5 se?ales singulares de que es usted m¨¢s inteligente que la media
Esto no va sobre ra¨ªces cuadradas, sino sobre tener gato o ser un agon¨ªas
Cuando decimos que el hombre es un animal superior, nos referimos a que es m¨¢s inteligente que los dem¨¢s por contar con la facultad para pensar, comprender, razonar y procesar la informaci¨®n de forma l¨®gica. La cuesti¨®n a lo largo de la historia ha sido c¨®mo medir o detectar esta capacidad. La propia dotaci¨®n humana, y su inherente pragmatismo, ha llevado al hombre a la creaci¨®n de los test de inteligencia, esos instrumentos con los que comparar a las personas en cuanto a sus habilidades mentales y cognitivas. Las primeras pruebas las crearon a principios del siglo XX los psic¨®logos Binet y Simon, por encargo del primer ministro franc¨¦s, para poder detectar el retraso mental en ni?os. Pero antes que ellos existieron otros estudios, tambi¨¦n cient¨ªficos ¨Cpero menos modernos¨C que med¨ªan la inteligencia en funci¨®n de par¨¢metros tan arbitrarios como el tama?o del cerebro, bajo la siguiente premisa: a m¨¢s tallaje encef¨¢lico, m¨¢s agudeza intelectual.
Los a?os pasan, la ciencia evoluciona y seguimos obsesionados con el estudio de la inteligencia. Ahora las investigaciones tambi¨¦n se interesan por descubrir si existen rasgos en com¨²n entre las personas con superdotaci¨®n que puedan definirlas. Es decir, qu¨¦ aspectos, cualidades o actividades comparten. A la caza y captura de coincidencias, la comunidad cient¨ªfica no ha perdido la ocasi¨®n de valorar todo tipo de factores: desde las actividades de la infancia a los vicios adquiridos.
?Existen, entonces, indicios externos, m¨¢s all¨¢ del coeficiente intelectual, para identificar a las personas m¨¢s brillantes? Estos son algunos muy curiosos que colocan al que los ostenta m¨¢s cerca de la genialidad que la mayor¨ªa de los mortales.
1. Es el primog¨¦nito
En muchas familias lo que dice el hermano mayor va a misa, y no solo lo obedecen el resto de los hermanos, sino que incluso los propios padres aceptan resignados su ¡°superioridad¡± para analizar las situaciones y dictaminar lo que hay que hacer a continuaci¨®n, en una suerte de dictadura consensuada. Tanto es as¨ª que el asunto ha sido tema de estudio y ha generado amplia literatura. En la explicaci¨®n del fen¨®meno casi siempre se ha recurrido a las variables ambientales por oposici¨®n a los factores biol¨®gicos o heredados, bajo la premisa de que el primog¨¦nito tal vez reciba m¨¢s atenci¨®n y estimulaci¨®n intelectual por parte de sus padres, adem¨¢s de adoptar posteriormente el rol de ayudante de estos en la crianza y educaci¨®n de los hermanos que vienen a continuaci¨®n. A estas conclusiones se lleg¨® en un estudio reciente llevado a cabo en la Universidad de Leipzig (Alemania), en el que se analizaba una muestra de 20.000 ni?os de hasta tres nacionalidades. Stefan Schmukle, el psic¨®logo y director de la investigaci¨®n, hall¨® que el orden de los hermanos no influye en la personalidad, pero s¨ª en la inteligencia, que aumenta ligeramente en el caso de los mayores. Ojo: no quiere decir que los peque?os no sean capaces de logros incre¨ªbles.
2. Estudi¨® m¨²sica durante la infancia o adolescencia
Mozart solo hay uno, aunque los ni?os que se forman en materia musical desde edad temprana pertenecen a este grupo de personas notablemente inteligentes.
