Puede que sus problemas aburran hasta al psic¨®logo
Gu¨ªa para distinguir gestos involuntarios de desidia en que los que aparentan escucharle. O lo que es lo mismo: cu¨¢ndo conviene cambiar de tema
Puede que usted se considere un orador magn¨ªfico. Incluso es probable que lo sea, pero en ocasiones resulta dif¨ªcil adivinar si la audiencia est¨¢ disfrutando de su oratoria o est¨¢ pensando en un mono con platillos. Aunque nadie bostece ni mire compulsivamente el reloj mientras le escucha, si su discurso es insoportablemente aburrido, suceder¨¢n otros gestos inconscientes. Aprenda a distinguirlos.
Los seres humanos no nos comunicamos ¨²nicamente con palabras, utilizamos ¡°gestos, posturas, risas, miradas y manejo de las distancias: lo que llamamos comunicaci¨®n no verbal. Tanto la expresi¨®n adecuada de estas se?ales como su correcta interpretaci¨®n garantizan un mayor ¨¦xito social", explica Fernando Azor Lafarga, psic¨®logo y director del centro madrile?o Gabinete de Psicolog¨ªa. ¡°Este lenguaje paralelo es el responsable de que una persona a la que apenas conocemos nos caiga bien o mal. Si reflexion¨¢semos, nos har¨ªamos m¨¢s conscientes de la cantidad de gestos, ademanes, movimientos y bloqueos que empleamos cuando hablamos o nos hablan y que muestran c¨®mo nos sentimos¡±, a?ade.
"Entre un 60% y un 70% de lo que comunicamos lo hacemos a trav¨¦s de nuestro cuerpo, no de nuestras palabras" (Lisbet Rodr¨ªguez, psic¨®loga)
El cuerpo habla¡ ?a voces!
Es frecuente infravalorar el poder de estos gestos aunque las palabras est¨¦n cuidadas al detalle. Seg¨²n el ensayo Decodificaci¨®n de la comunicaci¨®n inconsciente, de Albert Mehrabian, profesor em¨¦rito de Psicolog¨ªa de la Universidad de California (Estados Unidos), las palabras solo suponen un 7% de nuestra comunicaci¨®n. Seg¨²n este estudio de los a?os 60, la mayor parte del mensaje es el lenguaje corporal (un 55%) y el tono de la voz (un 38%). Pese a que estos porcentajes se han rebatido en numerosos estudios e investigaciones posteriores, la psic¨®loga Flora Davis afirma en su obra La comunicaci¨®n no verbal (Alianza Editorial) que no utilizar bien el lenguaje corporal es ¡°desperdiciar un poderos¨ªsimo veh¨ªculo para transmitir informaci¨®n y emociones¡±. Del mismo modo que descuidarlo es dejar ver cosas que quiz¨¢s queramos mantener en secreto. ¡°Entre un 60% y un 70% de lo que comunicamos lo hacemos a trav¨¦s de nuestro cuerpo, no de nuestras palabras. Por eso merece la pena estar atentos a lo que expresamos con ¨¦l", dice la psic¨®loga Lisbet Rodr¨ªguez del Risco, del Gabinete de Psicolog¨ªa Psico-Vida, en Zaragoza.
La sonrisa es una buena se?al
Pero, ?qu¨¦ podemos hacer para captar la atenci¨®n de nuestro oyente? Lafarga insiste en que las dos premisas b¨¢sicas para que el otro nos atienda son que el tema del que se habla sea motivador para las dos partes y romper la barrera espacial entre el hablante y el oyente: ¡°Si hay una mesa por medio, el di¨¢logo no fluir¨¢, habr¨¢ tensi¨®n¡±. Tambi¨¦n es muy importante dirigirnos a nuestro interlocutor por su nombre, pues al escucharlo se activan partes del hemisferio izquierdo del cerebro que est¨¢n involucradas en la atenci¨®n, como expone en uno de sus m¨²ltiples estudios Dennis P. Carmody, profesor de psicolog¨ªa del desarrollo de la Escuela de Medicina Rutgers Robert Wood Johnson (Estados Unidos).
"Mi pareja no me escucha". ?Seguro?
