¨ªas que se queman o almacenan con independencia de los nutrientes que los formen.
Afirman que no es preciso realizar actividad f¨ªsica
Pocas conductas son tan un¨¢nimemente recomendadas por la comunidad m¨¦dica y cient¨ªfica como la de realizar cierta actividad f¨ªsica. Aunque de por s¨ª no es definitivo en la p¨¦rdida de peso (a no ser que se realice much¨ªsimo y muy intensivo), es imprescindible para mantenerse sano. Muchas recomendaciones pseudocient¨ªficas sustituyen el ejercicio por extravagantes conductas, mucho menos cansadas, que supuestamente adelgazan. Ejemplos: desde el ya mencionado apretar un dedo contra el suelo mientras se anda, hasta pasar cinco minutos al d¨ªa con una toalla enrollada bajo la espalda, un m¨¦todo japon¨¦s con cierto predicamento.
Especialistas y diversos estudios debaten cu¨¢l es el ejercicio m¨¢s efectivo para perder peso: aer¨®bico, anaer¨®bico o esfuerzos intensos y cortos (parece que esto ¨²ltimo gana fuerza, a la luz de las ¨²ltimas evidencias). Ahora bien, lo que tienen claro es que ning¨²n peque?o gesto ni un par de minutos haciendo cualquier excentricidad acaba con el sobrepeso.
Como resume el nutricionista Aitor S¨¢nchez, ¡°ning¨²n producto va a solucionar los problemas de salud que hemos instaurado durante a?os. No hay milagros que cambien las consecuencias de nuestras conductas poco saludables. Normalmente, solo traen esperanzas vanas y mucho negocio para algunos¡±.
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