Lo explica Mar¨ªa del Carmen Reyes Belmonte, m¨²sica, docente e investigadora. Adem¨¢s de haberlo vivido en su propia persona y de atestiguarlo d¨ªa a d¨ªa en su trabajo como profesora, su tesis, realizada en la Universidad de Valencia, describe la realidad que muchos docentes intuyen: ¡°La m¨²sica influye en la inteligencia del alumno, crea conexiones desde su propio sentido de ser. Trabaja conceptos matem¨¢ticos y ling¨¹¨ªsticos o conocimientos del entorno¡±. Su investigaci¨®n, que parte de los estudios pedag¨®gicos y cl¨ªnicos sobre la respuesta de las personas hacia la m¨²sica, corrobora que cualquier ni?o mejora su rendimiento cuando estudia m¨²sica, y a¨²n m¨¢s aquellos que se dedican a su aprendizaje a nivel extraescolar. ¡°Desarrollan otro tipo de estrategias de ¨ªndole social y emocional muy positivas y beneficiosas para su autoestima y para el comportamiento en el aula, como el trabajo en equipo y la responsabilidad ante una labor bien hecha en las audiciones y conciertos¡±, explica.
3. Se preocupa con frecuencia
Ser un poco agon¨ªas no es tan malo y, bien llevado, es signo de inteligencia emocional, que consiste en reconocer las emociones del otro, seg¨²n el c¨¦lebre psic¨®logo americano John D. Mayer. Mucho se ha escrito y hablado sobre esta capacidad y su relaci¨®n con el estr¨¦s. Una de las ¨²ltimas teor¨ªas la aporta la psic¨®loga y profesora de Standford Kelly McGonigal, quien se retracta de sus afirmaciones anteriores en las que vinculaba el estr¨¦s con la enfermedad para decir ahora que ¡°el estr¨¦s solamente es malo si uno mismo lo cree as¨ª¡±. "Las personas que viven el estr¨¦s como una oportunidad para superar retos conseguir¨¢n, adem¨¢s, mejorar su inteligencia emocional y su resiliencia", dice. Todo esto tiene que ver con la oxitocina, una hormona que interviene en el estr¨¦s tanto como la adrenalina.? Lo explica la doctora: "La oxitocina, hormona que se segrega en episodios de estr¨¦s, tambi¨¦n afina los instintos sociales y nos prepara para fortalecer relaciones cercanas. Promueve el deseo de contacto f¨ªsico, mejora la empat¨ªa y nuestra disposici¨®n a ayudar y a apoyar¡±. O lo que es lo mismo: a m¨¢s preocupaci¨®n, m¨¢s oxitocina, m¨¢s deseo de acercarnos al pr¨®jimo y, por tanto, una mayor habilidad para comprender el mundo.
4. Bebe alcohol, pero no fuma
La tendencia a un mayor consumo y dependencia de la bebida en adultos se ha relacionado con un ¨ªndice de inteligencia alto en la infancia. Este hecho se comprob¨® en un estudio con casi 7.000 personas miembros del grupo 1958 National Survey (muestra de personas estudiadas por el Centro de Estudios Longitudinales en Reino Unido), a quienes se les midi¨® su cociente intelectual (CI) a los 11 a?os y, posteriormente, a la edad de 42, comprob¨¢ndose que los m¨¢s listos en la infancia consum¨ªan ahora m¨¢s alcohol. Con el tabaco, seg¨²n un experimento llevado a cabo en el hospital Sheba Medical Center de Israel en 2010, ocurre justo lo contrario.
5. Tiene un gato
Un estudio llevado a cabo en 2014 en la Carroll University, en Wisconsin (EE UU), puso en pie de guerra a los amantes de los perros al afirmar que aquellos que ten¨ªan gato eran m¨¢s inteligentes que ellos. El ensayo analiz¨® a 600 estudiantes de Universidad, todos con mascota, para alumbrar que los que criaban a su propio felino eran personas con un CI superior, mientras que los due?os de canes resultaban m¨¢s simp¨¢ticos. Denise Guastello, el autor de la investigaci¨®n, explic¨® que probablemente los resultados se debieran a la personalidad de los sujetos: los due?os de perros, que han de salir m¨¢s a la calle y relacionarse, son personas m¨¢s alegres y extrovertidas; mientras que los que prefer¨ªan los gatos pasaban m¨¢s tiempo en casa, cultivando su cerebro con largas lecturas.
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