Un trasplante de heces contra el c¨¢ncer
Las bacterias intestinales pueden potenciar la eficacia de nuevos tratamientos oncol¨®gicos
La idea es que en unos a?os los pacientes de c¨¢ncer se curen a s¨ª mismos. Dicho as¨ª parece una locura, pero ese es el mecanismo detr¨¢s de?la inmunoterapia, un nuevo tipo de tratamientos que ense?an al sistema inmune a reconocer y eliminar las c¨¦lulas tumorales. Ya hay f¨¢rmacos de este tipo en uso contra el melanoma y pronto pueden llegar a tumores m¨¢s comunes como el de pulm¨®n. Se espera que este tipo de tratamientos sean primero un complemento de la quimioterapia y despu¨¦s un reemplazo m¨¢s efectivo y menos nocivo. El gran problema es que solo funciona en algunos pacientes. Y a¨²n no est¨¢ claro por qu¨¦.
Dos estudios publicados hoy en Science muestran que parte de la respuesta est¨¢ en el microbioma, ese planeta con unos 100 billones de bacterias que todos llevamos dentro. Los microbios con los que compartimos cuerpo parecen modular la actividad de nuestro sistema inmune y, por tanto, podr¨ªan contribuir a que la inmunoterapia funcione o no.
El primero de los estudios apunta que un tipo de bacterias de nuestro tracto digestivo conocidas como bacteroidales son claves para que la inmunoterapia funcione, tanto en ratones como en humanos. Los investigadores han demostrado que el tratamiento con anticuerpos contra CTLA-4, un tipo de inmunoterapia, reduce las poblaciones de estas bacterias, y esto a su vez hace que el f¨¢rmaco deje de funcionar. Los antibi¨®ticos tambi¨¦n tienen el mismo efecto negativo. Cuando los ratones reciben trasplantes de heces de pacientes humanos con melanoma que han recibido el mismo f¨¢rmaco, pero que a¨²n tienen estas bacterias en sus intestinos, el tratamiento vuelve a funcionar. El estudio, liderado por investigadores franceses de varios centros de referencia en investigaci¨®n del c¨¢ncer p¨²blicos y privados, concluyen que estas bacterias parecen potenciar justo el tipo de respuesta inmune que activan los anticuerpos.
Un tipo de bacterias intestinales potencia la actividad del sistema inmune ante el melanoma y posiblemente muchos otros tumores
El segundo trabajo explora por qu¨¦ unos pacientes responden a estos f¨¢rmacos y otros no. Los autores de este estudio se centran en los anticuerpos contra PD-L1, el otro gran tipo de f¨¢rmacos de inmunoterapia que se esperan aplicar al melanoma metast¨¢sico, el c¨¢ncer de pulm¨®n y, m¨¢s adelante, otros tumores. La tasa de ¨¦xito de los diferentes f¨¢rmacos de inmunoterapia ha ido mejorando con los a?os desde el 5% inicial hasta el 40% que consiguen algunos PD-L1 que podr¨ªan ser aprobados en 2016 en Espa?a.
El estudio ha comparado dos tipos de ratones de laboratorio, cada uno con un microbioma caracter¨ªstico. Al igual que se ve en los hospitales, en unos ratones el f¨¢rmaco provocaba una fuerte respuesta inmune contra el c¨¢ncer y en los otros, apenas la hab¨ªa. Cuando les pusieron a vivir juntos en la misma jaula, los efectos beneficiosos del f¨¢rmaco se universalizaron, en parte porque los ratones se olisquean constantemente y acaban ingiriendo heces de los otros. Posteriormente, los investigadores demostraron que un trasplante de materia fecal de los ratones del primer grupo a los del segundo es igual de efectivo que el f¨¢rmaco de inmunoterapia. Cuando se administran ambos, el crecimiento de los tumores se frena casi en seco.
Guerra inmunol¨®gica
Visto esto, los investigadores se pusieron a rebuscar, casi literalmente, en la mierda. En concreto secuenciaron a gran escala el ADN en las heces de los ratones para identificar qu¨¦ tipo de bacterias son las responsables de que la inmunoterapia funcione mejor. Hallaron 254 familias diferentes de microbios y entre ellas se?alan a las culpables: las bifidobacterias. Al inyectar solo este tipo de microbios en los ratones se obtienen los mismos efectos positivos que con el trasplante de heces completo.
¡°Nuestros resultados demuestran un papel relevante, aunque inesperado, de un tipo de bacterias intestinales que potencian la actividad del sistema inmune ante el melanoma y posiblemente muchos otros tipos de tumores¡±, ha explicado Thomas Gajewski, profesor de patolog¨ªa y medicina de la Universidad de Chicago y coautor de este segundo estudio.
El razonamiento en este caso es similar al de los franceses. Las bifidobacterias interact¨²an con c¨¦lulas dendr¨ªticas, que son parte de nuestro sistema inmune. Estas se encargan de patrullar el cuerpo, identificar amenazas, engullirlas y present¨¢rselas a los linfocitos T, el cuerpo de ¨¦lite encargado de matar si es necesario a los pat¨®genos peligrosos. En condiciones normales, un tumor ha disfrazado a sus c¨¦lulas, lo que impide que estos linfocitos las reconozcan. Y lo que hacen los anticuerpos de inmunoterapia es permitir que los linfocitos se unan a las c¨¦lulas del tumor y las aniquilen. Al interactuar con las dendritas, las bifidobacterias estar¨ªan potenciando para bien esta guerra inmunol¨®gica. Los responsables del trabajo creen que hay otros tipos de bacterias en el microbioma que intervienen en estos procesos para bien o para mal y quieren identificarlas.
¡°Estos resultados recuerdan a estudios de 2013 que vieron que la conexi¨®n entre la flora bacteriana y el sistema inmune puede predecir o mejorar los resultados de la quimioterapia¡±, explica Alfonso Berrocal, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica y facultativo del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. Los nuevos trabajos ¡°son a¨²n muy preliminares, pero muy interesantes desde el punto de vista de la oncolog¨ªa¡±, opina. El siguiente paso es comenzar ensayos cl¨ªnicos para saber si un trasplante de heces o de bacterias espec¨ªficas puede aumentar las tasas de ¨¦xito de la inmunoterapia, se?ala. ¡°Hasta entonces hay que decirle a la gente que consumir probi¨®ticos o lactobacilos no tiene nada que ver con esto y que cualquier intervenci¨®n de este tipo debe hacerse en un entorno de investigaci¨®n cl¨ªnica¡±, a?ade.
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