Energ¨ªa y empleo: lo posible y lo imposible
Los autores aducen que no es posible crear empleo sin aumentar el gasto energ¨¦tico
?Es posible crear empleo de manera sostenida sin incrementar el consumo energ¨¦tico? Nosotros creemos que no. As¨ª nos lo sugieren las leyes de la termodin¨¢mica que rigen los procesos que conciernen al trabajo, a la energ¨ªa y a la informaci¨®n.
Dichas leyes nos dicen que ¡°para realizar trabajo hay que consumir energ¨ªa¡±. Esto parece obvio cuando nos referimos al trabajo mec¨¢nico que mueve aviones o trenes y que mantiene a las f¨¢bricas en funcionamiento. Pero ya no lo es tanto cuando hablamos de empleos vinculados a la sanidad, a la investigaci¨®n, a las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n o a la elaboraci¨®n de leyes. Sin embargo, estos empleos sirven, al menos en parte, para mantener un cierto orden. Y mantener un orden exige trabajo y, por tanto, energ¨ªa.
En efecto, imaginemos un tablero con unas fichas de Scrabble con las letras O, R, D, E y N formando la palabra ORDEN. Las fuerzas de la naturaleza desestabilizan los sistemas con el paso del tiempo. Si simulamos dichas fuerzas mediante la agitaci¨®n del tablero, las fichas podr¨¢n desordenarse. En tal caso habremos perdido informaci¨®n: se deber¨¢ realizar un cierto trabajo para restablecer el orden original de las fichas. Fen¨®menos como el ilustrado por este sencillo ejemplo se dan para todos los empleos listados con anterioridad. De manera significativa, los servidores en que se almacenan nuestros datos (emails, canciones, pel¨ªculas, etc) son responsables del 1% del consumo energ¨¦tico global.
Ciertamente, a d¨ªa de hoy producimos m¨¢s riqueza por unidad de consumo energ¨¦tico que en el pasado, en parte gracias a pautas de consumo m¨¢s responsables. Ello ha llevado a algunos a sugerir la posibilidad de reducir el consumo global de energ¨ªa, y a hacerlo sin perjudicar al bienestar de todos, y muy especialmente de los m¨¢s desfavorecidos. Tal posibilidad es remota. Entre otras razones, porque un puesto de trabajo medio en el siglo XXI lleva asociadas m¨¢s tareas ¡ªy por tanto m¨¢s consumo energ¨¦tico¡ª que en el siglo XX: ha aumentado la productividad de los trabajadores.
Tambi¨¦n es verdad que algunos pa¨ªses, sobre todo aquellos con una base industrial grande, han conseguido crear empleos sin incrementar el consumo energ¨¦tico al mismo ritmo. Este logro es en parte enga?oso, no obstante, pues muchos de estos pa¨ªses han externalizado parte de las actividades que usan energ¨ªa de manera m¨¢s intensiva. De ah¨ª que muchas veces sea conveniente una perspectiva mundial para investigar la relaci¨®n entre empleo y energ¨ªa.
Un puesto de trabajo medio en el siglo XXI lleva asociadas m¨¢s tareas ¡ªy por tanto m¨¢s consumo energ¨¦tico¡ª que en el siglo XX: ha aumentado la productividad de los trabajadores
Existen pa¨ªses que nos permiten ilustrar de un modo bastante representativo la relaci¨®n global entre empleo y energ¨ªa. Uno de ellos es Espa?a, donde la correlaci¨®n entre consumo energ¨¦tico y n¨²mero de trabajadores en activo ¡ªas¨ª como la correlaci¨®n de ambas magnitudes con el PIB¡ª es alta, incluso teniendo en cuenta los cambios en la productividad. Veamos.