Seg¨²n cuentan Allan y Barbara Pease en su best-seller Por qu¨¦ los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas (Ed. Amat), ellas pronuncian una media de entre 6.000 y 8.000 palabras diarias y entre 2.000 y 3.000 sonidos vocales para comunicarse, adem¨¢s de recurrir a unos 8.000 o 10.000 gestos corporales para enfatizar lo que dicen. Ellos, por su parte, emiten solo de 2.000 a 4.000 palabras, entre 1.000 y 2.000 sonidos vocales y unas 2.000 o 3.000 se?ales corporales. Su media total diaria es de 7.000 se?ales comunicativas, frente a las m¨¢s de 20.000 de la mujer. ?Qu¨¦ ocurre al final del d¨ªa? Seg¨²n los autores, si ellos ya han cubierto su cupo de se?ales diarias, no tienen la menor gana de seguir comunic¨¢ndose, mientras que si la mujer no ha podido llegar al suyo, est¨¢ ansiosa por hablar. Aseguran que esto, que a veces se convierte en motivo de conflicto para la pareja, no deber¨ªa suponer ning¨²n problema. Para que as¨ª sea, recomiendan que ambos hagan un ejercicio de entendimiento: que ella no piense que el silencio de su compa?ero significa que la est¨¢ ignorando (la est¨¢ escuchando, pero no le apetece pronunciar palabra) y que ¨¦l comprenda que ella no pretende presionarle ni exigirle soluciones (simplemente se est¨¢ desahogando y quiere que la escuche, sin m¨¢s).
Rodr¨ªguez del Risco a?ade: ¡°Tiene que existir coherencia entre lo que expresamos y lo que sentimos verdaderamente. De lo contrario, el interlocutor notar¨¢ que algo pasa y desconfiar¨¢ de nuestro mensaje". Para la experta, adem¨¢s de utilizar un volumen agradable y de modular el tono de voz, es importante adoptar una postura distendida, mirar a los ojos al oyente, sonre¨ªrle de vez en cuando y permitirle intervenir en el discurso en lugar de transformar nuestro mensaje en un mon¨®logo. Si funciona, las se?ales de nuestro interlocutor expresar¨¢n que lo que le estamos contando le interesa. "Inclinar¨¢ su cuerpo hacia adelante, nos mirar¨¢ de manera directa, asentir¨¢ o mover¨¢ la cabeza dubitativamente. Tambi¨¦n es probable que nos toque el brazo o el hombro, lo que es muy buena se?al, pues indica que est¨¢ interactuando con nosotros. Y, desde luego, sonreir¨¢ con cierta frecuencia", prosigue.
La sonrisa es un gesto fundamental en la comunicaci¨®n no verbal, es contagiosa y genera empat¨ªa; es decir, permite conectar con el otro en el plano de las emociones y sensaciones. La raz¨®n se encuentra en las neuronas espejo, descubiertas por el neurobi¨®logo Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma (Italia). En 1996, el cient¨ªfico encontr¨® que ciertas neuronas que se activan en el cerebro cuando realizamos una acci¨®n, tambi¨¦n lo hacen cuando observamos a alguien realiz¨¢ndola. "El sistema de espejo te pone en el lugar del otro. La base de nuestro comportamiento social es que exista la capacidad de tener empat¨ªa e imaginar lo que el otro est¨¢ pensando", apunta el experto.
Si se toca el reloj, mal
Por el contrario, ?c¨®mo se comportar¨¢ nuestro interlocutor si lo que le estamos contando le molesta o ha dejado de interesarle? La psic¨®loga explica: "Popularmente se cree que si al otro le aburre nuestro discurso bostezar¨¢ o mirar¨¢ hacia otro lado, algo que no suele ocurrir porque todos hemos aprendido a contener estos gestos para no ser maleducados". Sin embargo, agrega, hay otras acciones dif¨ªciles de controlar que pueden demostrar falta de inter¨¦s o incomodidad ante el tema que se est¨¢ tratando: "recostarnos en el respaldo del asiento y alejarnos del hablante, tragar saliva de forma repetitiva, contraer la frente, aclarar la garganta varias veces seguidas, tocarnos el pelo, juguetear con las joyas o el reloj, arreglarnos la ropa o movernos mucho".
As¨ª que ya lo sabe, si su oyente comienza a realizar estos gestos, ha llegado el momento de hablarle de otra cosa.
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