M¨¢s que un premio
Europa debe presionar a Arabia Saud¨ª para que avance en el respeto a la libertad de expresi¨®n
La entrega el mi¨¦rcoles del Premio Sajarov al bloguero saud¨ª Raif Badawi, encarcelado en su pa¨ªs y condenado a mil latigazos, sirvi¨® de recordatorio y escenificaci¨®n de dos conceptos fundamentales. El primero es que la Uni¨®n Europea se basa en unos valores de libertad muy por encima de las coyunturas pol¨ªticas y econ¨®micas del momento. El segundo es que incluso bajo los reg¨ªmenes que menos respetan los derechos humanos siempre habr¨¢ personas que est¨¢n dispuestas a arriesgar su integridad personal alzando la voz en beneficio de todos sus conciudadanos.
En este contexto resulta muy significativo el atuendo elegido por Ensaf Haidar, la mujer de Badawi, para recoger el premio: brazos al descubierto y melena suelta. Algo que millones de mujeres en Arabia Saud¨ª tienen estrictamente prohibido y por lo que pueden ser sometidas legalmente incluso a castigos f¨ªsicos. Por el contrario, en Bruselas, Haidar, que llevaba un retrato de su marido, recibi¨® el aplauso un¨¢nime y prolongado de los miembros del Parlamento Europeo.
La ceremonia de la Euroc¨¢mara no deber¨ªa quedarse en el simbolismo. La mujer del bloguero que ya ha recibido 50 latigazos de su sentencia pidi¨® expl¨ªcitamente a los pa¨ªses europeos que presionen m¨¢s a Arabia Saud¨ª en favor de la libertad de expresi¨®n, que est¨¢ en la base de la evoluci¨®n democr¨¢tica de cualquier r¨¦gimen y a la que tambi¨¦n tienen derecho los ciudadanos saud¨ªes.
Por razones econ¨®micas y estrat¨¦gicas, durante demasiado tiempo Occidente ha guardado silencio sobre un r¨¦gimen que no reconoce las libertades b¨¢sicas de sus ciudadanos, a los que trata como s¨²bditos, y en el que la situaci¨®n de la mujer es particularmente vergonzante. Un lugar en el que un hombre, solo por escribir, todav¨ªa espera recibir 950 latigazos, y cuya mujer pide a Europa ayuda para su marido y para sus compatriotas.
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