En 2002 hab¨ªa en Espa?a 16,5 millones de trabajadores y se consumieron 115 millones de TPE ¡ª1 TPE equivale a la energ¨ªa liberada al quemar una tonelada de petr¨®leo crudo¡ª. A partir de ese a?o y hasta 2008, sendas magnitudes subieron paralelamente hasta 20,5 millones de trabajadores y 146 millones de TPE. Una vez iniciada la crisis, el paro empez¨® a aumentar, a la par que descendi¨® el consumo energ¨¦tico. En 2014 ambas magnitudes hab¨ªan vuelto a niveles del 2002. Si consideramos la misma relaci¨®n lineal entre empleo y energ¨ªa observada en estos a?os y asumimos que la productividad se mantendr¨¢ sin grandes variaciones, con el fin de crear un mill¨®n adicional de puestos de trabajo deberemos consumir la energ¨ªa que proporcionan cuatro centrales nucleares como la de Almaraz.
La importancia que la disponibilidad de ¡°energ¨ªa libre¡± ha tenido hasta el momento en el progreso y bienestar de las sociedades humanas es incuestionable. Mientras que la primera revoluci¨®n industrial del siglo XIX se produjo al mismo tiempo que el consumo masivo de carb¨®n como carburante pas¨® a ser factible, las sucesivas revoluciones tecnol¨®gicas del siglo XX han tenido lugar a la vez que se daba la posibilidad de usar petr¨®leo y gas natural como fuentes de energ¨ªa. Pero no debemos conformarnos, pues quedan muchas necesidades b¨¢sicas ¡ªy otras no tan b¨¢sicas¡ª que satisfacer, tarea que demanda mucha energ¨ªa.
?Y las renovables?
Llevar a cabo tal prop¨®sito no ser¨¢ f¨¢cil, ya que las reservas actuales de petr¨®leo y de gas natural no durar¨¢n para siempre. Adem¨¢s, parece que el descomunal consumo energ¨¦tico de los ¨²ltimos tiempos ha agravado el denominado cambio clim¨¢tico, restringiendo as¨ª el uso que podemos hacer de las fuentes de energ¨ªa de que disponemos. La reciente cumbre de Par¨ªs debe ayudar a entender mejor las implicaciones que tienen las decisiones sobre el uso de la energ¨ªa en la generaci¨®n de empleo y en el crecimiento y redistribuci¨®n de la riqueza.
?Y las energ¨ªas renovables, como la e¨®lica, la hidr¨¢ulica y la solar? Estas energ¨ªas son limpias porque su consumo no ensucia el medio ambiente. De cara al futuro, debemos sin duda explorar y aumentar el uso cada vez m¨¢s eficiente de este tipo de energ¨ªas. Sin embargo, es poco presumible que esto pueda satisfacer todas nuestras necesidades. La mayor¨ªa de predicciones contemplan para el a?o 2040 un escenario energ¨¦tico no muy distinto del actual en relaci¨®n al portfolio mundial de fuentes de energ¨ªa.
Con el fin de crear un mill¨®n adicional de puestos de trabajo deberemos consumir la energ¨ªa que proporcionan cuatro centrales nucleares como la de Almaraz
Por supuesto, el desempleo no se puede arreglar simplemente consumiendo m¨¢s energ¨ªa. La soluci¨®n a dicho problema reviste una gran complejidad que abraza por igual a la pol¨ªtica ¡ª?qu¨¦ pol¨ªticos debemos escoger y qu¨¦ decisiones deben tomar ¨¦stos?¡ª, a la econom¨ªa ¡ª?c¨®mo debemos comportarnos en tanto que consumidores y/o productores?¡ª, al medio ambiente ¡ª?c¨®mo podemos aprovechar los recursos naturales de una manera sostenible?¡ª y a la moral ¡ª?cu¨¢nto valoramos el bienestar de nuestros hijos y nietos?
?Sin embargo, cualquier gobierno que quiera implementar medidas para aumentar el empleo a largo plazo deber¨¢ tener en cuenta que tal prop¨®sito exigir¨¢ incrementar el consumo energ¨¦tico en una proporci¨®n parecida. Ello es as¨ª porque la humanidad no puede ir m¨¢s all¨¢ de las fronteras que marcan las leyes f¨ªsicas.
Eugene Chudnovsky, Distinguished Professor City University New York
Oriol Tejada. Postdoc, ETH Zurich
Javier Tejada. Catedr¨¢tico, Universitat Barcelona
Los tres autores son miembros de GISME
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