El coste de la apat¨ªa
En los pa¨ªses desarrollados, nuestra estresante forma de vida, la proliferaci¨®n de alimentos precocinados y las preferencias de ocio nos alejan cada vez m¨¢s de los platos sanos
Desde la peque?a ventana de un avi¨®n que despega se ve c¨®mo el paisaje ha mutado en un mosaico de campos labrados atravesados por arterias de tr¨¢fico y manchas de n¨²cleos urbanos. En nuestra sociedad, menos del 10% de la poblaci¨®n se dedica a la agricultura, la ganader¨ªa y la pesca, lo que nos permite al 90% restante desarrollar otras actividades, tal como hace algunos a?os recalc¨® Manuel Toharia en el foro Di¨¢logos de cocina, una cita anual que congrega a expertos del sector culinario. En aquel evento, el divulgador cient¨ªfico explicaba que, gracias a ello, se han fundado civilizaciones, tejido culturas y desarrollado las artes.
Como se?ala Jos¨¦ Miguel Mulet en su libro Comer sin miedo, el estad¨ªstico alem¨¢n Ernst Engel formulaba en el siglo XIX lo que hoy se conoce como la ley de Engel y que consiste en que a mayor riqueza y prosperidad, m¨¢s disminuyen los ingresos para alimentarse. Esto implica que en pa¨ªses con pocos recursos la gente dedica pr¨¢cticamente la totalidad de su dinero a comer, mientras que en los entornos pr¨®speros ocurre al rev¨¦s. As¨ª, los m¨¢s pobres no siempre son los que peor se alimentan, porque con tiempo y pocas materias primas se pueden hacer maravillas, tal y como nos mostraron nuestras madres y abuelas, lo que evidencia una vez m¨¢s que comer bien no es un privilegio de gente rica sino inteligente. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando entonces para que una parte de la poblaci¨®n no coma bien?
Una de las causas son los mensajes nutricionales confusos. Otra raz¨®n es el aumento de productos elaborados a disposici¨®n de los consumidores no solo en los supermercados, sino tambi¨¦n en m¨¢quinas expendedoras, panader¨ªas y hasta gasolineras. Y el tercer motivo parece ser la falta de tiempo, que, junto a la b¨²squeda de la comodidad, nos introduce en un bucle perverso, empuj¨¢ndonos a abusar de los productos antes se?alados.
Todo esto no pasar¨ªa de ser un hecho preocupante, algo as¨ª como un da?o colateral de nuestra estresante forma de vida, si no fuese por lo que muestran estudios y estad¨ªsticas: los espa?oles, por ejemplo, dedican al d¨ªa entre dos y cuatro horas a ver la televisi¨®n; miramos de media 150 veces el m¨®vil para leer o responder mensajes, atender el correo, entrar en las redes sociales, disfrutar de un universo de aplicaciones, realizar compras online o escuchar m¨²sica. Todo esto demuestra que, siendo cierto que las horas no sobran, preferimos emplearlas en tareas alejadas de los pucheros. Por supuesto, cada uno puede disponer de su tiempo como estime oportuno, pero todo parece indicar que, a menos minutos dedicados a cocinar, mayor ingesta de calor¨ªas y menor consumo de nutrientes esenciales. En el marco de la alimentaci¨®n, ese es el coste de la apat¨ªa.
?oquis de espinaca con caldo de gallina
Ingredientes
Para 4 personas
Para el jugo de espinaca
- 1 kilo de hojas de espinaca
Para los ?oquis
- 30 gramos de kuzu (una especie de almid¨®n)
- 250 mililitros de jugo de espinaca
- Caldo de gallina
- Aceite picante
- Hierbas anisadas como el hinojo
- El eneldo o el estrag¨®n
Instrucciones
1. El jugo de espinaca
Lavar las hojas en abundante agua. Licuarlas y colar el líquido por un filtro de café. Reservar.
2. Los ?oquis
Triturar el kuzu en un mortero hasta pulverizarlo. Disolverlo en frío dentro del jugo de espinaca. Cocer la mezcla a fuego suave hasta la gelificación del almidón. Continuar cocinando durante 15 minutos. Mover con rapidez durante la cocción para que la crema adquiera gomosidad. Templar unos minutos la masa e introducirla en una manga pastelera.
Preparar un bol con agua y hielos. Introducir la punta de la manga pastelera en el interior de ese recipiente frío; presionar la manga para que salga la masa y cortar en trozos pequeños. Estos formarán ñoquis al cuajar en el agua. Reservar en un recipiente con unas gotas de agua tapado con film de plástico para alimentos.
4. Acabado y presentaci¨®n
Calentar los ñoquis al vapor. Calentar el jugo de gallina. Cuando estén hervidos, coger los ñoquis con cuidado escurriendo el exceso de agua. Servir seis unidades en un plato hondo y agregar el caldo hasta cubrir la mitad de los ñoquis. Disponer una hierba anisada sobre cada unidad de pasta. Terminar con unas gotas de aceite picante.
El ¡®kuzu¡¯
El kuzu es el almid¨®n que se extrae de la ra¨ªz de la Pueraria lobata, una planta trepadora de origen asi¨¢tico. Es un alimento libre de gluten y de f¨¢cil digesti¨®n. Se le atribuyen multitud de propiedades medicinales. Muy popular y apreciado en Jap¨®n por las delicadas texturas que ofrece. Se usa en la cocina por sus propiedades espesantes, gelificantes, su sabor neutro y transparencia.
elpaissemanal@elpais.es
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